Entrevista al protagonista de “Relatividad”
Tito Bustamante: “Es una obra muy necesaria en una época donde no se conversa”
Entrevistamos al actor previo al estreno de «Relatividad». En esta obra Bustamante interpreta a Albert Einstein. La obra escrita por el norteamericano Mark St. Germain enfrenta en escena al connotado físico alemán y Margaret Harding, una reportera que con preguntas poco usuales logrará incomodar y poner en jaque el actuar del científico con Liserl, la hija no reconocida de éste. La obra se estrena el 7 de Agosto en el Teatro UC.
Cuéntame acerca de tu personaje Albert Einstein, un gran personaje de nuestra historia.
Primero tengo que decirte que la obra no es un documental, porque mucha gente cree que porque es Albert Einstein es una especie de docu ficción de su vida. La verdad es que una obra de teatro que plantea el encuentro de dos visiones de mundo bastante fuerte, y que se pueden conciliar o puede uno tomar partido por uno o otro. ¿Que es más importante? Si tu propia felicidad y si tu propia felicidad tiene que ver con tu entorno familiar, o con tus afectos, o tu propia felicidad tiene que ver con una visión más amplia que compete a toda la humanidad. En ese sentido es el planteamiento que él tiene. Dice que es más fácil amar a la humanidad que a las personas. Por lo tanto toda su vida la encuentra en la búsqueda de una verdad que él necesita saber que tiene que ver con los misterios de la vida. Pero no misterios espirituales, sino que concretos, científicos.
¿Qué tanto sabías tu del personaje? ¿Investigaste harto?
Yo sabía que lo que sabía del colegio. Tengo un método distinto de trabajo. Prefiero centrarme en lo que la obra me plantea, el universo de la obra. Individualmente igual me informé de cosas, pero esencialmente yo centro mi trabajo en lo que el texto dice, esa es mi verdad absoluta, lo que el director me pide, lo que voy encontrando, lo que las palabras me van diciendo. Esa es mi forma de trabajo.
¿Cómo llegaste a esta obra?
Porque Héctor (Morales) me invitó. Estábamos trabajando en un homenaje que se hizo en Quilicura en un texto de Flavia Radrigán en homenaje a Juan Radrigán, en el verano y Héctor me habló de la obra y me invitó. Me mandó la obra, yo la leí esa misma noche y le respondí al otro día y le dije que quería hacerla.
¿Cuáles son los temas de la obra que te llaman la atención?
Yo me siento muy cercano, quizás por lo años uno va entendiendo así la vida. Yo no puedo separar mi vida privada de lo que hago. El teatro y el ser actor, las ideas, el pensamiento que está en los textos, para tratar de entender lo que somos como seres humanos, es mi razón de existencia. Yo no me veo alejado del teatro. Creo que es tan fuerte el placer que siento haciéndolo, es tanta la necesidad de hacerlo que lo demás no va quedando de lado, pero todo se centra en eso. Ese es mi motor de existencia. Ese es el tema más fuerte. Ahora hay varios temas más. El tema que tiene con lo relativo al tiempo, cuando el pasado se hace presente. Cuando no importa como, no hubiera ni pasado ni presente. El machismo que tiene le personaje, el ego que lo tiene exacerbado pero al mismo tiempo es un tipo encantador, que se hace, cuando uno enfrenta a un personaje nunca la juzga. Yo no puedo juzgar a un criminal, cuando me ha tocado representar a un criminal, no lo puedo juzgar, al contrario, tengo que amarlo, lo juzga el publico. Pero también tiene su razón de existencia. Mientras no haga daño. El entorno familiar hace daño, pero la humanidad no, ¿Qué es más importante? El dice en un momento, ¿Que es más parte importante, un padre amoroso o uno egoísta? ¿Qué el aporta más al mundo?
¿Cómo fue trabajar con Héctor Morales y Blanca Lewin?
Con la Blanca la conocí hace muchos, 18 años atrás dice ella, yo no me acuerdo bien. Fue encantadora, estaba muy jovencita. Acá fue reencontrarnos como si hubiéramos sido amigos toda la vida. La Blanca es una persona muy afable, igual que la Alessandra, muy buenas compañeras, muy inteligentes ambas, y Héctor ha sido un placer porque él es un director muy inteligente. Entonces te aporta no solamente del punto de vista de la imaginación si no que el análisis profundo donde te va llevando. Yo me entrego totalmente a lo que él propone y cada vez que siento que abre más la cabeza.
¿Nunca habías trabajado con él?
Antes no, yo lo conocí al Héctor, sabía que era actor, nos habíamos topado en algún estreno. Pero nunca había trabajado con él. Primero trabajamos en el homenaje a Radrigán como compañeros, y ahora como director.
¿Qué le podrías decir a la gente para invitarla para que vengan a verla la obra?
Que no vayan a pensar que es una obra densa, aburrida, difícil, depresiva, sino que es un obra muy entretenida. Evidentemente el ícono histórico igual está presente, cruza, es inevitable pero es muy entretenida. Es una obra de conversación, de discusión, de puntos de vista. Una obra muy necesaria en una época donde no se conversa, no se discute, sino que se pelea, se agrede, se menoscaba. Aquí no pasa eso. También es una lección para uno, que te hace pensar un poco en que lugar te pones en la existencia para tratar de mejorar.