Por Consuelo Laclaustra
Este 22 de enero se dará fin a la exhibición Perspectivismo o El Terremoto de 1960 desde el Panku en Museo Mac Quinta Normal, y frente a la situación actual en la investigación y divulgación de las ciencias sociales desde el desastre, y los objetos de cambio para entender la cultura, es que su director y creador Ignacio Gutiérrez Crocco nos cuenta del proceso creativo y lo que entendemos como arte desde la mirada del perspectivismo, y el desastre natural desde el terremoto de 1960 desde las sociedades en la Araucanía, específicamente, desde la comunidad Lafkenche, y cómo se traduce en la obra inmersiva en 360º.
¿En qué consiste el perspectivismo y como se aplica en el proyecto artístico que está en Quinta Normal?
La investigación busca traspasar o traducir al estudio etnográfico a una obra que permita mayor divulgación de las ciencias sociales y en particular a estudios del vínculo entre sociedad y medioambiente, al entender que las ciencias sociales han monopolizado los estudios sobre los desastres, y trata de estudiar las relaciones humanas con los fenómenos de la naturaleza, de ahí parte la instalación de la obra y un estudio que hicimos sobre cómo recordaban las comunidades lafkenches sobre el terremoto de 1960. Cuando surge esto de la obra, cuando se postula a Fondart de Arte y Ciencias, los objetivos que se propone es a través de un doble diagnóstico: las ciencias sociales tienen dificultades en su divulgación, y en segunda parte hay una falta de información sobre cómo interpretamos los desastres. Cuando nos enfocamos en el estudio y en las nuevas formas que abordo, tiene que ver con dejar de pensar la experiencia de otras comunidades, y sobre todo sociedades con tradiciones, pueblos indígenas u originarios, dejar de pensar que su experiencia sobre los desastres son conocimientos sobre un mundo particular, sino darle un vuelvo ontológico, preguntarse sobre lo que existe desde ese contexto, un terremoto situado, y dejar de pensar en pensamiento locales, sino pensar en otros terremotos y, otras naturalezas y hacer una reflexión en torno a los múltiples mundos que conviven, y que es a través de los fenómenos que uno puede entrar esos múltiples mundos. Y en particular el mundo lafkenche, que es que a partir de un fenómeno que son disruptivos en el medio ambiente se develan las formas en que las personas y sociedades se relacionan con lo que existe. Perspectivismo es un concepto que fue propuesto por Vivero de Castro, antropólogo brasileño, que se enfoca en estudios con sociedades amazónicas, y es parte de este giro ontológico, porque vuelve a la pregunta sobre qué existe en estas sociedades particulares, y plantea el concepto de perspectivismo, para referirse, a aquello “que corresponde a un ser de ideas y prácticas común entre las sociedades indígenas americanas en la cual el universo es experimentado por diferentes agencias subjetivas, tanto humanas como no humanas, pero que comparten un alma genérica”. Entonces, qué es lo que tiene en particular este concepto, es hablar del animismo, sobre sociedades que perciben lo no humano con agencias subjetivas. Vivero de Castro propone el perspectivismo como una idea que uno puede reconocer perspectivas en otras agencias; en la roca, en los animales, en distintos agentes humanos y no humanos, y que debiese tomarse en serio como un modelo para entender lo que existe, también para nosotros como occidentales. Es un concepto metafísico. Al final, yo puedo hacerme preguntas sobre el mundo o tratar de traducir esa perspectiva. Es un modelo teórico y de apreciación que me permite entender qué dice el terremoto, y tomarlo en serio, como una posición analítica.
¿Por qué se reniega u omite en estos estudios los agentes no humanos?
Yo creo que partimos de la base que a los desastres le decimos desastres naturales. Desde los ‘60 se empezó a entender que sociedad y cultura, y naturaleza era una división arbitraria y que se puede pensar desde una visión que la sociedad afecta la naturaleza y viceversa. Y cuando lo establecemos así lo encasillamos, porque ahora tratamos de llamarlos catástrofes y no desastres, y eso hace que las ciencias naturales o duras, especialmente la de la geología, hasta cierto punto habían sido monopolizadas, porque se entendía el desastre como amenaza. Pero desde hace tiempo, las ciencias sociales empezaron a discutir la definición del desastre y el riesgo, no solo desde la amenazan y sino como algo estudiable desde las ciencias de la amenaza, para empezar a comprender que el desastre se constituía tanto por la amenaza como la vulnerabilidad, y la vulnerabilidad estaba constituida por distintos factores, como las forma sociales y cómo identificaban el medio y el ambiente. Las ciencias sociales empiezan a comprender las relaciones con lo humano y el ambiente.
¿Por qué crees tú que las ciencias sociales no han podido abordar estas temáticas? ¿Es arbitrario?
En la actualidad estamos viendo un retorno hacia la pregunta de lo no humano, en filosofía después de Kant, se hace una distinción entre lo que está afuera y lo que el ser humano percibe, se dejó de lado un poco las cosas, al no tenerla de manera directa, y ahí se quedó afuera lo no humano en la participación de lo social, pero en las últimas décadas hemos pasado por un nuevo giro, de cómo existen o qué cosas existen además de lo que podemos experimentar, entonces lo que estamos metidos ahora y la obra, es que uno se encuentra con una sociedad, como los lafkenches, en que las cosas tienen otras funciones, no son algo inanimado inerte que solamente es objeto de intervención del ser humano, sino que son partícipes del mundo social, y esa es la clave del perspectivismo. Y en esas sociedades es tradición. Estamos volviendo a ocupar la idea de lo no humano como agente, pero en estas sociedades siempre han estado ahí, como en la roca panku. No se tomaba en cuenta porque seguíamos llamándolo desastre natural, viendo la naturaleza como una visión que separa lo que es cultura con la naturaleza. Cuando era chico, me hablaban de las leyes de la naturaleza, como si fueran inalterables, y que el humano es subjetivo a la cultura, mientras que la naturaleza está ligado a las leyes de la naturaleza.
¿Crees que esto tiene que ver con las ideas antropocentristas o qué el impacto de las ciencias naturales tuvieron un impacto en cómo consideramos las ciencias sociales?
Cuando se habla de cuando viene el pensamiento occidental moderno, hablamos de 1700, cuando se habla de la distinción entre lo que se percibe y lo que está afuera. Cuando se generan dualidades entre naturaleza y cultura, lo experimentado y lo que está afuera de la percepción, llega en un momento en que esto se asume. Se asume que existe naturaleza como algo distinto a la naturaleza. Pasó cuando las ciencias naturales hablan de lo no vivo como algo sin acción en el mundo social. Cuando se hace la distinción entre ambos conceptos es lo que se discute hoy en día: naturaleza y cultura. Ahora está cambiando todo, en integrar lo no humano en lo social, lo social no solo afecta la naturaleza, como el concepto de antropoceno, en los saltos sociales están implicadas las cosas, y las cosas funcionan como actores en este ensamblaje que corresponde a lo social. Lo social son las asociaciones que hacemos. A mi me empezó a interesar ver esta noción de realidad, pero desde el desastre. Y cuando llegué, llegué a una sociedad que está ultra sabido, cuando llegas a otras sociedades originarias este conocimiento siempre se ha tenido, y esta forma de experimentar fue tajantemente rechazada por las ciencias naturales. Yo no creo que todas las sociedades del mundo la vean de manera dual, porque está la dualidad de la luz, y hay otras más, pero en particular a la que me refiero es cultura y naturaleza, hay una distinción entre lo que es lo cultural y tiende a vincularse en lo social, que es un error.
Cuando empiezas a ver las relaciones con las sociedades mapuches, y aquí vuelvo al perspectivismo, donde desde Vivero de Castro lo tomo para ver la experiencia Lafkenche. La idea del perspectivismo ya lo han usado otros autores, para entender que las comunidades Lafkenche hay múltiples subjetividades en diferentes cosas, humanas y no humanas, y todas contemplan un alma genérica.
¿Cómo entra el rol del arte dentro de esta investigación desde las ciencias sociales?
Yo vengo de las ciencias sociales, la obra viene de las dificultades de las ciencias sociales en la divulgación de las ciencias sociales. En los temas terrestres la geología ha monopolizado la conceptualización, y ahí es donde entra el arte para ayudar a la divulgación de un estudio científico, y que es lo que publicamos en 2015 a través de este estudio etnográfico. Y esos artículos en general no los lee nadie, pero a través del arte alcanzas otro público y otros medios para hacer análisis y divulgación, porque se abre a otro tipo de conocimiento, el arte facilita mucho lo que el paper no hace como conocimiento descriptivo, y el arte presenta el conocimiento evocativo, no solo en el otro pero en mí mismo también. Por un lado, esto me ayuda a divulgar y generar experiencias de ese conocimiento, donde logramos incorporar mejor la información pero también sirve como método reflexivo para investigar el fenómeno del estudio. La instalación inmersiva, me permite ver un mundo desde otro mundo, como es el museo como en esta experiencia en 360º, y este mundo tiene una entrada y puedes atravesar desde un afuera hacia un adentro, esta instalación me permite esta experiencia evocativa, y con las proyecciones y movimientos, podemos vivenciar pero de manera reflexiva como investigador del terremoto me permite hacerme preguntas sobre estos tránsito de mundos, y que sucede con este mundo mismo que actúa por sí mismo, que es el caso de la instalación por sí mismo, ese seudo panku está funcionando, esa roca que existía en el lago budi, hay algo que lo está simulando acá. y esto me ayuda a generar reflexión del terremoto del ‘60 pero desde la encarnación de la obra de arte, y permite generar nuevas reflexiones, y de la instalación inmersiva en particular.