Por Galia Bogolasky
Entrevistamos al actor que protagoniza la obra El diccionario junto a Liliana García, que se está presentando en el Mori Parque Arauco hasta el 22 de marzo, como parte del Ciclo diez años del GAM. La obra regresa después de una década con elenco renovado y una propuesta actual y contingente.
¿Cómo fue que llegaste a la obra?
Fui convocado por Liliana García, quien me contó que, a propósito de los diez años del GAM, se iba a remontar El diccionario, una obra que tuvo mucho éxito en Santiago, gira por Europa y Latinoamérica incluida, y que el GAM la había elegido dentro de las obras importantes de su ciclo aniversario. Se implementó este sistema de salas satélites, para que no solamente el homenaje al GAM fuera en el GAM. Entonces, Liliana me invitó a la versión 2020.
¿Cómo fue el proceso creativo?
Fue un tour de force, una especie de torito, como se dice en jerga teatral a hacer un reemplazo en poco tiempo. Fue en un mes de ensayo, solo febrero, y entonces me propuse hacer mímesis del trabajo realizado por el actor original del rol. Más que nada, por respeto al tiempo, por respeto a Liliana, por respeto al director, Manuel Calzada. La idea era llegar, por lo menos, con la puesta en cuerpo del actor original. A eso me dediqué más que a interpretar profundamente o a modificar algo más sustantivo. Obviamente, uno pone su impronta, pero lo básico era hacer mímesis.
Era harto texto ¿Cómo te lo aprendiste en un mes?
Es mucho texto. Fue trabajo forzado, no más. Es muy técnico, además. Aparte, había ciertos giros de estructura de lenguaje muy difícil de asimilar o traducir a un español mas “chilenizado”. Entonces, doble dificultad: harto texto y estructuras idiomáticas difíciles. Entonces el director, que vino al país especialmente a dirigir esta versión también, no entendía ciertos giros idiomáticos que yo adapté. Me costó entender algunas construcciones medias entreveradas del español más castizo, más español de España, por lo que proponía estructuras mas latinoamericanas, más chilenas.
¿Tú sabes si hubo algún cambio fuerte de la obra anterior?
Ninguno, se mantuvo tal cual.
¿Qué te pareció interesante del personaje?
A mí me interesó porque es una obra que habla de una mujer en la España franquista. Este doctor, mi personaje, claramente pertenece a un sector mas conservador español, entonces me interesó esta imagen machista, para mirarla ahora a propósito del feminismo. Mi idea era contrastar a este doctor conservador con esta mujer adelantada para su época: fue una mujer que se levantó contra del machismo, como figura intelectual en una época donde ese mundo era solo de hombres, donde era impensado entrar siendo mujer, ya sea a estudiar y aún mas a destacarse, y pretender escribir un diccionario que fuera alternativo al de la Real Academia, en un mundo de hombres. Entonces desde esa perspectiva, yo represento el mundo de los hombres, al cual ella enfrenta y supera.
¿Tu personaje existió también? Porque ella, María Molinari, existió ¿Él fue parte de la historia real?
No lo sé, yo creo que es parte de la ficción. Porque tiene que haber tenido médicos, pero este tipo como que recorre esa parte más dura del machismo conservador mundial frente a la figura de una mujer destacada, en este caso en el mundo académico. Para él, ella primero era una mujer, luego una paciente, luego una mujer de edad, luego una dueña de casa, luego una loca, luego un ser inferior, en definitiva. Después se encuentra con que todo lo que ella hablaba, su trabajo de lingüista, era verdad. Ante esta develación, a él se le provoca un cambio importante en su manera de ver el universo y, en este caso, se da cuenta de que no solamente hay una dueña de casa delante de él, sino que hay una persona, hay un ser humano. Eso es interesante. A mí me interesa contrastar, me interesa pervertir el mundo más que mostrar a los buenos y a los malos. Me interesa mostrarle a la gente lo malo o lo que no está bien, para que la gente de ahí, de este odio, porque en la función de estreno se notó que se entendía el lugar machista equivocado de este personaje, extraiga su propia reflexión. Esa es la idea: mostrar lo equivocado, sin moral, para que la gente se vaya con una comprensión, en este caso de un mundo, de un Chile, por ejemplo, que ha cambiado..
¿Cómo la ves cuatro años después? Con todo esto que está pasando en nuestro país y también el tema de salud mental.
Para ser honesto, yo te diría que se nos cruzó el tema de una mujer en una época de mujeres. Este texto que habla conceptualmente de la libertad y de la memoria resuena ahora en un Chile que no tiene libertad y muy poca memoria. Es en una obra donde se levanta una mujer, en esta época donde se están levantando las mujeres. Me parece que por ahí nos resonó más. A mí me tocó más por ese lado, más que por el tema del Alzheimer o de la arteriosclerosis o del olvido. Pienso más en Piñera y en el régimen opresor machista, más que en el mundo artístico. Pienso en cómo esta mujer, María Moliner, en una época franquista, se levantó rebelde en un mundo conservador. Es lo mismo que ahora en Chile, con un levantamiento del feminismo en un mundo conservador. Este personaje habla de la libertad, habla de que ella, que si bien zurció calcetines y cocinó, no solo hizo eso en su vida, alzándose en un mundo híper machista y conservador, que era el mundo académico español de aquella época. Por ahí me enganché más. Ahora, creo que claramente se toca también el tema de la vejez, de la tercera edad y de la pérdida de la memoria por la edad, temas muy sensibles también. A mi me interesó más la mujer que se levanta a hablar desde lo académico de la libertad.
Es super interesante una frase que dice como: «es una mujer que además hizo algo tan grande como esto, el diccionario”, una mujer de edad más encima, que haya logrado todo eso, en esa época, que haya estudiado, ella si quería tener una profesión hace tantos años.
Todo eso es nuevo. Todo eso en la época era nuevo, como madame Curie.
¿Cómo fue el trabajo con el director? Siendo el dramaturgo, además.
Yo creo que, gracias a Liliana García, ya lo teníamos todo armado. El director llegó muy al final de este mini proceso.
¿Ella hizo un rol de directora?
Ella nos entregó el soporte, pues tiene todas las temporadas en el cuerpo y conduce el protagónico. Liliana es la obra, entonces nosotros somos satélites de este planeta, entonces, si el planeta está armado, ella nos dice más o menos las órbitas y por dónde tienen que transitar, y el director vino a poner su impronta, a rescatar un par de hitos, a aclarar un par de cosas, fue express. Lo de él fue, más que nada, preocuparse de la puesta en escena porque se dio cuenta de que, en términos actorales, estaba armado. Fuimos capaces de poner en pie nuevamente su obra y ahora él simplemente vino a limpiar un poco la casa, poner los últimos muebles, pero lo demás estaba listo. En eso, el trabajo de Pedro (Vicuña) y mío se destaca porque fuimos capaces de, viendo algunas referencias en video, levantar una obra sin un director presente, sino con la actriz protagónica con infinita delicadeza diciéndonos “chicos, esto era así, esto no era así”.
¿Cómo fue el trabajo de ustedes tres? ¿Fue bien colaborativo?
Fundamentalmente fue respetar la estructura que había, seguirla, seguir la guía de Liliana y al mismo tiempo, por lo menos mi idea, provocarla todo el tiempo para que ella encontrara a otra persona delante de ella. No era simplemente un clon o un holograma de Paulo Brunetti, el actor original: era otra persona, con otra impronta actoral, otra impronta de vida, otra impronta de todo. Mi idea fue siempre provocarla para que ella también sacara otras respuestas con respecto de lo que yo proponía; mi doctor claramente es diferente al que tenía Brunetti, diferente al que hizo Néstor Cantillana en su momento, quien también estuvo en el proyecto en otra temporada, otra gira también. Entonces, respetar la estructura, respetar las directrices de Liliana, que tiene la obra en el cuerpo, pero al mismo tiempo mostrar que soy otra persona, otro cuerpo, que no es lo mismo, que no es lo mismo jugar tenis con un frontón en la Quinta Normal o en Roland Garros, es otra cosa, aunque juegue con la misma raqueta, con la misma pelota, con el mismo vestuario, es otro frontón, es otro, otra pared.
¿Qué le dirías a la gente para invitarla ver la obra?
Que vengan a celebrar la memoria, vengan a celebrar a una mujer que se levantó cuando hacerlo no tenía mucha sororidad de tu lado, sino que más bien te parabas sola. Es una especie de Gabriela Mistral a la española, digamos, una mujer frente a todos y frente a todo y que concretó en forma práctica una gran obra que es un diccionario que corre a la par del diccionario de la Real Academia, en un mundo de hombres, en un mundo realmente machista, donde ni siquiera te miraban en la calle por llevar minifalda, si no que donde no podías ser persona por ser mujer. Vengan a ver el testimonio de vida de una persona, vengan a ver la vida de una mujer que, si bien trabajó con las palabras toda su vida, en el momento final de la misma las pierde, y eso es conmovedor, es muy atractivo, además, es muy interesante que el personaje protagónico de la obra, que es un héroe dramático, tenga el humor de la obra. El personaje que hace Liliana García despierta mucho humor y mucha comedia. En esta obra la comedia está en el personaje trágico, lo cual es muy interesante. Además, con la actuación de Pedro Vicuña en su regreso a los escenarios después de mucho tiempo y verme a mí también, a la gente que le interesa ver actores más jóvenes (risas).
5 al 22 Mar. Ju a Sá – 21 h, Do 20 h
Mori Parque Arauco
$12.000 Ju | $15.000 Vi y Do | $18.000 Sá..