Entrevista a N’drame, artista italiana que utiliza la sangre menstrual en sus obras: «Esta materia forzosamente tiene una connotación política”

 

Por Gabriela Bravo desde Francia

N’drame recorre las calles de Marsella con un pliego de toalla absorbente manchado con sangre. Mientras distraídamente ella atraviesa la calle un auto frena, levanta la mano para tocar la bocina, pero los ojos atónitos del conductor se detienen en ese pedazo de papel blanco con enormes manchas rojas que flamea en la mano de la artista. No se escuchará ningún bocinazo.

“Todavía no está seco, así que es mejor que lo lleve al aire libre para que se seque”, explica N’drame, que ha recibido una gran cantidad de material de parte de otra artista.

Y es que el material que N’drame utiliza son las manchas que deja la sangre menstrual en el papel absorbente o en el papel higiénico, y con ellas compone collages y cuadros. Un material que no deja indiferente a nadie.

Tras terminar sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Nápoles, Annarita Gaudiomonte, su verdadero nombre, decide partir a Francia, país en el que reside actualmente, para especializarse en Estudios de Género. Sin embargo, Bari, el taco de Italia, su tierra natal, ejercerá una profunda influencia en su obra. Precisamente, del dialecto de esta región ella tomará su nombre de artista, N’drame, que significa entrañas.

En 2013 la artista comenzó a trabajar con las manchas de su propia sangre menstrual. “Un día en que andaba con la regla miré la mancha de sangre de mi toalla higiénica y me dije que me gustaría hacer algo con eso, no sabía muy bien qué, pero era justo en el momento en que debía enviar una carta a mi padre. Finalmente, nunca mandé esa carta, pero sí tomé un gran sobre y comencé a escribir y buscar la etimología de palabras como familia, violencia y todo lo relacionado con la violencia intrafamiliar”.

La violencia que Annarita sufrió durante su infancia y adolescencia, N’drame la transformó en arte. De esta manera nace su primer collage In Forma Epistolare (En forma epistolar) hecho con sangre menstrual y tinta, que representa el típico mantel italiano a cuadros blancos y rojos, pero en forma de pistola y rodeado de las palabras que no pudo hacer llegar a su padre. “Una carta al patriarcado para terminar con la violencia en el hogar”.

Al compartir su proceso creativo con personas de su entorno, otras mujeres se mostraron dispuestas a darle su sangre menstrual para que continuara con su trabajo. “Hasta el momento he trabajado con la sangre de 20 a 30 mujeres. Para mí es complicado pedirle a alguien que me de sus manchas de sangre porque significa entregar algo íntimo y pienso que hay que crear un mínimo de confianza antes, ya que voy a manipular algo que viene de dentro del cuerpo de otra persona. Prefiero que conozcan primero mi trabajo para ver si están de acuerdo”.

Poco a poco un trabajo que nace del dolor, de una historia individual de maltratos, va adquiriendo una nueva dimensión cuando otras mujeres comparten su sangre menstrual con la artista. “Es interesante ver cómo cada mujer o persona a la que le llega la regla tiene una relación totalmente diferente con el ciclo menstrual. Esta relación va a depender de su propia experiencia física con la sangre, de ciertas circunstancias culturales o creencias, o de su experiencia personal ligada a la sangre menstrual.
Yo tuve una relación muy complicada con mi ciclo menstrual porque cuando tenía 11 o 12 años tuve una especie de “rechazo” de la regla, una amenorrea de seis meses, porque para mí que te llegara la regla quería decir “convertirse en una mujer” y esto significaba que estaba condenada a asumir un rol de mujer y ser sumisa. En ese momento era algo inconsciente, pero tenía el ejemplo de mi madre y de mi familia en donde el contraste entre la figura paterna y materna era enorme en términos de poder”.

Si bien su trabajo se inicia como una forma de reapropiarse y reconciliarse con el cuerpo femenino, “el hecho de trabajar con la sangre en mis collages me ayudó realmente a hacer las paces con esta parte de mi cuerpo, con el útero, la vagina y la sangre; me ayudó a apreciar mi sangre, a comenzar a verla como algo bello no como una cosa asquerosa, vergonzosa o de la que no se tiene que hablar”. También busca denunciar la estructura patriarcal que durante siglos ha servido para someter a las mujeres. “En el curso de la historia la cultura patriarcal [vimos cómo se] utilizó la menstruación para construir la inferioridad de las mujeres. El hecho de que el cuerpo de las mujeres sea un cuerpo “enfermo” remonta a la Grecia antigua y perdura hasta nuestros días”.

El rastro de tu sangre en la tierra

La obra de N’drame ha ido evolucionado con el tiempo, como lo muestra el tríptico Palazzo di Giustizia (Palacio de Justicia), inspirado en el proceso que entabló su madre para divorciarse y ser reconocida como víctima de violencia intrafamiliar.

Tres cuadros, uno que se asemeja a una pared de mármol con la inscripción Palazzo di Giustizia, otro hecho completamente sobre la base de manchas de sangre donde se lee Pazz’ di Giustizia (locas de justicia) y un tercero que mezcla la imagen del mármol con la sangre dibujando la parte sur de Italia con las letras La Giu, que quiere decir “allá abajo”, el sur, el territorio más pobre del país.

«En mi trabajo Palazzo di Giustizia, el hecho de utilizar la sangre fue como romper el silencio. Utilizo esta materia para hablar de otra cosa porque no tengo ganas solamente de centrarme en el aspecto que la sangre menstrual es un tabú o provocar un shock. Utilizar la sangre es un vector para hablar de otras cosas. Esta materia forzosamente tiene una connotación política y me permite hablar de ciertos cuerpos, más que de otros, sin necesariamente representar esos cuerpos. Me permite no solamente hablar de esta sangre que es invisibilizada y que continúa siendo un tabú, sino también de la condición de vida de una comunidad de mujeres o de personas a las que les llega la regla,porque también incluyo a las personas trans que menstrúan, me permite hablar de la justicia y de las injusticias».

En 2019, N’drame elaboró una serie de nueve collages titulados Oro Rosso (Oro rojo), inspirados en la lectura del libro de la periodista italiana Stefania Prandi, Oro Rosso: Fragole, pomodori, molestie e sfruttamento nel Mediterraneo (Oro rojo: frutillas, tomates, acoso y explotación en el Mediterráneo), que relata las terribles condiciones de vida de las jornaleras que trabajan en los campos de Italia, España y Marruecos, y del silencio que rodea este tema.

“Hice el nexo entre el tema de las trabajadoras del Mediterráneo y la sangre porque Stefania Prandi explica en su libro que la explotación y sobre todo la violencia sexual a la que están sometidas estas mujeres en los campos es algo de lo que nadie habla, es un tabú. La sangre menstrual, a pesar de que algunas feministas y artistas siguen tratando de hacerla visible, continúa siendo un tabú. Entonces pensé en hacer estos collages que cuentan la historia de estas mujeres y de los frutos rojos, que están manchados con la sangre menstrual, en el sentido en que son las mujeres quienes se encargan de producir estas frutas y verduras, que están en nuestros supermercados y que consumimos sin tener conciencia de toda la violencia y explotación que esconden. Me pareció lo más correcto utilizar la sangre de la regla para contar esta historia, ya que es una sangre viva, que permite explicar que detrás de esas frutas está la vida de las mujeres”.

El trabajo de N’drame ha sido expuesto en París, Marsella y Arles y provoca vivas reacciones en el público. La artista explica que, por un lado, ha recibido críticas de algunos hombres que lo encuentran «excluyente» y por otro lado los visitantes que han visto sus exposiciones lo describe como de “una creatividad poderosa”.

“Me parece que las personas que tienen poder se sienten incómodas cuando no se habla de ellos. Me alegra tener la madurez personal y artística para no dejarme influenciar. Creo que en el pasado era algo que no me dejaba sentirme legítima. El hecho de conocer otras mujeres artistas, en la historia del arte y hasta hoy, que trabajan con la sangre es algo que me ha hecho pensar que lo que yo hago no se centra en mi condición particular o personal, sino que concierne también a los otros. Hay personas que me han dicho que al ver mi trabajo y saber que es su propia sangre la que está en la obra, encuentran su sangre bonita y que nunca habían imaginado que su sangre podría ser utilizada para crear una imagen. Se alegran de ver que su sangre es bella”.

Entre sus próximos proyectos N’drame pretende crear una serie de cuadros que representen un jardín de plantas y vegetales hechos con la sangre de diversas mujeres.

“La sangre menstrual es una sangre que no está ligada a la muerte, sino a la vida y no estoy hablando de la vida solo en un sentido reproductivo, ya que esta sirve también para nutrir la tierra, es una sangre que corre sin que exista una herida. Me interesa mostrar esta sangre que ha sido ocultada durante siglos y que continúa siendo un tabú y me parece increíble que no sea celebrada y exhibida, sabiendo que muchos de los monumentos que tenemos en Europa celebran la sangre de los mártires de guerra, de los colonizadores y de personas que han generado mucho daño y violencia. Entonces, celebramos la sangre de la muerte, pero ¿no la sangre de la vida? Esta es la iniciativa que deseo visibilizar”.

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