Por Gabriela Bravo desde Cannes
Primera película Latinoamérica en competencia en el Festival de Cannes 2023, Los delincuentes del director argentino Rodrigo Moreno tuvo su premier en la categoría Un Certain Regard.
Los delincuentes es la historia de dos empleados de un banco, que tienen un trabajo aburrido y monótono. Morán, interpretado por Daniel Elías, decide un día robarse la caja del banco que contiene exactamente la cantidad de dinero necesaria para que dos personas dejen de trabajar y sigan cobrando su sueldo hasta que se jubilen.
Sin embargo, Morán no puede llevar a cabo su plan solo, es por esto que involucra a su colega Román, pidiéndole que le guarde el dinero el tiempo que esté en la cárcel —que según sus cálculos serían tres años y medio— y de esta forma ambos serán liberados de esta otra prisión que es el trabajo.
La película está dividida en dos capítulos, el primero cuenta la historia del robo y las consecuencias que tendrá para todos los trabajadores del banco, mientras que la segunda es mucho más contemplativa ya que muestra la espera de ambos personajes, Morán en la cárcel y Román al exterior.
Culturizarte tuvo la oportunidad de conversar con el director Rodrigo Moreno y los dos actores principales, Daniel Elías y Esteban Bigliardi.
¿Cómo se sintieron el día del estreno al presentar su película en el festival de Cannes?
Esteban Bigliardi: Una emoción muy grande, estrenar la película en estas condiciones, en estas salas, en esta ciudad que tiene tanta historia e historia del cine. Los dos actores, tanto Daniel como yo, no la habíamos visto, así que fue también una premier para nosotros. Es una película que tardamos 5 años en hacer, entonces, había momentos que ni siquiera recordábamos que los habíamos filmado porque fueron hace mucho tiempo atrás. Fue muy emocionante y también estamos muy contentos de que se esté produciendo el milagro que la película está conectando con mucha gente y, de alguna manera, eso nos da mucha alegría. Estamos muy contentos, felices.
¿Cómo surge la idea de crear la historia? ¿por qué dividirla en capítulos?
Rodrigo Moreno: La idea tiene que ver con que yo tomé una vieja película argentina de 1949 que se llama Apenas un delincuente de Hugo Fregonese. Tomé la premisa inicial de esa película como punto de partida para desvirtuarla e irme a zonas que me interesan más y que tienen que ver con desarticular un poco el género. Hace unos años hice, con Esteban, una película que se llama Un mundo misterioso que vos leías el guion y parecía una comedia, era cómo hacer una comedia desarmada, acá es cómo hacer un thriller, una de robo de banco, totalmente desarmada para llegar a una zona más existencial, es decir, ¿Qué hay detrás de las acciones? ¿Qué hay detrás de las decisiones?
En ese sentido, empecé a armar un guion que tenía que ver con una idea que también está en mis películas anteriores y es la idea del trabajo como una especie de destino casi de prisión, como si el trabajo nos predestinara a ser eso para toda la vida. Es de lo que se rebela el personaje de Daniel, del destino de “voy a trabajar toda la vida”, pero si no trabajo toda la vida ¿Qué pasa? Ahí es donde la película hace pie para ir hacia otra zona mucho más lúdica, no solo existencial, la idea de los anagramas de los nombres es parte de una idea muy lúdica, no es una idea filosófica. Puede ser que uno pueda encontrar filosofía en una idea lúdica, por supuesto, pero no es el punto de partida.
La división es en dos partes, sucedió en el montaje, no fue una idea que estaba en el guion, ni en el rodaje. Estuve muchos años filmando y muchos montando porque yo filmaba, editaba, filmaba, editaba, entonces había momentos en los que yo también me aburría, necesitaba encontrar vueltas y giros al propio material. Entonces apareció esta idea de la primera y segunda parte, también la duración me llevó a pensar la posibilidad y esto es algo que tiene más que ver con la distribución de la película, con la posibilidad de tener un intervalo en el medio, pero en Cannes nos dijeron que no, nosotros ofrecimos la posibilidad de hacer una hora y media y después otra hora y media para que la gente respire, vaya al baño, mire el celular, hoy es muy difícil que durante tres horas no estén mirando el celular.
La ventaja de que la película dure 3 horas sin intervalo es que te propone que no mires el celular durante 3 horas a ver qué pasa, ver si estás dispuesto a ver una película y entregarte a algo que va a hablar también de eso, de la dependencia al celular.
Como comentabas antes, la película ocupa la desarticulación de géneros, hay un juego entre las películas de género de suspenso con el cine clásico que es algo que hacía la nouvelle vague francesa, ¿es una de tus inspiraciones?
Rodrigo Moreno: Lo que me interesa es el trabajo crítico que hacen los miembros de Cahiers du Cinéma, antes de que vayan a filmar, que es ¿Cómo se revisita un cine clásico? esa relectura que hacen y la operación de revisitar el cine clásico para generar una vanguardia, para romperla, me parece increíble, me parece muy moderna. Entonces uno puede entender el cine moderno que no es solo eso, uno dice Rosellini y cuando hace el viaje a Italia ya estaba haciendo cine moderno, hace que los personajes se pierdan, deambulen y uno puede ir incluso más atrás. Me interesa esa modernidad del cine, en este caso, además me interesaba poner énfasis en el lenguaje cinematográfico, me gusta plantar una bandera ahí, el cine como lenguaje, es lengua en extinción, hay muchas lenguas en extinción en el mundo. En Francia, está el provenzal, es una lengua que se hablaba hasta hace no tanto, ahora lo hablan 4 campesinos. Yo creo que el cine lo estamos hablando un par de campesinos, entonces, está bueno recordar ese verbo del cine porque claramente hay una crisis muy grande que tiene que ver con el cine, pero que también tiene que ver con cierto avance medio desmesurado del capital. Me preguntan si era una película política porque hablaba de dejar de trabajar, es una película política porque justamente apuesta a esa forma estética del cine, no porque un personaje deja de trabajar, evidentemente es político eso, pero es política por otras razones más fuertes.
¿Cómo elegiste los personajes y cómo has construido su historia?
Rodrigo Moreno: Yo desconfío un poco de la construcción del personaje, no sé si pienso en las películas que vamos a construir un personaje. Más bien, una vez que yo tenía pensado que Dani y que Esteban iban a ser los protagonistas, ya entras a imaginar a Morán —porque así se llama en la película— y a Esteban haciendo de Román, en esto pensaba más que en una construcción sicológica, nunca me interesó ir por ese lado. Más bien es crear las condiciones para que ellos puedan actuar lo más cómodos y libres, después son correcciones, es como corregir sobre la marcha, pero me parece que la actuación es tiempo presente, yo creo más en el presente de la actuación que en la preparación del personaje. Quiero decir, admiro muchísimo cuando leí que Robert De Niro manejó un taxi 6 semanas o que Brandon adelgazó 80 kilos, me parece fantástico, pero yo creo que hoy se va por otro lado, es algo mucho más instantáneo en la actuación. Luego sí, hay una construcción previa de lo que son los destinos narrativos de Morán y de Román. A pesar de que estaba escrito, fue cambiando muchísimo este guion, fueron muchos años, el cine trabaja con el presente, el objeto del cine es el tiempo presente, cuando se escribe un guion en la escuela de cine y te dicen: «escribe un guion y pones escena número 1: David entraba a la habitación» no, David entra a la habitación. Entonces, al filmar una película a lo largo de 5 años empieza a expirar, lo que pensaste hace 5 años, ya no tiene validez. Todo el tiempo estábamos actualizando la historia, las decisiones de los personajes. En ese sentido fue muy rico todo el proceso.
La manera de filmar que tú tienes es con planos largos, ¿Cómo pensaste la construcción de las imágenes de Los delincuentes?
Rodrigo Moreno: Yo no siento que sea una película de planos largos. El final es el plano más largo de la película, pero es un plano de títulos. Me parece que no tiene que ver tanto con la duración del plano, sino el sentido del montaje es cómo estoy contando las escenas, por qué paso de un plano a otro, es decir, hay un trabajo más abstracto, más propio del lenguaje y del oficio del cine, con ciertos recursos cinematográficos que se están perdiendo y que me interesa valorizar: la pantalla dividida, el fundido, el dissolve, el timbre musical que evoca un cine del pasado; la palabra fin, que es hermosa. Está visto de pequeños gestos que están un poco en desuso, en una película que no deja de ser contemporánea, me parece que ese encuentro está bueno.
La película toca temas de moralidad en la vida cotidiana. Si ustedes tuvieran que elegir en la vida personal, ¿Qué camino elegirían, el de Morán o el de Román?
Esteban Bigliardi: No sé, no lo pensé. No se me ocurre cuál elegiría yo para mi vida. Tuve mi momento para dedicarme a lo que me dedico y ahí lo crucé y quiero trabajar, no se me ocurre. Me gusta mucho Morán en los planos, alejándose y cabalgando en las colinas, me gusta esa imagen final, es hermosa.
Daniel Elías: Yo sin duda, Morán. Esa idea del salto, del riesgo y un poco la justicia también, no el dinero para enriquecerse, sino para hacer lo que uno quiere o espera, pero también creo que para mí la profesión es muy vigilante, yo dejé otras carreras y siento que esta profesión de actor me vigila porque permanentemente me genera estas cuestiones que siempre la interpreto desde mí, no sé si hay otra posibilidad y pongo también toda mi carga humana al personaje y eso me permite verme.
Hace quince años cuando lo nominaron en el Festival de Berlín, usted criticaba que el cine latinoamericano se había quedado demasiado anclado en el costumbrismo ¿continúa pensando lo mismo o cree se ha renovado desde entonces?
Rodrigo Moreno: Yo siempre trato de correrme de la idea del cine latinoamericano porque son tantos como películas se hacen en Latinoamérica, es decir, que tienen en común que son películas realizadas en la misma región, eso no garantiza ningún tipo de hermandad o, por el contrario, diferencias. Me cuesta hablar de hoy, uno dice el cine francés de los 60, uno debería decir a nouvelle vague, el cine italiano de los años 40, es el cine de las películas neo-realistas, pero en Italia en los años 40 se hacían un montón de otras películas. No sé bien qué es el cine latinoamericano, pero sí lo que es el costumbrismo, que es una forma de representación que evoca cierta conversión de lo que es la realidad, en ese sentido, el costumbrismo va tomando nuevas formas a medida que evoluciona o que involuciona, va incorporando tendencias. En el caso del cine argentino, cuando apareció a fines del siglo XX y a comienzos del XXI, propuso un lenguaje muy realista en contraposición con cierta cinema declamativo, como el cine de Martín Hache, ese cine muy de los 90 de Argentina, fue un poco en oposición a eso. Rápidamente es absorbido, uno ve una serie de televisión hecha en Argentina, toma elementos del Mundo Grúa, las películas icónicas del nuevo cine argentino. El costumbrismo sigue allí, como los cuentos de Monterroso, cuando me desperté el dinosaurio todavía estaba allí.
La música es un aspecto importante en la película. ¿Cómo fue el proceso con el compositor?
Rodrigo Moreno: No tuve ninguno porque está muerto, es toda música de Astor Piazzolla y de un músico del siglo XIX. Utilicé música preexistente como si fuera música originalmente para la película y está bueno que se preste a esa confusión porque esa es la idea. Cuando descubrí una sinfonía de Astor Piazzolla, que es un músico mayor de Argentina, de Buenos Aires, del tango, encontré una obra que no tenía nada que ver con el tango, era música más contemporánea que se asemejaba a los compositores del cine de los años 50, 40. Encontré ese timbre sonoro, entonces dije vamos por acá, conseguimos los derechos y se hizo, trabajé en función de esa música como si fuera original.
Ficha técnica
Título original: Los delincuentes
Año: 2023
Duración: 187 min.
País: Argentina
Dirección: Rodrigo Moreno
Guion: Rodrigo Moreno
Elenco: Daniel Elias, Esteban Bigliardi, Margarita Molfino, German De Silva, Laura Paredes, Mariana Chaud, Cecilia Rainero, Javier Zoro Sutton, Gabriela Saidon.
Productora: WANKA CINE
Categoría: Un Certain Regard.