Crítica de cine “Wonka”: Nos seduce y conquista

Por Carolina Jiménez Pizarro

Wonka es una película basada en la obra de Roald Dahl, Charlie y la fábrica de chocolate. Se trata de una cinta ágil, fresca y realizada con mucha creatividad, y que apela no sólo a un público infantil, como podría esperarse. Al contrario, es bastante transversal: para público infantil, juvenil, familiar, y especialistas en educación o literatura infantil. Asimismo, para fanáticos de Dahl, o del cacao, y quienes participen en clubes de chocolate.

Aunque no destina tanto tiempo a la explicitación del placer que implica sentir un trocito de chocolate en la boca, que está presente en el libro original en esos términos descriptivos,  sí hay dos situaciones que muestran aquello de un modo sutil: cuando el sacerdote custodio de Catedral los come, o cuando los ingiere el jefe de policía. En ambos casos, asociado a la dependencia y adicción que provocan las tabletas.

Con dirección de Paul King, se puede afirmar que la dimensión musical acompaña adecuadamente a la esencia de la creación de Dahl. Están bastante equilibradas. Es menester destacar que, mientras el gran punto débil de Wonka es la traducción, en las canciones sucede algo particular. Es evidente que privilegiaron la musicalidad del guion, y la verdad es que el texto termina siendo verosímil, entonces las canciones te seducen. Pero en general durante la película, hay tramos en los cuales la traducción intenta comunicar el sentido de lo dicho, pero no necesariamente da cuenta realmente de la profundidad de lo planteado en inglés. Hay muchas situaciones en que los subtítulos matizan demasiado. Quizá no son completamente otra cosa, y lo reitero, se siente verosimilitud, pero si no hablas inglés te pierdes aspectos relevantes para la comprensión cabal de la propuesta del equipo creativo.

Ahora bien, esto ha sucedido, en estricto rigor, respecto a la obra de Dahl anteriormente. La versión castellana de Charlie y la fábrica de chocolate, de Alfaguara, es una buena traducción pero pierde bromas presentes en el original en inglés, que es muy difícil traducir: el humor británico es muy particular. A veces, también pierde la musicalidad del texto de Dahl, y esa fantástica referencialidad en el uso del lenguaje. Ambos aspectos son rescatados en la versión en inglés de teatro musical estadounidense, pese a que construyen una versión mucho más corta del texto original, y cambian los énfasis de la historia.

Aunque al principio de la película quien suscribe estaba analizando muchísimo la traducción de los subtítulos, mientras escuchaba la película, con el transcurso de la historia te atrapan. Y especialmente, el protagonista, que es súper atractivo y convincente. Timothée Chalamet construye un carismático joven Willy Wonka, que seduce y conmueve, y nos muestra cuál es su punto de partida existencial, antes de convertirse en el genial personaje del libro original. En ese sentido, completan el imaginario que Roald Dahl creó. No es fiel en muchos ámbitos, respecto al original, pero nos crea un mundo paralelo al creado por el autor. Y convencen.

En general, buenas actuaciones y sobre todo, Calah Lane interpretando a Noodle nos regala una vivencia emocional. Comunica muy eficientemente sus emociones, y resulta muy transparente en el ejercicio de evidenciar el conflicto, sus dolores, la compleja vida que lleva. Buen casting infantil, en ese sentido.

Además, es el único personaje que permite hablar de la vivencia de la pobreza directamente, un tópico abordado por Dahl de un modo muy enfático en su libro. Esa precariedad que condiciona, que resta ilusión y crea desencanto vital. Acá, es la niña una expresión radical de escaso sentido de vida y de motivación. Wonka le trae magia, sorpresa, incentivos y ganas de transformar su realidad. Bien logrado eso.

Asimismo, que su madre sea una bibliotecaria, pero pobre, sitúa como un eje de análisis el rol que Dahl dio a los libros, a formas de ocio y entretenimiento que no sean la televisión, que objeta radicalmente. En el audiovisual al trabajar con libros, les otorga valor positivo. Los cautivos de la posada eventualmente no existirían, de haber desplegado la lectura como recurso vital de la vida humana. Incluso el hecho de que en un momento clave al final de la historia, Wonka lea nos deja clarísimo la importancia de la adquisición lectora y cómo transforma vidas. Permite mucho más que sólo acceder a información: puede ser trascendente, y así ocurre. De acuerdo a eso, Noodle fue visionaría y logra algo sustancial en la vida de Wonka también, por iniciativa propia, y a partir de su motivación auténtica.

Llama la atención la construcción del Oompa Loompa. Es uno de los mejores personajes, junto a Wonka. Este fue muy razonable al regalar un frasco al triunvirato de la mafia. Sabía que el Oompa Loompa vendría por ese botín, lo intuye bien, aunque sin imaginar la relevancia que tendría el ser pequeño en aquel instante gravitante, ni para su vida posterior.

No obstante, mientras en el libro de Dahl, los Oompa Loompa son la reserva moral, y abren las reflexiones profundas acerca de los niños que se van descartando como ganadores, acá tiene un carácter más liviano, en ese sentido.

En síntesis, una película chispeante, que motiva verla. Nos ofrece una vivencia del color muy estimulante. Y los personajes son evocadores y divertidos.

Ficha técnica

Título original: Wonka

Año: 2023

País: Reino Unido

Duración: 115 minutos

Género: fantástico y musical.

Director: Paul King.

Guion: Simon Farnaby, Paul King. Y personajes articulados a partir de ideas de Roald Dahl.

Elenco:  Calah Lane, Kee un gan-Michael Key, Paterson Joseph, Matt Lucas, Mathew Baynton, Sally Hawkins, Rowan Atkinson, Ji Carter, Olivia Colman, Natasha Rothwell, Rich Fulcher, Rakhee,  Tom Davis, Kobna Holdbrook-Smith y Hugh Grant, como Oompa Loompa.

Compositor: Joby Talbot

Intérprete (banda sonora): Timothée Chalamet (protagonista).

Intérprete: Neil Hannon

Fotografías: Chung Chung hoom

Coproducción: Reino Unido y EEUU.

Productores: David Heyman, Alexandra Ferguson-Derbyshire, y Luke Kelly, Kevin Mc Cornick.

Productores delegados: Rosie Alison y Michael Siegel

Decorador: Nathan Crowle

Vestuario: LIndy Hemming 

Distribución: Warner

Estreno: 14 de diciembre

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