Entrevista al autor del libro “Una aventura radical”, Juan Cristóbal Villalobos: “El impacto del libro ha sido súper impresionante”

Por Catalina Brieba

Entrevistamos al autor de Una aventura radical, libro que aborda la vida de la referente indiscutida de la en Chile, Lola Hoffmann. Terapeuta controvertida acusada de “separadora”; ferviente difusora de las ideas del psiquiatra Carl Gustav Jung; primera traductora del I Ching al español; feminista y adelantada crítica del patriarcado. Hoffmann es una figura de la que muchos hablan, pero que pocos realmente conocen. Sus dolores, miedos, obsesiones y pasiones se diluyen en su imagen de aspecto frágil y etéreo, entre esotérica y espiritual.

En esta exhaustiva investigación, que busca sus raíces en su natal Letonia, devastada por la Primera Guerra Mundial o en una vibrante Alemania, pronta a caer en el nazismo, se muestra el recorrido de una joven a la vanguardia. Una novel doctora que se lanza a la aventura de llegar a un país del que nunca había oído hablar, hasta convertirse en un referente de avanzada del Chile de los sesenta, setenta y ochenta. Una mujer, que, en la mitad de su vida, se enfrentó a su sombra, tuvo un sueño terrible y un encuentro “azaroso” y transformador. Un terremoto vital, que, décadas después, le haría exclamar, muy segura de sí misma: “bienvenidas las crisis”.

Este libro devela un mito y cuenta la historia de la influencia que tuvo en un creciente número de personas, para quienes la transformación política y social era incompleta si no iba acompañada del desarrollo interior. Para esa generación, y para las que la siguieron, Lola Hoffmann es un figura omnipresente y mítica. Reservada, sabia y misteriosa.

Esto fue lo que nos contó el autor sobre este libro que ya va en su segunda edición.

¿Cómo llegaste al tema? 

Yo soy periodista, he trabajado harto en medios de comunicación, principalmente en el tema de entrevistas y además tengo una agencia de comunicaciones. Desde hace cinco años participo en un taller de lectura con Matías Rivas, que es el editor de Ediciones UDP. Generalmente ahí solo leemos, pero en un momento él hizo un semestre que era de ensayo y me tocó escribir con él. Luego de unos meses, él me dijo que tenía una línea que se llama “Vidas ajenas” que son biografías de gente del área de la cultura, pero en el sentido de la cultura más amplio, no necesariamente un artista o un autor, y él me contó que cuando estaba en la universidad atendía y vendía libros en la Librería Altamira y mucha gente se le acercaba pidiéndole libros sobre Lola Hoffmann o escritos por Lola Hoffmann. Ella nunca escribió un libro, solo escribió un ensayo sobre el patriarcado y los libros que hay son los de Delia Vergara, que es del 89, el de Malú Sierra, que hizo con la Lola en el ’88; y el de Leo (Calderón, su nieta) que fue publicado en el 93. Entonces, el encargo que me daba Matías era hacer una mirada a Lola y al impacto que tuvo ella y su enseñanza, 30 ó 35 años después de su muerte. Revisitarla, tener una mirada más en el contexto no solamente ella, sino quién fue, dónde nació, su desarrollo y el impacto de cómo era Chile en esa época, y principalmente de una persona que no tuviera una cercanía ni familiar ni especial con ella ni con su mundo. Yo personalmente no vengo del mundo de la cultura alternativa o de algo más esotérico. Esos conceptos nunca son muy exactos, pero no era una persona que me hubiera dedicado especialmente a ese tema, y lo tomé como lo toma un periodista. Este es el primer libro que hago, y como periodista lo tomé con la interrogante y con la duda periodística de investigar a este personaje, tratar de entenderla, que es conocida en un cierto mundo, pero no era una persona que fuera muy pública. Revisé las entrevistas de ella y había un par en El Mercurio y en la Revista Clan, que era por la de ella y por Malú, y también dio un par de conferencias públicas, pero en general ella no era un gurú, se preocupaba especialmente de no ser Osho, ni ser un grupo con seguidores, pero ella tenía un grupo de amigos, un grupo de, no sé si discípulos es la palabra, pero principalmente pacientes.

Ella no fue una psiquiatra formal, puesto que, en la época, cuando empezó a estudiar no estaba la carrera establecida, sino que ella era una médica, y trabajó con el doctor Ignacio Matte Blanco, el precursor de la psiquiatría en Chile. Lola se formó autodidacta, estudiando, leyendo. Ella tenía la formación de la Escuela de Medicina en Friburgo donde estudió el año 24, fue una de las primeras estudiantes de medicina; la Universidad de Friburgo es muy importante en medicina, recién el año 1901 aceptó mujeres y fue la primera universidad en Alemania que las aceptó. Entonces, ella venía con esa cabeza, con esa concepción y era una mujer muy erudita. Finalmente se transformó en la principal precursora de las teorías de Jung en Chile, y de las estudiosas, fue la primera en estudiarlo, y, como cuento en el libro, tuvo esta conciencia significativa, esta sincronicidad que la hizo interesarse por este mundo.

¿Cómo es su formación como estudiante?

Ella va a Zúrich en los años 50 y no fue alumna directa de Jung, pero tuvo dos momentos en que ella se encuentra con él y lo escucha, uno muy temprano y otro muy tarde. El año 25, cuando Jung viene llegando de su viaje por África, donde empieza toda su teoría y su estudio sobre la teoría del inconsciente colectivo, se juntan en el centro de un conde, muy de la época de entreguerras de Europa Central, que lo que hacía era juntar a distintos pensadores modernos y vanguardistas con los estudiantes. Lola va a una conferencia de Carl Jung, como estudiante, y le parece una persona muy interesante, muy vanguardista, pero tampoco le entiende mucho. Estamos hablando de cuando recién Jung se estaba haciendo más conocido con su teoría. Después, a fines de los años 50 Lola va a Zúrich y también va a una conferencia en el instituto de Jung y lo ve ahí, pero Jung ya estaba en su retirada dando las últimas conferencias, tampoco recibía pacientes ni a nadie personalmente. Entonces ella nunca pudo ser alumna directa, pero sí fue muy erudita y una persona que fue clave –en la investigación hablé con gente de la Sociedad Analítica en Chile— y la ponen a ella como una propulsora del pensamiento junguiano en Chile. De hecho, cuando Lola muere, su familia le dona su biblioteca a la Sociedad de Psicología Analítica y se le conmemora como una de las principales figuras por haber sido formadora de muchos formadores, muchos psiquiatras, muchos psicólogos se formaron con ella, que fueron principalmente sus pacientes, o también fueron a sus talleres de sueños, de I Ching, de estudios de la Kabbalah, del evangelio, y se encantaron con Jung e hicieron la formación y fueron propulsoras de esta corriente en Chile.

Después de volver de Zúrich, ¿Cómo logró mantenerse al corriente de los estudios de esta línea?

Ella era muy erudita, una persona que leía mucho, que estudiaba mucho, se mantenía al tanto, pero entendiendo un poco las dificultades de la época, encargaba libros, le mandaban libros, pero no era parte oficial de la red junguiana en el mundo, era más bien independiente. Fue una gran terapeuta y mezcló muchas cosas. Su formación central, su visión del mundo, de la mente y del ser humano era junguiana, y tenía los sueños como su principal herramienta terapéutica, pero la mezcló con el I Ching, que también tiene que ver mucho con Jung. Ella fue la primera persona que tradujo el I Ching al español, estuvo en la misma conferencia donde conoció a Jung con Richard Wilhelm, lo escuchó y no entendía mucho este oráculo predictivo que se basa mucho en lo causal, pero Jung con Wilhelm tenían muchos diálogos. Ella utilizaba los sueños dirigidos, el análisis de los sueños y utilizaba el I Ching. Esas eran sus principales herramientas terapéuticas que eran muy junguianas, pero ella no formaba parte de una red formal en la cual tuviera un diálogo o ella no viajaba habitualmente a Zúrich. Fue esa vez y trabajó en la famosa clínica donde se formó Jung, y eso era su formación principal.

Ella nació en 1904. Estamos hablando de los 70, ya tenía 70 o cerca de los 70 años en el Chile de la época. Pero ella fue la que sembró la semilla en futuras junguianas que formaron la sociedad analítica, y se fueron a formar a Zúrich en una época mucho más contemporánea. La otra persona es un médico gastroenterólogo que empezó a estudiar a Jung, se llamaba Arturo Prat, de hecho, era el nieto de Arturo Prat, y él también fue uno de los primeros que empezó a estudiar a Jung porque él descubrió cómo los problemas intestinales tenían mucho que ver con los problemas psicológicos. La gracia de todo esto es que son mentes muy tempranas, el propio Franz Hoffmann fue el que en los años 30 creó el Instituto de Fisiología en la Chile. Franz Hoffmann, también una figura muy importante en la medicina, puesto que él logró algo que hoy día es muy lógico, logró fondos del Estado para que los médicos pudieran dedicarse a la docencia y a la investigación. Antes de los años 30 los médicos se dedicaban solamente a curar gente. Entonces, toda esa línea la hizo Matte Blanco, Franz Hoffman, gente muy vanguardista en los albores de la medicina en Chile.

Franz Hoffman también fue un ser fascinante, pareciera que la historia no lo ha recordado tanto como a Lola.

Él crea en los años 60 (aunque después de un par de años cerró) el Centro de Antropología Médica que justamente tenía mucha relación con los temas de Lola. Él criticaba que aquí los médicos hoy día son iguales que los veterinarios, ven solo la parte fisiológica (él era fisiólogo) de los seres humanos, pero no se meten en su psicología, en sus problemas, en la parte emocional. Entonces él crea esta escuela paralela a la escuela de medicina. Los futuros médicos tenían que pasar por ahí para enseñarles antropología, psicología, psiquiatría, incluso en la época experimentaban con el LSD para abrir la mente. Estamos hablando también de Lola quien tiene diálogos y es contemporánea con Claudio Naranjo, Maturana, Gastón Soublette, Francisco Varela. Es lo que quería hacer también en el libro, hablar un poco de ese mundo que ha quedado de lado porque cuando se habla de los 60 y 70, se habla más bien de la política, de la Unidad Popular, de los hippies, de Pinochet, etc. La historia queda en eso, pero hay todo un mundo de esta cultura alternativa, que, si bien era oposición a la dictadura, ellos se preocupaban más del cambio interno que el cambio externo y generaba mucha crítica, aunque no era excluyente, no era uno o lo otro, pero también se daba eso.

Es interesante el momento porque justo ahora en el mundo de la psicología todo esto viene de vuelta, de nuevo se está probando todo el tema del LSD, de las drogas alucinógenas, la historia es circular y estos temas se están revisitando.

El impacto del libro ha sido súper impresionante, lleva recién dos meses, pero al primer mes ya salió la segunda edición, hay gente que me escribe en redes sociales dándome las gracias y contándome lo que ha significado para ellos esto, y sobre todo por lo pionera que fue Lola y todo su mundo. Hablar de la investigación con las drogas, de todo el tema del patriarcado, de las relaciones de pareja, del desarrollo interior, o de la mujer que tiene una visión más rebelde a lo establecido, que hoy en día uno tiene muchas más referencias, uno sabe que hay historias para atrás y se puede ver lo que está pasando en el mundo, hoy es mucho más fácil, pero en esa época realmente la gente pionera era pionera, y esa es la gracia de la Lola, que su rebeldía es por una cosa intelectual, pero también de vida.

Recordemos que cuando llega a Chile el año 31, durante los primeros 15 años de su vida, era una gran médica que había estudiado en Alemania, pero trabajaba a la sombra del marido durante 15 años, y en el fondo ella trabajaba a la par con él, pero era su asistente y no recibía sueldo, por lo que le viene una crisis y una depresión por eso. Se cuestiona, “¿dónde estoy?, ¿Qué estoy haciendo? Dependo de mi marido, ¿Qué pasa si el marido se muere o se va? ¿Cómo quedo? ¿Qué pasa con mi conocimiento? ¿Mi estudio?”. Entonces, eso también es muy interesante, una rebeldía que además es distinta a las rebeldías de hoy día, porque alguien puede intelectualmente pensar eso, pero a ella además esa rebeldía le vino de un malestar interno.

Me encantó el título que le pusiste al libro, porque realmente ella fue una aventurera radical

Justamente lo del título me vino en sueños, de hecho, durante todo el proceso quería mucho soñar con Lola y que me mandara mensajes, pero nada de eso pasó. Soñaba más con las cosas que me pasaban en el día. Yo pensaba que Lola me iba a mandar un mensaje y nada. Pero, durante mucho tiempo le di vuelta al título y no quería poner ni la palabra “sanadora” ni la palabra “espiritual”, quería un título que fuera más significativo de lo que era realmente y que fueran dos palabras que no fueran tan obvias. Por una parte, quería contar que esto había sido una aventura, la vida de la Lola fue una aventura, desde que estudió medicina, llegó a Chile, etc. Por otra parte, quería contar que esta mujer que era radical, que era extrema, que cuando les decía a sus pacientes que para que el matrimonio funcione tienen que dormir en camas separadas, piezas separadas e idealmente en casas separadas, y si le decían que no, ella les decía que no fueran más porque ya está más viejita y no puede perder tiempo. Decía cosas que nadie hace o que los psicólogos no pueden hacer. Una vez estaba soñando y se me juntaron las palabras: “una aventura radical” y fue mágico, dos conceptos que durante meses les había dado vuelta y lo conversaba, y en un momento se juntaron y quedó muy bien. Por eso todo esto del mundo de lo que no es tan racional y que uno no puede tocar se da por cosas mágicas y llegan por cosas que uno ni siquiera se las espera, yo no vengo mucho de esto, pero sí aprendí.

Haber trabajado en todo esto de la línea junguiana, de los sueños, la magia, de la sincronía ¿No se te quedó algo de él?

Sí, me han quedado tres cosas principales: uno es el tema de la de las crisis, la importancia de vivir las crisis, de conocer que las crisis son oportunidades, que uno en la vida, como dicen Jung y Lola, a la mitad de la vida viene este proceso de individuación y uno lo hace a través de las crisis y que a mitad de la vida viene un momento en el cual uno se cuestiona de dónde vengo, hacia dónde puedo ir, y uno se puede hacer el loco, pasarlo frívolamente, o enfrentarlo directamente y sufrir porque enfrentar las crisis significa vivirla y eso significa un desgarro, un sufrimiento, un cambio o transformación, entonces, eso yo lo he vivido y lo sentí así. La Lola decía que mucha gente llegaba con un problema o una gran pena y ella respondía «felicitaciones, usted está viviendo una crisis». Lo otro que decía también tiene que ver mucho con Jung, que la vida está hecha de pequeños milagros, que el día a día está hecho de pequeños milagros y uno tiene que reconocerlos, aceptarlos porque son buenos y no tan buenos, agradecerlos y aprender de ellos. Todo eso conectado con la sincronía, con esto de los hechos causales que uno en el momento no entiende mucho la interpretación, pero que con el tiempo o con una mirada un poquito distinta uno se da cuenta que tienen una conexión y que te van a servir para algo. Esas tres cosas creo que son súper importantes.

¿Cómo fue tu proceso de investigación? ¿Cómo decidiste por dónde empezar? ¿Por dónde darle curso?

Fue bastante intuitivo, yo soy más bien racional, pero Lola me dio muchos mensajes, me ayudó mucho en esta investigación, que fue larga y de mucho esfuerzo. Uno pasa por el proceso que todo el mundo pasa y mis amigos escritores me habían contado de que hay momentos en que uno se pregunta cuál es el sentido de todo esto, se desentusiasma, pero pese a eso, la investigación con Lola para mí fue muy fácil y me mandó muchas señales. Al principio leí estos tres libros fundamentales, iba anotando cuáles eran los temas, a quién entrevistar, y ahí iba tomando las distintas hebras para poder investigar. El orden del libro, que es muy simple, muy lineal, desde que nace hasta que muere, se vio como muy natural. Pero me pasaron catástrofes y cosas bastante significativas. Por ejemplo, me habían contado que un año antes de morirse, una amiga de ella le había propuesto hacer una biografía y tuvieron largas conversaciones durante un año, pero cuando ella vio esto no le gustó, no quiso quedar como una hechicera o como una maga o como una gurú, así que hizo el famoso libro de  Malú Sierra de los sueños y después murió. Entonces en esta búsqueda de qué había pasado con Lola, por qué no había querido hacer este libro, detecto que esta señora era la mamá de Benito Rojo, el pintor, que yo lo conozco y lo contacto a él, me comenta que su hermana tiene todas las cosas de Lola. Después de una semana vuelvo y me pasa un fajo de 300 páginas con las transcripciones a máquina hecha por su madre de todas las entrevistas de Lola. En el libro que salen detalles de cuando ella nace, cómo es Riga en 1904, anécdotas de la Primera Guerra Mundial entre Alemania y Rusia, el imperio ruso y el pueblo bolchevique. Ella contaba que había tanta hambre que en algún momento la gente de la ciudad mata al elefante del zoológico y se comen la carne entre todos. Todo eso, más cuando llega a Chile, cuando conoce a Franz, lo que le gustó de Franz, cómo se enamoró, su proceso, todo eso está escrito en primera persona. La familia era clave porque esto pasó el año 30, obviamente ya no podía encontrar gente que me contara eso. El resto fue encontrar un nombre, lo llamaba y lo entrevistaba y ahí fui buscando las distintas hebras. Leí mucho los textos que ella leía, decía que el nuevo evangelio hoy era Don Juan de Castañeda. Después, por ejemplo, ella enganchaba mucho con la Kabbalah y con el evangelio según San Juan, entonces ahí yo hablé con un cabalista que me comenta de un libro que estaba leyendo que me servía para entender cuál era la conexión de Lola con la Kabbalah. Después el evangelio según San Juan, hablé con un biblista, un especialista en Biblia, un sacerdote que me explicaba la importancia del evangelio según San Juan que era lo simbólico. Entonces ahí se fue dando y era mágico, por ejemplo, en estos textos que yo encontré en un momento habla de un joven que dice que es muy interesante, que está estudiando psicología, se llama tanto y se fue a vivir a Puerto Montt. Alejandro Igor. Yo llego a Puerto Montt y busco a Alejandro Igor, Puerto Montt, me sale el doctor, el psiquiatra y lo llamo y esa persona me dijo que hace un par de días soñó con Lola. Treinta años que no pensaba en ella, que fue muy importante porque estuvo con ella en el último momento de su vida, él fue súper cercano a ella. Para mí fue clave porque hablamos justamente de lo que ella pensaba, de lo que decía en los últimos dos años de su vida, en los que tuvo toda esta transformación, se fue acercando a Dios, etc. Entonces, se me fueron dando las cosas, esta sincronía, estos pequeños milagros, y yo me convencí de que Lola me estaba ayudando y que al libro le iba a ir bien. Incluso cuando conocí a Leonora (Calderón), que a veces no es tan fácil, porque cuida mucho las cosas de su abuela, se dio una magia y nos hicimos amigos. Ella en forma muy generosa, me abrió el baúl con todas las cosas de su abuela. Yo le puse harto trabajo, le puse harta pasión y harta honestidad, pero tuve mucha ayuda de ella y de su entorno, mucha generosidad, toda su gente quería que se supiera de Lola y que se actualizara su pensamiento.

¿Cuánto tiempo tomó todo este proceso en total? 

Tomó tres años y medio, entremedio viajé a Riga en Letonia y a Alemania. Después de la pandemia, conseguí las cosas, eran mis vacaciones y qué mejor que ir a aprovechar de ir a los lugares donde vivió Lola. Fui a Riga y a través de la familia me conseguí la dirección y fui a ver el departamento donde había crecido, donde había nacido Lola, está refaccionado y todo, porque pasaron más de cien años, pero por último poder ver por lo menos los pilares del departamento donde nació. Ella siempre contaba que sus primeras experiencias espirituales fueron cuando iba a la catedral luterana, porque en Riga son luteranos, y sus primeras experiencias místicas era escuchar un gran órgano, que en esa época era el órgano más grande de Europa. Un día fui a visitar esta catedral y justo estaban dando un concierto de órgano. Esas pequeñas cosas me fueron sirviendo. Obviamente allá nadie conoce a Lola Hoffmann y no queda nada, han pasado dos guerras mundiales, pero por lo menos ese ambiente, ver la cultura, ver las calles donde caminó, me sirvió mucho. Estuve también en Friburgo, su universidad ya fue destruida por las dos guerras también, pero pude ver ahí los patios donde ella se juntaba, cuando ella imaginaba, cuando ella se juntaba con sus compañeros. Después en Alemania en Berlín, en la calle donde estaban los laboratorios donde estudiaba, donde ella conoció a Franz Hoffmann. Eso también te ayuda a poner un poco el contexto y el ambiente y a jugar con la investigación con un poquito más de base.

Durante toda esta investigación, recopilaste muchísima información, muchísimos datos, me imagino que no todo quedó en el libro. No sé si hay alguna anécdota, alguna cosa extra que nos pudieras contar.

Lo puse todo, me han preguntado mucho y lo puse todo. Pero te puedo contar que estoy trabajando ahora en un nuevo personaje que tiene que ver con Lola, pero es muy distinto también. Estoy empezando a trabajar con Alejandro Jodorowsky, empezando a investigar su vida. Es un personaje que también es junguiano. Tiene que ver con la sincronía y los sueños, pero tiene otra historia en literatura, en los cómics, en el tarot. Con respecto a la astrología, Lola también se alcanza a meter en eso, ya estaba bastante mayor, pero se mete en eso y es una gran impulsora de Gonzalo Pérez, que es un gran astrólogo. Hoy día los más conocidos discípulos de ella son Gonzalo Pérez y Pedro Engel. La persona que impulsó a Gonzalo Pérez a meterse a la astrología fue Lola, él era un joven de 24 años, un estudiante de psicología había estado en el grupo de Arica, tenía esa conexión, pero en el fondo, la que los impulsó y se metieron también en la astrología, Jung y todo eso fue justamente Lola Hoffmann, y ellos la reconocen como su gran maestra y están muy agradecidos de ella.

Ficha técnica

Título: Una aventura radica: El camino de Lola Hoffmann

Autor: Juan Cristóbal Villalobos

Año edición: 2023

Editorial: Ediciones UDP

ISBN: 9789563145458

Páginas: 238

Dimensión: 14×21 cm

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *