Entrevista al codirector de «No mirar» Guille Aguirre: “La experiencia de la obra puede sonar algo desafiante por ser inusual”

Por Galia Bogolasky

Entrevistamos a Guille Aguirre, codirector de No Mirar, la segunda obra de la trilogía de la imagen del Colectivo Zoológico. En esta propuesta el personaje REM decide desaparecer, dejando tras él una serie de pistas que arman un rompecabezas que los espectadores deben descifrar.

La obra llena de imágenes al espectador, mientras ingresa en un mundo inmersivo en donde hay un poder superior llamado “El Circuito”. Esta segunda entrega de Colectivo Zoológico llama al espectador a participar constantemente de la obra, a través de los videos, objetos y fragmentos que dejó el protagonista.

Hace una década que la compañía de teatro Colectivo Zoológico innova con obras colaborativas que estimulan la percepción de los espectadores. Han presentado su trabajo en connotados teatros del país y de manera internacional en Alemania, Costa Rica, España, Estados Unidos, Brasil, Argentina y Noruega.

Esto fue lo que Guille Aguirre nos contó

No mirar se está presentando en el GAM, es una obra súper particular, es la segunda parte de una trilogía. De hecho, me acuerdo que te entrevisté hace un par de años por Mirar, la última obra de Colectivo Zoológico. Esta es la continuación de esa obra, lo que aborda. ¿Cuéntame cómo surgió la idea de esta propuesta?

En términos de la agenda de mediano plazo de la compañía, empezó a tomar forma esta idea de hacer una trilogía de la imagen. De alguna manera, pensar en un nuevo proyecto, en una nueva creación, ya tenía ese marco. Había preocupaciones que habían quedado todavía resonando en las personas que componen la compañía, que tienen que ver sobretodo con la idea de que vivimos en un mundo sobrepoblado de imágenes y que somos nosotros quienes producimos esas propias imágenes que finalmente padecemos. Esa situación problemática quedó dando vuelta, entonces era el marco general. En lo particular, empieza este estado de conversación permanente, de inquietud y alguien dice algo, alguien propone algo. Ahí fue muy relevante una historia que le ocurrió a Paulina Moreno, que es actriz y creadora, que hace la música en esta ocasión también de la obra. Ella tuvo una anécdota que le ocurrió al interior de un Oxxo. Esa historia sirvió de catalizador, estas preocupaciones se pueden vincular a través de algo súper cotidiano, tangible, concreto, como el estado de cosas en el que estamos, por el que atraviesa el país y la especie (humana) de alguna manera, los problemas a los que estamos enfrentados como especie.

La obra tiene una propuesta súper interesante porque es 360, el espectador se sumerge dentro del espacio y participa y puede interactuar con la escenografía, con los actores intérpretes y todo va ocurriendo ahí. Con la proyección de imágenes súper interesante y la obra también aborda todo el tema de la saturación de imágenes en las que estamos envueltos. Cuéntame un poco de la puesta en escena y cómo fue pensada.

Teníamos por una parte, este contenedor general, que ya describí, teníamos esta anécdota, que ingresó con mucha fuerza, y teníamos también, en específico, el interés de vincularnos con el estado actual de la salud mental en la población. Eso no se aborda directamente en la puesta en escena actualmente, pero era un eje que ejercía cierta fuerza. Al juntar estos tres elementos surgieron dos cosas. Primero, la noción de que existiría un circuito, con mayúscula, que sería una especie de entidad que todo lo gobierna y todo lo posee y que es imposible resistirse al influjo de este circuito, que muta de formas, que tiene unos límites fluctuantes, pero que siempre uno queda dentro de esta idea de circuito. Lo que nos puso, de alguna manera, en algo cercano a la ciencia ficción. Como contraparte de este circuito, la noción de un personaje, por decirlo así, que había, deliberadamente, puesto en escena su propia desaparición y sembrado de pistas alrededor de esta desaparición. Este personaje adquirió el nombre de REM. Entonces, teníamos por un lado el circuito y por el otro lado a REM. Entramos en esa etapa de empezar a definir cuál podía ser el contenedor de todos estos materiales que nos había dejado REM y qué formas podría adquirir este circuito, qué relaciones entre los objetos podrían dar cuenta de algo así, como esta entidad que todo lo gobierna. También relacionado con las circunstancias materiales de producción de nuestro proceso, que fue un proceso donde todos los recursos vinieron de los propios fondos que teníamos en la compañía. Entonces, fue un proceso de carestía, lo cual a veces es como un gatillante creativo. Esas tres cosas juntas dieron lugar a una propuesta que surge de Pablo Mois, que es el codirector de la obra. Decir “hagamos pedazos el punto de vista único, una perspectiva única para mirar esta obra y que la obra pueda ser mirada desde muchas perspectivas simultáneamente y que cada espectador o espectadora decida qué mirar, dónde mirar, cuándo mirar, cómo mirar”.

Ustedes siempre han estado innovando en la puesta en escena, en Colectivo Zoológico y eso también caracteriza mucho el trabajo de ustedes, que es hacer obras que van también a la par con los tiempos. Me parece súper interesante que hayan incorporado el concepto de la inteligencia artificial, que en esta obra es una especie de amenaza. Cuéntame cómo incorporaron este concepto de la inteligencia artificial.

La inteligencia artificial aparece como se menciona. Hay una escena en particular que nosotros le llamamos “el feedback”. Es una escena que se produce cuando dejamos la cámara observando un monitor. El monitor y la cámara mirándose. Entonces lo que se proyecta en las pantallas son imágenes, formas, colores, pero que están siendo generados sin un input. Es decir, nosotros no controlamos cual es la imagen que se proyecta, sino que es solo el feedback que se produce al estar el monitor y la cámara mirándose, produciendo ruido en el fondo. Es como cuando se produce un acople porque uno pasa con un micrófono muy cerca de un parlante y suena ese “bum”, bueno esto es lo mismo, un acople visual. La intención es poder hacer una escena donde sean las propias máquinas las que generan su contenido, sin nuestra mediación. Mientras ese contenido visual está siendo producido, mientras la cámara y el monitor se están mirando, a la vista de los espectadores, por supuesto, se leen unos textos. Paulina Moreno y Germán Pinilla leen unos textos y ahí específicamente hay menciones a la inteligencia artificial, en el sentido de que desde la impotencia que a uno le puede producir, o en ocasiones nos puede producir la inteligencia artificial, pensar que en realidad nuestra inteligencia siempre ha sido muy acotada y limitada y que algo así como una inteligencia artificial capaz de manejar una cantidad de datos infinitamente superior, capaz de relacionarse con los temas sin la moral de por medio, puede producir efectos que no podemos ni siquiera concebir. Yo creo que eso es un buen ejemplo de cómo aparece esta idea de lo artificial produciendo contenido, incluso aunque nosotros (nuestra especie) no estemos en el medio.

Se nota que hay un trabajo de dramaturgia, de ficción, sobre todo pensando que es bien futurista y tiene elementos de ciencia ficción, pero tiene muchos elementos de teatro documental. Cuéntame un poco cómo incorporan esa mezcla de la ficción con lo más natural.

Primero decir que la idea de que no solo sean los actores y actrices de la compañía, sino que personas que espontáneamente se contactaron o nosotros contactamos y que tenían algo que decir con respecto a este personaje, es un ejemplo más de tratar de desarrollar ciertos procedimientos donde nosotros (los supuestos autores de la obra) perdamos un poco el control y no mediemos tanto en relación a la generación de ese contenido. Efectivamente en la obra hay cerca de 30 testimonios o pedacitos de entrevistas, que son 30 personas distintas que concurren a hablar sobre diversos materiales, dejados por REM. Por otra parte, con respecto a lo del teatro documental (esto es como una confesión íntima artística) creo que es algo que miramos harto como compañía y miramos con cierta distancia. En el sentido de que lo documental pareciera declarar que existe una realidad y que esa realidad tiene un peso, o que un evento, una biografía o algo ocurrido en esa realidad es lo único que puede producir efectos y modificar esa propia realidad. Eso es lo que me parece un poco ajeno o que sentimos ajenos en el sentido de que las ficciones también pueden hacer eso. Tenemos que estar súper alerta, sobre todo cuando las ficciones están haciendo eso, porque muchas veces es con una utilización perversa, la que se hace de ese poder que tienen las ficciones. En ese sentido, para responder lo más concretamente tu pregunta, nos acercamos a una noción que es el de hiperstición, que sería este enunciado, una declaración. Este enunciado puede adquirir forma literaria, verbal, de imagen, etc. Un sonido, algo grabado, que de tanto repetirse, de tanto declararse como verdadero, termina asumiéndose como tal y por lo tanto, termina produciendo efecto en la realidad. ¿Hay un tratamiento documental en la obra? Sí, pero ¿de materiales que son reales? No, ¿Pero que producen efecto en la realidad tanto como los reales? sí.

La obra genera un impacto en la audiencia, por la experiencia. ¿Cómo es el trabajo de ustedes como colectivo? Para bajar ideas que pueden estar en otra estratósfera y cómo pueden bajarlo a algo un poco más tangible.

No quiero sonar demasiado idealista, pero pienso que la idea de abrazar el caos, es decir, Juan Pablo Troncoso es el dramaturgo de la compañía, es el responsable de la dramaturgia, pero hay textos generados, no es el responsable de generar toda la textualidad y tampoco es el responsable de urdir absolutamente todas las hebras con las que se organiza esa textualidad, a eso me refiero con el caos. Es como “hay una propuesta, está escrito, vamos trabajando por ahí”, pero de repente Paulina desde la música dice “La arquitectura musical pide que esta estrofa se repita”. Hay un texto que vuelve, y eso en relación a los distintos elementos significantes que componen la apuesta, la textualidad, la música, el sonido, más primitivo que lo musical, por supuesto a lo visual, al vestuario de un actor, que de repente llega el actor vestido con su vestuario, pero también al día siguiente llega el otro actor y le trae algo para componer su vestuario, porque eso dialoga con el suyo. La trama de significaciones está tejida por actos, a veces deliberados, a veces espontáneos, sobre los que no tenemos el control absoluto. Lo segundo, con respecto a esto de bajar las ideas es que no le tenemos miedo a no entender. No es que estemos en la posición de que entendimos algo que es muy complejo y que ahora es como lo vestimos para que estos visitantes pedestres, que van a ser las espectadoras y los espectadores, lo puedan entender, sino que es ingenuamente y honestamente un ejercicio de entender en conjunto cada vez que se materializa la performance teatral instalativa, que es la puesta en escena. De verdad cada noche empezamos a atravesar por esas acciones propuestas y a vincular los elementos y a ver qué descubrimos al hacerlo.

La obra aborda varios temas políticos que son súper importantes y desde otra postura súper clara. ¿Cómo logran que este mensaje político sea representado en una obra como esta?

En términos de distribución del poder creo que hay una elección de justamente los momentos más representativos de la puesta en escena, cuales son los personajes que están siendo representados, cuál es su lugar de enunciación y cuáles son los medios de producción a los que esos personajes pueden acceder. Esto que suena como más elaborado, en la práctica quienes son y en que trabaja esa gente. En qué lugar de la distribución de poder están esos personajes y por lo tanto, a qué padecimientos están expuestos, eso por un lado. Este tratamiento del universo de un Oxxo y de gente que está trabajando en un Oxxo y que tiene ciertos objetivos, que se ven frustrados por las condiciones materiales en las que es necesario desenvolverse. En términos, no solo específicos de esta puesta en escena, sino que de la trayectoria en general de la compañía, creo que es fuerte la idea de que el teatro es una actividad, incluso antes de ser un arte, que se hace en colectivo, que se hace en conjunto y por lo tanto encierra o tiene en su naturaleza esta idea de ponernos a prueba cada vez que nos encerramos, o salimos a caminar para hacer una obra, poner a prueba si somos capaces de hacer algo en conjunto. En ese sentido, siempre el teatro, al menos como lo concebimos nosotras y nosotros, creo que está mimando al proyecto político social, a la idea de comunidad, a la idea de si existe realmente un valor, en principio, un objetivo. ¿Para qué decir una ideología? Que nos puede organizar para producir bienestar para todos quienes nos involucramos en ese colectivo. En ese tipo de relación, creo que en esta puesta en escena en particular hay algo de desesperanza y hay algo de angustia también con respecto a eso. Hay objetos expuestos en la puesta en escena, hay escenas, hay videos, hay sonido y hay también una gráfica y hace referencia al resultado del estallido y luego al primer proceso constituyente, hay una parte que dice “¿cómo es posible que el arte no haya sido capaz de ofrecer una imagen de futuro que nos agrupara detrás de esa imagen?”. Creo que eso está muy presente en la obra. No sé si es que queremos participar de una distribución del poder, pero sí es político en el sentido de lo del proyecto en común.

Por último ¿Qué le podrías decir a la gente para invitarla a ver la obra No mirar?

En estas cinco funciones que hemos tenido, la experiencia del público ha sido sorprendente e incluso para nosotras y nosotros, tanto por ser un terreno un poco desconocido en el que estábamos ingresando, el que estábamos proponiendo, como por la velocidad con que las personas empiezan a hacer su propio guion y a decidir por sí mismas, y la intensidad con que viven la experiencia teatral, y el interés con que incluso termina la función y se quedan dando vueltas por el espacio y pareciera que los objetos como que se han reconfigurado después de todo lo que ha pasado, así que nos hemos dado cuenta que hay un momento, incluso después de la obra donde todavía el espacio queda disponible para los espectadores. Súper honestamente las personas que nos han acompañado han disfrutado mucho la experiencia, que puede sonar quizás algo desafiante por ser inusual, pero que eso no hace que sea desagradable, sino que todo lo contrario, ha sido muy estimulante experienciar lo que le pasa al público también. Así que vayan. Estamos en el Centro GAM, en la sala número 1 de miércoles a sábado a las 20:30 y los domingos a las 17:00 de la tarde.

Ficha técnica

Título: No Mirar

CoDirección: Guille Aguirre y Pablo Mois

Dramaturgia Juan Pablo Troncoso y Colectivo Zoológico

Producción: Sofía Croxatto

Elenco: Paulina Moreno, Germán Pinilla, Juan Pablo Troncoso

Diseño integral Pablo Mois

Música original Paulina Moreno

Diseño gráfico Paula Aldunate

Realización Colectivo Zoológico

Apoyo creativo: Sandra García, Kevin Hernández, Christian Sepúlveda.

Coordenadas

1 al 23 Jun.
Mi a Sá — 20.30 h, Do — 17 h (excepto 9 Jun)
Entradas desde $5.200 en gam.cl

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