Ch.ACO 2024 Entrevista al artista Samy Benmayor: “Mis imágenes están inspiradas en los primeros recuerdos de la infancia”

Por Victoria Abaroa

Cuando la galerista argentina Gachi Prieto vio una cuadro de Samy Benmayor por primera vez, quedó fascinada al instante. Quiso conocer al pintor imaginando que sería un artista joven y energético, lleno de vitalidad. Por eso se sorprendió al descubrir que la pintura había sido hecha por un hombre mayor, pero que, sin embargo, y en línea con las expectativas de Gachi, mantiene su fascinación infantil intacta. Esta cualidad lúdica y genuina es transversal a toda su obra, incluyendo las pinturas que está exhibiendo en Feria Ch.ACO 2024, en el stand de Galería Gachi Prieto.

El año pasado, participaste en una exposición en Argentina con la misma galería donde te estás presentando ahora. En esa ocasión, exhibiste junto a tus dos hijos, Matilde y José. Recuerdo que mencionaste que Gachi Prieto fue la primera en sugerir que expusieran juntos como familia. ¿Cuándo se inició esa relación? 

Yo conocí a Gachi en una de las ediciones anteriores de Ch.ACO, hace unos siete años atrás. Cuando la galería vino a visitar la feria por primera vez, para ver si les tincaba participar de ella en una próxima instancia. Al año siguiente de ese primer encuentro me dijo que me quería invitar a su galería. Hemos trabajado juntos desde entonces.

¿Qué es lo que destacarías de su gestión?

Es súper seria y amable. Le interesa el arte por sobre todas las cosas. Además de que le gusta mucho su trabajo, y se le nota, lo manifiesta y logra interesar a la gente por eso. Es una persona muy dedicada, tiene onda propia y es muy profesional. Las otras galeristas también, pero es que ella es especial.

¿Las pinturas que tienes acá son todas de la misma serie?

Sí, son de una serie que se llama La forma original. Son trabajos en collage, con papeles de colores pegados, y lápiz de tinta. Las imágenes representadas son ese tipo de visiones que aparecen de repente, perduran durante un tiempo, desparecen y vuelven a aparecer. Sobre todo diría que son una especie de “hallazgo”. Mis imágenes están inspiradas en los primeros recuerdos de la infancia, y tienen que ver con una búsqueda de las primeras formas que uno percibe.

En una entrevista anterior mencionaste que te inspirabas en el recuerdo de las sombras que se proyectaban en la pared de tu habitación cuando eras niño, causadas por las luces de los autos que pasaban afuera de tu ventana durante la noche. ¿Estas formas también provienen de allí?

Sí, y de los diseños de las alfombras, de las sombras de los muebles, y de ese tipo de cosas, que es lo que te rodea siempre, y es lo primero que te sorprende. Cuando era chico, jugaba a ver si encontraba esas formas, porque me parecían divertidas, aunque fueran totalmente abstractas. La idea es que uno se sorprenda con lo que lo rodea, conservando la capacidad infantil de asombrarse. Esto abre la puerta a vivir de nuevo, que es algo que me parece fascinante.

¿Recuerdas cuándo comenzaste la serie?

Cuando tenía 14 años una persona me regaló un móvil que era de cartulina de colores. En ese momento yo no sabía que iba a ser artista, simplemente me encantó este obsequio.  Fascinado, fui a la librería y compré cartulina de colores, igual que la que ocupo en mis obras, y empecé a hacer móviles en la cartulina. Esas primeras creaciones tenían ciertas formas que son similares a las que uso ahora. Creo que eso tiene que ver con las ganas que surgen de hacer arte a partir de un incentivo, que en ocasiones son obras de otras personas y otras veces son cosas muy sencillas. A veces son piezas de artesanía o imágenes de cualquier tipo, provenientes del cine, por ejemplo.

¿Consideras que estas pinturas se tienen que exponer en conjunto y que una única obra no funciona del todo por sí sola?

Una sola, es muy fome, se ven más bonitas juntas. Además, si no se muestran en conjunto no se entiende mucho la experimentación que hay detrás.

Tu pintura es muy emocional, seguramente recibes muchos elogios de espectadores que se sienten movidos por tu arte. ¿Te acuerdas de algún comentario en específico? 

En realidad no me acuerdo, pero sí hay gente que manifiesta que le encanta. Lo que más me pasa es que la gente se acerca y me dice que cuando era niño vio mis obras en la casa de cierta persona o en alguna exposición, y ahora les encanta verlas de nuevo. El otro día me encontré con un tipo que me dijo: “cuando tenía 12, fui con mi mamá a tu taller y quedé fascinado para siempre con el arte”. Ese tipo de comentarios me gusta mucho, porque a mí también me pasó algo así. Los niños son más perceptivos: ven algo y después ya no lo olvidan.

¿Cómo sientes que resuena la serie que está exponiendo tu hijo José en la pared de enfrente aquí en Ch.ACO? Son pinturas representando comida rápida, por lo que son bastante figurativas. 

Sí, eso es lo entretenido, que ambos tenemos enfoques muy diferentes en nuestros trabajos. Mi conexión con José está principalmente en el aspecto del color. Él tiene un dominio excelente del color, pero su enfoque es muy distinto al mío: es meticuloso, dedicado y serio en su trabajo. Además, tiene una característica muy especial, que es que no le presta atención al mundo exterior. No está al tanto de lo que sucede en el mundo contemporáneo porque simplemente no le interesa, lo cual me parece bastante divertido.

¿Tú no eres de vivir en tu mundo también?

No, yo siempre cacho lo que pasa, no todo, pero me gusta informarme.

Feria Ch.ACO

Centro GAM

21-24 marzo

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