Por Fernanda Ulloa
Con más de 60.000 reproducciones en solo 24 horas en Instagram TV, el cortometraje Señales del director Iñaki Velásquez aborda una temática desgarradora: el abuso doméstico en cuarentena. La pieza de 14 minutos se estrenó el martes a través de la cuenta @inaki_kun, donde la historia inspirada en hechos reales es protagonizada por Josefina Montané y Loreto Aravena —junto a María Olga Matte, Darko Peric y Constanza Carpinello—.
El corto cuenta la historia de Clara (Josefina Montané) que lleva varios meses en confinamiento solitario, y se ampara en una terapia online mientras imparte cursos de cocina. Una de sus alumnas, Ivonne (Loreto Aravena), es una joven retraída y misteriosa. Su extraño comportamiento levanta sospechas en Clara sobre lo que realmente ocurre en el hogar de su alumna.
Iñaki se caracteriza por trabajar con actrices femeninas para los roles de sus trabajos como Daniela Vega, Antonia Zegers, Katty Kowaleczko, Loreto Aravena, Josefina Montané, María Olga Matte, Catherine Mazoyer, Liliana Ross, entre otras.
Por esto, para Velásquez Señales no es sólo una creación por el amor a su arte, hay un trasfondo y una intención de visibilizar la temática principal: la violencia de género. Para él la importancia de utilizar su lugar en el cine se relaciona con entregar un espacio y oportunidad de empatizar con lo que está pasando, sobre todo con mujeres en posiciones de liderazgo y retratar realidades para poder lograr un cambio. Lo entrevistamos y aquí explica cómo se hizo el corto y sus motivaciones personales frente a este trabajo.
¿Cómo nace y se concreta Señales?
La verdad es que nosotros no teníamos planificado hacer este corto ni tampoco tocar esta temática en específico, pero sí estábamos trabajando con Josefina Montané y Loreto Aravena en otro cortometraje que estábamos a punto de grabar las semanas que la pandemia llegó a Chile. Con Josefina teníamos ganas de hacer algo donde ella pudiera demostrar sus dotes actorales, sé que es muy buena actriz porque hemos trabajado juntos antes en Whatever Webserie, aparte somos amigos y súper cercanos, pero tenía ganas de que hiciera un papel totalmente desligado de su belleza física. Quería que la vanidad y todas esas cosas, en realidad, no importaran, donde ella pudiera jugar con un personaje diferente a lo que ha hecho antes. Y lo mismo con Loreto, que también somos amigos, tenemos un programa de radio, un programa digital sobre cine, y con ella sí he trabajado más en ficción.
Y luego en la búsqueda de la temática llegué a la noticia de una mujer en Temuco que tuvo que llamar a Carabineros haciendo como que pedía una pizza para poder denunciar a su agresor con el que estaba atrapada en cuarentena. Obviamente la noticia real es un poco diferente, porque en este caso la mujer en el corto no llama a Carabineros, sino que llama a su instructora de cocina porque este es el único contacto que este hombre le permite tener.

¿Desde qué visión querías retratar este tema?
Tratamos de abordar el tema de la violencia de género dentro de las sutilezas. Muchas veces una mujer que está sufriendo violencia doméstica y uno no lo ve tan fácilmente, cuando hablamos con psicólogas o especialistas en ese tema, para hacer el corto, nos contaban que muchas veces se ven en detalles, en señales pequeñas: se alejan de sus amistades, cortan lazos familiares, no frecuentan los mismos espacios, dejan de tener las recreaciones de siempre y más. Todo esto porque los hombres que están siendo violentos con ellas les cortan estos lazos. Y la intención, entonces, era, a través de estas señales, contar una historia donde uno pudiera empatizar.
Siempre has tenido mujeres como protagonistas de tus proyectos y abordas distintos temas, ¿por qué esta temática en específico?
La temática es súper importante y es una conversación extremadamente necesaria, pero también este corto culmina un proceso propio de muchos años, que tiene que ver con el autodescubrimiento de lo que quiero retratar como director y con lo que me identifico. Soy un hombre blanco, con muchos privilegios, estoy en una posición privilegiada al poder hacer cine, al concientizarlo y saber que a muchos se les ha negado el lugar que tengo, me he dado cuenta de que una de mis mayores vocaciones es aportar un granito de arena a esas minorías o personas que no tienen igualdad.
Cuando era muy pequeño, mis cortometrajes que hacía desde mis diez años, siempre han tenido protagonistas femeninas, y lo que yo veía en esa época de los años 2000 donde las mujeres en las series o películas eran retratadas como un interés amoroso o como madres y siempre tuve mujeres tan complejas y completas a mi alrededor (mamá, hermana, profesoras) con mucho más que decir que su belleza física, con mucho más que transmitir que el querer ser madres, con muchas más ambiciones que solo querer hacer una familia. Entonces, a pesar de que estoy en una posición de privilegios y que sé que no soy mujer, siempre voy a tener esas ganas de otorgarle protagonismo a personajes femeninos, por esto yo trabajo casi exclusivamente con mujeres en los roles de liderazgo: directora de fotografía, directora de arte, sonidista, productora, etc. Por eso mis protagonistas son siempre mujeres, las temáticas tienen que ver con romper esa representación escasa y aportar a lo diverso.
Con este corto quería que se viera que lo que hacen Pin y Loreto, dos actrices que están haciendo algo nada que ver con su belleza física, que son muy bellas, pero que también soy muy talentosas. Trato de usar mi posición de privilegio para darles protagonismo a las mujeres y descubrí que es lo que más me importa. Mi tesis fue sobre la representación de personajes femeninos en directores hombres, trabajo hace cinco años en Femcine, todas mis protagonistas son mujeres, este corto engloba todo eso y era un proceso bonito para mí poder retratarlo.
¿Cómo fue el proceso y cuánto se demoraron en hacerlo?
En marzo ya teníamos claro que había que hacer un corto, teníamos la idea de una serie digital, pero finalmente esto lo grabamos a principios de mayo y a pesar de que es un corto de 15 minutos y que no son tantos personajes, costó grabarlo porque tuvimos que armar las escenas previamente antes de la grabación con mucho ensayo y caracterización. Todos los días teníamos que grabar cosas distintas, no podíamos grabar todo un solo día porque cada personaje, cada actor tenía que armar un pequeño set en sus casas. A cada actor le dimos indicaciones de cómo grabar, que básicamente era un computador con Zoom en videollamada, pero como se graba en baja calidad, cada uno tenía una cámara o un celular montado en un trípode cercano a la cámara del computador para poder imitar el encuadre.
Nos demoramos como un mes y medio, desde el inicio de la historia hasta que estuvo montado. Fuimos súper responsables y todo esto lo grabamos en confinamiento, cada uno en sus casas.

¿Cuál es el mayor desafío de crear en cuarentena?
Honestamente fue el dirigir actores. Cuando uno hace cine las herramientas son la visualidad, la música, el sonido, los vestuarios, todo lo que uno ve, pero acá en este cortometraje estábamos muy limitados en las herramientas. El corto es básicamente texto y actuación, eso es casi todo lo que hay, porque no podemos ver el desplazamiento de personajes, no los podemos ver habitando espacios públicos, en diferentes facetas. Como es una videollamada tampoco vemos su vida íntima, como esos momentos en las películas cuando tú los ves en el baño tristes o en sus habitaciones. La mayor dificultad no fue lo técnico para mí, no fue la distancia, fue que las actuaciones que estaba poniendo en pantalla y los personajes que creé fueran los suficientemente potentes para que la historia se sostuviera con actuación y diálogo. Sabía que la dimensión exterior a la película era muy potente, que es el contexto de la violencia doméstica, entonces, necesitaba que las actuaciones estuvieran al nivel.
¿Estaban motivados los del elenco en hacer este corto?
El elenco son cinco personas, y detrás de cámara éramos dos. Elías Valenzuela, que es el caracterizador y director de arte, fue un gran aporte ya que él se encarga de los detalles, porque yo me preocupo del macro, del contexto, de cómo voy a presentar la historia, los personajes, y él se preocupa de puntos muy relevantes que son la caracterización: cómo el personaje se viste, cómo se presenta, qué usa, qué objetos tiene, cómo es su habitación.
Dentro del elenco había mucha motivación, mucha confianza y respeto con la temática. Con Josefina nosotros conversamos mucho sobre qué significaba retratar esto en la pantalla, también entendiendo que ella, desde un lugar de privilegios, por la plataforma que tiene, los miles de seguidores, los millones que la conocen, quería hacerse responsable muy conscientemente de lo que iba a retratar. Con Loreto fue un poco diferente porque este no es el primer papel que ella hace relacionado a la violencia de género ya que hizo uno en Pacto de sangre, pero lo que sí hablamos con ella fue que queríamos alejarnos del morbo. El corto no muestra cuando detienen al abusador o cuando él la maltrata, se trata sobre lo que uno no ve, por eso es una videollamada, queríamos mostrarlo de forma más real, muchas veces uno no se da cuenta de que hubo abuso hasta que ya llega a los momentos más avanzados y nosotros queríamos verlo en esas sutilezas.
Por otra parte, nadie recibió un pago, todo esto fue hecho con una intención creativa y de un aporte, entonces, todos estaban dispuestos a depositar su tiempo y talento en esta idea.
¿Qué es lo que más disfrutaste del corto?
La prensa, las entrevistas. Me gusta la conversación, porque la película existe solo si es que se ve o si es que se comunica. Antes se decía que el cine era una pantalla y muchas butacas, hoy en día no es necesario eso: pueden ser miles de pantallas que lo están viendo y una persona en su pieza. Entonces, de manera muy consciente nosotros estrenamos este corto en Instagram y no en YouTube, incluso estrenarlo antes de los festivales de cine ya que el alcance que tienen las redes sociales hoy en día nos permite insertar temas como estos de manera mucho más transversal y lo que me gusta, si bien el proceso de grabar me encanta, la conversación y la visibilidad me motiva.
¿Cómo ha sido el proceso de difusión por Instagram?
Ha sido genial. También tengo un canal de YouTube donde hay algunos cortometrajes e hice un corto el año 2015 que ya superó las 500 mil visualizaciones de todas partes del mundo lo cual es muy bueno, pero me gusta más en Instagram porque mucho más compartible y cercano con mis seguidores, familia, amigos, etc. Está esa posibilidad de llegar y abrir en tu celular y verlo, entonces tener que ir a una sala de cine o tener que poner el buscador y verlo, muchas veces es distractor o un camino más largo por eso Señales lo diseñamos pensando en celular, para estrenarlo en redes sociales y el recibimiento ha sido increíble.
¿Cómo te afectan estos temas personalmente?
Me han escrito ya más de 20 mujeres que han sufrido o están sufriendo violencia de género actualmente, y algunos de los testimonios son mucho más desgarradores que otros, y pienso: Soy cineasta y no estoy calificado para ayudarlas como necesitan. Agradezco mucho que se sientan identificadas con lo que hago, pero también me siento muy pequeño frente a la realidad de la violencia de género, este corto es mucho más grande que yo o los actores, es una temática muy importante. A esos mensajes solo puedo decir que no están solas, que hay muchas otras mujeres que están en esa sororidad, hay hombres que somos aliados, somos personas que no queremos que exista el abuso y hay que buscar cómo ayudar, yo lo hago desde el cine, pero quiero buscar muchas más formas de hacer alguna diferencia.
A veces me afectan mucho los temas, pero si no me afectaran no estaría haciendo esto. Hice un corto que se llama Tez morena (2020), sobre el racismo policial e inmigrantes haitianos. La inspiración fue un restaurant de comida rápida donde una señora que estaba adelante mío no quería que el chico haitiano que estaba atendiendo le hiciera el sándwich y vi la cara de él, cómo afectaba su dignidad. Me dio tanta impotencia, me rompió el corazón y aunque nunca entenderé cómo se siente la discriminación racial o probablemente nunca me pase, siento que puedo aportar en que las personas entiendan que esto no está bien, usaré todos mis privilegios y recursos para hacerlo.
¿Por qué no decidiste hacer Señales como un documental, la historia real, y hacer esto como ficción?
Los seres humanos estamos hechos de relatos y el poder que tiene el cine es penetrar en el imaginario colectivo, es decir, las nociones y el conocimiento que tenemos de cosas que son ajenas a nosotros solo por lo que vemos en televisión, cine, etc. Nosotros consumimos un extremo de todo esto y a veces no concientizamos lo importante que se vuelven las realidades que vemos en ese contenido. La ficción tiene un súper poder que a veces no tiene la noticia, que es la empatía. Uno ve la noticia de esta mujer, que darla a conocer es necesario, pero la ficción te hace conectarte con un personaje en muchas más dimensiones que solo lo que le pasó. No digo que el documental o el reportaje sean menor, para nada, pero sí es más cercana y es más fácil relacionarse.
Muchas personas nos escriben que con este cortometraje se emocionaron, que lloraron y ese es el poder que tiene la ficción y esa es la razón por qué para mí es importante como director y como cineasta hacer ficción inspirada en hechos reales que genere este quiebre empático en el espectador y una apertura de su conciencia frente a lo que no está dentro de su imaginario colectivo. Además, de que se identifiquen personas que no han sufrido violencia doméstica, para quienes no conocen a nadie que la haya sufrido, para quienes lo vivieron y también para las que lo están viviendo sepan cómo salir.
Ha sido un año de varias nominaciones para ti, ¿cómo te sientes con tus logros en lo que llevamos de año?
Ha sido un año raro, porque ya llevamos la mitad del 2020 y como que el mundo donde yo más me muevo son los festivales de cine está totalmente inexistente, si bien son online, no es lo mismo. Nos ha ido bien con lo que hemos hecho audiovisualmente, pero también ha sido un año de mucha limitación y frustración en cuanto a lo que puedo y no puedo hacer. Sé que tengo buenas ideas, buen equipo, personas que me van a apoyar, pero no tengo la posibilidad de hacerlo. Es un año agridulce, pero a mí me gusta lo agridulce. Cuando estoy triste me pongo muy creativo, la nostalgia no me molesta. A nadie le gusta sentirse triste, pero creo que en los momentos bajos hay muchas cosas rescatables. Este año ha sido increíble y doloroso, también inolvidable y desgarrador.
Puedes ver el corto Señales (2020) aquí:
https://www.instagram.com/tv/CBy91O4JQhH/?hl=es-la