Crítica de la obra de Santiago Off
Las Niñaso die Mädchen en alemán
«Testimonio de un abuso»
Por Galia Bogolasky
Durante el Festival de Teatro Santiago Off, se presentó la obra “Las Niñas” de la Compañía Toma Teatro en el Teatro Sidarte.
“Las Niñas” es un montaje dirigido por Verónica Díaz es un montaje creado a partir de testimonios realizados en una profunda investigación de un caso emblemático ocurrido en Chile en el año 2011. La obra se presenta en un pequeño escenario, sin escenografía, más que un telón de fondo blanco amarrado con una especie de cordel, donde luego se empiezan a proyectar las imágenes, divididas en 7 actos.
Las cuatro actrices; Kassandra Acevedo, Camila Pérez, Valentina Rivera y Valentina Soto, interpretan a cuatro niñas adolescentes, alumnas del colegio “Las Ursulinas”, que van narrando experiencias que viven en su colegio, un colegio alemán, de monjas, muy tradicional, que fue dirigido por años por la famosa Sor Paula, acusada de abusos sexuales el 2011.
La obra se basa en esta historia real, bastante reciente, en dónde la construcción de un ideal católico-femenino y las perturbadoras relaciones entre Sor Paula y su grupo de alumnas, se narran en esta historia de manera bastante interesante.

Las niñas que protagonizan la historia, van relatando distintos episodios, dónde se entiende el contexto dónde estaban. La obra expone a estos personajes como producto de una educación elitista, conservadora, machista, dónde las mujeres las educan para ser dueñas de casa, para ser madres, y para servir al marido, en un lugar que se convierte en una burbuja, y dónde ellas no conocen el mundo real, sino que viven en este especie de claustro llamado colegio.
La obra explica a través de infografías, que hay dos colegios “Las Ursulinas”, uno ubicado en Vitacura, y otro en Maipú. La directora de la obra estudió en el colegio de Maipú, por eso finalmente se concentra en explicar el contexto de ese colegio, una burbuja en una comuna de clase media. Algo que puede ser incluso más perturbador que el de Vitacura, dónde cualquier colegio en esa comuna, católico y conservador, es una burbuja. De una manera bastante particular, se explica que Maipú es la comuna dónde fue la Batalla de Maipú, y dónde está el Templo Votivo de Maipú, como queriendo decir, literalmente, este es otro mundo, a pesar de estar bajo las mismas reglas y valores que el de Vitacura.
Estas cuatro niñas interpretan distintos estereotipos de las niñas de colegio católica ABC1 de Chile; la rubia, con ojos azules, muy conservadora, pero con una sexualidad reprimida, la colorida, tímida y retraída, pero bien inteligente, la morena, la más viva, astuta, apachotada y con personalidad, y la alta y flaca, distinguida, pero llena de miedos e inseguridades. Ellas representan a estas jóvenes que viven en un ambiente muy contenido, muy estructurado, pero al mismo tiempo muy reprimidas. Cada una desde su lugar, su historia, y sus trancas.

El discurso fascistoide y bordeando lo nazi de los personajes, llegan a un punto un tanto exagerado, y bien sarcástico, de lo que esta clase social representa en nuestra sociedad. Claramente hay algo de eso en estos colegios tradicionales, pero creo que se exagera bastante en este tono, lo que da una sensación de que la obra más que criticar los hechos abusivos que cometió Sor Paula en este colegio, se critica a una clase social, por ser arribistas, déspotas, insoportables.
Entonces esto genera una sensación de crítica hacia la clase alta chilena en general, en vez de hacia esta religiosa abusadora. ¿Es una crítica a la educación en los colegios católicos y a su sistema formativo? O ¿Es una crítica a una clase elitista, que genera ronchas en la sociedad?
A pesar de esa pequeña confusión en el discurso, el objetivo principal que tiene esta obra que es provocar rabia por hechos de abuso sexual a menores. Por lo que el punto de partida es bastante interesante, y la forma en que se intercalan los datos con los relatos funciona bastante bien. Me pasó que me hubiese gustado saber más de lo que pasó con el caso.
Las actuaciones estaban muy bien logradas, sobre todo en el caso de Valentina Rivera y Kassandra Acevedo que se lucen con sus interpretaciones, y hay un par de escenas realmente notables, dónde uno logra pasar de la risa al llano rápidamente, y eso es lo que más destaco de la obra.
FICHA ARTÍSTICA
Cía. Toma Teatro
Dirección y Dramaturgia: Verónica Díaz
Elenco: Kassandra Acevedo, Camila Pérez, Valentina Rivera y Valentina Soto
Asistencia vocal: Francisco Germain
Producción: Laura Espinoza
Diseño Integral: Mercedes García Navas
Fotografía: Valeria Videla
Grafica: Gianfranco Giordano
Técnicos: Aarón Segura y Aníbal Vera