Por Joaquín Pinto
El pasado viernes 14 de enero estuvimos en el lanzamiento del IX volumen del libro Ensayos sobre Artes Visuales: Perspectiva de género en el arte latinoamericano que organiza el Centro de Documentación de Artes Visuales (CEDOC). En esta ocasión entrevistamos a su directora Soledad Novoa Donoso, quien nos cuenta sobre el concurso y su misión, enfocado para investigadores e investigadoras más jóvenes que comienzan a introducirse en la revisión historiográfica.
Para su novena versión el libro aborda la temática de «Perspectiva de género en el arte latinoamericano» con la publicación de 5 ensayos de las investigadoras Sofía Romero Alvial Estrategias travestis en la construcción de la identidad Latinoamérica, Galia Arriagada Reyes Silencio rebelado. Tres acciones de Paula Baeza Pailamilla, Ignacia Barros Cáceres Las hijas y el padre: una lectura de El padre mío de Diamela Eltit y Lotty Rosenfeld y Macarena Bravo Mujer, artista y surrealista: tres miradas sobre la obra creativa de Susana Wald. Los ensayos fueron escritos en 2019 previo estallido social y hoy, tanto las autoras como sus objetos de estudio, han tenido un desarrollo posterior relevante, manifestando un potencial crítico e investigativo.
Si bien la publicación del libro se detuvo a causa de la pandemia, el concurso se encamina hacia su décimo primera versión. Con sus años de trayectoria el CEDOC ha logrado sostenerlo como un clásico en el espacio de publicación académica, con el objetivo de proyectar cada vez mejor a sus investigadores e investigadoras jóvenes.
¿Cuáles fueron las dificultades a las que tuvieron que enfrentarse para sacar esta nueva publicación del noveno volumen del concurso de ensayos? En ese sentido, ¿por qué la demora? y ¿Cómo enfrentaron estas dificultades?
La principal dificultad fue que nos agarró la pandemia y, además, ha sido un período bastante movido. Yo asumí en septiembre del 2019. Vino octubre y la revuelta y luego en marzo la pandemia, entonces se vieron todos los procesos un poco cortados. Sobre todo porque, frente a la pandemia, quedamos muy desconcertadas de cómo seguir con el trabajo. Por un lado, nuestras energías durante los primeros meses, se volcaron bastante en pensar y repensar eso. Luego, había temas que eran prácticos. Desde el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, parte de nuestro presupuesto fue entregado para intentar paliar un poco los efectos de la pandemia en el sector. Independientemente cómo evaluemos esa gestión, de todas las áreas de trabajo nosotros entregamos nuestro presupuesto para eso. Entonces se juntaron varias situaciones. Fue como volver a incorporarse y retomar las cosas que teníamos pendientes, una de esas sin duda era esta publicación. El décimo concurso también lo hicimos el año pasado, el 2020, como correspondía. Ese año fue de mucho trabajo interno. Muchas de las cosas que hicimos abiertas a todo público fueron virtuales, fue un ámbito que nos ayudó a fortalecernos mucho, pero las energías estuvieron focalizadas en eso.
Las dificultades fueron entre otras, retomar el contacto con las autoras. Lo decía ahora Galia, su texto es del año 2019. Cuando retomamos el 2021, ella decía «¿cómo va a salir ahora este ensayo? Con Paula Baeza Pailamilla (artista abordada por la investigadora), por ejemplo, pasaron muchas cosas. Fue como robarles el tiempo ahora, dos años después de haber sido escritos los ensayos para retomar el tema y ajustar ciertas cosas.
Hay un trabajo editorial que ha sido bastante interesante, bastante potente. En el caso de Macarena fue muy bonito porque estábamos viendo la exposición (En busca de lo inasible bajo la curatoría de la autora) al mismo tiempo que estábamos editando los textos y ella siempre lo dice: gracias a ese texto a ella se le ocurre hacer la exposición. Hubo dificultades, pero también hubo cosas interesantes y bonitas, como esto, de Macarena. Por otra parte, las dificultades administrativas propias de lo público siempre inciden, pero yo creo que finalmente todas quedamos super contentas con el resultado del libro.
Respecto al concurso ¿Qué objetivo cumple la publicación de estos ensayos? Y también algo que llama la atención del concurso, y que refiere también al mismo CEDOC, es esta revisión y rescate de archivo que mencionaron en la presentación.
No hay que olvidar que el concurso nace al alero del CEDOC y este se instala inicialmente en el Centro Cultural La Moneda. Cuando se inaugura el CEDOC en el Centro Cultural La Moneda, uno de sus objetivos, evidentemente, era buscar cómo estimulamos – si estamos en un centro de documentación – el uso de los materiales que están alojados en el centro de documentación. Así surge el concurso de ensayos y, por supuesto, es algo que no se ha perdido y no se va a perder nunca. Ese es uno de los grandes objetivos del concurso, poner a disposición y estimular la escritura, la investigación, en base a fuentes primarias de la bibliografía que alojamos. El libro cumple un objetivo fundamental que, como decía María Laura, cuando nos dedicamos a la escritura y a la investigación, normalmente y sobre todo quienes somos de generaciones más viejas, no tenemos dónde publicar. El libro es la ventana fundamental para difundir la investigación y, sobre todo en este caso, la investigación más joven. Ese es un objetivo clave que sin duda se mantiene, que vamos a mantener y seguir profundizando. Luego viene, no solo publicar el libro, sino cómo difundimos el propio libro, cómo lo distribuimos. Son pasos que se van dando para intentar mejorar año a año.
También hay una mirada que se renueva en los archivos, porque son generaciones más jóvenes las que se están acercando al pasado. En ese sentido ¿Qué sería lo contemporáneo que pudieran abarcar estos ensayos? Y, por otra parte, ¿Qué sería lo situado? Porque también la publicación y la temática es sobre «Perspectiva de género desde Latinoamérica»
Efectivamente, lo contemporáneo tiene varias aristas. Cuando hablamos de ensayos sobre arte contemporáneo es que estamos intentando renovar una mirada a períodos que a lo mejor aparecen como si ya fueron suficientemente escritos, revisados, etc. A lo que se suma la producción más actual, evidentemente nos interesa la producción historiográfica y teórica latinoamericana. Ahí hay un trabajo super consciente de fortalecer, de estimular aquello. No ha sido una condicionante necesariamente en todos los concursos, pero que hasta ahora ha estado siempre presente. Se habló en los primeros concursos sobre arte chileno y de ahí se amplió a lo latinoamericano. Pero no solo – y por lo menos ese es nuestro interés – entendiendo prácticas, obras o artistas latinoamericanos sino también a partir de la producción teórica y producción historiográfica. Cómo, con nuestras fuentes, también comenzamos a hacer ese giro y ya no solo se mira a la producción teórica e historiográfica norteamericana o europea, sino cómo también empezamos a conocer nuestros propios referentes más cercanos. Por ejemplo, me gustaba mucho el ensayo de Galia en el que ella, entre los artistas que trabaja, es una colectiva peruana que es el grupo Chaclacayo y yo creo jamás nadie en Chile haya escrito antes o citado si quiera a Chaclacayo. En Perú son super importantes y cuando hablamos de Perú y ampliamos un poquito, en Latinoamérica son super importantes también.
Sobre la selección de los ensayos ¿De qué manera pueden dialogar más allá de la temática que los convoca?
Yo creo que es super interesante, porque no hay cómo controlar eso. Nosotras ponemos una temática que marca, valga la redundancia, un marco teórico, contextual si se quiere, un marco temporal, en fin; y luego que llegue lo que llegue. Eso es una riqueza del concurso, la diversidad de miradas, la diversidad de enfoques, la diversidad de análisis y de los «objetos de estudio». Creo que es super interesante, hay una riqueza que nutre al concurso y también a la labor de las y los jurados. Hay una cosa bien estimulante.
¿Cómo se puede acceder a la publicación?
Nuestro plan de difusión y distribución es que queremos llegar a todas las escuelas de arte, por lo menos. Se puede consultar en el CEDOC. Hay una serie de otras instituciones y bibliotecas a las que vamos a enviar ejemplares. La idea es subirla también en PDF a nuestro sitio web y quienes estén interesados e interesadas en tener un ejemplar físico sin duda pueden escribir al CEDOC y solicitarlo.
Cuéntanos sobre los futuros concursos y publicaciones
El décimo concurso está ahora en proceso y el décimo primero lo vamos a lanzar este año. Todavía no tenemos clara cuál va a ser la temática de la convocatoria. Pero yo creo que cada vez que alguien habla o me escucha hablar del concurso siempre me dicen «el concurso ya es un clásico». Eso es super reconfortante y es un reconocimiento al trabajo de quienes instalaron el concurso y de quienes lo desarrollaron hasta ahora, en estas diez versiones. Yo creo que es un espacio único para investigadoras e investigadores que están recién comenzando. Busca inyectar frescura a la reflexión teórica y por lo mismo consideramos también muy importante introducir el premio. Nos parece que también es un estímulo y un espaldarazo, en el fondo, una forma de apoyo entre quienes sabemos lo que cuesta dedicarse a la investigación y el valor que eso tiene. En la medida en que vamos recibiendo más ensayos en cada convocatoria, este se va fortaleciendo y va cobrando cada vez más valor; en el valor en la sociedad, en el valor simbólico de lo que hacemos, que muchas veces no es suficientemente reconocido. Supuestamente, esto lo hacemos por hobby o lo hacemos porque es muy bonito, pero ¿Cuál es el valor que hay ahí? Solo vamos a lograrlo cuando hagamos circular los libros, hagamos circular nuestros ensayos y logremos instalar en la visibilidad pública el valor de este trabajo.