Por Jaime Ahumada
Pareciera que el pasado, con el transcurso del tiempo, va quedando oculto por capas y capas de presente, cada vez más inaccesible. Sin embargo, este siempre puede encontrar formas de volver a la superficie para alcanzarnos, e inclusive, abrirnos una puerta hacia otros lugares aún más oscuros y recónditos, a los que nunca hubiésemos querido acceder. Esta es la propuesta que trae The Cellar —o Escalera al infierno para Latinoamérica—, la nueva película de terror escrita y dirigida por Brendan Muldowney.
Ésta nos presenta la historia de Keira (Elisha Cuthbert), una mujer que se ha mudado recientemente a una casa grande y antigua, junto a su esposo Brian (Eion Macken), su hija adolescente Ellie (Abby Fitz) y su hijo mejor (Dylan Fitzmaurice Brady). Apenas llegan, y mientras revisan las distintas habitaciones, comienzan a notar que todas tienen extraños símbolos sobre sus puertas, y que algo extraño ocurre, sobre todo en el sótano de la casa. Si bien, en un principio nadie quiere asumir dicha extrañeza, rápidamente se verán obligados a hacerlo cuando Ellie, la única que manifestaba su descontento por la casa, desaparezca misteriosamente mientras bajaba las escaleras hacia el sótano. La búsqueda por Ellie y la indagación en el pasado de la casa, llevarán a la familia a encontrarse de frente con el terror.
La trama de la película avanza rápidamente hacia el ocultismo y lo propiamente demoníaco haciendo uso de un, en un primer momento, interesante recurso: las matemáticas. Una misteriosa fórmula tallada a los pies del último escalón del sótano, los cuales a su vez estaban todos numéricamente marcados del uno al diez, y la reiteración del contar como presagio y llave hacia la tragedia. Sin embargo, esta posible nueva dirección nos termina llevando por el mismo viejo y gastado camino que ya conocemos.
Muldowney nos presenta una historia con la que ya había coqueteado en el 2004, con el cortometraje The Ten Steps. En este, de forma similar, una muchacha baja 10 escalones al sótano para enfrentarse a lo desconocido. Dentro del terror, el subgénero de la casa embrujada es uno de los más comunes y lleva bastante tiempo, siendo historias como la de The Amityville Horror (1979) y Poltergeist (1982) las que marcaron pauta, mientras que otras como la saga de El Conjuro (2013) y Sinister (2012) han demostrado en los últimos años que está lejos de agotarse, y que se puede seguir reimaginando. Lamentablemente, The Cellar no logra lo mismo.
Si bien la historia presenta ciertos aspectos prometedores, las actuaciones y el estilo de dirección, ambos completamente planos, dificultan mucho la conexión del espectador con la historia. Los momentos tensos y los sustos existen, sobre todo gracias a la música utilizada, pero no logran compensar por el resto del desarrollo de la historia, en donde, pese a que hay una niña desaparecida y símbolos demoníacos en la casa, a nadie pareciera importarle mucho nada.
Por otra parte, la historia resulta poco original y llena de adornos que resultan extraños, ya que nada aportan: una historia sobre cómo un accidente volvió un genio matemático a un personaje secundario, el que Ellie sufriera bullying o que tenga inclinaciones anarquistas, las extrañas pinturas ocultas en las paredes del sótano o el gran proyecto en el trabajan Kiera y Brian, son líneas que no llevan a ningún lugar. Todo esto lleva a que The Cellar sea una película de terror de manual que, tal como deben hacer sus personajes para abrir la puerta hacia lo tenebroso, sigue una cuidada fórmula que poco innova.
Ficha Técnica
Título: The Cellar
Producción: Conor Barry, Richard Bolger
Dirección: Brendan Muldowney
Productora: RJLE Films
Guión: Brendan Muldowney
Elenco: Elisha Cuthbert, Eoin Macken, Abby Fitz, Dylan Fitzmaurice Brady.
Distribución: BF Distribution
Estreno: 4 de agosto
Disponible: Sólo en cines