Por Kjesed Faundes
Pachakuti es una voz andina que significa literalmente “cambio de la tierra”, una transformación del orden establecido que llega a través del caos y que subvierte radicalmente la forma en que vivimos.
Sin duda un concepto contingente.
Mi pequeño pachakuti es la última obra de teatro del colectivo La Máscara Danzante, agrupación de bailarines y actores que investiga desde hace algún tiempo la zona liminal de la teatralidad de las danzas andinas, sus máscaras y la representación de su cosmovisión y su imaginario. Nunca pensaron que su más reciente trabajo iba a tener que ser reprogramado debido al gran pachakuti en el que está sumido el país, y trasladaron su estreno desde el Anfiteatro Bellas Artes Viaje Inmóvil a funciones en los barrios organizados y en contexto de resistencia.
Así la vimos en la Plaza Yungay, entre carteles que apuntan que la sequía es más bien un saqueo, llamados a la Asamblea Constituyente y banderas de reivindicación indígena. Todo que ver.
Con la idea arquetípica de un viaje y un trabajo que destaca por la artesanía y la belleza de su diseño, tanto de sus personajes como de sus movimientos, presenta la historia de Ayla, una niña de la ciudad que tiene como misión visitar al gigante de Tarapacá y recobrar el agua. Pegada a su tablet pero con la herencia de la sabiduría de sus abuelos altiplánicos, emprende el camino en el desierto, pero el encuentro con la Camanchaca la llevará a visitar los tres mundos del universo andino y a conocer a sus personajes mágicos. Vive así un pequeño cambio interior, un pequeño pachakuti, que la ayudará a entender como el agua contaminada y la sobre explotación de nuestros recursos nos pone en riesgo, y a transitar hasta la llegada de la lluvia sagrada que, por supuesto, se celebra con fiesta, música y bailes.
Es imposible no ver en Mi pequeño Pachakuti todo aquello por lo que la sociedad del Chile de hoy está transitando. Vemos la bandera del cambio en las nuevas generaciones hiperconectadas. La consciencia medioambiental que necesitamos para enfrentar la crisis de la polución y la sobre explotación de nuestros recursos naturales. Un paisaje agreste y seco en el cual “mágicamente” reaparecen los ríos. La destrucción de nuestros recursos, ya sea por ambición o descuido. La comprensión de nuestros pueblos originarios sobre la naturaleza, entendiéndola como el orden más lógico y armónico para poder subsistir, siendo parte de ella, y por supuesto, la importancia de subvertir nuestro propio orden y nuestras creencias para poder establecer los cambios necesarios. Por ello Mi pequeño Pachakuti llega en un momento justo, a presentar sin mayores pretensiones, todo lo que el pachakuti grande del momento demanda.
El trabajo de la máscara está hecho fundamentalmente desde la danza. Es ciertamente el resultado de una investigación sobre las posibilidades de hibridación escénica de las máscaras danzantes de las fiestas tradicionales del Ande, trabajo que la compañía desarrolla desde el 2017 y que ha contado incluso con el apoyo de la destacada actriz de Yuyachkani, Débora Correa (Perú). Con hermosos diseños inspirados en rasgos y mitología andina, y también algunas reminicencias a máscaras rituales africanas, se mezclan máscaras textiles, enteras y zoomorfas, que se incorporan bien con los cuerpos danzantes y con escenificaciones de elementos de la naturaleza hechos con reciclaje.
El poco texto ayuda a narrar y la música contribuye con el viaje y las ganas de sumarse a los pegajosos huainos, donde las máscaras se encuentran y gozan en las danzas tradicionales. Desde mi visión de la máscara teatral, y entendiendo que el estreno es la primera vez que estas máscaras se encuentran con el público, me pregunto si las máscaras danzantes pueden ir un poco más allá en cuanto a la relación de complicidad con el público, cuándo la máscara revela su carácter y dejamos de ver al danzante enmascarado para ver a la máscara vivir. Son preguntas que me nacen desde “el antojo creativo”, no porque le falte, si no porque dan ganas de más. Son tan atractivos los personajes, las formas, los movimientos, que yo quiero más teatro de máscaras que danzateatro. No obstante, el cuento se cuenta, es bello e importante, seduce a la familia entera y se suma al repertorio de esta compañía liderada por la uruguaya Lucía P. Vivas, como uno de sus trabajos más sólidos y notables.
Mi pequeño Pachakuti
30 de nov y 1 de diciembre
7 y 8 de diciembre
17 hrs
Anfiteatro Bellas Artes Viaje Inmóvil.
Entrada liberada.
Elenco: Isabel Nuñez, Ana Allende, Ximena Bascuñán y Carlos Rosales.
Música: Rodrigo Rojas Borquez
Diseño: Gabriela Gonzalez
Dirección: Lucía Vivas
Producción y realización: La máscara danzante.