Entrevista a Solange Lackington: “Es triste constatar que nuestro país no considera que la protección del arte sea importante y necesaria”

 

Por Galia Bogolasky

Entrevistamos a la reconocida actriz chilena que protagoniza, y junto a Gonzalo Sepúlveda escribe y codirige el unipersonal Libertad 1209, que se está presentando en Matucana 100 hasta el 18 de octubre. La historia, que es una ficción del caso real de la educadora nacional María Eugenía Darrigrande, cuenta el drama de una profesora básica que se enamora de uno de sus alumnos. 

La obra, que fue registrada íntegramente en las instalaciones de M100 durante el mes de septiembre, es una apuesta que busca generar y entregar nuevos lenguajes teatrales y audiovisuales al público en confinamiento. 

Libertad 1209 es un unipersonal en el que tú actúas y además la escribiste y co-dirigiste. Cuéntame, ¿Cómo fue ese proceso? ¿Cómo surgió el proyecto? ¿Cómo nació la obra?

Gracias por haber visto la obra, me alegro que te haya gustado. Siempre es bueno para nosotros poder hablar de los trabajos que hacemos, promocionarlos. Esto surge porque Gonzalo Sepúlveda me invita a hacer partícipe de este proyecto que él tenía, quería trabajar sobre el caso de esta mujer, esta profesora que se enamora de un estudiante.

Entonces él me invitó a conformar este trabajo y empezamos a trabajarlo en conjunto. La verdad, él tenía un primer texto, un primer diseño, un bosquejo. Yo me sumé no solo para actuarlo, sino que también para, en conjunto, re escribirlo, porque igual fue un gesto muy generoso de su parte, siento yo. Permitir que yo trabajara en conjunto con él, tanto el guion como luego la dirección, porque también trabajar el guion significaba ir viendo en la práctica cómo íbamos a montar esto. Entonces también participamos paralelamente en conjunto en cuanto a lo que era la creación del texto en sí y la puesta en escena, la dirección.

Estoy súper contenta porque no siempre uno se encuentra con gente tan generosa para trabajar y Gonzalo es una persona absolutamente generosa en todo sentido porque él entendió que, si bien es cierto, es su idea, su acercamiento, su primer bosquejo de esto era muy interesante. En algún minuto él me dijo: «yo encuentro que esto se enriqueció con tu aporte, tu entrega, con tu letra también, con tus ideas, etc». Así que esto es un trabajo en conjunto, esto es una co-escritura y una co-dirección porque estamos armando juntos esto. Entonces así surge esta Libertad 1209.

¿Cuál fue el mayor desafío en todo este proceso? ¿Fue desde la escritura o desde la actuación? Además hay que decirlo, tú actuaste sola en un escenario sin público, entonces no tener al público ahí para un actor debe ser muy extraño. ¿Qué fue lo más complejo de todo este proceso?

Yo siento que lo más complejo fue ponerse en la cabeza, ponerse en el lugar de ese personaje que, en conjunto con Gonzalo, yo estaba escribiendo y que luego yo iba a montar. ¿Por qué te digo situarse en el personaje? Porque es muy difícil lo que íbamos a hacer. No era fácil abordar un tema tan complejo como ese y por las aristas que tiene, todo el despliegue que se produjo de alternativas de enfoque. Fue algo que precisamente era mi aporte al trabajo, poder mostrar un abanico grande de alternativas de interpretación desde el personaje en sí, como de lecturas desde el punto de vista del público.

Siempre supimos que la obra la íbamos a grabar, por lo tanto sabíamos qué presencial no iba a ser, que no íbamos a contar con público presencial. Por lo tanto nunca tuve esa complejidad de no enfrentarme a la gente, como de inmediatez, de sentir el feedback del público porque sabíamos que iba a ser grabado, ya sea desde una aplicación Zoom, como lo estamos haciendo ahora, o en el mejor de los casos, desde el mismo Matucana. Ellos se interesaron inmediatamente en este proyecto e hicieron esta coproducción con nosotros, en términos de que nos facilitaron la sala con todo el protocolo que se requiere en este minuto para poder realizar un trabajo, con las medidas sanitarias, y con las cámaras. El personal técnico, eran muy poquita gente, dos personas que estaban ahí.

Entonces al hacerlo allá obviamente adquirió un profesionalismo un poquito más acabado que el hacerlo a través de Zoom, porque pudimos jugar mejor con una edición más afinada en cuanto a la iluminación, poder hacer planos de cámara con un juego de dos tomas o varias tomas. Pero sin duda lo más complejo fue eso, instalarse desde el cómo actúa una mujer cuando está enfrentada a una situación como esa. Eso fue lo más complejo.

Esta es una historia basada en un caso real, de María Eugenia Darrigrande, que es una mujer que se enamoró de su alumno y que también cobra relevancia hoy en día la temática porque el tema del rol de los profesores, haciendo clases online, hay límites que son bien difusos también porque uno entra en la intimidad de las casas de los alumnos y se genera otro tipo de conexión. ¿Cómo lo ves? ¿Cómo te metes en este personaje que se enamora de este alumno y tiene esta relación que obviamente es abuso?

Cuando me sumé a este proyecto fue como diciéndole a Gonzalo, si hay algo con lo que yo no estoy de acuerdo en la vida para nada es con la pedofilia, la pederastia, y los abusos en general, sea cual sea la magnitud del abuso, y sobre manera si es a menores de edad. Entonces partiendo de esa base, aceptar hacer este proyecto y participar de lleno en este proyecto también significaba para mí un desafío súper grande. Porque de alguna manera yo como actriz tengo que defender al personaje que interpreto. Los actores siempre tenemos que defender al personaje y defenderlo no significa justificarlo.

Defenderlo significa ponerse en su lugar y desde su perspectiva, actuar, actuar de acuerdo a sus convicciones, de acuerdo a lo que ellos consideran que es lo mejor y que están haciendo las cosas ya sea bien o mal pero desde su convicción. Entonces eso lo tenía muy claro conmigo, lo conversamos mucho con Gonzalo, compartíamos también el mismo punto por lo demás. También me parecía súper interesante tocar el tema del abuso, la pedofilia, la pederastia, en estos tiempos donde se están transparentando miles de redes de pedofilia a nivel mundial. Donde también en nuestro país han ocurrido casos de abuso y de maltrato a los niños, ya sea de instituciones como el Sename, y como de particulares cada vez que nos enfrentamos con noticias.

También me parecía súper importante y necesario mostrar este trabajo. ¿Para qué? Para generar una instancia y un conversatorio entre la gente que lo ve, entre ellos mismos, su familiares, el entorno. Porque igual es un tema que no es para dejarlo pasar, así como así. Esto de establecer límites, tanto de los padres como de los profesores o la educación. Hay un rol que es el ser padre, que es un criador, un educador y un criador, entonces para mí era súper importante plantearme desde antes la diferencia, establecer la diferencia de lo que es la educación, de lo que es la enseñanza.

El educador enseña, los profesores enseñan materias, enseñan ideas, enseñan conocimientos, pero los padres educan, los padres crían, la crianza es una educación. Y la educación son valores que también se refuerzan en el colegio, los educadores también refuerzan los valores. Sin embargo, los valores tienen que venir asentados desde antes, tiene que haber una primera instancia valórica desde la formación en la casa, ya sea con padre, madre, con abuelos, tíos, sea cual sea la actual familia que conforma el vínculo de crianza de los hijos. También eso hay que tenerlo súper claro, que hay amplios espectros de familias que crían hijos. Ya no es solo la familia tradicional papá-mamá sino que también puede ser papá, abuelo, tío, sobrino, hermanos, incluso padres-padres, madres-madres, en fin, es súper amplio. Pero lo que no es amplio y que tiene que estar siempre correcto es el rayado de cancha respecto de esta onda y yo como criadora, como educadora de un hijo pongo límites. Los límites significan que yo me hago cargo de una parte, de la educación y la crianza de mis hijos, y no entrego esa educación y esa crianza así gratuitamente, así como delegarla en un otro porque yo no tengo tiempo, porque no sé hacerlo.

Hoy día muchas veces los padres sienten que al estar pagando una educación, e incluso en educaciones públicas, sienten que el rol de la educación es de parte del colegio y se desresponsabilizan respecto de cierta educación de los hijos. Uno dice «en el colegio los están educando», después le piden a los profesores ayuda: «mire, en la casa no hace caso, se portal mal, ustedes acá no hacen nada, se supone que en el colegio los tienen que educar, tienen que aprender». Siento que hay un juego de palabras, de conceptos, que no está bien encausado respecto de los límites. Por otro lado, desde los educadores también, por esto mismo de tener que contenernos a alumnos que llegan, y los profesores se dan cuenta, también son seres sensibles, pensantes, inteligentes que perciben la sensibilidad de los alumnos, los conocen y saben cuando un niño viene débil o triste a clase. Ha sido maltratado, no ha dormido bien, está con preocupaciones porque en su casa hay preocupaciones o han discutido, han peleado con alguien de su familia, etc. Miles de problemas que pueden estar ocurriendo en su entorno y los profesores también, hay un límite de no transgredir cierta intimidad de los niños. Todo eso era súper interesante de plantearlo y ponerlo en el tapete en una obra como esta, donde además este personaje abusó de un niño, eso no se puede desconocer, eso es un delito, eso está ahí, eso fue y ocurrió.

También era interesante mostrar la perspectiva de que esta mujer la gente pudiera, desde algún lugar, decir «pobrecita ella también, qué terrible pero ella me da pena, encuentro que también su vida es…». Nosotros también ficcionamos porque no sabemos la realidad, esto está inspirado en ese caso. No significa que lo que yo hago en escena sea exactamente ocurrió. En base a ese suceso ficcionamos de cómo una mujer de 50 años, profesora de educación básica, de provincia, excelente profesora, etc. Luego de una larga trayectoria como docente, de repente hay un click dentro de su cabeza que se produce a partir de un suceso como este donde se ve expuesta públicamente a un enjuciamiento, a señalarla con el dedo, una investigación y toda una cosa por algo que ella estaba haciendo. Desde ese momento, en su mente algo cambia y se quiebra, y aparece este personaje que hago yo en esta obra. Una mujer que habla desde distintos lugares, defendiéndose, atacándose a sí misma.

Tiene una especie de narradora que la enjuicia, que la descalifica, también aparece una especie de niña que habla de ella, esa niña que se enamora y se iguala con este niño de esa edad. Aparece también la misma docente, aparece una mujer adulta, madre que de alguna manera compite, rivaliza, se pone en el lugar de rival de la madre del niño. En fin, como que sentí que distintas mujeres a ella la abordaban en su incapacidad de poder asumir lo que ocurrió. Había un historial que le creamos a este personaje que también había sido abusada en su vida, entonces también hay una cosa de haberse quedado detenida en un tiempo-espacio de su propia infancia, de su propia niñez. Luego en su adultez, de haber establecido relaciones tóxicas no sanas para ella, donde se vio súper traspasada, transgredida en su feminidad, en su interioridad, etc. Y cómo ella hoy día desde este rol, de sentir que está en una situación que no saben bien, es casi como que no recordara lo que le está pasando. Sin embargo, es un mecanismo evasivo de no enfrentar, de no querer asumir, de querer tratar de victimizarse, de sí ser honesta y transparente, de sufrir…Se ve todo en ella, eso es lo más lindo del trabajo que tratamos de hacer nosotros, de transparentar lo que le pasaba a una mujer que está en una situación como esa.

Y poner todos estos temas, que hoy día, además, con todo esto de la pandemia, de estar todos comunicándonos a través de internet se volvió nuestro medio de comunicación. Tal como lo señalabas tú cuando me lo preguntaste, aquí estamos filtrando nuestras intimidades, yo estoy desde mi casa, desde mi living, son espacios íntimos que se comparten y hoy día los alumnos también comparten este espacio con sus compañeros, no solo los pares sino que también con los profesores y es complejo, no es simple. No es lo mismo ir al colegio, a que desde el colegio ahora el profesor te ve por una pantalla y ve si detrás tuyo transita tu papá, tu mamá, tu perro, tu gato, si alguien te habla. Y cómo te hablan…»¡Ya estás jugando! Ah no, perdón, está en clase, no lo molesto hijo, voy a cerrar la puerta…

Es fuerte, y todo eso también hace que los niños hoy día, por ejemplo, se cierran un poco a esto. No encienden las cámaras, quieren no verse, que no los vean y solo escuchan, se conectan desde la escucha, porque sienten que es demasiado invasivo y porque no saben cómo manejar también esto y porque la familia tampoco sabe. Hasta para descilenciarse y poder opinar se está escuchando todo un ruido ambiente en su propio lugar, donde tampoco está teniendo el respeto que requiere en ese minuto para poder contestar sus preguntas en sus clases, etc. Entonces hay una sensación hoy día, siento yo, una sensibilidad muy grande frente a lo que es la conexión a través de la educación en estas plataformas.

¿Qué opinas de que el teatro ahora se haga online? No queda otra, pero me llama mucho la atención porque muchas de las salas están haciendo teatro online, buscando distintas formas como lo hizo Matucana 100, hay otros que hacen otras directamente de zoom, transmiten obras en vivo, otras pre-grabadas, etc. ¿Crees que es un formato que se podría decir que sigue siendo teatro? ¿Lo trabajaste de alguna forma distinto pensando que iba a ser online y no iba a ser en vivo? Con el director, Gonzalo Sepúlveda, ¿pensaron de que iba a ser online y había que hacer cosas distintas o fue un proceso igual que antes?

Desde el punto de vista creativo fue igual que antes. Trabajamos y escribimos esto pensando como si estuviéramos haciendo teatro presencial en cuanto al impacto que queríamos provocar y la reacción en la gente. Al realizarlo uno pierde un poco la perspectiva en el minuto. Yo también había hecho otra obra para el Mori, una comedia cortita, que escribió el Pato Pimienta que se llama Trajes de abrazo y estuvimos unos fines de semana en el Mori con el Willy Semler y la Kiki Rojo, en vivo, un Zoom que era en directo y después de eso habían conversatorios con el público, que es otra modalidad. Uno se olvida, sea esa a sea esta que fue un experimento teatral, es como un híbrido, una mixtura. Hoy día no puedo decir que esto es teatro porque no es presencial. Yo creo que eso es un tema para el tapete, para discutir, incluso hasta en el diccionario en la Lengua Española va a aparecer un nuevo concepto. Cuando uno se refiere a teatro tal vez va a aparecer otra definición también de lo que es el teatro, no sabemos en cuánto tiempo se viene a instalar esto.

Por otro lado, también hemos tenido la experiencia de la maravilla que significa que exista la posibilidad de hacerlo virtual, que la gente te está viendo de otros lugares que no podría. Por ejemplo, cuando hicimos Trajes de abrazo que era en directo en Zoom, me estaba viendo un hijo mío que vive en Estados Unidos, una amiga que también vive allá, gente en el norte, en el sur, en distintos lados de Chile y fuera de Chile, que no hubieran tenido jamás la posibilidad de venir a verte a esa obra, ese trabajo al teatro, salvo que nosotros hubiéramos hecho una gira presencial, que tampoco es tan inmediata y es tan directa, porque requiere de ficha técnica que va que viene, presupuestos que se aprueban, que no, que la fecha, etc. Miles de ajustes que tampoco es tan inmediato como ahora que se hace la obra, ya sea online o en directo o se graba por Zoom y luego se vende vía streaming y se va, y se transmite.

Entonces también ha sido beneficioso, de hecho la gente, mucho público en estos conversatorios o incluso en las clases online que yo hago, la gente me dice: «Cuándo me iba a imaginar yo, que vivo en Arica, que iba a estar tomando un taller online de La libertad de crear y la no libertad», como yo titulé mis talleres de creación artística, «Contigo, Solange Lackington, una actriz a la cual yo admiro, que veo en la tele de toda mi vida y ahora tenerte aquí tan cercanamente». Hay que verle la mitad del vaso lleno a esto, y desde ese punto de vista la gente está súper agradecida. Es más, esperan que una vez que se vuelva a lo presencial, no se pierda esto de la plataforma, de que se pudiera seguir transmitiendo obras así, a través de la virtualidad porque les llegan y tienen acceso a poder verlas. Yo estoy súper agradecida de que Matucana 100 haya tenido esta iniciativa de empezar a reinventarse así, con obras de teatro grabadas en la sala, sin público, obviamente. Es una mezcla, de teatro audiovisual, no sé cómo llamarlo, es una cosa que vamos a tener que inventarle…va a surgir seguramente, hay mentes mucho más creativas que la mía que ya le habrán inventado el nombre. Pero para mí es como un teatro audiovisual, una mezcla de teatro-cine, porque se trata de hacer de la mejor manera posible, con cámaras de cine, más acabados, en fin. Es distinto, es nuevo y no sabemos por cuánto tiempo más y mientras sigamos teniendo la posibilidad de contactarnos con la gente y comunicar también, porque somos comunicadores de alguna manera, somos responsables y comunicadores, entes sociales que estamos aquí para transmitir y enviarle mensajes de toda índole a la gente.

¿La obra siempre se pensó como monólogo? ¿O pensaron en algún minuto en incorporar el personaje del alumno?

No, siempre estuvo contemplado como monólogo. Ni el alumno, ni a la madre del alumno ni nada. Siempre estuvo considerado como unipersonal.

¿Qué te parecen los monólogos en general? ¿Te gustan? ¿Habías hecho otros monólogos antes?

Sí, me encantan. Yo había hecho el año 2011 o 2012, ahí en mi sitio web que sale todas las cosas que he realizado que lo puedes ver ahí, está bien bonita mi página. www.solangelackington.com. Yo hice una obra de teatro que se llamaba Redoble fúnebre para lobos y corderos de Radrigán, que dirigió Rodrigo Bazáes en el Teatro U. Católica en el 2012 o 2011. Eran tres piezas teatrales de Radrigán en una, y la mía era un monólogo, era el último, Isabel desterrada en Isabel, que es un monólogo de Radrigán. Entonces ese fue mi primer acercamiento a trabajar sola en un monólogo y me encantó, lo pasé increíble, fue muy bonito ese trabajo además. Recibí muy lindas críticas, el montaje en general estaba muy hermoso y me gustó mucho esto de estar sola en el escenario y tener la responsabilidad, no es fácil, de la emocionalidad en completo del público porque depende solo en ese minuto de ti, tú eres responsable absoluto si va siguiendo la historia, y de las reacciones que va teniendo y el feedback es una cosa muy bonita, percibir eso ahí solita es bien power. Ya lo había hecho y me encantó hacerlo.

Luego de eso, escribí una obra, un unipersonal que todavía no lo he hecho pero creo que lo voy a empezar a trabajar. El 2014 escribí una obra que se llama Dos más dos son cuatro que también es un unipersonal de una mujer que lo hice para hacerlo yo. El 2017 lo terminé, lo retomé, porque lo escribí y lo había dejado como guardado y después lo volví a retomar y lo terminé de armar. Creo que ahora ya es tiempo de también pensar en montarlo, no sé si desde esta virtualidad, si en un teatro grabarlo también o tal vez el próximo año la manera de hacerlo presencial.

Para el próximo año también tengo proyectos teatrales que espero que se puedan hacer presenciales, como un remontaje que vendría siendo una especie de reestreno nuevo de una obra hermosa que se llama Quitapenas del Danilo, una obra que ya se había hecho antes que es una obra, no es musical, pero si tiene canciones, tiene canto, muy nuestra, que está ambientada en la noche de San Juan, en uno de estos típicos bares que están cerca del cementerio que se llaman siempre quitapenas, de personajes que deambulan ahí todo, muy linda. También otros proyectos teatrales para el próximo año que espero que puedan hacerse presenciales, y entremedio tal vez el mío, de empezar a ver cómo hacer mi unipersonal. Entonces ahora cuando me invita a trabajar este proyecto que es un monólogo, bien, me encantó, porque me parece que por estos tiempos también es más fácil hacer estos trabajos.

Había incursionado en stand up, sola, en el verano de principios de este año en el Cachafaz con un espectáculo que titulé Toma cachito de goma que eran como tres personajes en uno que yo hacía que era como desde la mujer sola, la mujer cesante, revisitando ese personaje que yo alguna vez hice que era la Estrellita que era como mi plus que yo le estaba dando al formato del stand up, que me caracterizaba ahí en escena delante del público del personaje la Estrellita para hablar un poco de la inspiración, lo inspiracional que ahora quería trabajar de barman en un crucero. Había también incursionado en un unipersonal desde el humor a través de esta plataforma del stand up. Siento que sí hoy día está más propicio el escenario, a hacer trabajos sola porque no tienes contacto con nadie y está más cómodo por las condiciones sanitarias que nos encontramos nada más.

Te quería preguntar por el tema de la falta de ayuda que ha habido al sector cultural en la pandemia. Todo lo que ha pasado con el Ministerio de Cultura que no ha podido realizar muchas medidas para ayudar al sector cultural que se ha visto muy perjudicado, de los sectores más perjudicados, porque la mayoría de los trabajadores culturales trabajan a honorarios, a veces a muchos no les da para los bonos porque no cumplen con los requisitos, entonces ha sido un sector súper desprotegido. ¿Qué opinas de lo que ha pasado con la cultura en este momento?

Terrible, qué te puedo decir. Siento que si bien es cierto hay una pandemia mundial, hay una pandemia nacional y hay una pandemia gremial nuestra. Para nosotros ha sido terrible porque de verdad hemos sido, no sé si el más porque no lo sé, pero uno de los sectores más desprotegidos sin duda. Tal como dices tú, muchos no calificamos para nada. Lo único que recibimos ha sido el 10% de las AFP y que además la mayoría de nosotros, los artistas, como normalmente hemos tenido un trabajo súper inestable no hemos sido muy previsores, de imponernos rigurosamente desde los primeros 20 años que uno empieza a trabajar y por distintas razones, una, porque nunca creímos en el sistema, porque no nos parecía que era lo correcto. Sea como sea, los ingresos que tenemos la mayoría de los artistas, no digo todos, pero muchos, no son tantos tampoco a la hora de estos dineros para la jubilación, por esto también la jubilación en los artistas son paupérrimas y muchas veces tenemos que estar recurriendo a las pensiones de gracia que entrega el Estado a través de alguna entidad, alguna ayuda porque no hemos tenido una Ley Laboral, recién nos estamos incluyendo al sistema de la ley de los trabajadores.

No es fácil, no calificamos para los bonos tampoco, para las 500 lucas, nada, porque tampoco estábamos en el rango, ya sea porque uno en esa época ya sea que ganó mucho menos y no ganaba nada más o porque estaba por sobre la media de lo que te calculaban un período mensual porque estaba justo en un año o en un período o proyecto en que ganaste un buen dinero. Tú tienes que saber cómo dilatarlo en 12 meses cuando te lo concentran en seis meses. Es muy extraño desde el lugar donde nos encontramos, muy desprotegido, nos quedamos sin la posibilidad de hacer nada porque muchas otras gentes se han reinventado con el teletrabajo, han seguido trabajando mucho desde sus casas. Muchas empresas han protegido a sus trabajadores, manteniéndoles sus sueldos, etc. Para que estén en sus casas, algunos han tenido que salir a trabajar igual pero han tenido la posibilidad de una continuidad, nosotros nos quedamos sin nada, porque lo nuestro es todo presencial tanto el teatro, el cine, las telenovelas, las clases, todo. Y de repente uno ha tenido que empezar a reinventarse en la cocina, con emprendimientos de cocina, otros hemos hecho emprendimientos de clases online, de talleres, y miles de otras cosas.

Pero sí, es corroborar una vez más, tristemente, que lo cultural no tiene un valor para nuestra sociedad, sino que para algunos, para nosotros, los que creemos y desde esas pequeñas parcelitas en las cuales uno habita trata de dar lo mejor siempre para que la gente que recibe nuestro trabajo, nuestra entrega, nuestra creación, diga «wow, qué interesante es la cultura, qué necesaria es». No solo por el placer de entretenerlos y divertirlos, sino que de información y de todo un poco. Lamentablemente, es tener que estar siempre convenciendo a más gente de que es importante que la cultura esté presente, no podemos desaparecer, como desapareció el ramo de Historia y Filosofía en el colegio. Entonces ahora el teatro o el arte en general, ¿qué? ¿lo vamos a hacer desaparecer? No, no se puede. El arte es la entidad, es la carta de presentación de un país, una sociedad se muestra no solo a partir de los hechos históricos que se narran de lo que va ocurriendo sino que también de lo que socialmente está pasando y creativamente está pasando en el arte. Va representando eso, la poesía, la danza, la música, el cine, el teatro, plasma, va diciendo, somos voces que vamos contando lo que está pasando, quiénes somos y qué nos está ocurriendo. Es triste constatar que nuestro país no nos considera, no considera que la protección del arte sea importante y necesaria.

Cuéntame de otros proyectos que tengas en carpeta. ¿Alguna otra obra que se venga? ¿Qué ha pasado con las teleseries? Entiendo que algunas teleseries se están grabando, de hecho creo que una se suspendió porque hubo un contagio. ¿Algún proyecto de teleserie o de otra obra? 

Por ahora no, no estoy en concreto con proyectos de teleserie. He estado en conversaciones con la posibilidad de ingresar a una de ellas que no puedo hablar todavía hasta que ellos no lo oficialicen. De teatro, yo creo que vamos a tratar de continuar con Libertad 1209, no sé si presencialmente más adelante en el mismo Matucana o vamos a venderla nosotros a distintos municipios a lo largo de Chile, tratar de continuar con la obra porque es muy interesante que la gente la vea.

He estado dedicada a hacer otras cosas también, acabo de terminar de arrimar un proyecto que presenté a los fondos y así, distintas cosas, clases.

Ficha artística 

LIBERTAD 1209

Dramaturgia y Dirección: Solange Lackington y Gonzalo Sepúlveda

Actriz: Solange Lackington

Del 01 al 18/10

Jue a dom 20 hrs.

Los tickets para las funciones del programa “Paga lo que puedas” tienen un valor de $2.000, $4.000 y $6.000.

60 min.

+18

 

 

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