Critica de serie “Alguien tiene que morir”: Género opaco de una telenovela

 

 Por Noelia Barrientos

La exquisitez de la telenovela latinoamericana amenizó las tardes de las familias españolas en los años 90, transportándonos a universos en los que se engendraban hijos ilegítimos, se prodigaban abortos no deseados, inconcebibles adulterios y encuentros románticos prohibidos que (casi siempre) acababan saliendo a flote. Esa era la única recompensa de meses y meses de compromiso con tramas que se ahogaban en la reiteración y exageración expuestas al límite. Laca escandalosa para sujetar peinados imposibles. Maquillajes capeados que endulzaban los tonos de piel. Nombres arrebatadores de los que aún nos acordamos, José Fernando y Esmeralda, no podían ser menos. Todo estaba permitido en esos cuentos televisados que mantenían en vilo a decenas de espectadores. Sin quererlo también, como un barniz invisible, estábamos estereotipando la cultura latina, a base de acentos, hipérboles, laca de uñas y promiscuidad antiadherente.

Hace un par de años, el director y guionista mexicano, Manolo Caro, reformulaba este formato cuando presentó La casa de las flores, una apuesta transgresora y valiente para desempolvar el culebrón a la antigua usanza y redefinirlo bajo el apodo de “telenovela millennial”. El producto, con tres temporadas ya presentadas en la plataforma Netflix y un capítulo especial entre la segunda y la tercera, nos cuenta la travesía de la familia de la Mora, desde las nuevas temáticas que atañen a nuestra sociedad actual. De hecho, según avisan algunos críticos, hablamos de una trama “pansexual”, término que hace referencia a aquella atracción romántica y sexual hacia todo tipo de seres, independientemente de su género y sexo. Es lo que podría denominarse libre albedrío en estado puro. Y resulta. A la aparición mastodóntica de la protagonista y primogénita de la familia, Paulina de la Mora interpretada con carisma por Cecilia Suárez, se suman una serie de apariciones estelares como las de Paco León, en la piel del exmarido transexual de Paulina; Paz Vega, Miguel Bosé o Leticia Dolera, haciendo de este curioso formato un recurso efectivo al culebrón tradicional que, libre de prejuicios, atraviesa con su frescura y brillo a cualquiera, convirtiéndose de paso en un estandarte del colectivo LGBT.

https://www.youtube.com/watch?v=DjcFvXfyydU&feature=youtu.be

De la mano de este éxito, y cuya última temporada ha sido presentada este 2020, Caro acaba de presentar, también en Netflix, Alguien tiene que morir, una miniserie de apenas tres capítulos que, ojo al dato, no llega a sucumbir a los estereotipos propios de la telenovela, pues está ambientada en la España franquista de los años 50. No obstante, algunas de las fórmulas que le resultaron para La casa de las flores han sido rescatadas. Entre ellas, una Cecilia Suárez, que transforma de manera pasmosa su acento y se convierte en una mujer abnegada a la sombra de su marido; un reparto sobresaliente coronado por Ernesto Alterio y Carmen Maura; y, de nuevo, la temática homosexual como telón de fondo que, en los tiempos que corrían, está oculta tras silencios y condenas, destapando a su paso una realidad de violencia y homofobia hacia los que, sin salir del armario, vivían su intimidad a la sombra.

https://youtu.be/kbZynsTzu9Y

Si bien la trama muestra con timidez algún ápice de curiosidad sobre todo al principio, los hilos argumentales se tornan previsibles y explotan en el último tramo, casi de forma exagerada. Como si la familia Falcón (la protagonista) estuviera dispuesta a acabar con su linaje a golpe de cronómetro. La fotografía y los recursos audiovisuales tan característicos de Caro, y que se dejaron ver con soltura en la telenovela millennial, salvan en algún punto esta nueva propuesta, que no llega a concretarse como un lanzamiento sólido. Ni siquiera la actuación de una incombustible Carmen Maura nos rescata de este lánguido relato en un momento de inflexión de la dictadura franquista que, superado el bache de la posguerra, opera a máximo rendimiento con el aliento de Estados Unidos en el cogote. En definitiva, de la millennial pasamos a la versión más opaca de una telenovela. Una que no deja pasar la luz y nos hace buscar en el fondo de ese bosque a un Paco Léon que nos amenice con un poco de brillantina.

 

Ficha Técnica

Título: Alguien tiene que morir

Reparto: Ernesto Alterio, Carlos Cuevas, Ester Expósito, Carmen Maura, Mariola Fuentes, Alejandro Speitzer, Cecilia Suárez , Isaac Hernández 

Año: 2020

Duración: 50 min.

País: México-España

Director: Manolo Caro

Guion: Manolo Caro, Fernando Pérez, Monika Revilla

Fotografía: Ángel Amorós

Música: Lucas Vidal

Género: Drama. Thriller

Distribuidor: Netflix

 

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