Por Pilar Alcántara
La escritora patagona María Sonia Cristoff se manifiesta contra el mito del progreso y la dominación por el trabajo en su novela Derroche. La argentina traza una novela híbrida donde convergen diversos géneros: cartas, fragmentos de textos teatrales y ensayos que mezclan la ficción y la no ficción. La literatura permite la utopía.
Su libro Derroche, nos invita a reflexionar sobre la sociedad contemporánea y la búsqueda de la felicidad. Vita, la protagonista, es una veterana anarquista que lega a su nieta, Lucrecia, un difuso testamento con las coordenadas de un “tesoro” escondido en La Pampa. Para ello, escribió diversas instrucciones: una carta, un plan, y una suerte de diario de vida que sirve de contexto para la historia que se devela.
Leer esta novela es una experiencia entretenida, desde ahí nos surge el interés por conocer tu motivación y, obviamente, tu propuesta literaria. ¿En qué proceso creativo surge Derroche?
Yo diría que es una especie de continuo mi escritura. Desde siempre tengo la idea de que en un punto estoy siempre escribiendo, y hay algo que viene de afuera, y lo corta y dice que hay un libro acá, hay otro libro. Básicamente este es un libro que estuve cinco años escribiendo. En general, tardo mucho escribiendo los libros, y este, en particular, me llevó a leer muchísimo. Además, es un libro que empecé a escribir en un momento en que yo estaba en crisis real con un trabajo mío, que me tomaba mucho tiempo, me tomaba más tiempo del que yo siempre quiero que me tomen, o sea, siempre he tenido una especie de equilibrio tenso entre el trabajo para ganarme la vida y el trabajo de escritura. Entonces, bueno, estaba en uno de esos momentos donde el equilibrio estaba arruinado. Entonces, quiero decir, tenía poco tiempo y además me puse a leer, el tema me pareció una especie de invitación a leer. Debo haber estado tres años leyendo nada más, y así fue que arranqué.
Mencionas el trabajo remunerado y el trabajo que reconforta o que produce motivación. Desde ahí que el rol del dinero en el libro está muy presente. Desarrolla la idea del dinero en esta novela por favor.
Es verdad que está muy presente, pensé ¿Qué cosas vienen con el dinero? Porque generalmente se habla del dinero y no se habla de las cosas que vienen con el dinero, en general, estrategias de manipulación y de alienación detrás de ese dinero que necesitamos. Yo quería incluso en el caso de esta tía, que hace este llamado a su sobrina, digamos interpelatorio, para hacerla reaccionar; también quería que no fuera un dinero que le lloviera del cielo. No como a la herencia que te cae del cielo, sino que me pareció interesante ver el dinero a cambio de una transformación. Es como que la tía en vez de dejarle el dinero así alegremente, le deja junto con el dinero una interpelación, por lo menos a reconocer, en qué punto de alienación se encuentra. Es como una especie de voz, la tía que de alguna manera ataca el presente de nuestro mundo, nuestra historia, lo que en el principio del siglo XXI se considera el éxito. Es la idea de ver de qué manera el dinero puede ser, no siempre una forma de seguir generando más alienación, sino todo lo contrario.
Hay una parte incluso que dice “tienes tiempo y tienes dinero”, tienes todo en el fondo. ¿Para ti tener tiempo y dinero podría ser la mezcla más equilibrada?
Pareciera lo ideal y como todo ideal, te mueve el piso un poco. También porque yo creo que sucede eso, que ya estamos tan alienados detrás de tantas búsquedas inútiles en las que nos embarcamos que nos parece que eso solucionaría las cosas, pero después hay un gran vacío que llenar. Si alguien tuviera solo tiempo y dinero, yo creo que hoy se volvería loco, porque la gente está tan alienada, que hasta que tiene que reconectar, con qué hacer con esos dos bienes si no es una persona muy centrada y muy autocrítica, lo más probable es que entre en crisis. Ahí hay una aleación generalizada de gente que no tiene ni cómo elegir ni cómo tener sentido crítico porque no puede dormir lo suficiente. A los privilegiados, o sea Lucrecia es una privilegiada con un buen trabajo, etcétera, tiempo para ser social, ese tipo de cosas, pero me parece, que incluso los privilegiados estamos en problemas. En este ritmo, en esta alucinación de producción en la que vivimos, lo que después en su momento de transformación y la propia Lucrecia llama extractivismo vital. Las cosas que se supone que deberían alegrarnos y darnos felicidad son un protocolo de deberes y obligaciones; alguien queda embarazada y hay que hacerle el baby shower y hay que subir a las redes 200 fotos, cada milímetros de panza que crece y es una demanda constante de hasta lo que se suponía más íntimo.
Cuando empecé a leer el libro, pensé que la protagonista era yo. Dije ¡soy yo! me lo escribió mi tía y ahí yo ¡wow! ¿Qué más vendrá?
A mí me da mucha risa porque una editora de una revista argentina que se llama Crisis, que es muy buena, tuiteó “Lucrecia somos todas”. Por eso traté de meter a la tía que es un personaje bastante más difícil de encontrar, bastante más rara a Lucrecia, al contrario, la quise construir como perfecta, como una chica exitosa del presente. Creo que es un mal de época. Ella es un personaje típico de esta época, con ese nivel de demandas e incluso en el habla porque, por ejemplo, el habla de Vita es un habla totalmente barroca, llena de palabras subordinadas, completamente anacrónicas y de giros del lenguaje que tienen que ver con la prosa anarquista, bien deliberadamente anacrónico todo. En cambio en Lucrecia, el lenguaje, se vuelve fáctico, es una cosa comunicacional, de frase corta, el punto, la menor metáfora posible. Sí, realmente es un personaje. Yo creo que, como personaje, es una especie de tragedia contemporánea.
A medida que me introducía en el libro empecé a notar la presencia de diversos estilos de escrituras y géneros literarios que me dejaron consternadas al momento de leerlo. ¿Cómo surgen esta mezcla de estilos?
Hice ahí lo que yo siempre hago en todos los libros, una especie de ensalada mezcla de ficción y no ficción. Es como si tuviera los ingredientes, arriba de la mesa, después veo y digo “A ver en qué grado entra la noción en el libro y en qué grado entra la ficción”. Por ejemplo, en mi primer libro, que ahora va a salir reeditado acá en Argentina que se llama Falsa calma, terminó siendo más que nada una crónica, de hecho, es un libro de no ficción sobre un recorrido mío por la Patagonia en la que nací, específicamente por pueblos que han quedado casi fantasmales. En esta novela, yo ya sabía que iba a ser novela, pero no sabía bien cómo poner a funcionar esa mezcla de ficción y no ficción, y de pronto fue como que la carta misma me fue llevando a otros formatos no ficcionales. En un momento esta tía que dice todas estas cosas, hay que inventarle un pasado, o sea el lector tiene que conocerla más, de dónde le viene todo ese raye. Ahí digo voy a hacer un capítulo que sea una autobiografía de ella. Después tenía que, en algún momento, contar cuál fue su modo fraudulento de ganar dinero sin tenerlo por qué para mí la gracia de ella es que sea alguien que no trabajó aun necesitando el dinero. Es ese costado de ella, así que a mí me gusta, de alguien que ha tenido que poner inventiva y coraje a funcionar. Para tener esa vida. No es que todo esto le resulta muy fácil, entonces, ahí me empezaron a aparecer. Voy a empezar a contar todas las víctimas de sus extorsiones, como si fuera justo yo que estaba leyendo. Estaba leyendo para dar en un curso, un libro de retratos uno que se llama de un autor italiano que se llama Cabatzone y el libro se llama Vidas breves de idiotas, y es un retrato de toda gente que ha estado en un hospicio mental. Si hago toda una serie de retratos como de los burgueses del pueblo, con sus aspiraciones absurdas y ahí empecé a hacer todo eso. Después me di cuenta, que la mezcla en este libro era de ficción y no ficción, un libro completamente ficcional al cual le voy a dar formatos no ficcionales. Por eso después aparece el telegrama, la crónica de viaje, y un pequeño relato etnográfico cuando ella está ahí en la sala de conciertos. Todo esto, los mails, todas las otras formas no funcionales que aparecen en la novela. El teatro me pasó que tiene mucho que ver en la conformación de ella, porque esta tía Vita es una mezcla de hija de anarquistas, o sea, ella mamó esa vida, que después se mofa. Porque también es una de sus maneras de defenderse del dolor, que eso le causó, pensá que su padre fue asesinado por su militancia anarquista, traicionado por su maestro Valerio el que le daba clases en su casa. Es una persona que como toda manipuladora y persona que se ha inventado una vida, no le gusta estar mostrando sus heridas ni conectándose con eso, pero que ha sufrido mucho. Tiene toda esa cosa, pero como no quiere agarrar el discurso de la víctima, ni el padecimiento, arma y monta estas escenas teatrales. El anarquismo es fuerte en su formación y en el anarquismo, el teatro es fundamental. Yo leí muchísimo sobre anarquismo para crear ese personaje y, de hecho, después centré la novela en un pueblo que existe en la provincia de la pampa argentina, que se llama General Pico, a pesar de que en la novela no lo menciono, como para darle un poco de libertad creativa la cosa, pero yo sé que estoy trabajando con ese pueblo. En ese pueblo existió una revista que se llamó Pampa Libre y alrededor de esa revista se hicieron un montón de cosas. Existió gente que hacían reuniones, todo lo que pasaba con las movidas anarquistas. Entonces, una de las cosas que se hacían eran obras de teatro, y yo que soy tan obsesiva fui a ver qué obra de teatro se había representado en General Pico en la edad en la que Vita era una niña y solamente puse extractos de esas obras, aunque no le importe absolutamente a nadie, pero me gusta trabajar con ese nivel de obsesión, el de la investigación. Ahí es que aparece el teatro, además a mí me gustaba ver en ella esa contradicción. Vita es un personaje muy contradictorio, quiero decir que a mí me gustaba mostrarla ella también como un personaje con ese tipo de contradicciones, alguien que se mofa de la anarquismo, pero en definitiva sus propias acciones para conseguir dinero son bastante anarquistas, su postura frente a la vida es bastante de artista y su relación con el teatro también, porque ella vive diciendo que aborrece el teatro. Toda la importancia de lo teatral, de las puestas en escena, en la novela como una vida también es en ese sentido una puesta en escena, es lo que me gusta de Vita, es alguien que realmente monta sus propios escenarios.
Respecto a estos personajes que están en busca de la felicidad, pareciera que fuéramos todos, ¿todos queremos que aparezca una Vita en nuestras vidas en algún momento?
Sí, yo creo que todos necesitamos nuestra Vita interior. Además, por otra parte, necesitamos ese dinero. Yo creo que muchas personas somos muy creativas y podríamos resolver muchas cosas. Lo que pasa y ahí volviendo al principio, el tema del dinero es importante, no es todo metafórico. Ella realmente deja dinero. No sabe todavía nadie que después va a ser este bardo que lo va a andar dilapidando por los caminos y dando, pasándole el dato a cuanto a cuanto linyera se encuentre, pero el dinero está, el dinero existe en esta novela. Yo no tengo ninguna tía que esté pensando en dejarme dinero. Esa es la diferencia, me parece.
Las historias que Evita realiza para lograr los sueños de otros tienen un encanto ¿Por qué se puede hacer felices a todos estos personajes que van apareciendo?
Yo creo que ahí hay una diferencia porque, por ejemplo, el caso de los burgueses, todos esos burgueses tienen dinero. Los que son víctimas, son extorsionados, lo que no tienen es precisamente lo que ella dice varias veces. Como el valor de mirar de frente y el deseo que es otro problema. En la alienación lo primero que ocurre es como uno está lleno y pierde de vista el propio deseo. Es una crítica a la burguesía. Lo que ella hace ahí es decir “A ver, esto lo podrías hacer solo si no fuera tan pescado, viste”, pero todos los burgueses andan siempre cuidándose, entonces, tiene esa cosa de romper el cuidado burgués. Esto de la forma, hay una crítica muy anarquista a la burguesía.
Cuéntanos cómo fue tu experiencia en esta visita a Chile donde realizaste el lanzamiento de tu libro. ¿Con qué te quedas de esta pasada por acá?
Chile siempre es una alegría total. Yo tengo amigas chilenas y cuando les pregunto por Chile les digo “¿Cómo anda la patria?”. Creo que por patagónica tengo una proximidad emocional con Chile, fuerte, histórica de siempre, aun cuando en las antiguas épocas en las que viajaba totalmente desligada de trabajo. Punta Arenas es mi ciudad favorita en el mundo, me encanta el desierto en el norte. Amo Chile. Además, ahora lo pasé muy bien, como tantas otras veces que vine por trabajo. Fui a abrir la cátedra a la Universidad Diego Portales, y me invitaron a leer un texto que escribí para la ocasión. Se llama: La educación universitaria de la señorita Sonia, porque retomo en realidad, el título de una novela de una autora argentina que se llama La educación sentimental de la señorita Sonia, que es un título que siempre me encantó. Porque, además, tiene esa cosa de humor, y tenía ganas de pensar un poco la relación de quienes escribimos, con los programas universitarios, ya sea como profesora, como alumna, como colega. Me metí con ese tema, entonces escribí un texto que tiene que ver con eso, y estuvo extraordinario. Me presentó Andrea Palet, que es editora de dos libros míos ahí, de Mal de época y Desubicados, una editora extraordinaria. Me presentó con un texto increíble de un nivel de generosidad y brillantez típica de Andrea Palet. Después estuve con colegas queridos, estuve con el editor de la Revista Santiago, de la Diego Portales, donde yo escribo. Estuve con Álvaro Matos, Álvaro Bisama, con Ale Costamagna, que presentó la novela. Ariel, Florencia Richards presentó la novela. Las presentaciones de las dos fueron extraordinarias, súper generosas. No sólo leyeron la novela entera, sino que además escribieron unos textos geniales. La verdad que fue súper interesante, un poquito intenso, porque estaba un poquito resfriada y todo ocurrió muy rápido, pero lindísimo, todo lindísimo la verdad, súper experiencia. ¡Me traje un montón de libros!
Sabemos que impartes cátedras en dos universidades de Argentina. Como docente universitaria, ¿Cómo ves la generación de Lucrecia? Mencionabas que es una tragedia moderna ¿Qué percibes de tus propios estudiantes como una nueva generación de futuros profesionales?
En general soy bastante optimista con respecto a los programas universitarios de escritura. Soy bastante optimista porque el texto mío, de hecho, es una especie de invitación a la insurrección. Aceptamos los programas universitarios, nos movemos ahí adentro, pero que no nos tomen. En realidad el texto es una invitación permanente a eso, es decir, a tener muy presente que uno está haciendo un proyecto propio con otros y todo, pero propio y que a veces los otros interlocutores son los que están al lado, pero otras veces son libros de autoras y autores muertos, y es como una instigación a tomar lo bueno de esos espacios, pero a no dejarse captar. Ni por los tiempos, ni por los cánones que se emiten desde ahí, ni por las fulguraciones del éxito supuesto. Me parece que todos los espacios son para tomar con pinzas. Creo que hay que habitarlos con nuestra vista interior bien despierta. Al haber nacido en medio de la Patagonia, es decir, en un lugar que no ofrecía ni sigue ofreciendo, en la Patagonia argentina por lo menos, muchas oportunidades para quienes escribimos. Al haber nacido ahí y al haber vivido en la Argentina, en Buenos Aires, en un momento donde estos programas no existían, entonces, tenías que depender mucho de los figurones que tenían sus talleres y eran maestros, y todas unas fulguraciones que realmente siempre me pusieron muy nerviosa, pienso que hay algo ahí, sobre todo, si son programas accesibles, públicos que son bastante invitantes, son bastante propiciadores, son bastante más invitantes que los panoramas que yo he conocido en mi vida. Me parece que si cada cada quien sabe que ahí no va a ir a encontrar la iluminación, son espacios interesantes de interlocución, de discusión, se arman buenas discusiones. Yo creo que las nuevas generaciones están mucho más dispuestas a discutir sus producciones, a abrirlas, a compartirlas. Para mí son experiencias a favor.
Poe favor cuéntanos sobre el trabajo con la editorial Penguin Random House
Derroche acaba de salir en Penguín Random House, Grupo Editorial. En el 2022 salió en Argentina y ahora salió en Mapa de lenguas, es decir, está saliendo en España, donde estuve ahora presentando hace poquito. En Chile, Colombia, Perú, México y Uruguay. Luego, están mis libros adorados en Laurel, que es una editorial que quiero muchísimo, que me gusta, más allá que yo esté ahí, me gusta mucho ese catálogo, y ahí hay un libro mío, que se llama Desubicados, que es una nouvelle y hubo una novela, que se llama Mal de época, que es la anterior a Derroche. En algún momento, segunda mitad del año va a salir por Alquimia, otra novela mía, que se llama Bajo influencia, otra revisión. Pero Derroche es, cronológicamente hablando, mi última novela.
Ficha técnica
Título: Derroche
Autor: María Sonia Cristoff
Editorial: Literatura Random House
Colección: Literatura random house
Año:2022
Idioma: Español
N° páginas: 256
Categoría(s): Ficción Moderna Y Contemporánea Satírica Y Paródica