Entrevista a Laura Pizarro de Teatrocinema: “Lo que nosotros hacemos aporta al pensamiento crítico, a que seamos seres humanos más llenos”

 

Por Galia Bogolasky 

Entrevistamos a la cofundadora de Teatrocinema, creadores de la obra El sueño de Mó, que se está presentando en CorpArtes. Es una obra familiar de esta destacada compañía nacional (Sin sangreLa contadora de películas), que aborda la historia de un ser llamado Mó que recorre diversos parajes luego de que un cometa cae en el desierto en el que vive. Además de tener la interesante propuesta visual de esta compañía teatral, que conjuga elementos del teatro, el cine y la visualidad del cómic, es la primera obra familiar de la Compañía y tiene un trabajo actoral especialmente pensado para un público familiar, basado en la pantomima y la gestualidad. Esto fue lo que la destacada actriz, guionista y directora de arte nos contó. 

Cuéntame, ¿cómo surgió El sueño de Mó? La primera obra familiar de Teatrocinema. 

Básicamente por ampliar este espectro. Ampliar las audiencias, el poder llegar con un cuento de la Compañía que invitara a la contemplación, que invitara a la asociación, que fuera este cuento simbólico, pero pensando en una audiencia pequeña.

¿Cómo fue para ti enfrentarte a esta nueva propuesta de CorpArtes, de presentarla online?

Como una oportunidad, dado en los tiempos en que estamos y una oportunidad para llegar transversalmente a distintas instancias o grupos de personas. Esa es la gran motivación, en realidad, ha tenido pocas posibilidades de visualizarla, de mostrarla.

¿Cómo fue el proceso de creación de la obra? ¿Cuál fue el punto de partida de la historia y cómo la crearon artísticamente con la Compañía?

Fue un trabajo colectivo. La búsqueda de aquello tenía que ver con rescatar la contemplación, rescatar cómo podíamos seguir una historia a través de solo un personaje con los elementos de la visualidad y de lo musical, de lo sonoro. Por lo tanto, es invitar a esa contemplación y atravesarlos por los elementos: tierra, aire, mar. Acercarnos un poco a aquello y, también, luego empezamos a descubrir esta línea simbólica que siempre ha tenido la Compañía y cómo poder aplicarla a una audiencia menor. Se buscó este cuento iniciático en que el personaje, de alguna manera, va a despertar su lugar, su parte femenina. De ahí empezaron a aparecer, con toda esta serie de contenidos e ideas se fue perfilando la historia.

¿Cómo funcionan como compañía? ¿Todos hacen todo? o ¿Tienen áreas que cada uno ve por separado? Por ejemplo, Juan Carlos Zagal se encarga de la música.

Zagal es el compositor musical, con algunas excepciones que ha habido de algunas canciones, en algunas obras, que ahí también han participado otros de otras compañías. Básicamente, él es el compositor musical, él es el director también ya que en el momento en que la Compañía se comenzó a agrandar se necesitaba una visión desde afuera porque se conjugaban muchos elementos. Por otro lado, el equipo creativo somos el grupo de actores junto a Zagal, junto a los que trabajan en multimedia y ahí hay una propuesta de creación colectiva de parte de todos. Los otros roles que hay, son roles de producción o administración de la Compañía o también de búsqueda de gestiones. Más allá de eso, el trabajo técnico que asumimos todos, de alguna manera, con personas que son especializadas, como un agente técnico que es Luis Alcaide, como el sonidista que en el caso de fue Ignacio Morales, como Max Rosenthal o los muchachos que también ayudaron a toda la animación, que los hemos llamado para diversos trabajos como ayuda para el trabajo multimedia, que es muy arduo. También está Montserrat Quezada y Francisco Jullian.

Ustedes tienen un sello que venían haciendo con La Troppa y después con Teatrocinema. Ustedes se caracterizan por mezclar teatro, cine, cómic e incorporar distintos elementos visuales como las proyecciones, aparte de la música, la puesta en escena. ¿Cómo llegan a esa propuesta teatral-conceptual? ¿Cómo llegan a convertirse en esta compañía que hace este tipo de teatro, híbrido entre cine, teatro, cómic, etc.?

Son búsquedas, me remonto bien atrás cuando fuimos La Troppa, nos avocábamos a esta búsqueda de un lenguaje propio en el sentido de que los integrantes que éramos. Era a partir de nosotros, con cada una de nuestras miradas individuales, desde donde se producía este investigar, buscar y llegar a lo que queríamos entre los que éramos. Eso mismo se ha aplicado siendo Teatrocinema y, además nos avocamos a confundir distintas materialidades. Ya he trabajado mucho con la materialidad teatral en sí, pero mezclarla con todo lo que era con el mundo virtual y poder confundir estas dos herramientas, de hacer un solo cuerpo, una cosa orgánica entre el actor y esta visualidad virtual y, además, la materialidad con la cual trabajamos. Tiempos de mucho ensayo, de muchas pruebas, de equivocaciones, de aciertos. Tiempo de búsqueda, de investigación, de creación, y de ir encontrando una estética que nos representara tanto en la visualidad como en el contenido. También fue una forma de encontrar una narrativa aprovechándonos de esas nuevas herramientas.

¿Cómo llegan a las historias? ¿Cuáles son las temáticas que quieren contar?

Tiene harto que ver con apreciación del mundo en que estamos parados. Han sido de diferentes maneras cómo hemos encontrado o cómo hemos creado una obra a partir de cero, pero es lo que uno percibe y cree que es necesario poner en un lugar de reflexión o de mostrar cierto contenido, que, para los momentos precisos creemos que son los indicados. Esas son nuestras búsquedas, siempre pensando con el desarrollo interno, desde la individualidad, buscando ese autoconocimiento, que sea en beneficio al lugar de donde estamos parados. También, según los momentos, hay críticas sociales muy fuertes, hay críticas de época fuertes, pero todo tratando de llevarlo a ese espacio de enfrentarnos a un tema y poder reflexionar de él.

¿Tienes alguna obra, ya sea de La Troppa o Teatrocinema que sea la más querida o la más importante para ti? 

Siempre es difícil elegir una o hablar de una. Ha habido hitos muy importantes como Gemelos, también Sin sangre, que fue la primera obra que hicimos con este formato, pero ha habido como Historia de amor, con lo fuerte que era en término de contenido, pero toda la visualidad que se encontró también. La misma Contadora de películas, haber adaptado una novela de Hernán Rivera Letelier donde nos enfrentábamos a un pasado de este país, pero que también nos traía reminiscencia a lo que se estaba viviendo en el momento. Entonces, todas tienen una particularidad, todas son resultados de un momento y de esa búsqueda o investigación del momento, entonces es difícil elegir una. Ha habido unas que son más hitos que otras, pero uno se involucra en cada una de ellas, siempre desde el mismo afán, desde la misma intención de encontrar y de crear una obra bella y que signifique.

Dentro del proceso creativo y los distintos aspectos que conlleva la obra desde la escritura hasta la puesta en escena, ¿Cuál es el mayor desafío de todo el proceso de trabajo?

Son bastante arduos todos. Si tomamos la Contadora de películas, en este caso, o el mismo El sueño de Mó, que hay un gran trabajo de mesa, por así decirlo, ya sea en una adaptación donde se crea un guion y después viene el story guion que llamamos nosotros, que cada una de las secuencias o escenas que están planteadas, se les propone una visualidad y luego viene en conjunto a los actores y el director con la música y que también se ha ido realizando. Estar en el escenario, está juntamente con construcción ya sea de utilería o de maquinarias que necesitamos y conjunto a todo este mundo, que es un trabajo de hormiga. Va a la par con el trabajo, más allá del storyboard que se hizo al comienzo, se empieza a descubrir en el escenario, entonces, son procesos, cada uno de esos procesos son largos y exhaustivos, por eso generalmente nos demoramos bastante en entregar algo nuevo, porque son horas y meses en estar abocados a esta nueva experiencia.

Estuve en una charla que hicieron en junio en CorpArtes, “Luz, diseño y escenario”, con el director de arte de Teatrocinema Vittorio Meschi. Él contaba que era un proceso colectivo, en el que todos daban sus ideas, pero también hay una propuesta del director de arte y de la Compañía. La visualidad es súper importante porque es algo que marca el estilo de la compañía ¿Cómo ves ese proceso de trabajo a nivel de dirección de arte?

Ese proceso de trabajo también se va descubriendo en este trabajo de mesa y desde ahí se van tirando las líneas de cuál es esa estética que contenga la historia. Todo aparece por bocetos, luego se llega a esos conceptos que ya empiezan a tener un volumen en términos estéticos y después en el escenario se va afinando. Pero esas propuestas también nacen de este gran trabajo colectivo que es este trabajo de mesa donde se empiezan a tirar las líneas más gruesas y ahí a depurar.

¿Se les ha ocurrido alguna propuesta estética primero y que de ahí llegue la historia o, en general, parte de la dramaturgia?

Generalmente de la dramaturgia, de la historia que se quiere narrar. Se le busca un símil con lo estético, por ejemplo, en Historia de amor, que es donde se trabajó más el cómic, tenía claramente que ver con el nivel de violencia que había en la obra y, por lo tanto, extrapolarlo a ese lenguaje del cómic lo llevaba a un lugar estético totalmente distinto. Nunca hemos trabajado de una manera realista, pero aquí claramente el cómic, ese alto contraste entre el blanco y el negro nos ayudaba al contenido que tenía la obra.

Ustedes siempre han estado explorando nuevos formatos e incorporan harto la tecnología, entre las proyecciones, la música y la puesta en escena. Además, cómo se va fundiendo el actor, el personaje real con el cómic, el dibujo o la proyección. ¿Cómo lo ven a futuro? ¿Qué nuevas tecnologías podrían incorporar?

Siempre las herramientas han llegado por las necesidades, de contenido o necesidades estéticas. Por ejemplo, en la Contadora de películas, el último gesto que había fue bajar las pantallas para que también quedara de manera tácita que estaba todo este corpóreo teatral que sostenía esto. Luego, en Plata quemada, que fue la última obra que se estrenó, ya no tenía esa pantalla delantera, sino que la diseminamos, la dividimos en objetos, en pequeñas proyecciones que hacían un todo con los actores que estaban ahí. De alguna manera, una obra tras otra, van abriendo pequeños caminitos y ahí aparecen otras herramientas. En el año que hemos vivido, que ha sido imposible estar en un lugar ensayando, todo está en la cabeza, porque estamos en creación y ha aparecido un juego con lo pictórico, entonces, son cosas que tenemos que empezar a probar a medida que ya uno se pueda instalar en el teatro. Está todo en la cabeza y en lugares muy pequeños. Pero de ahí se van a aplicar otras cositas más.

Ustedes han tenido muchas giras internacionales, han pasado por muchos festivales muy reconocidos y su trabajo es muy respetado a nivel internacional. ¿Cómo ven esta experiencia de montar sus obras en distintos escenarios del mundo? ¿Cómo es el público extranjero con respecto a la audiencia chilena?

Es una maravilla haber podido hacer todo lo que hemos podido realizar hasta el momento. Poder llegar a públicos tan distintos, distintos idiomas, pero de alguna manera, también nos refuerza el hecho de que lo que estamos narrando o las obras que han estado ahí también logran tener una conexión con estos distintos públicos. Por lo tanto, lo que estamos trabajando, lo trabajamos de una manera un poco más universal. Es mirar al ser humano como un ente capaz de autoconocerse y de resolver sus potencialidades. Generalmente lo que sí nos ha pasado es que, si hay un nexo y vinculación más allá del idioma, a los distintos que nos hemos enfrentado y se puede transmitir la emoción y se puede vivir como se vive con la audiencia chilena, esa parte misteriosa que tiene el acto en vivo, este rito teatral que lo hace único. Se han logrado esos momentos, que empiezan a trascender. La obra misma es en sí sola y se transmite como tal a distintas audiencias.

Cuéntame sobre proyectos a futuro, dijiste que estabas en un proceso de creación en este momento ¿se puede adelantar algo?

Lo que pasa es que estamos en eso, estamos con un guion que ya lo elaboramos, estamos queriendo empezar a ensayar, pero como está muy difícil la apertura de los teatros, se está atrasando mucho esa posibilidad, entonces, empezar a hablar ahora creo que es demasiado antes. Esperamos en enero poder hacer un festival al aire libre desde la Aldea del Encuentro, junto con Santiago a Mil, donde vamos a poder mostrar nuevamente el trabajo que se hizo con la Sinfonía de Mahler, acá en Chile se han hecho tres funciones. Pero estamos viendo todas las posibilidades para poderlo hacer. Así como nos invitaron a hacer esa creación, que es una manera de acercar la música o el canto lírico o esta sinfonía, a mayores audiencias. Tanto lo que sucedió en Los Ángeles, cuando lo hicimos, o cuando lo hicimos acá en el Teatro de la Chile, obviamente la visualidad te envuelve en un mundo de esa gran música y te hace viajar, te logra acercar a los que son más lejanos de todo eso. Esperamos que eso se logre hacer, para reforzar que la experiencia teatral es en vivo y es lo que, tanto el público como los que lo hacemos, nos es totalmente necesario, porque es así donde surge esa cosa única, esa posibilidad de ceremonia y de rito. Lo que tiene esto de la virtualidad y de hacer así las obras, se llega a lugares en que quizás jamás va a poder llegar o es muy difícil que llegue una pieza para allá, por lo tanto, hay más gente que lo puede ver, pero obviamente carece de esa emoción que es el estar en vivo, eso lo tengo bastante claro. Quizás hay que empezar a conocer este nuevo formato para realizar creaciones pensando en cómo utilizar este formato que trascienda un poco a este 2D que es la pantalla.

Te quería preguntar tu opinión acerca de lo que está pasando en términos culturales durante la pandemia y los dichos de la ministra de las Culturas Consuelo Valdés.

Con las palabras de la ministra, qué agotador. Es que ni siquiera pasa a ser polémica, en este lugar que vivimos siempre ha sido difícil, uno siempre tiene que estar desde una resistencia enorme. Los que nos hemos dedicado a la creación por tantos años, nuestra vida tiene que ver con lo que realizamos. Siempre vamos a estar encontrándonos con un ninguneo y ahora con estas últimas palabras de la ministra es como una nueva cachetada. Somos ciudadanos los que realizamos creaciones artísticas, es un medio que está muy mal en este momento, porque desde hace un año ha sido muy difícil hacer funciones y estos encuentros con el público. Por algo uno le ha dedicado la vida a esto, porque sentimos, sabemos y estamos seguros que es de real importancia para todos nosotros. Porque son las ventanas que nos comunican con otras cosas, que va más allá de la realidad concreta que nos rodea, y son espacios necesarios para todo ser humano. Si uno se acuerda de la Contadora de películas, ahí está clarísimo, cómo alguien que no tiene ninguna posibilidad de nada, su vida, su felicidad, su plenitud, tiene que ver en cómo transmitir ideas. Lo que nosotros hacemos aporta fundamentalmente al pensamiento libre, al pensamiento crítico, a que seamos seres humanos más llenos. No somos ganado, no somos clientes, no somos ciudadanos que sólo necesitan pan, comida, techo, salud, obviamente, salud, cómo no. Si estuviéramos bien educados seríamos todos más libres de lo que somos. Empieza a ser muy fuerte como está el ambiente, nos volvemos a encontrar con tanta sordera, con tanta negación. Creo que es un momento crítico, pero como hemos sido resistentes hasta acá, vamos a seguir siendo resistentes, porque confiamos plenamente que es necesario, es un derecho para cada uno de nosotros.

El sueño de Mó

Duración: 50 minutos

Audiencia: mayores de tres años

Entrada liberada, cupos limitados.

Disponible entre el 30 de octubre y el 1 de noviembre.

Reserva de tickets: https://nido.corpartesdigital.cl/  

Ficha artística:

Dirección general: Juan Carlos Zagal

Guion original: Juan Carlos Zagal, Laura Pizarro, Daniel Gallo, Christian Aguilera, Julián Marras, Sofía Zagal

Elenco: Daniel Gallo

Música original: Juan Carlos Zagal

Animación y postproducción: Francisco Jullian, Vittorio Meschi, Sebastián Pinto y Max Rosenthal

Manipuladores Escénicos: Laura Pizarro, Julián Marras y Christian Aguilera

Registro audiovisual: Vittorio Meschi

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