PREMIOS EMMY Crítica de serie “Bridgerton”: La guerra social para las señoritas debutantes

Por Javiera Hojman

La serie Bridgerton, en español Los Bridgerton -el apellido de la familia protagonista- nos traslada a la época en que los títulos nobiliarios, las épocas sociales y los bailes de debutantes eran comunes, tan comunes que las familias se definían de acuerdo con las reputaciones e impresiones que generaban en estas instancias. Los ocho capítulos que componen la primera temporada causaron impacto suficiente para darle una nominación en la categoría Mejor Serie Dramática de los premios Emmy, así como una nominación al actor Regé-Jean Page como Actor Principal de Serie Dramática. Con todo este éxito, Netflix ya confirmó el estreno de la segunda temporada para este año, y también confirmó la producción de las temporadas tres y cuatro.

La historia de la familia Bridgerton está relatada en una serie de novelas de época escritas por Julia Quinn para adolescentes, compuesta por ocho libros, y parte del impacto de la serie tiene que ver con que su productora es Shonda Rhimes, conocida por su tendencia al drama y los personajes con historias de sufrimiento -por ejemplo, Grey’s Anatomy y Private Practice-. En este caso, la productora nos muestra un drama histórico en que se mezclan elementos telenovelescos con una trama del estilo de Gossip Girl, donde todas las familias están siendo observadas por una voz misteriosa y preparada para publicar todos sus secretos, con el pseudónimo de Lady Whistledown.

La serie sigue a la viuda Bridgerton y sus ocho hijos, cada uno con sus rasgos particulares y un poco estereotipados: el hijo heredero que no quiere asumir esa responsabilidad, el hijo artista, la hija sarcástica e intelectual que se aleja de cómo deben ser las señoritas, en fin. La protagonista es Daphne, que está justo en edad de “debutar” -no muy distinto al concepto menos elegante de “estar en edad de merecer”-, es decir, empieza a ir a los bailes elegantes de esta temporada social para mostrarse al mundo como una mujer de familia decente en edad de casarse. Así, entra oficialmente en este mundo de competencia por los solteros más codiciados, con mejores títulos nobiliarios y mejores posibilidades de aumentar el status familiar, versus todo el resto de las mujeres solteras.

Es muy importante tener en cuenta que, si bien estamos hablando de una serie de época, esta no es bajo ninguna circunstancia una representación realista de la historia. Hay algunas cosas que son bastante precisas, como las exigencias sociales con respecto a la reputación de las familias, la importancia que se daba a la temporada de bailes, los sorprendentemente lindos paisajes y palacios ingleses, pero también hay algunos elementos que podrían generar confusiones en los observadores menos informados. La reina de Inglaterra, por ejemplo, es una mujer viuda y de raza negra, y el protagonista de la historia romántica es un -guapísimo- duque afrodescendiente.

Es ahí donde me pregunto qué debe primar en una serie de drama histórico: ¿es más importante representar los hechos de forma coherente con la historia, o es válido considerar los valores que queremos que nuestra sociedad actual tenga y promover la diversidad y la igualdad? Creo que en este caso las libertades artísticas dan una especie de respiro, permiten que nos muestren una serie un poco distinta al resto de las historias de familias nobles que ya conocemos. No se trata, en ningún caso, de desmerecer los hechos verdaderos: la nobleza inglesa jamás ha tenido una reina afrodescendiente, y lamentablemente sigue pareciendo una posibilidad muy remota. Tenemos una muy entretenida serie, con una trama romántica bonita -aunque con detalles cuestionables, ya voy para allá-, pero es absolutamente ficticia y no representa la realidad. El universo de la serie, con toda la magia y belleza que tiene, no es el mismo que el universo en que vivimos los espectadores.

La relación que se establece entre Daphne y Simon también tiene sus complejidades. Si bien es la clásica historia que ya hemos escuchado muchas veces de la mujer inocente que busca un pretendiente aprobado por su familia y el soltero indomable que no quiere comprometerse con nadie, todo lo que ocurre entre ellos ocurre por las razones equivocadas. No es, como algunas personas han dicho, una historia de empoderamiento femenino. Se trata de una relación que se arma desde los vacíos legales y las trampas, se sostiene a partir de las mentiras y tiene como punto cúlmine un episodio de violencia sexual que lamentablemente muchos críticos interpretaron como empoderamiento.

Bridgerton es una historia de un universo totalmente ficticio, que tiene lugar en el año 1813 en que la discriminación racial no existía, y nos muestra una historia de amor que está lejos de ser ideal o deseable. Con esas dos premisas en mente, recomiendo absolutamente darle una oportunidad a la serie, y si ponen “reproducir” con la expectativa de ver un drama entretenido e intrigante en el marco de una sociedad de élite, probablemente la van a disfrutar tanto como yo. Especialmente en el momento en que descubrí quién era la misteriosa Lady Whistledown, la Gossip Girl de época que jugaba a dificultarles las vidas a los personajes.

Ficha técnica

Título original: “Bridgerton”

Temporadas: 1 (actualmente)

Cantidad de capítulos: 8

País: Estados Unidos

Productora: Shondaland

Fecha de estreno: 25 de diciembre 2020

Elenco: Julie Andrews, Phoebe Dynevor, Regé-Jean Page, Jonathan Bailey, Nicola Coughlan, Claudia Jessie, Adjoa Andoh, Lorraine Ashbourne, Sabrina Bartlett, Joanna Bobin.

Plataforma: Netflix

 

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