Por Fernando Garrido
Son casi son las diez de la noche del día antes del estreno, los cuerpos se detienen y las luces se encienden, un guardia observa lejano desde la puerta, no quiere interrumpir pero no se esfuerza en no ser visto. Me mira, hace un gesto con las manos y con voz baja se acerca “el ensayo ya terminó”. Miro, busco entre los murmullos animados algún rostro familiar, pero nada. Alguien grita a mi espalda con entusiasmo “¡Feña!”, pingponeamos credenciales de familiaridad y el mundo vuelve a tener orden. No llegué atrasado, esto pinta para bien – me digo-, luego de saludar a Yanara, una de las bailarinas, identifico a Gema, la coreógrafa y directora invitada del montaje, nos movemos a un lugar cómodo e improvisamos una plática que a poco andar, logra adquirir una cordial familiaridad. Comienza la entrevista.
Gema Contras, bailarina de amplia experiencia en diversas compañías (Espiral, Danza en Cruz) y montajes, actualmente es parte de elenco del Ballet Nacional Chileno (BANCH) y en esta ocasión oficia de coreógrafa y directora invitada para “Extractos de una obra que no existe” y “We out here”, montajes que fueron presentados el 21 y 22 de marzo por la compañía 8vo Movimiento en las dependencias de la Universidad de Humanismo Cristiano.
¿Cómo llegas a trabajar con 8vo Movimiento?
8vo Movimiento es una compañía de chicos que salieron de ésta escuela, de un curso que se unió y generaron un colectivo de danza emergente. De ahí me llegó la invitación de ellos, de poder hacer trabajos de pequeños formatos. ¿A qué me refiero con pequeños formatos? Piezas pequeñas que pueden ser representadas por dúos, tríos o solos, con el fin de poder movilizarse y poder ir a bailar a colegios, teatros, la calle, generar intervenciones. En verdad fue una invitación inesperada y en un primer momento no sabía qué hacer, qué ofrecerles de mi trabajo. Entonces lo primero que les planteé fue ¿qué es lo que siempre han querido bailar? Partir con esa pregunta, entonces desde ahí encontrar los solos, los dúos los tríos, lo que sea que han querido bailar.
Entiendo, es algo distinto de la propuesta pasada, “Portal”, en la cual se planteaba una exploración del cuerpo como unidad grupal.
Claro, ese trabajo fue el que dirigió y coreografió Eric Alcota y Cristian Hewitt, en donde la propuesta partía desde el conjunto. Ahora en el trabajo que hemos estado desarrollando, partimos desde lo pequeño, elementales unidades y de ahí agarramos vuelo y nos vimos en la necesidad de presentar lo trabajado y así es como nace “Extractos de una obra que no existe”. Coreográficamente ahí resolvemos estas pequeñas casas, con diferentes niveles de desarrollos y los hilamos de tal forma que constituyen un todo.
¿Cuál ese ese hilo conductor, qué atraviesa y une a estos desperdigados trabajos y los transforma en uno?
Yo siento que todos, encontramos que es el amor, relaciones de amor. Dos mujeres, un solo, dos hombres, grupales de mujeres, pero todo está en unión y comunión con el amor, con su expresión.
Y también hoy en día, leyendo lo que dices desde la contingencia, esa exploración física del amor se encuentra en cuestionamiento.
¡Absolutamente! Qué es el amor, que es un cuerpo contra otro, que un hombre con otro hombre, un hombre amando una mujer, un hombre vestido de mujer, muchas mujeres juntas. Obviamente lo que está sucediendo es una fuente de inspiración.
Pero lo cuerpos se encuentran en tensión y existe un proceso de redefinición de los roles. ¿Tu dirías que hay una exploración del conflicto de roles en las piezas que se presentan en esta obra que no existe?
Sí, yo siento intrínsecamente que sí. No sé cuánto desde la mirada del creador, yo creo que esa exploración del conflicto se da más desde el ojo del espectador. Él ya viene con información, con una idea del mundo, le pasan cosas, viene con la información de las noticias, entonces pone foco y puede asimilar cosas con respecto a lo que se le está mostrando. El femicidio, no está desarrollado ni explicitado, pero obviamente hay elementos que permiten reflexionar desde lo expuesto, la sororidad, el machismo…yo te digo el amor, pero tiene que ver con las relaciones humanas, eso es lo que me mueve a mí como artista y lo que trato de plasmar, tanto como intérprete como coreógrafa.
Y cómo creadora. ¿Tu crees que ese cuerpo de reconcilia o necesita el conflicto para ser, y que esa armonía final es más quimérica que real?
Mira, para mí el arte es el reflejo de la vida y por ahí se reconcilia, como en la vida misma reconcilias o puedes vivir en un conflicto constante. La verdad es que hay tantos momentos, que definir uno solo, como en la obra que estamos montando, donde cada pieza es una luz, un reducto, una casa, o cada uno de esos instantes es la expresión de una las variantes de un cuerpo mayor. Podríamos decir que en la primera parte hay un poco de todo, luego de eso pasamos a “We out here”, que es un grupal. Este montaje presenta los dos trabajos, los cuales se hilan y conforman el espectáculo completo. Para mí, siempre el trabajo grupal fue una pieza aparte, pero ahora se presente como un todo. Esa unión se logra en una ruptura, donde lo espectacular se suspende y no se tiene claro si terminó o no, me gusta mucha esa línea difusa y así el público se hace parte de eso.
Y tu como coreógrafa logras estirar el péndulo de tu experimentación, que va desde lo fragmentario a la unidad.
Claro, dramatúrgicamente es un viaje, desde éstas casitas que yo le llamo, la transición y luego bailar todos juntos, que no es otra cosa que viajar a la luna, esa es la motivación máxima. Como todos los cuerpos juntos, en masa, van y pueden tener un sueño, el cual puede ser simbólico,una idea juntos, porque ellos fueron un curso que tomaron el coraje para instalarse como compañía. De ahí que mi idea fue, cómo viajamos a la luna.
Más allá de la obra misma y atendiendo a tu experiencia ¿Qué está pasando con la danza, con los grupos jóvenes? Porque pareciese el sistema de financiamiento cultural entrega incentivos para proyectos, para generar unidades que se encuentran y luego se fragmentan y terminan siendo cada uno un intercambiario de su propia mercancía, sin la posibilidad de enfrentar proyectos que se consoliden en el tiempo.
Yo siento, y mi motivación máxima para aceptar una invitación como ésta, es el coraje de los chicos para constituirse y perseverar para estar juntos como compañía. Hoy en día es muy difícil, hay compañías emblemáticas como “Espiral” o “Danza en Cruz” que no tienen financiamiento, y eso es terrible, es atroz. Ellos son los emblemas máximos, compañía “Movimiento” y otros, conservan y transmiten los tesoros máximos de nuestra danza, creo yo, y no tiene sentido que no tengan respaldo concreto para desarrollar su trabajo. Entonces respeto mucho la gente que quiere reunirse, encontrarse en la creación y que resiste para hacer un montaje como este. Acá estamos todos por el amor, no hay un peso, desde el sonidista, el cuerpo de bailarines, iluminación, fotografía… son las diez de la noche y estamos aquí después de nuestros trabajos, a veces alguno se atrasa y avisa, nos adaptamos, pero estamos todos desde el amor, el amor a crear. Es duro y es difícil, en contraste con mi otra realidad, porque yo bailo en “LA” institución que permite desarrollar mi actividad como interprete. Por tanto mi deber y mi pasión es compartir todos los conocimientos que poseo y me han transmitido a los chicos emergentes, que tienen toda la fuerza y las ganas.