Entrevista a la actriz de “La Prueba” Paula Luchsinger: “Yo sabía que yo no iba a ser la actriz que yo quiero ser si yo no empiezo a hacer teatro”

Por Galia Bogolasky 

Teatro Zoco estrena nueva versión de Proof protagonizada por Paula Luchsinger y Tito Bustamante, Andrew Bargsted y Valentina Muhr. Dirigida por Marcelo Leonart, con dramaturgia de David Auburn.

Ganadora del Premio Pulitzer y de tres Tony en 2001, la obra –protagonizada en su adaptación al cine por Gwyneth Paltrow y Anthony Hopkins– explora la delgada línea entre la genialidad y la locura, tendiendo puentes notables entre la complejidad de las matemáticas y las relaciones humanas.

Catherine ha sacrificado años de su vida al cuidado de su padre, un matemático brillante que revolucionó su campo de estudio desde muy joven. Sus cuadernos la conducen ahora a develar una serie de oscuros secretos. ¿Qué es lo que realmente ha heredado de él? ¿Su genio o su locura?

Esto fue lo que la actriz nos contó acerca de esta obra

La Prueba es tu regreso al teatro, ¿Cómo ha sido esta experiencia para ti?

La verdad hace mucho tiempo no hacía teatro, desde que salí de la escuela, ahí estuve en un par de producciones profesionales pero es mi vuelta después de muchos años y de mucho quererlo. Yo justo salí de la escuela, y fue la pandemia, Estallido social, entonces también los teatros se cerraron por harto tiempo y esta oportunidad de volver, además dirigida por el Marcelo (Leonart), con el elenco, con el Tito (Bustamante), con la Vale (Muhr), con el Andy (Bargsted), personas que admiro mucho, con todo el equipo, de verdad ha sido un regalo.

Esta es una obra que está basada en un texto de David Auburn, que además fue hecha en versión cinematográfica, interpretada por Gwyneth Paltrow, que es el personaje que haces la obra. ¿Te basaste en algo, estudiaste la película o quisiste enfocarte en la obra propiamente?

Apenas me dijeron, evidentemente vi la película, me gustó, no la había visto antes, pero también cuando empezamos el proceso de creación, Marcelo nos dijo que no guiemos por esto en lo absoluto, fue como un proceso súper entre nosotros. Eso sí, un libro que a mí me ayudó mucho a entender este lugar, fue Maniac, de Benjamín Labatut, que también habla de estos genios que hacen descubrimientos brillantes, pero que tienen muchos problemas para vivir en la sociedad. Justamente, generalmente son mujeres, o sus esposas o sus hijas, quienes se terminan haciendo cargo. Como que es una labor muy invisibilizada, y creo que en la puesta en escena está súper en el ojo eso, los lazos familiares, la herencia, lo que sucede cuando una persona tiene una enfermedad, y también cuando la familia se tiene que hacer cargo, a pesar de que sea brillante. Maniac me sirvió mucho. También esta gente que es tan brillante, se les justifican muchas cosas. Hay grandes genios de la humanidad que realmente en la vida privada han sido terribles. No en el caso de esta obra, pero digo que también la humanidad públicamente justifica ciertas cosas, pero en privado esas personas están en un estado muy vulnerable. Alguien está ahí para que ellos puedan continuar con sus proyectos científicos, alguien está sosteniendo toda la situación.

¿Cómo fue trabajar el personaje para ti?

En la obra La prueba, es mi personaje, es Catherine, quien decide quedarse ahí con el papá. Trabajar eso fue súper lindo, porque creo que es un tema que está muy presente ahora, también con el Sistema Nacional de Cuidados, la idea de también reconocer a esas personas que hacen esa labor. Mi personaje se hace cargo de alguien, y por otra parte ella también heredó eso. Como qué hace uno con la herencia, porque heredó esta sed tan brillante para las matemáticas como su padre, pero también hereda esta enfermedad psiquiátrica. Entonces es ese momento en el que está como muy consciente y no sabe qué va a pasar con ella. Es un estado de mucha fragilidad, y también en la obra está la crítica a que generalmente siempre se piensa que estos tipos de descubrimientos son de hombres, no de mujeres. Para mí eso también era muy importante, mostrar que las mujeres en la historia, también las mujeres científicas han sido invisibilizadas. Hay muchos casos de mujeres científicas que el marido se lleva el Nobel cuando la investigación había sido principalmente de ella, etc.

Es increíble cómo los temas empiezan a ponerse un poco de moda, por decirlo de alguna manera, como con la obra Kelü, que se trata también de mujeres científicas invisibilizadas.

Si, Kelü, preciosa obra, también la vi. Es raro porque esta obra es del 2001, entonces como que al principio, cuando yo la primera vez la leí, dije cómo, ¿por qué la estamos haciendo? no en el mal sentido, sino como una pregunta, ¿Por qué hacerla ahora? A medida que empezamos a ensayar, me di cuenta de que en realidad la obra habla de cosas mucho más complejas, pero también que uno se puede relacionar, como lo que hablábamos de la familia, la herencia, que siendo mujer no te crean, que eso es algo que pasa mucho, no solamente en el ámbito laboral, sino en el ámbito emocional, en el ámbito de la denuncia, toda esa energía.

 ¿Cómo fue el trabajo con el director Marcelo Leonart para armar este personaje?

Para mí ha sido un privilegio trabajar con Marcelo. No podría haber vuelto al teatro  con un equipo más talentoso, más inteligente, más sensible. Yo siento que este personaje se fue armando mucho en las relaciones con los demás actores y con los demás personajes. También Tito Bustamante, Vale Muhr y Andy Bargsted son increíbles, yo los admiro mucho. Más que como empezar la obra diciendo este personaje es así, creo que se fue co-creando con los otros, porque también al principio, cuando vi la obra, ella evidentemente está sufriendo un brote de algo, pero tampoco era la idea hacer la típica entre comillas loca. Como ella está loca, entonces por lo tanto tiene que ser de cierta manera. Creo que en ese sentido la dramaturgia es súper inteligente, porque todo el rato te lleva por un camino y después te lleva para el otro lado, entonces uno está constantemente dudando, como que se genera, como espectador, esa pregunta.

Por ejemplo, tomamos la relación con el padre, que es una relación súper contradictoria, como con sentimiento encontrado, porque por un lado se lleva muy bien, se aman, se entienden, él ha sido como su mentor, pero por otro lado ella tiene que cuidarlo, y eso le da mucha frustración, y le da mucha rabia, porque también, y eso también me parece genial del Tito, que está con una enfermedad mental muy avanzada, y uno puede tener compasión por él, puede tener rabia contra él, porque también cuidar a una persona no es fácil, porque también, en este caso el personaje es súper pesado con ella, entonces esa relación tiene amor, cariño, frustración. La relación con Vale, esta hermana súper exitosa pero que se fue. La identidad de ser cuidadora de alguien también se empieza a convertir en la identidad de Catherine, entonces cuando el papá, no puedo decir, pero como cuando pasan ciertas cosas, como quién es ella sin él. Esta relación con la hermana de que la trata de cierta manera, y no se da cuenta de que Catherine ha estado soportando y sosteniendo esto todos estos años. Con Hal, que interpreta Andy Bargsted, toda esta relación de torpeza, de admiración, de también mucha frustración de parte de él, y también mucho como mansplaining. Hay una escena que para mí es súper fuerte, en que él la desestima, pero muy profundamente, justo como después de una escena, entre comillas, romántica, entonces es súper fuerte ese cambio. Yo encuentro que están maravillosos mis compañeros, y actuar con ellos, y la dirección de Marcelo fue lo que me ayudó a entender cómo pensaba Catherine.

La obra también aborda un tema que también se está hablando mucho, que es el tema de la salud mental, y cómo eso también, de que el fondo, y lo que pasa también en Maniac, de cómo los límites entre la inteligencia extrema, con la locura, están siempre al borde. ¿Cuál fue el mayor desafío para ti, en abordar a una persona que está como al límite del quiebre con su salud mental?

Para mí, lo más difícil fue no tomar un estereotipo. Creo que muchas veces la salud mental está muy estereotipada, ir mostrando el personaje de todas las aristas. Ningún personaje es bueno o es malo, todos tenemos mucha fragilidad, mucha vulnerabilidad, también a veces los personajes reaccionan muy mal, tienen rabia, entonces como salir del estereotipo, y sobre todo, estar como en un lugar de fragilidad, ¿Cómo se siente eso? Estaba viendo una entrevista de Meryl Streep y decía eso, el trabajo del actor y de la actriz, es mostrarle a las otras personas lo que se siente estar en otro cuerpo. Mi personaje está en una situación muy terrible, muy dolorosa ¿Qué se siente estar así? Más que decir como, ella es esto, o ella se comporta de esta manera.

Marcelo Leonart me dijo no creía mucho en el teatro que durara menos de dos horas, y esta obra dura dos horas justo. Además tu personaje, como es la protagonista, aparece prácticamente en todas las escenas ¿Cómo fue sostener dos horas arriba del escenario con mucho diálogo, mucha intensidad, mucha carga emocional?

Teníamos ensayo, pero en los ensayos obviamente que uno interrumpe, vuelve atrás, etcétera, etcétera, pero sí, es súper potente, y también es súper cansador. El audiovisual también es súper cansador, pero desde otro lugar, porque en el audiovisual también existe la posibilidad de repetir, y el teatro uno tiene que estar ahí, ahí, ahí. Es el escenario, que para mí es como otro ser que vive, te exige mucho, mucho físicamente, entonces es súper desafiante. Para mí esta invitación fue no puedo creerlo, pero es súper desafiante, qué síndrome de la impostora, todas esas cosas, y también qué entretenido, qué placentero, qué ganas. Yo quería hacer mucho teatro, era un deseo que tenía muy, muy profundo. Yo sabía que yo no iba a ser la actriz que yo quiero ser si yo no empiezo a hacer teatro, y también como pasa con algunas cosas en la vida, como que de repente llegan al mismo tiempo justo.

A los inicios de los ensayos de la prueba, empecé a grabar El Señor de la Querencia, entonces han estado los dos personajes, son como guaguas gemelas, porque además estrenamos las dos la semana pasada. Es muy interesante habitar al mismo tiempo dos personajes súper distintos, porque yo creo que siempre los personajes tienen algo de uno, y también te muestran algo de uno que uno no sabía. Ha sido desafiante, pero también ha sido muy amoroso el proceso, muy estimulante, creativamente, intelectualmente. Además, con todo el grupo se ha formado como  familia, porque ensayamos cuatro veces a la semana, cuatro horas cada día. Yo siento que cuando se acaben las funciones voy a sentirme como viuda de mi familia.

Tú has estado muy activa en el audiovisual haciendo teleseries, pero también te quería preguntar por las series y el cine, que también has hecho grandes producciones, en Fábula, estuviste en Ema en La Jauría, en El Conde, y muchas series también, pero cuál es la diferencia, ¿Qué es lo que te gusta del teatro que no tiene el audiovisual? y ¿En qué formato te sientes más cómoda? 

Me gustan todos los formatos. Para mí actuar es lo que más amo en la vida, y tengo mucha suerte de que sea mi trabajo. Sí, he hecho más audiovisual, entonces también, quizás, tengo más conocimiento técnico del audiovisual, pero también tengo muchas ganas de empezar a hacer teatro para el resto de mi vida. En realidad soy nerviosa siempre, pero como en el audiovisual existe la posibilidad de repetir, uno sabe que puede tener una toma mala, y puede pedir una repetición, o el director o la directora te puede decir que la repitas, pero el teatro tiene eso de que parte y no para, es como entrar a un viaje y uno se arroja al misterio y a lo que suceda. Cada función es diferente, y si quizás la función pasada sentiste que cierta escena estuvo muy buena, al día siguiente no resulta lo mismo, entonces también tiene esa incertidumbre, que por un lado a mí me da mucho nervio, pero también es muy cautivadora.

¿Tienes algún proyecto que se venga, aparte de la teleserie y esta obra?

Sí, en agosto también empiezo a ensayar una obra de Carla Romero, una dramaturga, actriz chilena, directora también, y vamos a estar en Matucana 100. La obra se llama Vivir Juntas. Es un proyecto muy distinto a La prueba, porque La prueba es una dramaturgia estadounidense, realista, y esta es una creación colectiva. La dramaturgia es de Carla, también tiene mucho de colectivo, mucho más experimental, entonces súper contenta, súper contenta de empezar a hacer teatro e ir cambiando de formatos dentro del teatro. 

¿Qué le podrías decir a la gente para invitarlas a ver la prueba en el Teatro Zoco?

Los y las quiero invitar a ver La Prueba en Teatro Zoco. Es una obra donde se van a conmover, se van a reír, van a ser testigos de relaciones familiares que son difíciles, pero que también tienen mucho amor, y sobre todo, creo que van a empatizar, así que los y las esperamos.

Ficha Artística

Título: Proof
Dramaturgia: David Auburn
Dirección: Marcelo Leonart
Elenco: Paula Luchsinger, Tito Bustamante, Andrew Bargsted, Valentina Muhr
Diseño de Escenografía y Vestuario: Catalina Devia
Diseño de Iluminación: Andrés Poirot
Asistencia de Dirección: Magdalena Urarte
Música: Miguel Miranda

Coordenadas

Fechas y Horarios

Temporada: 19 de julio al 25 de agosto
Funciones: Jueves, viernes y sábado a las 20:00 horas, domingo a las 19:00 horas.
Teatro Zoco (Avenida La Dehesa 1500, Lo Barnechea)

Entradas a la venta en Punto Ticket
General: $18.000
Jueves y domingos populares: $14.000
Menores de 30 años: $10.000
Movilidad reducida: $10.000
Vista parcial: $8.000

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