Crítica de danza «Ella, nosotras y yo»: un viaje a lo desconocido

Por Macarena Lira Cabrera

Una propuesta coreográfica y audiovisual de Teatro Butoh, que habla del devenir del tiempo, lo femenino y la memoria, a través de una mujer y sus fantasmas del pasado.

Este es el resumen de la obra de la Compañía Ruta de la Memoria, la cual logra nuevamente un éxito con su estreno Ella, nosotras y yo. Caracterizada por seguir con la memoria como su eje discursivo, ahora la decisión fue mucho más allá. El unipersonal de Natalia Cuellar realmente me dejó plasmada en el asiento del teatro.

Antes de iniciar la obra, extienden la invitación a vivir esta nueva experiencia sonora y visual que propone la Compañía. Mediante la danza, el pasado viernes 8 de octubre, logré viajar al pasado. Un pasado oscuro y triste, viviendo una realidad desde la perspectiva de miles de mujeres que fueron exiliadas de sus países de origen. Que en una maleta tuvieron que meter todos los recuerdos y con ello seguir adelante. Lamentablemente, no es una realidad muy alejada a lo que siguen pasando miles de familias hoy en día en distintas circunstancias, que por diferentes motivos deben dejar sus países, sus barrios donde crecieron y conformarse con una maleta con sus pertenencias más preciadas.

Natalia Cuellar exploró el butoh desde otro lugar, incluyó su voz en diálogos que permitieron darle una emoción más profunda a lo que estábamos viviendo como espectadores. Que haya incursionado en la expresión oral verdaderamente le suma a esta obra, cada diálogo que aportaba quedaba dando vueltas y vueltas en mi cabeza, y lograba que cada vez más me ponía en sus zapatos.

Su expresión corporal y facial fue increíble, se podía apreciar en cada momento lo que sentía, como espectador llegaba a sentir empatía por ella y lo que estaba viviendo, el tener que dejar un lugar e irse a otro completamente nuevo. Se podía notar el temor de seguir adelante, a lo desconocido, a una nueva realidad, pero que finalmente debía hacerlo igual.

Además, el tener paneles en que se iban proyectando imágenes, ayudan mucho más al espectador a entender ese dolor y angustia por la que puede estar pasando la intérprete. Uno entiende más como todo va quedando atrás, desvaneciéndose.

No puedo dejar de mencionar el trabajo de iluminación que tuvo Raimundo Estay, que daban el contexto perfecto a cada situación que Natalia ameritaba en escena. Son un equipo increíble.

Los dejo a todos invitados a que vivan en carne propia lo que pude experimentar yo sentada en el teatro. Todo gracias a la fantástica interpretación de Natalia. Vean ustedes mismos la magnitud de la obra. Estará disponible hasta el 16 de octubre en el Teatro Camilo Henríquez.

Ficha artística

Dirección: Natalia Cuellar Díaz

Asistencia Dirección:  Raimundo Estay Correa

Elenco: Natalia Cuéllar Díaz

Diseño de iluminación: Raimundo Estay Correa

Música: Pablo López Rojas

Técnico: Juan Rodríguez Zúñiga

Producción: Leonel Cornejo Rojas

Disciplina: Teatro Butoh

Duración: 45 min

Compañía Ruta de la Memoria

 

 

 

 

 

 

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