Por Galia Bogolasky
Licorice Pizza es el nuevo film de Paul Thomas Anderson, nominada a mejor película, mejor director y mejor guion original en los Premios Oscar.
La película narra la historia de dos jóvenes; Alana Kane (Alana Haim) y Gary Valentine (Cooper Hoffman), en el Valle de San Fernando en 1973. La película nos muestra las complejidades por la conquista del primer amor, y el camino de descubrimiento de la vida adulta.
Escrita y dirigida por Paul Thomas Anderson (Boogie Nights, Magnolia, Phantom Thread), Licorice Pizza recorre la historia de un exitoso joven de 15 años que se enamora de una mujer de 25, por lo que la conquista se hace cuesta arriba, pero nada lo detiene, ya que apenas Gary conoce a Alana, se da cuenta que es la mujer de su vida.
La historia comienza con una escena notable, que ocurre el día de la toma de fotografías en el colegio donde estudia Gary, con un diálogo tan perfecto, y tan Anderson, ya que mezcla humor, ritmo, genialidad, que en breves minutos, nos presenta a los protagonistas de la historia, entregando mucha información, sobre su personalidad y sus motivaciones, algo clave y muy complejo de lograr en una sola escena en el cine.
Gary es un actor infantil-juvenil consolidado, que además trabaja en el negocio familiar, por lo que no tiene una vida del típico joven quinceañero. Mientras que Alana es una joven que tiene un trabajo esporádico y no tiene su futuro asegurado, como él. Esa diferencia entre un joven mucho menor, pero con la vida resuelta, y una chica mayor, pero sin grandes objetivos en la vida, hace que conecten de una manera fascinante.
Por lo que la cinta logra, en un poco más de dos horas, hacer un recorrido por esta amistad, tan especial, como contradictoria, dónde chico conoce a chica y ella no quiere nada más que una amistad, pero el carisma, personalidad y devoción de él, logran generar un vínculo inquebrantable entre ellos.
Una de las particularidades de esta cinta, es que Anderson pone a una pareja de jóvenes protagónicos, que no son la típica pareja de Hollywood, sino que son personas muy “normales”, ya que su atractivo se centra en la personalidad de los personajes, logrando que se roben la pantalla.
Cooper Hoffman es hijo del reconocido actor Phillip Seymour Hoffman, quien fue el eterno, pero talentoso, secundario, y que precisamente, por no ser especialmente atractivo, no logró grandes protagónicos. En esta cinta, su hijo lo logra, y con creces, lo que le debería haber dado la nominación a mejor actor en los Premios Oscar. Pero a pesar de no haberla obtenido, tiene un futuro promisorio en el cine. Alana Kane también logra destacar en su primer protagónico, como la “girl next door”, como dicen los gringos, es decir, como una chica común y corriente, pero que logra cautivar con su personalidad, calidez y espontaneidad.
La historia se va desarrollando mientras Gary busca oportunidades profesionales fuera de la actuación y crea un emprendimiento de camas de agua, al que invita a Alana y juntos lograr crear un negocio exitoso, algo impensado hoy en día para un joven de 15 años, pero en los 70, en Estados Unidos, no era algo inusual. Todos querían lograr el “sueño americano” y ese camino podía comenzar muy tempranamente.
La película va mostrando la historia de una amistad soñada entre Gary y Alana, ya que juntos experimentan una serie de vivencias tan intensas, como divertidas e insólitas, tales como un encuentro con un actor famoso (interpretado por Sean Penn), un desquiciado productor de Hollywood (que interpreta Bradley Cooper) y un candidato a alcalde que no ha salido del closet (Benny Safdie).
Licorice Pizza logra resaltar a la pareja protagónica, al mismo tiempo que aparecen tramas secundarias con grandes actores, que logran potenciar aún más el fiato entre los protagonistas, logrando crear situaciones notables, e impensadas. Sin embargo, Anderson abusa de estas historias secundarias generando un cierto desorden en la narración, que desvía la atención de lo que importa de verdad, que es esta “coming of age story”, que es el proceso de búsqueda personal de Alana y Gary, ya que en su propio paso a la adultez, se encuentran, para recorrer ese camino juntos.
La ambientación es impecable, ya que la época de los años 70 en Estados Unidos es retratada a la perfección, desde la dirección de arte, el vestuario, los íconos pop, y la música, logrando llevarnos a una época dorada a nivel creativo, y al mismo tiempo dramática a nivel político y social, con el trasfondo de la Guerra de Vietnam y la crisis del petróleo.
La cinta tiene una escena que cabe destacar, como una de las mejores de los últimos años a nivel cinematográfico, cuando Gary y Alana corren, en paralelo, en distintos momentos, hasta encontrarse, sin mostrar el encuentro. Es una secuencia fascinante a nivel de montaje y de propuesta cinematográfica, que nos remonta a la tan memorable escena de la lluvia de ranas en Magnolia.
Paul Thomas Anderson, una vez más, nos trae una cinta tan bien lograda, en todo aspecto, desde el desarrollo de los personajes, el retrato de una época y el tono preciso entre diálogos y secuencias notables, como el estilo cinematográfico, tan personal, que lo ubican en un excelente lugar para obtener alguno de los importantes premios de la Academia de Hollywood, que tanto se merece.
Por Javiera Hojman
La película Licorice Pizza, que se traduciría literalmente como “pizza de regaliz”, es una especie de comedia dramática y romántica. Hasta el momento, la obra dirigida por Paul Thomas Anderson ha causado un gran impacto en el mundo del cine, lo que le ganó una nominación a los premios Oscar en las categorías de Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion Original. La película está ambientada en los años 70, y elementos como la escenografía, el vestuario y la música son perfectamente coherentes con eso y nos llevan a una época que para muchos podría ser nostálgica.
La controversia de la trama está en la relación romántica que se establece entre un adolescente de 15 años, actor, y una mujer de 25. Tenemos experiencia viendo en el cine y en la literatura historias de “amor” con diferencias de edad marcadas, pero usualmente los géneros están invertidos, y curiosamente, en este caso eso parece no ser un problema. No es tan fácil resumir la historia que se cuenta en la película, porque está llena de mezclas de temas, cambios de foco y elementos que la vuelven confusa y poco coherente.
Destacan, indudablemente, las actuaciones de los dos protagonistas, Alana Haim y Cooper Hoffman. Ambos actores emergentes, logran cumplir con sus roles de forma natural, libre de estereotipos, y se arma una interesante química entre ellos. El resto de los personajes, en general, tienen roles un poco forzados: Bradley Cooper, por ejemplo, aparece en un papel que bordea lo ridículo y no aporta mayor sentido a la trama, salvo porque trae a la memoria la figura de Barbra Streisand (que no aparece ni es relevante para la historia).
La película ha tenido una muy buena recepción por parte de la crítica, y hay algunas partes de su guion que son destacables y en que los diálogos efectivamente nos recuerdan momentos de la historia. Sin embargo, en la película nos sueltan al azar un montón de temas inconexos y no profundizan en ninguno: podemos ver las dificultades de una familia judía, los problemas económicos vinculados con la industria del petróleo en los años 70, las dificultades de la fama en la adolescencia, pero todo eso escondido detrás de tramas de camas de agua inflables y cambios laborales sin mayor lógica.
Es, al final, una comedia con dos protagonistas muy bien elegidos, que destacan a pesar de no tener mucha experiencia, y con un guion que podría ser muy bueno si la trama estuviese mejor armada y tuviera puntos claros de partida y de término. Licorice Pizza, pizza de regaliz, es una película que, de hecho, no tiene ni pizza ni regaliz en ningún momento de la historia. ¿No es eso ya un indicador de que estamos entrando en una propuesta llena de guiños y fragmentos que invitan a una trama que realmente no está ahí?
Ficha técnica
Título original: “Licorice pizza”
País: EEUU
Director: Paul Thomas Anderson
Producción: Born Studios, Metro-Goldwyn-Mayer, Focus Features, Ghoulardi Film Company
Duración: 133 minutos
Fecha de estreno: 17 de febrero, 2022
Elenco: Alana Haim, Cooper Hoffman, Bradley Cooper, Tom Waits
Distribución: Andes Films