Por Galia Bogolasky
Entrevistamos a la reconocida actriz que protagoniza la obra Kelü: dos astrónomas, dos épocas, el mismo cielo. Escrita por Ximena Carrera y dirigida por Ana López Montaner, es la primera obra de teatro inspirada en María Teresa Ruiz y su trascendental hallazgo en 1997 de un cuerpo celeste nunca antes visto. En el montaje, Blanca Lewin (Ruiz) y Adriana Stuven (Payne), ficcionan el encuentro de la chilena con la antigua científica angloamericana, Cecilia Payne Gaposhkin, que en 1925 descubrió la composición del sol.
Esto fue lo que Blanca Lewin nos contó sobre la obra.
Cuéntame cómo surgió esta obra, Këlu, donde tú interpretas a una de las grandes astrónomas chilenas y del mundo, la actual María Teresa Ruiz. ¿Cómo llegaste a esta obra? ¿Cómo surgió el proyecto?
A mí me llamó directamente la directora, Ana López Montaner. Ella ya tenía este proyecto, tenía ganas de hacer una obra de mujeres en la ciencia, una obra que implicara el tema del género, pero con ciencia (esto previo a que ella me invitara). Habló con Ximena Carrera para que escribiera este texto, lo postularon al Fondart, y se ganaron el Fondart. En el proceso de postulación al Fondart ella me cuenta un poco del proyecto y la idea que tenía (todavía no estaba escrito el texto), hacer este cruce entre astronomía y género, y que tenía una idea de que las actrices en escena tuvieran un rol también técnico, en términos de la iluminación, del sonido, de experimentar con distintas cosas, iba a ser compleja desde ese punto de vista. A mí me pareció interesante, involucrarme en un proyecto así, además el tema me provocaba bastante curiosidad, me llamó y después empezamos a ensayar.
Apareció el texto, encuentro que es un texto precioso de Ximena, había trabajado con textos de ella antes en Callas, pero aquí creo que ella encontró una metáfora muy bonita para hablar de estas mujeres, y que lo hemos comprobado, a lo largo de las funciones, que cala como muy hondo en la gente que la ve. Además de que la obra es súper entretenida, por precisamente todas estas cosas técnicas que tiene, que tiene el sonido inmersivo, que la iluminación es una locura, que la escenografía, con la iluminación son bien espectaculares. Además, hay un trabajo muy sensible también desde el escenario, desde la actuación, que tiene que ver con interpretar a estas mujeres y al momento que están viviendo en ese momento.
La obra junta a estas dos astrónomas de distintas épocas, centrado en el descubrimiento de María Teresa Ruiz en el 97 de la estrella enana café, Këlu, y con esta otra astrónoma del año 1925. ¿Cómo fue ese trabajo del proceso actoral? ¿Cómo fue el proceso creativo?
Yo creo que son dos mujeres que están mirando las estrellas, el universo, y que básicamente eso se trata del tiempo, como lo que vemos en el cielo hoy día no es lo que está ocurriendo ahora, sino que es lo que ocurrió hace miles, millones de años probablemente. Lo que nos propuso la directora en un principio, cuando empezamos a hacer la obra, era básicamente intentar crear ciertos juegos en escena que tuvieran que ver con eso, conjugar con el espacio-tiempo, porque eso era lo que iba a ser posible que estas dos mujeres se encontraran en la realidad, porque de otra manera no hubiera sido posible. Entonces eso fue súper entretenido de hacer, como esa búsqueda de jueguitos con el tiempo, una obra que podría ir para atrás, para adelante, o que a través de la repetición que se encontraran. Eso desde el punto de vista del encuentro en sí mismo. Lo otro tiene que ver con empatizar la una con la otra, con esa misma curiosidad que ellas manifiestan por conocer el cielo, pero también tienen esa misma curiosidad por conocérsela una a la otra.
¿Cómo fue el trabajo con la directora, Ana López Montaner, en crear esta puesta en escena y hacer todo este juego?
Fue un trabajo de Nicolás Jofré en conjunto con Laurene Lemaitre, que es quien hizo la escenografía en un trabajo súper autoral de ella.
La directora la llevó a escena y ustedes la aplican con todo este tema con los espejos que representa también el universo, la luz, las estrellas. ¿Hubo algún tema con toda la puesta en escena que fuera más desafiante?
Fue súper desafiante, porque la mayor parte del tiempo estábamos creando sobre la nada, sobre un espacio vacío. Normalmente las obras de teatro son así, como que la escenografía llega la semana que se va a estrenar. En este caso sí tuvimos el privilegio de poder contar con una residencia en Checoslovaquia, donde ahí Laurene y el iluminador pudieron ir probando cosas, pero que tampoco fueron definitivamente como iban a quedar, pero sí por lo menos, en términos de la escenografía y los obstáculos que eso nos proponía, pudimos probarlo durante un par de días en Checoslovaquia cuando ellos tuvieron esa residencia esa semana que pudieron montar.
Igual después al llegar al teatro, la semana que uno estrena uno se encuentra con nuevos desafíos y sí, obviamente el tema de la iluminación y todo eso era muy desafiante, pero era lo que había propuesto la directora desde un comienzo. No era fácil actuar y además hacer la técnica, sobre todo cuando hay tanta cosa técnica involucrada que se hace difícil concentrarse en la actuación.
Nos pasó una vez en una función para estudiantes en la mañana, que hubo una baja de voltaje en Ñuñoa y sonó como que explotó una mesa, no sé si de sonido, de luz y nos quedamos sin luz y tuvimos que seguir la obra con las luces de guardia. Eso es lo maravilloso que tiene el escenario, que al final la obra, que es hermosa técnicamente, que tiene todo este juego de luces y sonido y todo, pero al final con lo único que contamos es con nuestros propios recursos y con la actuación. La obra la pudimos hacer entera igual, las dos actrices ahí comprometidas en el escenario, actuando, haciendo este trabajo que es muy emotivo, que es muy sensible y que la gente la gozó igual, porque hay un lindo texto, porque hay unas buenas actuaciones. Obviamente esta es una obra muy espectacular en muchas cosas, pero finalmente lo esencial no desaparece por un corte de luz.
Estaba viendo una declaración de la María Teresa Ruiz que quedó muy contenta en el estreno de la obra la temporada pasada. Creo que es un desafío interpretar a una mujer que está viva y que ve el trabajo y cómo tú la interpretas a ella. ¿Cómo fue para ti interpretarla a ella y tenerla ahí en el público?
Fue súper raro, ella fue dos veces a ver la obra. La segunda vez que fue, que fue con el grupo de mujeres de Comunidad Mujer, ella subió al escenario a saludar, y fue muy gracioso porque se subió y estábamos vestidas iguales, como del mismo color, nos veíamos muy parecidas. Obviamente es un desafío, porque, además, habemos distintos tipos de actores y actrices. Yo no me siento una Kramer, en términos de caracterización, pero sí creo que hay veces que el trabajo de actuación o de observación no necesariamente es una imitación de la realidad cruda porque obviamente estás en un escenario, estas en un lugar que es ficticio, que es una mentira finalmente, por lo tanto, tampoco tienes que hacer la realidad tal como es, sino que es una interpretación, y la interpretación es un trabajo de síntesis.
Fui a la casa de María Teresa Ruiz una vez, porque fuimos a hacerle una lectura dramatizada de la obra para que ella la escuchara, porque ya no puede leer. Había escuchado algunos audios que le mandaba a la directora, entonces me agarré como de dos o tres elementos de ella, nada más, como de una cierta entonación en la voz, la manera de hablar y de tres cositas que yo la vi hacer en términos de su corporalidad, nada más. En base a esos tres elementos yo construí algo que no sabía y que no conocía, que igual es una creación, pero es divertido porque hay gente que me dice: “Yo la conozco y estás igual”. Por ejemplo, una señora mayor dice: “Oye, yo soy prima de la María Teresa, y estás súper parecida”. Eso es divertido porque uno sabe que no está copiando la realidad tal cual, pero al parecer, como elegir dos o tres elementos hacen que la gente se reconozca en eso y es súper bonito. Yo no creo que María Teresa Ruiz se haya reconocido en mí, porque verse a uno mismo como recreado igual es raro, pero sí gente que está en su entorno les emocionaba, eso es bonito. No me imaginé que eso me iba a pasar, de hecho, yo estaba aterrada con el tema de tener que interpretar a alguien que está vivo, porque Adriana por ejemplo, hace a Cecilia Payne, que no tenemos idea como era, entonces ella pudo hacer lo que quiso con el personaje, que también, esa libertad es entretenida, pero también es un desafío enorme, porque es como no tener nada.
Te quería preguntar por la temática de la obra que también aborda cómo las mujeres están haciendo grandes descubrimientos en el mundo y también la evolución de lo que ha pasado desde que Cecilia Payne hizo ese descubrimiento hace 71 años atrás, y lo que pasó con el descubrimiento de María Teresa Ruiz. De a poco se ha ido reconociendo el trabajo de mujeres en la ciencia ¿Cómo ves el rol de la mujer en la ciencia? Entender a estas mujeres en el rol que jugaron en su momento, hoy en día y la evolución que ha tenido.
Obviamente el caso de Cecilia Payne fue bien terrible porque ella fue censurada en su descubrimiento, tuvo que borrar lo que ella había descubierto sobre la composición química de las estrellas en su tesis, para que después un hombre se llevara los créditos cuatro años después. En el caso de María Teresa no fue así, pero igual cuando nosotros le preguntábamos ella decía que no. Igual los científicos, los astrónomos son gente bien como volada; “como que no, en realidad no sufrí discriminación”, pero después tú empiezas a indagar y dices en realidad no era su especialidad, mujer, como que igual se tuvo que enfrentar a gente que la iba a apuntar con el dedo.
Obviamente las mujeres han ido ganando espacio. Esto lo conversábamos con las chicas de esta organización, Cazadora de Estrellas, con las que hicimos algunos conversatorios para colegios cuando estábamos en la Católica, ellas decían que hay un montón de estudiantes mujeres, casi la mitad de la facultad, pero también por una cuestión social y de cómo están nuestras políticas sociales, al final las mujeres van dejando en el camino la carrera porque tienen que dedicarse al proyecto familiar, a los hijos, y al final quedan súper pocas ejerciendo o teniendo un trabajo continuo en la investigación. Eso es súper dramático, porque ahí se reduce el número de mujeres así drásticamente y sigue siendo un lugar dominado por hombres. Si los hombres estuvieran obligados a tomarse el prenatal, el posnatal y todo eso, sería distinto, porque para las empresas o para los lugares o para las universidades sería el mismo riesgo contratar un hombre que una mujer.
¿Cómo fueron tus inicios? ¿Cómo llegaste al teatro?
Lo decidí muy chica yo creo, como a los 9 años. De chica me encantaba disfrazarme, me gustaban mucho los títeres, escribía historias y los representaba con mis amigas en el barrio y cuando descubrí que de eso se podía hacer una profesión, siempre me gustó, de muy chica.
¿Cuándo fue la primera oportunidad que tuviste de hacer teatro profesional? ¿Después de haber egresado? ¿O fue mientras estabas estudiando?
Creo que mi experiencia profesional en teatro fue después de egresar de la escuela, aunque alguna experiencia escénica tenía, más allá del teatro que hacía en el colegio, porque en alguna época, cuando era adolescente, mi papá tuvo una compañía de teatro de repertorio, que hacían obras para colegios, él no actuaba, él operaba como productor, pero él además era mago. Aparte de hacer fiestas de cumpleaños, tenía una obra de teatro infantil que se dio en algunas temporadas en la sala del Banco Estado, que estaba en Plaza Italia. En algún momento, la actriz o el actor que estaba en ese momento, que era el personaje de la obra que le hacía de bandejero, se bajó por otros compromisos y entré yo, tenía como 15-16 años.
¿Recuerdas cuáles fueron las primeras obras después de haber egresado de teatro, algún personaje en particular que te hayan marcado en el teatro?
Las primeras cosas que hice, no sé si me marcaron tanto, igual tuvimos una obra de egreso muy bonita que nos dirigió Rodrigo Pérez, que tuvimos una temporada en la Católica, que se llamaba Los Ciegos, de Maurice Maeterlinck. Ese año me acuerdo que salí de la escuela y audicioné para Palomita Blanca, y ahí hacía, no me acuerdo si 3 o 5 personajes, pero los personajes eran María, Juan Carlos y el resto de los actores, que éramos 3, hacíamos como 8000 personajes, igual fue súper divertido, lo pasamos bien. Pero quizás uno de los personajes más importantes que me tocó interpretar, en los comienzos de mi carrera, fue ya el año 2000, que me tocó hacer a Juana de Arco, en Juana de Arco: El Misterio de la Luz, una obra que se estrenó también en el Teatro de la Católica, que tuvo dos temporadas en el teatro, y también en esa época se hacía el festival de Teatro UC en el Parque Bustamante.
Después empezaste a hacer cine, tus primeras películas fueron con Matías Bize y Jorge Olguín, hiciste todas las primeras películas de Matías Bize: Sábado, En la cama, La vida a los peces, Sangre Eterna. ¿Cómo fueron esas primeras experiencias en el cine? ¿Cómo te sentiste en el lenguaje cinematográfico?
Fueron todas esas películas acompañadas de procesos muy bonitos, en términos de que yo venía de una formación teatral, no había tenido experiencia de estar en algún curso de actuación frente a cámara, entonces todo era algo que uno iba descubriendo en el camino. Ya en la escuela tenía este interés, iba a todos los castings posibles de escuelas de comunicación audiovisual, que en ese momento hice un montón de cortometrajes, y uno empezaba a relacionarse con el lenguaje cinematográfico. Después egresé de la escuela, entré rápidamente a la tele, y ahí también había un lenguaje distinto. A través de todas estas películas fue un proceso de exploración y aprendizaje de qué tan distinto era actuar en un formato u otro, de cómo se hacía, de cómo uno llevaba la continuidad, en relación a cómo se filmaba, porque tenían características a nivel de producción muy distintas. Recuerdo todas esas películas con momentos súper específicos de mi aprendizaje en la actuación frente a cámara. Cuando me invitan a dar clases magistrales o cosas así que tengan que ver con la actuación en cine, siempre hablo de distintas etapas en el aprendizaje de un actor frente a cámara, y cada una de esas películas cumplió una función muy específica para mí, o la cumplió para mí en el desarrollo de mi carrera.
¿Cómo fue el trabajo al principio con Jorge Olguín, Matías Bize, Marcelo Ferrari? Bombal es una de las películas icónicas de tu carrera cinematográfica. ¿Cómo fue interpretar a ese personaje? ¿Hay algún personaje aparte de este o algún otro que te haya marcado tu carrera cinematográfica?
Sí, ese personaje es un personaje súper importante, además vino a cerrar un ciclo de estudios de ese personaje que yo llevaba por 10 años, por distintas razones, por distintos proyectos en los que me había visto involucrada, entonces ya sabía muchas cosas de María Luisa Bombal, la conocía muy bien, conocía muy bien su literatura, y esto fue un refresh, volver a consultar estas cosas, había algunas cosas que eran material nuevo, que no habían sido publicadas, entonces también tuve acceso a eso. Fue muy bonito. Hay personajes que han marcado mi carrera cinematográfica, como, por ejemplo, el personaje de Daniela En la Cama, creo que fue un hito importante. También el de Sangre eterna, Camila, también fue un personaje que yo recuerdo con mucho cariño por cómo lo pude trabajar, porque estaba recién empezando a entender cómo funcionaba la continuidad en la actuación cinematográfica, la evolución de un personaje de principio a fin en una película, porque tenía que estar toda la película. Yo creo que esos dos personajes también fueron súper importantes en mi carrera cinematográfica. Pese a que después he hecho otras películas que han tenido también una gran importancia por otras razones, pero en términos del personaje que me tocó interpretar específicamente, sí.
Tú te caracterizas por tener una carrera súper prolífica en distintos formatos, estás en la radio, ahora conduciendo el programa La Hora 25 de NTV, programa cultural, haciendo muchísimo teatro, muchísimos cines, series. ¿Cómo lo haces para estar en tantas partes al mismo tiempo?
En general soy desordenada en muchos aspectos de mi vida, pero hay un aspecto en el que he sido muy ordenada siempre y es mi agenda. Es un tema de organización. El año pasado, que fue una explosión de actividades, tuve que contratar un asistente para que llevara mi agenda, me ayuda muchísimo, no porque yo no lo pueda hacer ni sea poco organizada, sino porque de verdad no tengo tiempo y la verdad es que la cantidad de tiempo que uno invierte en organizar una agenda que tiene distintas actividades es alta. En marzo del año pasado me acuerdo que estaba así: “Ya, agende otra cosa”, “no, es que tal ensayo se mueve para tal hora”, “ah ya, no sé qué”, “y tal cosa acá”, y armar ese puzzle, de repente pasan un montón de horas y yo decía ¿trabajo en armar mi agenda?, porque ¿a qué hora leo?, ¿a qué hora memorizo mis textos?, ¿a qué hora estudio?, ¿a qué hora hago las cosas que tengo que hacer en todos estos respectivos trabajos que estoy agendando? Ahí contraté un asistente, súper eficiente.
En cuanto a los proyectos ¿Cómo tomas la decisión?, porque imagino que te llegan muchísimos proyectos ¿Cuáles son los criterios que tomas para elegir un proyecto en cualquiera de los ámbitos en los que trabajas?
No siempre es así, ahora, termino la temporada de Hora 25 en agosto, y de septiembre para adelante no tengo nada, aparte de mi trabajo en la radio, no tengo absolutamente nada, así que no siempre se hace, a veces uno pesca lo que le ofrecen, pero sí hay proyectos a los que uno dice que no, eventualmente, a veces sí te mandan cosas que no puedes hacer por tiempo, muchas veces por tiempo, pero también muchas veces porque te mandan un proyecto que no te ves en él, y esto no pasa porque te quede cómodo, o sea lo que tú conoces. La otra vez vi un guion, y sentía que la manera como estaban construidas esas mujeres eran una mirada que a mí no me acomodaba mucho. Yo decía “No quiero hacer este tipo de cosas”.
¿Hay algún personaje que te encantaría hacer?
Es super difícil la pregunta, en realidad nunca sé, hasta que no me llega una obra y digo “oh que bacán, obvio que quiero hacer este personaje, es todo lo que quise hacer toda mi vida”, no sé en realidad. Hay distintas razones por las que uno se enamora de los proyectos. Pero hay clásicos contemporáneos que uno quisiera hacer y que algunos están de acuerdo, a la edad de una, porque hay otros que uno ya no puede hacer. Yo ya no puedo hacer Nina en La Gaviota de Chéjov, no tengo la edad para hacerlo (risas). Pero sí, por ejemplo, podría ser quizás Señorita Julia, en el futuro. Señorita Julia es una obra que me encantaría hacer.
Estás a punto de cumplir 50, y obviamente no los representas. Podrías hacer un personaje mucho más joven, o si te ofrecen personajes de 50 y no te sientes como en esta etapa de tu vida, pensando en que estás muy activa y haciendo un montón de cosas
Me pasa eso porque la otra vez también había recibido una escena para un casting y el personaje para el que yo estaba casteando tenía 35 años. Yo sé que me veo más joven, pero no de 35. Entonces tenía conflictos, y me decían “no, no, es que la van a subir de edad por no sé qué”. Porque también siempre depende mucho del casting, de quiénes van a ser tus hijos, qué van a tener, qué actores, qué actrices. Entonces, también uno tiene que ser abierto en ese sentido para decir, lo hago igual, quién sabe, pero cuando ya te enfrentas a un proyecto, un casting, creo que son cosas que uno tiene que evaluar. Yo estoy abierta a ser personajes más jóvenes porque no me resulta difícil, es cosa de teñirme las canas, y al tiro ya me bajo 15 años, o más (risas). Pero personajes mayores también he hecho. Hice una película que se estrenó el año pasado que se llamaba Allanamiento, donde me hicieron canas, y ahí me veo y tenía más peso que ahora y todo. Entonces, creo que me veía mayor. Me veía quizás de la edad que tengo ahora, porque esa película se filmó en diciembre de 2017. Todos los años que pasaron, un montón.
En cuanto al formato de la serie, ¿Qué te merece la serie? ¿Tienes algún proyecto que se venga?
Ahora no tengo ningún proyecto de serie que se me venga. Me encantan las series. Me encanta el formato porque es la manera más cercana que uno tiene de trabajar en cine, en cómo se actúa en cine, pero en un trabajo que es un poquito más estable, que abarca más de un mes de trabajo, más de un sueldo. Desde ese punto de vista es súper atractivo y, además, obviamente, hoy día tienen un consumo súper masivo. Son entretenidas las series. Me gusta trabajar en ese formato.
Si te presentan una serie, o una película, o una obra. ¿Tienes que elegir solo una, depende del guion o puedes elegir un formato?
¿Tú no te das cuenta que yo siempre trato de compatibilizar todas las cosas con mi agenda? (risas). Dependiendo del personaje, a veces en una serie he tenido un personaje que tiene tres citaciones en dos meses. Obvio que podría hacer paralelamente una teleserie y la serie, es cosa de que dos o tres días te den permiso. Habitualmente uno puede compatibilizar teatro con las teleseries, porque generalmente las escenas nocturnas en las teleseries, por lo menos como tienen actores que trabajan en teatro, se hacen los primeros días de la semana. El resto tú puedes grabar todo el día y después irte a hacer función. Todas esas cosas obviamente se conversan con la producción. Ahora que hay un solo canal haciendo teleseries, no sé cómo será eso, no sé qué tanta flexibilidad haya.
Dependiendo, obviamente si tengo un rol protagónico en la serie y un rol protagónico en la teleserie y un rol así mega protagónico que tengo demasiado texto en la obra de teatro, obvio que voy a tener que elegir uno. Ahí va a depender, no del formato sino del proyecto en sí mismo, de lo importante que puede hacer para mí, para mi carrera profesional, de cómo esto me puede hacer crecer como actriz, quizás también por razones económicas. Es distinto cuando una era más joven, que podía ir y decir “Hago la teleserie, voy a hacer esta película y veré cómo me la arreglo el resto del año”. Ahora no, ahora hay que pagar colegios, hay que hacer una serie de cosas que obviamente se hacen más difíciles. Pero curiosamente en esta etapa de mi vida no tengo tanto trabajo en teleseries y me las tengo que arreglar igual, pero trato de compatibilizar, obviamente teniendo conciencia de que voy a tener tiempo para hacer bien cada uno de esos trabajos, sino obviamente que no se puede.
Las últimas obras de teatro que has hecho, tres súper seguidas. Hiciste Nacido para verte sonreír que ahora más encima se ha remontado…
El año pasado hice como seis. En enero tuve funciones de Nacido para verte sonreír que la habíamos estrenado en octubre de 2022. Después en marzo estrené una performance que dirigí. Ese mismo mes tuve funciones de Perfectos desconocidos. En mayo tuve funciones de nuevo de He Nacido para verte sonreír. En junio tuve funciones de Viña en CorpArtes. Julio-agosto tuve funciones de En el Medio en Teatro Zoco. Septiembre-octubre tuve funciones de Callas en el Teatro Municipal. Después me fui de gira a fines de octubre con la performance que había dirigido en marzo. Ese fue mi 2023 en teatro. Imagínate, seis, siete cosas. Una cosa ridícula. También fuimos con Nacido para verte sonreír en marzo a Ovalle y en julio a Puerto Montt.
Se puede apreciar que hay una curatoría de tu parte, que claramente no eliges cualquier obra, son obras con personajes de mujeres fuertes ¿Cómo funciona tu proceso creativo? Cuando entras a trabajar a una obra, ¿cómo te preparas para los personajes? ¿Qué le pides al director o directora?
Creo que más que qué le pide uno al director o a la directora, uno le pide o le pregunta cosas en base a lo que ellos le piden a uno, o lo que ellos quieren de ti, o cómo ellos ven la obra, el personaje, etc. Yo creo que va por ahí. No es que yo haya elegido estos personajes específicamente. Obviamente eran proyectos que me interesaron y que me gustaron, pero que también los podía hacer y que por agenda daba. Y además se dio el año pasado que había directores y directoras que nunca me habían llamado a trabajar y a quienes yo admiraba mucho. Entonces, los fui haciendo no más. El proceso creativo depende también de cómo ocurra en las lecturas, en los ensayos. Uno trabaja con distintas personas, entonces los procesos pueden ser de una manera con una persona y de otra manera con otra. A mí me encanta, pese a que yo soy una persona muy estructurada en muchas cosas, si hay algo que me gusta de mi trabajo justamente es poder flexibilizar y poder mostrarse como una persona flexible y asumir nuevos desafíos y a veces, por lo estructurada que una es, te cuesta, pero uno se lo pone por delante, que vas a llegar y logras hacer trabajos muy bonitos, como esos que tú mencionas.
Se ha hablado mucho de todo lo que está pasando a nivel de la cultura en Chile, con las políticas públicas y lo que se ha esperado de este gobierno, en general de cualquier gobierno. Porque todo el mundo está expectante de lo que cada gobierno va a proponer en cuanto a cultura y este gobierno tenía mucha expectativa justamente. Se propuso que se va a llegar en este gobierno al 1% en cultura. ¿Qué crees que falta? Algo como que tú digas que es algo necesario para que se fomente también el desarrollo cultural en Chile.
No lo sé. Es una pregunta súper difícil porque yo no me considero una gestora cultural. Si bien a veces me meto en ciertas labores de producción y ayudo a echar y a empujar proyectos adelante, eso es una cosa. Pero es un ámbito que yo desconozco. Sí me puedo referir a la situación de precariedad, porque efectivamente, uno cuando postula a un fondo tienes un límite y ese límite igual nadie puede vivir de eso, o a lo mejor una persona en el equipo puede vivir de eso, pero el resto no. Es un tema complicado. No tengo la agenda exacta de lo que está haciendo esta administración en ese sentido, porque siempre se ha hablado de que este era un ministerio de los fondos concursables y que sería bueno que ciertas compañías de cierta trayectoria tuvieran un seguimiento, un acompañamiento, como ocurre en otros países donde la cultura sí es un ítem importante para el desarrollo de laboratorios, de residencias, etc. Yo veo que igual va ocurriendo, lo que pasa es que hay mucha gente y muy pocos espacios y por eso también se da que las obras duran a veces una semana en cartelera, cuatro funciones y después veamos dónde la podemos mover, dónde la podemos vender. Eso es súper dramático.
Por otro lado, hay grandes teatros, enormes, construidos en regiones para grandes espectáculos. Para una obra chica, tampoco ese es el lugar, y es necesario que existan también. No sé lo que falta. Creo que falta mucho en educación, fundamentalmente, en que el ciudadano de a pie, como se le dice, le importe, le interese la cultura, y no solo le interese como algo que diga para el micrófono, para las cámaras, sino que efectivamente lo consuma, que dedique parte de su presupuesto. En Chile los espectáculos nacionales no son caros. Algunos sí, por algunos teatros, pero hay para todos los precios, para todos los bolsillos y de una diversidad de temáticas y de cosas increíbles. Hoy día justo hice una cartelera para la radio. Tienes cosas con aporte a la gorra y cosas que la entrada al teatro vale 18 lucas, pero es súper diverso. Creo que la educación es lo más importante, pero en serio, que exista la educación artística, que no se dejen menos horas para esas cosas, que la pedagogía teatral sea una etapa importante en las infancias escolares, es súper importante. Eso es una manera de ir haciendo que la gente se identifique también con la cultura de un país.
¿Qué se viene para ti? Estás con Këlu esta semana, ¿qué más?
Por ahora no tengo proyectos en los que tenga que trabajar, pero sí, el 14 de noviembre se estrena una película que hicimos hace dos años atrás. Es una ópera prima, el director se llama Diego Figueroa. La película se llama Patio de Chacales. Está muy entretenida y está protagonizada por Néstor Cantillana. Lo secundamos ahí yo y Juan Cano, un actor que está haciendo mucho cine, que es muy bacán él. Está muy entretenida. 14 de noviembre en Salas.
¿Qué le podrías decir a la gente para invitarla a ver esta nueva temporada que se va a dar en el CEINA del 18 al 21 de julio, después de la exitosa temporada que tuvieron en el Teatro UC?
Es una obra hermosa, entretenida, divertida, emotiva, en el CEINA, que es una sala increíble, cómoda, exquisita, moderna, con entradas muy baratas, súper asequibles, son sólo cuatro funciones, es una oportunidad que la gente no debería perderse bajo ninguna circunstancia.
FICHA ARTÍSTICA COMPLETA
Título: Kelü: dos astrónomas, dos épocas, el mismo cielo
Dramaturgia: Ximena Carrera Venegas
Dirección: Ana López Montaner
Asesoría artística: Javier Ibacache
Elenco: Blanca Lewin y Adriana Stuven
Música y diseño sonoro: Héctor Quezada
Diseño escenografía: Laurene Lemaitre
Realización escenográfica: Amorescénico
Diseño iluminación: Nicolás Jofré
Diseño vestuario: Zorra Vargas
Realización de vestuario: Javiera Labbé
Caracterización: Margarita Nilo
Producción: Josefa Schultz León
Mediación y asistencia de dirección: Olemma Leyton
Prensa: Claudia Palominos
RRSS: Loica Cultura & Comunicación
Fotografía: Daniel Corvillón
Coordenadas
18 al 21 julio
Jueves a sábado 20H / Domingo 19H
Aula Magna CEINA (Arturo Prat 33, Santiago, Metro U Chile)
$6.000 general; $4.000 estudiantes y personas mayores https://www.puntoticket.com/evento/kelu-teatro-ceina-jul-2024
75 min.
12 años +