Entrevista a la fotógrafa polaca Ela Kinowska: “La fotografía es mi primer amor”

Por Galia Bogolasky

Entrevistamos a la fotógrafa polaca-canadiense, que estuvo visitando nuestro país. Actualmente vive entre Sopot y Ottawa, Canadá. Ela ha estado trabajando en fotografía hace más de 40 años. Hace fotografía documental. Ha presentado su trabajo en varias exposiciones individuales y colectivas, en países tales como Canadá, México, Serbia, Hungría, Polonia, Rusia y Colombia. Pronto va a exponer su trabajo por primera vez en Chile. 

¿Cómo llegaste a la fotografía? 

Crecí en Polonia, un país, en el bloque de la Europa del Este, muy cerrado, no teníamos mucho contacto con el mundo afuera. De niña pintaba mucho, pero cuando descubrí fotografía a la eded de 15 años me enamore del medio. La fotografía es mi primer amor y el primer amor nunca muere en el corazón.

¿Cómo describirías tu trabajo a través de la fotografía? 

La fotografía refleja la relación entre la mente y el corazón, y la cámara es la extensión de lo que pasa entre ellos dos. La cámara es solo una herramienta. Lo que sientes se transforma en una imagen. Cuando era joven, en Polonia, salía por la calle, le ponía un rollo a la cámara y salía a sacar fotos. Después revelaba el rollo, e imprimía las fotos en el cuarto oscuro. Fue trabajo que tiene magia. A mí siempre me ha fascinado el trabajo en cuarto oscuro, pero el tiempo ha cambiado mucho. Y ahora, aunque tenga las cámaras análogas utilizo solamente digital. De hecho, pienso que este cambio de tecnología me dio una oportunidad, me dejó buscar otras técnicas y mi imaginación impactó mucho. Las fotos en mi cuenta de Instagram, las subo inspiradas por lo que ofrece mi cámara en el teléfono. Siempre estoy buscando algo nuevo. Hablando de las técnicas, las antiguas, entre los años 2012 y 2016 realicé un proyecto de cámara oscura “Moscú-Berlín” con mi amigo – fotógrafo polaco, Marek Pozniak, que vivía en Berlin mientras yo estaba en Moscú en este momento. Durante 4 años producimos juntos imágenes de ambos ciudades en veinticuatro negativos.

Estamos hablando de slow photography…..

¿Cómo aprecias la fotografía hoy en blanco y negro, versus la fotografía a color?

Diría, que en mi vida de artista soy blanco y negro, en mi vida personal soy muy colorida. Pero, en serio, pienso que la fotografía en blanco y negro permite enfocarse en el sujeto, porque con color hay mucha distracción. Si ves verde o rojo, es tan dominante que tus ojos naturalmente se van al rojo o al amarillo y eso es lógico porque tiene que ver con cómo reaccionamos  como humanos. Si buscamos profundidad en la fotografía, nos interesa más el mensaje. Hay situaciones en las que el color tiene un valor más importante. Por muchos años yo solamente tomaba fotografías en blanco y negro. Para mí el momento de la transición de blanco y negro a color fue la pandemia. En ese momento, el mundo exterior se volvió triste, era solo blanco y negro, y entonces empecé a buscar colores en el lugar donde estaba, en la playa de Sopot en Polonia, y saqué solo fotos a color. Con esta serie de fotos produje mi primer libro Sopot Beach, que tiene solamente fotos a color. Por el contrario, en febrero de este año estuve en el carnaval de Mindelo en Cabo Verde que estaba lleno de colores y sin embargo, la mejor serie que saqué es en blanco y negro. Definitivamente no puedo decir si me define el blanco y negro o el color. Depende de muchos factores. Valoro los dos.

¿Qué temas te gusta retratar a través de la fotografía?

Lo que me importa ahora son las cosas temas sociales y el medio ambiente. Mi última exposición fue en Polonia en 2022, y era sobre la basura de la playa: tapas de cerveza, sodas, botellas, que la gente tiraba en la arena. Recolecté cerca de seis mil durante un año. Mi muestra fotográfica se trataba de eso. Si vamos a dejar nuestra playa con esta basura, nuestros hijos, mis nietos y otros pequeños, van a jugar en una playa llena de basura. ¿Qué queremos dejarles como herencia? Hablando de la generación de los pequeños ahora, para mí lo importante es dejar este mundo en el mejor estado posible, como en el que encontraba cuando yo era joven, eso es importante. También, me interesa mucho la identidad humana y de quiénes somos nosotros.  Yo soy migrante y ahora vivo en Canadá y en Polonia también, pero llegué a Canadá hace 33 años, y eso es mucho. Ahora, mi tema del día es la inmigración. Para tratar este tema estoy buscando otras técnicas, como la filmación. En este caso me veo más allá que como una fotógrafa. Es un momento de desarrollo personal y las técnicas que me entregan las diferentes expresiones que busco ahora me las dan la filmación y la performance, no me las habría dado la fotografía.

Cuéntame sobre esta exposición en Chile que estás planificando con el fotógrafo Iván Petrovich

Estoy muy entusiasmada por tener esta oportunidad de colaborar con Iván. Descubrí que tenemos muchísimas cosas en común, es increíble. Tenemos la misma visión del mundo y trabajamos de una manera muy similar.  Iván es fotógrafo profesional de moda, sin embargo, en los últimos seis meses se metió con el tema de la basura.  y yo por casualidad lo conocí en el Elephant Coffee, en Santiago, a través de mi amiga María José Rodríguez. Nos reunimos y yo hablé de mi proyecto de basura de la playa y le mostré las fotos de mi exposición en Polonia, y nos dijimos: «quizás podríamos armar algo juntos», porque los problemas son comunes. Lo que es interesante es que él trabajaba con el mismo tema y utilizaba su técnica en blanco y negro, muy clásica. Su visión me gusta mucho. Sin embargo, yo tengo una técnica de visión distinta, es el color esta vez para mí. El proyecto se llama “Basura gráfica” porque es el grafismo lo que lo atrae. Utilizamos lo gráfico para mostrar algo que llama la atención, no para admirar lo que es el objeto, sino para hablar y discutir sobre el problema que está detrás. Entonces eso lleva mucho a la discusión de hoy en día, el medio ambiente y el planeta: ¿Cuál es el rol del artista? ¿solamente mostrar algo?.  Queremos involucrar no solo a la gente que adora y valora el arte y la visión estética, sino que a la gente que va a poner en marcha la discusión, queremos provocar un cambio social. Si puedo podemos cambiar la actitud de una persona, eso sería ya un éxito. Para mí, la parte de la educación es muy importante, es decir, quisiera llevar el tema a las escuelas y a las empresas. Hablamos no solamente de que el artista esté presente, sino del resultado de fondo. Qué se puede alcanzar. A mí me interesa que esto se mueva, no solamente al nivel estético, como arte, sino también a nivel social.

Cuéntame un poco del libro donde hiciste las fotografías de los cineastas polacos. 

Diálogos con el cine polaco fue una publicación financiada por Polonia. Pablo De Vita, periodista argentino, entrevistó a grandes directores polacos como a (Jerry) Skolimowski – su última película E.O. tenía una nominación para el Oscar. Pablo me invitó a colaborar, mi rol era como editora de fotografía. Es muy simpático que mi apellido es Kinowska y que , la palabra «kino» significa cine: soy la chica del cine. Siempre digo que cuando estás haciendo cosas interesantes, encuentras a la gente interesante. No siempre me motiva el dinero; pero lo que da la gracia y el placer está en la gente que me alimenta con su sabiduría. Para mí, en la vida artística, lo más importante son: el tema de un proyecto y con quién trabajo. Es por lo esto mismo que salió este proyecto de Chile de Basura gráfica. Me encanta la expansión de las fronteras intelectuales, los desafíos nuevos, el abrirse. Los años pasan y cada vez estoy más abierta, trasciendo fronteras y estoy haciendo las cosas más interesantes. Por esto que lo veo un potencial grande a este proyecto de Chile.

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