Por Fernando Garrido R.
Conversamos con Alejandra Valdés en el marco de la conmemoración del día del libro y de las actividades desarrolladas en el Carnaval del Comic, esta vez por dos días y en modo de cierre del Mes del Libro en la Corporación Cultural de Lo Barnechea durante próximo fin de semana.
Bajo el lema #LoBacánDeLeer y luego de exitosa primera versión en 2022, vuelve el Carnaval del Cómic, el que tendrá este año a la novela gráfica como protagonista, incentivando a los niños y jóvenes a acercarse a la lectura desde los espacios que a ellos más les resulten familiares e interesantes. La invitación en palabras de Alejandra Valdés es a disfrutar de los más de 15 stands y tiendas exclusivas; comiquerías, editoriales especializadas, cosplayers, concursos, ilustradores, caricaturistas en vivo, talleres, sectores de juego junto a Imanix y Lego, y la presencia del Bibliobús, la biblioteca móvil de la comuna. Pero esta actividad para ella y la institución que dirige va más allá de su evento y del carácter “extensivo”. El Carnaval del Comic se enmarca en torno a una visión al fenómeno de la lectura y los desafíos que esta presenta hoy por hoy, así como las distancias a nivel cultural como territorial de la propia Lo Barnechea.
“Nosotros hemos generado un sistema bien eficiente y que nos sirvió para enfrentar todo lo que fue la pandemia, como el BiblioClick, que una biblioteca virtual, en la cual tú te inscribes y bajas el libre; obviamente no tenemos la misma cantidad de oferta que en físico, pero cada día hay más. Otra cosa es el BiblioDelivery, que hasta el día de hoy tenemos, en el cual llevamos y retiramos los libros de las casas. Además tenemos un sistema buzones de libros, donde puedes devolverlos en cualquiera de los que tenemos en la comuna, y puntos de lectura como la salida de algunos colegios, en Cerro 18, y vamos rotando colecciones. Piensa que Lo Barnechea es un territorio muy pequeño de área urbana, y el resto es montaña. Y en lo urbano tenemos La Dehesa, Los Trapenses, el pueblo, el Arrayán y Farellones. Obviamente no puedo pedirle a un niño de Farellones que venga a sacar o devolver un libro acá a la biblioteca.”
Parece que es una obviedad decirlo, pero estamos en un escenario de profunda transformación del libro, de la biblioteca, de la función que cumple, el soporte que lo masifica, el cómo los nuevos lectores se aproximan a ellos… ¿Cómo te aproximas o enfrentas estos en el marco de celebración del mes del libro, como directora de una institución cuya misión es dar respuesta a estos fenómenos?
Me pasa que este 2023 siento un desafío enorme de acercar recursos atractivos, en relación al libro, sobre todo a niños y jóvenes. Después de la pandemia nos encontramos que existe un retroceso en el proceso lecto-escritor en los niños, que ha hecho que los libros que antes leían niños de diez años, hoy tenemos que dárselos a los de 12. En ese sentido, el retroceso ha sido grande. Y eso, si uno lo proyecto en el tiempo, sólo genera falta de comprensión lectora, y eso me preocupa. Porque si a esto le agregamos el ingrediente de la competencia que significa para el libro el teléfono, el tik tok, etc. Tenemos como resultado niños que leen, pero que no leen bien, que no comprenden lo que leen, adultos que en un futuro próximo no tendrán comprensión. Y eso significa para un país impacto en su desarrollo. Y esa ecuación, a mí me pasa, que este mes del libro, nos representa un desafío enorme para atraer a niños y jóvenes a la lectura. Por eso es que la Corporación Cultural de Lo Barnechea ha tomado la opción de no desarrollar una feria del libro tradicional, sino un carnaval del comic. El comic es hoy día un formato más cercano, más atractivo y lúdico que una feria con sus stands para mostrar libros y comprar libros. Con esto no quiero decir que no sean necesarios, son fundamentales, se agradece que las comunas aledañas sigan realizando este tipo de ferias, pero nosotros, estamos afrontando la conmemoración del mes del libro con estos otros recursos.
En ese sentido, ¿Las ferias del libro son liturgias para quienes ya son creyentes?
Si y no. Dentro de mi trayectoria, estuve a cargo del centro cultural para jóvenes y niños, en Providencia y una de las responsabilidades que yo tenía, era organizar la feria del libro infantil y juvenil que se desarrollaba en aquella época, que la hacíamos en el Drugstore. Un desafío era el tener presentes a las editoriales y sus libros, pero el desafío mayor era la programación que acompañaba a la feria, y esa programación ocupaban muchas horas. Porque no sólo eran espectáculos, sino concursos de poesía, de recitación, era hacer protagonista al niño y los jóvenes. Eso representaba en esos años, a comienzos de los 90s, un esfuerzo que no era hacer del libro algo atractivo en competencia con el teléfono, porque no había, sino hacerlo para que amaran el libro, porque habían aprendido un poema o recitado, representado algún personaje, porque habían escrito algo que les hacía sentido, poniendo siempre al niño de protagonista. El problema de hoy, es que el interés del niño está en la pantalla y sus seguidores están acá, no en que sus hermanos, padres y amigos lo fuesen a ver recitar algo a ese evento. Como eso cambió, las ferias tienen que hacer una oferta que vaya más allá de exponer o hacer lanzamientos.
Hoy por hoy, cada vez leemos más. Leía un artículo de Alessandro Baricco en el cual señalaba que no estamos en un mundo donde haya menos lectores o que se editen menos libros. El punto está en que la capacidad que requiere el libro para su goce, como obra, el tiempo a dedicarle para su lectura y reflexión, el no sólo enfrentarte a titulares o enunciados en una determinada cantidad de caracteres, requiere una concentración amenazada por el Tablet, el computador, el celular, la TV.
Si yo pudiese resumir eso que dices en una frase sería: hay un desfase en lo que a los jóvenes y en los niños, también los adultos, nos interesa. Las redes, la inmediatez que proveen hacen que queramos todo de inmediato. En ese tránsito leemos, pero no leemos igual como leemos un libro. Porque la lectura como ejercicio mental, requiere tranquilidad, reflexión y un espacio de exclusividad, de atención, que no nos permite la misma lectura que hacemos en estas otras plataformas. Una cosa es leer, y otra cosa es el libro. Este es un problema que se está viendo en la sala de clases, porque la atención no está puesta en un punto, sino que la atención está puesta en múltiples focos.
Yo creo que el llamado es hacer estos ejercicios para recuperar la centralidad del enfoque. Recuerdo una experiencia muy bonita con una institución extranjera hace un par de años de visitar un parque nacional, justo antes de la pandemia. Nos pidieron que dejáramos los celulares en un canasto, y que nos adentráramos a un sendero en silencio. Te juro que hace mucho rato que no tenía una experiencia de la cual dijera “la disfruté”. Disfruté el silencio, mi propia capacidad de observación, noté helechos que nunca había visto. Creo que el construir estos tipos de experiencia, de centrar la atención, es algo que debemos hacer con el libro.
¿Debemos repensar como educamos la concentración, el desafío es conquistar la capacidad de enfoque para ir al encuentro de este lector escurridizo?
En mi opinión, es el gran desafío. Uno mismo en su vida, no sólo los niños, uno va por la vida con mil cosas a la vez. El ejercicio de la concentración y la disciplina, es el músculo que deberíamos entrenar, sino, nos transformaremos en analfabetos digitales, seres digitales pero analfabetos desde la comprensión, creo que ese es el riesgo. En la educación por hacer un ejemplo, claro que hoy leen más, pero pídeles que te escriban una carta o creen un texto, no es lo mismo, no saben construirlo, porque la capacidad de relación y construcción no está.
Bajando la pelota al piso, a Uds. como Corporación Cultural de Lo Barnechea, ¿Es uno de los desafíos que tienen como creadores de cultura lectora, lo toman como algo más allá de la promoción y extensión?
Sí, nuestra actividad va más allá de la extensión. Lo primero que debemos hacer es enganchar a los niños con el gusto de leer libros, ya sea en un Tablet, pero sobre todo en lo físico. Creo la experiencia del libro en su formato tiene algo especial, que hace saborearlo de otra manera. Pero también nuestro desafío es cómo sacamos y prevenimos el fenómeno de las adicciones, que han entrado con fuerza en la comuna, y que nosotros como corporación cultural debemos darle ese espacio de actividades y opciones que sean diferentes. Por eso este mes del libro, se pliega a una campaña que tiene la municipalidad de Lo Barnechea “Ponte vivo” de prevención, y esta instancia, tiene que ver también con eso. De frentón, la droga, el alcohol, son placeres inmediatos y debemos hacer que la experiencia del libro, que no es inmediata, compita con ellos. Entonces volvemos a la misma comparación que te hacía con el teléfono, estamos muy acostumbrados al placer inmediato, y la lectura es un placer mucho más profundo. Pero si tu no la experimentas es difícil que la comprendas. Entonces debemos dar esa instancia, porque creemos que el libro genera ciudadanos más reflexivos, más empáticos, ciudadanos más comprensivos. Porque preocupa, un país sin libros ni lectura, es un país subdesarrollado.
Hace un tiempo leyendo a Fernando Savater decía que uno de los problemas de nuestro presente es que “estamos enfermos de énfasis”, estamos con el volumen muy alto. Como respondemos, condenamos, aceptamos o juzgamos, y al pacer esta reflexividad de la cual tu das cuentas y buscas promover como un valor apunta hacia ello. Porque alguien que logra procesar argumentos más complejos, pareciera que también logra mayor tolerancia a otros puntos de vista.
Genera mayor empatía, definitivamente. Como corporación cultural, creo que tenemos el desafío de promover el consumo cultural, y dentro de lo que comprende este, es tratar de superar lo inmediato. Yo en verdad no sé si en las familias está la disyuntiva de si voy al McDonald’s o a una exposición, no sé si está esa visión, porque a pesar de que el cabro se va a latear de caminar o algo así, la exposición muchas veces es gratis, pero la hamburguesa no, pero así todo, escogen la hamburguesa, el mall, el placer en lo inmediato. Pasa algo similar con el libro, y nuestra misión es crear conciencia de que el libro es un bien para la vida, lo puedo leer millones de veces, y si yo educo en el valor de los libros, y pongo en la balanza las lucas que me cuestan el mall o la hamburguesa, si yo pongo en la balanza aquello, el bien que yo produzco es de largo aliento. En ese sentido, creo la labor del Estado es fomentar no solamente la creación editorial o literaria, y muchas otras cosas más complejas, pero uno de sus objetivos centrales debería estar orientado en educar en torno al valor que este tiene.
¿Cuál es por tanto la invitación para este fin de semana que cierra las actividades del Mes del Libro que hace la corporación?
La invitación, principalmente, es que vengan a nuestro Carnaval del Comic, y lo otro, es que tomemos valor de lo que significa el libro, como parte de nuestro capital cultural fundamental para el desarrollo. Y eso debemos promoverlo desde muy niños, inculcar ese amor por leer versus lo inmediato, el placer instantáneo que brinda el presente y la tecnología, hasta de la comida. Placeres que también se tiene, no somos ajenos a ellos. Pero debemos educar con estos placeres de más largo aliento…
Hablando de estos placeres de más largo aliento ¿Qué libro que te marcó de niña o adolescente?
A mí me marcaron dos libros en dos etapas distintas. De chica, uno que leía en alemán junto a mi abuela que se llamaba Das doppelte Lottchen (Las dos Carlotas), que era la historia de un par de mellizas que las separan de chicas y se vuelven a encontrar en la vida. Y que tiene que ver con algo que tu decías, de cómo los libros te plantean casos imaginarios, trágicos, alegres, pero que te plantean escenarios en los cuales logras entender comportamientos, que te llevan a generar esa empatía. A mí me marcó montón ese libro. Y ya de adolescente, que lo recomiendo a mil, me marcó El pájaro del alma de Mijal Snunit, está escrito como en verso, es muy cortito. Plantea que todos llevamos dentro un pájaro que nos hablamos, que en el fondo es la conciencia, y es un libro…si todos escucháramos su pájaro del alma, seríamos totalmente distintos.
COORDENADAS
Carnaval del Cómic 22 y 23 de abril, Centro Cultural El Tranque (Av. El Tranque 10.300). Horario: 11.00 a 18.00 horas
Para mayores detalles de actividades y programación, toda la información disponible en la página de la institución.
https://www.corporacionculturaldelobarnechea.cl/