Por Vale Jauré
María Aparicio es una joven directora y docente cordobesa que, en la versión anterior del FICValdivia ganara el premio del Pudú de oro por Mejor largometraje con Sobre las nubes. En esta versión del festival regresa como parte del jurado de la competencia internacional y además, presentando su nueva película Las cosas indefinidas. En este film se hace cargo de aquellos elementos difíciles de plasmar de manera audiovisual como lo son el duelo, la ceguera y el trabajo tras un montaje audiovisual.
En medio de la segunda proyección de su última película, que se presenta como Film central del certamen valdiviano, nos sentamos a conversar (ella un cortado y yo un shop de cerveza). Hablamos un poco sobre su cine y de cómo es realizar proyectos lejos de las capitales latinoamericanas.
¿Qué significó para ti el haber ganado el año pasado el Pudú de oro por mejor largometraje con Sobre las nubes?
Para mí fue un momento muy feliz todo porque creo que uno nunca espera ganar premios ni mucho menos. Al menos desde donde nosotros hacemos las películas, que es en Córdoba, cada película es una gesta colectiva que se hace sin saber qué va a pasar y es un poco trabajar a ciegas con mucho cariño por lo que hacemos, pero sin ningún tipo de seguridad de nada. Después, cuando las películas pueden encontrar un lugar y tener un público, uno las puede acompañar y conocer lugares como este, y más cuando son festivales así tan cálidos.
Me sorprendió mucho el año pasado ver que Valdivia era un festival que trabajaba mucho para su ciudad, para su gente. Eso no es tan común en los festivales. A veces uno va a un festival y el público del festival son los invitados que vienen de otros lados, y no hay una vida tan estrecha entre el festival y la ciudad. Acá me parece que pasa todo lo contrario. Las salas están llenas, hay muchos jóvenes. Si bien entiendo que viene gente de varios lados, siento que es muy viva la relación del festival con su lugar y eso es muy lindo porque presentando una película en la sala sentís el entusiasmo del público. Yo creo que los diálogos más lindos que tuve de Sobre las nubes, fue acá en Valdivia con el público en las preguntas y respuestas. Y más encima, recibir un premio fue algo inesperado que se sumó a todo este entusiasmo.
Volver al año siguiente no me lo hubiese imaginado porque tampoco estaba tanto en mis planes tener las dos películas tan cerca. Si bien yo venía trabajando Las cosas indefinidas al mismo tiempo que Sobre las nubes, no sabía muy bien cuando la podríamos terminar, ni cuál iba a ser su circuito de festivales. Al final terminó saliendo casi un año más tarde. Fue una sorpresa volver un año después a Valdivia y además con invitación de jurada. Así que estoy muy feliz.
¿Qué tal el trabajo como jurada en el festival? ¿Cómo ha sido tu mirada al respecto de los proyectos?
Estoy muy contenta con mis compañeros jurados que fueron Jerónimo Atehortúa y Paolo Moretti. La verdad es que estábamos bastante alineados en las miradas sobre las películas y eso hizo que sea más disfrutado. Porque llegar a un acuerdo con alguien que está muy lejos de lo que uno cree puede ser más difícil. En este caso fue bastante sencillo.
Creo que la competencia es muy diversa y eso me parece un valor, que haya diversidad de formas, de ideas y de posiciones ante el cine. El festival tiene una mirada sobre lo latinoamericano que es amplia y que es compleja, eso es muy importante, y la competencia lo refleja. Además, que hay películas de muchas latitudes distintas. Me parece muy bueno que películas de distintos lugares del mundo estén formando parte de la competencia del festival en vez de otros festivales donde uno puede ver una centralidad más marcada. Acá no. Eso hace que el visionado de las películas sea muy entretenido porque uno va de un lugar a otro casi opuesto. Es muy divertido y disfrutado.
Fueron doce películas las que vimos, más unas más que vi del programa, así que fue intenso. Pero creo que igual hubiese visto esa cantidad de películas, aunque no hubiera estado de jurada. Siendo jurada uno queda con la sensación de que algo fue injusto porque uno termina midiendo películas muy distintas e inevitablemente tiene que compararlas entre sí, y en realidad creo que los premios no siempre terminan siendo realmente justos. O quizás lo que es justo para mí para otros no lo es tanto. Esa es la única parte de ser jurado que me parece “no tan feliz”, pero es parte del proceso. A las películas les ayuda recibir un reconocimiento.
Esto de hacer películas desde Córdoba, fuera del centro que es Buenos Aires, que es hacer cine fuera de la capital y mostrarlo fuera de la capital también ¿Encuentras una relación respecto a eso?
Es muy interesante lo que vos decís, porque es algo que estuvimos conversando estos días. Creo que dentro del mundo del cine más independiente o de festivales, siempre, incluso desde Latinoamérica, la legitimación viene desde afuera. De Europa o de los grandes festivales. Aunque alguno quiera desentenderse un poco, si te invitan de un festival como esos automáticamente hay algo, como un lugar que siempre se miró en los festivales más grandes: Cannes, Berlín, esos. En este último tiempo estoy un poco en conflicto con todo el mundo de festivales, de hecho, estoy con ganas de hacer una película ahora sobre el tema y subirla a internet.
También es interesante que, como cineastas o como personas que estamos tratando de hacer películas, pensemos qué hay algo de esa lógica tan vertical de los festivales europeos legitimando todo el cine del mundo, que nosotros también podemos intentar quebrar un poco. Es muy difícil porque hacer cada película es un problema y en general estos festivales, su visibilidad, ayuda a seguir haciendo películas.
Pienso que Valdivia es un festival que creo intenta construir una posición acerca del cine latinoamericano. Y yo soy muy feliz en este tipo de lugares y creo que hay que deconstruir esta mirada del cine de primer mundo. Me parece mucho más lógico que nuestras películas puedan tener una circulación por espacios más frágiles, más pequeños, pero tan vivos como cualquier lugar donde se produce una mirada sobre el cine.
Me parece que tiene todo el sentido del mundo que nuestras películas puedan circular por festivales como este, incluso pienso que como persona tratando de hacer películas me gustaría ser consecuente con esta idea de que el cine no se hace de una sola manera y qué hay muchas maneras de aproximarse al cine. Que incluso hay cierta zona de poder o prestigio de toda esa apología a la grandilocuencia, y una manera de cuestionarla un poco es pensar que las películas puedan encontrar circuitos completamente alternativos que produzcan un encuentro con un público, más allá del prestigio. Valdivia me parece un lugar para eso.
Existe esa crítica a directores que hacen películas para festivales, y para festivales de afuera.
Eso yo creo que es muy claro. Todo esto es una generalidad, pero sí creo que para nosotros es difícil pensar en estar en esos festivales. Porque los festivales priorizan cada vez más películas con ciertas estructuras de producción y escalas, con solidez estructural que nuestras películas no tienen, y que tampoco sé si es nuestro objetivo pensar en llegar a eso. Quizá alguna vez terminamos haciendo una película que termina en un lugar así o capaz que nunca.
No es que piense que una cosa es buena y la otra mala, pero sí qué lo más simple que yo puedo hacer es ser consecuente con nuestras ideas y las películas que queremos hacer, tratar de hacerlas de la mejor manera que podemos y lo posible para que lleguen a un público. Ese camino será como tenga que ser. Nunca pensaría en hacer algo de determinada manera para llegar a algún lugar, a mí no funciona hacerlo de esa manera.
Y pensando en la forma distinta de producción que tienen, porque trabajas con tus cercanos. En Las cosas indefinidas trabajaste con Eva Bianco, que ya estaba en tus filmes anteriores, e incluso trabajas con tu pareja actuando, quien es montajista.
Los personajes están súper vinculados con su trabajo, los define el trabajo que hacen. ¿Cómo es hacerlo? ¿Es más fácil, o es la forma que encontraste o simplemente son los temas que te interesan?
Sí, son los temas que me interesan, pero también creo que con cada película que muestras va pasando el tiempo y van apareciendo siempre temas distintos. Y me gustaría poder seguir haciendo cosas que no necesariamente tengan que mantenerse en una misma línea. Esta película es distinta a Sobre las nubes, si bien está la cuestión del trabajo también, pero de un lugar diferente. Creo que es una mezcla entre las películas que podemos hacer y también una necesidad de cine para mí y para el mundo que tenemos en Córdoba, de que esa relación que tenemos con el cine sea una relación viva que nos mantenga en movimiento, que nos haga pensar cosas y querer hacer cosas, como seguir intentando.
Sobre las nubes me llevó mucho tiempo, porque Las Calles, que es mi primera película, se estrenó el 2016 y pasaron seis años. Tampoco creo que los cineastas tengamos que hacer películas todo el tiempo, pero sí que en todo ese tiempo pensé que también es interesante jugar a construir un vínculo activo. Poder ejercitarse haciendo las películas, ir construyendo cosas, eso me parece interesante.
Por eso de que las dos películas hayan salido tan juntas, ahora me dieron ganas de estar un rato en silencio, no escucharme tanto la voz porque uno tiene que ir acompañando las películas y hablar. Allá en Córdoba tengo muchos amigos que si alguno de nosotros quiere hacer algo vamos a estar ahí para ayudar a que eso exista y eso para mí es muy reconfortante y estimulante. No es que sea pura efervescencia, hay momentos de desencanto, pero es todo muy estimulante. Además, el sentirme en esa tarea creativa me da mucha salud, un bienestar por poder materializar cosas que estoy pensando. Genera mucha satisfacción de formas muy sencillas. Poder escribir, poder filmar, estar pensando cosas con mis amigos, eso me devuelve mucha satisfacción. Por eso es algo que trato de cuidar mucho, porque es muy valioso.
Estar rodeada de gente con las mismas ganas de hacer las cosas. Y ahora en el momento político que está viviendo Argentina, esta difícil pensar en el tema creativo en medio de esta vorágine.
Estamos enfrentados ante una forma de entender el mundo completamente individual y para mí es diametralmente lo opuesto, porque sola yo no hubiera podido hacer nada. Y para mí la vida tiene sentido cuando puedo estar ahí compartiéndola con otras personas. Creo que todos necesitamos de otros permanentemente. Y ahora el panorama es que quizás nuestro país termina comandado por alguien que lo único que quiere es alimentar esa idea individual de que cada uno decide por su futuro y que no hay nada más allá del ser individual que pueda creer en una cosa común. A pesar de que sea difícil, hay que mantener esta otra postura.
Finalmente, ¿Cómo ha sido la recepción de Las cosas indefinidas?
Muy bien. Hubo una conversación larga después de la película, que me sorprendió, en la que mucha gente se quedó a hablar.
Para mí es una película muy sentimental y hay gente que le gusta, otra que no tanto. Gente que empatiza con ella. La que está vinculada al cine se siente reflejada con algunas de las discusiones de la película, como esos momentos creativos medios errantes qué hay en cualquier proceso creativo. Pero fue muy lindo la verdad, la presentación y la conversación, las disfruté mucho.
Y, ¿Qué proyectos tienes para más adelante?
Ahora tengo dos cosas grandes que tengo que escribir porque logré conseguir una platita medio chiquita de Argentina, pero tengo que llegar con dos guiones para fin de año. Así que me espera un trabajo intenso ahora al volver.
También estoy con ánimos de poder hacer esta película para internet que surge de este malestar del momento, que no sé si voy a lograr. Pero este año di muchas clases con estudiantes a los que les digo “no crean que necesitan tanto para poder salir a filmar”, entonces de ahí es que pensé que podría hacer esta película con pocas cosas. Una película sin pretensiones y que pueda tener circulación por fuera del lugar más tradicional de los festivales. Es un trabajo de montaje que estoy investigando y luego voy a ver si logro encausarlo.
Estas otras dos películas, donde una es de ficción clásica y la otra es un poco más experimental, que seguirá explorando el tema del trabajo. Así que quizás el año que viene algo logré filmar, aunque me vendría bien la idea de poder estar en silencio un rato. No sé cómo resolver lo laboral que es otro tema. Hay cosas por delante, pero también mucha incertidumbre, así que veremos cómo sigue todo esto.
Viendo como siguen las cosas, María Aparicio vuelve a la Sala de proyección para continuar dialogando con el público tras el visionado de su película, y yo me termino mi cerveza. Valdivia está soleado, y viviendo el presente, pareciera que por un momento para el cine hecho desde los márgenes y en comunidad está todo bien.
Ficha técnica
Título original: Las cosas indefinidas
Año: 2023
Duración: 81 min.
País: Argentina
Dirección: María Aparicio
Guion: María Aparicio
Reparto: Eva Bianco, Ramiro Sonzini, Pablo Limarzi, Vera Aparicio
Fotografía: Ezequiel Salinas