Por Pilar Alcántara
En la sala del Teatro Mori Bellavista se presenta La muerte que soñé. La obra es una tragicomedia travestida y musical, cargada de ironía, insultos y duras palabras que develan la violencia presente en la historia de la protagonista, Ángel, una mujer trans que decide suicidarse.
El escenario, cargado de color de terciopelo calipso y una imponente virgen a escala humana, grafican la intensidad con que viven las protagonistas. Que, por medio de los brillos, tratan de encubrir el oscuro sentir de sus apasionados y rotos corazones.
Una historia dinámica donde convergen varios estilos como el monólogo, la interacción con el público, la danza y la música. Desde la dramaturgia, los personajes son atractivos y resueltos, cada historia es transmitida a cabalidad y el espectador logra involucrase y empatizar con cada uno. Cabe destacar el trabajo corporal de la actriz que interpreta a la virgen, que se mantiene en escena e inmóvil casi la totalidad de la obra.
Las actuaciones, acompañadas de intensos gestos y textos, sacan carcajadas en el público. Una compañía de teatro donde todos sus integrantes poseen habilidades musicales, de canto y baile. En el maquillaje destaca el de Lola Menta como el más atractivo y, en oposición, el de la madre como el más débil, pues no logra el efecto de envejecimiento.
Finalmente, entre risa y risa se va develando el vacío, la pena y el abandono en el que tantas personas pueden sentirse. Se visibilizan problemáticas de salud mental, invisibilizada por años en Chile, más en una comunidad excluida y sistemáticamente violentada, que no hace más que perpetuar una situación de vulnerabilidad y abuso.
Mujeres con amores ocultos, culposos y sin responsabilidad afectiva por parte de hombres que se niegan a reconocerlas, y que causan tanto vacio y dolor en Ángel, la Pasti y Lola Menta. Mujeres que no se cansan de buscar vínculos afectivos que las llenen de placer y cariño. Son soñadoras y luchadoras que se apoyan entre si y generan una red que, finalmente, les permite sobrellevar las crisis e intentos de suicidio, pero el resultado no siempre es exitoso.
La temática de la muerte siempre está rondando, si no es el VIH es la homofobia, la represión del Estado, la calle o las relaciones afectivas, siempre están sobreviviendo. La pena y la necesidad de hablar con alguien, de ser escuchada y contenida son sentimientos que debemos validar como prioridad porque son transversales; el ser humano necesita interactuar para sobrevivir, somos seres sociales y nos necesitamos.
La obra conmueve por los relatos de abusos vividos por las protagonistas a manos de agentes del Estado con maltratos, detenciones injustificadas y violencia sexual.
En escena, actores y actrices, bailarines, cantantes y músicos son un agrado de observar, un deleite de talento donde destaca la música en vivo con la que nos invitan a reír y llorar. Un hermoso, delicado y sentido trabajo que deja la reflexión que estas mujeres de tanto esconderse, hoy solo quieren brillar y así lo merecen. “Cantemos por todo lo que nos hicieron callar”.
Ficha Técnica
Título: La Muerte que Soñé
Dirección: Valentina Daccarett
Dramaturgia: Rodrigo Mardones
Asistencia Dramatúrgica: Carlos Muñoz
Elenco: Alelí Cordero, Camila Loyola, Ignacia Alfonso, Ignacio Peralta, Mochi Lagos, Paula Cruz, Pascale Zelaya ,Ignacio Galarce
Diseño escénico: Javiera Beltrán, Valentina Daccarett y Mochi Lagos
Composición musical: Alelí Cordero, Camila Loyola, Ignacio Peralta, Paula Cruz, Mochi Lagos.
Iluminación: Felipe Beltrán
Sonido: Valentina Daccarett
Producción: Sofía Guiraldes, Evaluna Valdivieso
Coordenadas:
Teatro Mori Bellavista
Desde el 17 al 26 de febrero de viernes a domingo
Viernes y sábado 20.30 hrs.
Domingo 20.00 hrs.
https://www.ticketmaster.cl/event/la-muerte-que-sonie-bellavista