Por Paula Frederick
De cierta forma, todos tenemos nuestro jardín secreto. Un lugar que aunque no sea especialmente escondido o lejano, nos hace sentir apartados del mundo, protegidos, una dimensión imaginaria o física que es toda nuestra, donde podemos ser libres. Para la protagonista de El jardín secreto, la pequeña Mary, ese lugar es un jardín abandonado. Luego de perder a sus padres en la India de la post-guerra, es enviada a vivir a la casa de su tío millonario y recientemente viudo, Archibald Craven (Colin Firth), una ostentosa mansión en Inglaterra. Ahí, mientras se escabulle entre las cientos de habitaciones de la lúgubre propiedad y se escapa de la flemática ama de llaves (Julie Walters) que sigue cada uno de sus pasos, Mary descubre la llave del jardín secreto de su difunta tía, un lugar abandonado a la suerte del tiempo que Archibald ha querido olvidar tras la muerte de su esposa. Poco a poco, el jardín volverá a florecer y adquirirá nuevos colores, al mismo tiempo que Mary y todos quienes la rodean recuperarán sus ganas de vivir.
La novela de Frances Hodgson Brunett, publicada en 1911, ha sido llevada a la pantalla grande en muchas ocasiones, entre ellas una versión en 1949, 1987 y 1993. A estas se suma la nueva entrega de 2020, nacida en plena pandemia y era de incertidumbre, que sigue fielmente el espíritu y la atmósfera de ensueño de todas las versiones anteriores. La idea de una infancia interrumpida que, como la naturaleza y las flores, busca siempre la nueva primavera, un brote que le permita volver a renacer, a fluir, a desplegar todos los colores de su esencia.
La propuesta del director Marc Munden es osada, desde el minuto en que decide hacer una nueva versión de una historia infinitamente contada, que de cierta forma ha marcado la infancia de muchas generaciones. Quizás, los tiempos que corren requieran de una historia como ésta, que no esconde su voluntad de contar un cuento de hadas con un final feliz. Un relato que tiene como punto de partida la desesperanza y la pérdida de la fe en la vida y que a medida que sigue su flujo va in crescendo, recuperando paso a paso el sentido de las cosas, de cada flor que crece, de cada pájaro que canta y guía la ruta hacia un lugar mejor.
El jardín secreto, más allá de la forma que tome, es un motivo de constante inspiración. Porque persiste en la idea de hacer de la naturaleza una fuente prima de sanación, donde todo puede volver a florecer, donde cada proceso sigue su curso de forma natural, sin apuros ni trucos. Donde hay un tiempo para sufrir, otro para sanar y luego, el más definitivo, para disfrutar de la vida en su máxima expresión y entender todos los obstáculos del camino. Así se desarrolla la película, con absoluta naturalidad, desplegando distintos niveles narrativos que al final confluyen en la misma dimensión: el arco emocional de cada uno de los niños, del tío millonario que ha perdido la alegría, de la mansión abandonada que retoma su calidez, del jardín abandonado que vuelve a brillar con sus mejores colores.
Al final, la invitación es a buscar nuestro propio jardín secreto, que puede encontrarse en algún lugar escondido del mundo o ser parte de nosotros mismos. Y que siempre tendrá tierra fértil para volver a germinar.
FICHA TÉCNICA
Dirección: Marc Munden
Reparto: Dixie Egerickx, Colin Firth, Julie Walters, Edan Hayhurst, Maeve Dermody, Sonia Goswami, Jemma Powell, Amir Wilson, Albert Giannitelli, Lee Starkey, Anne Lacey, Isis Davis, Chloe Stannage, Jackson Kai, Abdul Hakim Joy, Tommy Surridge, Paul Dean-Kelly, Billy Jenkins, Paul G. Raymond.
Guion: Jack Thorne (sobre una novela de Frances Hodgson Burnett)
Música: Dario Marianelli. Fotografía: Lol Crawley
Año: 2020.
Duración: 99 min.
País: Reino Unido.
INFORMACIÓN DE CARTELERA
Película: El Jardín Secreto
Fecha de estreno: jueves 4 de febrero
A través de Cining la sala online de Cinemark y Hoyts
Valor entrada: $ 3.900
Distribuye: BF Distribution