Crítica de cine “Alps”: Terapia de duelo según Lanthimos

Por Coté Álvarez Franco

Enfrentarse al cine de Yorgos Lanthimos no es cosa fácil. Vanguardista, pragmático y desafiante, el estilo del griego califica a lo que llamamos provocador: suele desarrollarse a partir de un paradigma inclaudicable, se esmera en romper esquemas, se posiciona desde lo profundo de un experimento que no le preocupa ser políticamente correcto y no es sencillo de comprender a cabalidad. Así, de entrada, tenemos que hacer las paces con que la única certeza es que no habrá certezas. Pero, quizás, Alps se aferra demasiado a esa premisa.

La trama, como acostumbra Lanthimos, se va perfilando esquivamente a partir de momentos vagos desprovistos de cualquier contexto adivinable. En esta ocasión, arranca con una gimnasta practicando una rutina artística con Carmina Burana de fondo, elección musical que la desconcentra pero que el entrenador —a punta de violentas amenazas— le tiene prohibido cambiar. Cuando el tejido ya sugiere forma, entendemos que es la historia de un hermético grupo (¿de teatro?) que trabaja ofreciendo una heterodoxa terapia: se hacen pasar por seres queridos fallecidos.

El grupo se bautiza “Alpes” para que el nombre despiste y no revele información de su naturaleza, decisión que resulta metalingüística en el escenario de una obra cuyo discurso es similarmente ambiguo. Con una energía focalizada en la ejecución de estas representaciones, que tienen un sequísimo carácter cómico a pesar de lo tétrico de las situaciones, la película no le brinda mayor espacio a alguna segunda capa que le sume sustancia a lo que estamos viendo. ¿Qué nos están diciendo estos actores frustrados y robóticos? Después de todo, Lanthimos ha demostrado ser muy capaz de generar interrogantes existenciales más allá de las inspiradas por el shock de la maqueta.

Última entrega de la tripleta inicial de su carrera, Alps sigue la usanza de Kinetta (2005) y Canino (2009) de posicionar a seres humanos en medio de un juego de recreaciones y resignificaciones en el mejor caso bizarras y, en el peor, perversas. De que el sentido de la vida se reduzca a simular un accidente automovilístico, seguido de un confinamiento familiar donde la crianza de los padres es un totalitarismo absurdo, nos vamos después a burlar la muerte antes de que Black Mirror, en su episodio Vuelvo enseguida (2013), lo hiciera mediante la IA. Por su relato rudimentario y apego al concepto, la película es hermana de Kinetta y prima de Canino, no obstante, esa misma mirada panorámica le juega en contra; mientras la primera funciona como misterio disruptivo y la siguiente es una de las historias de terror más auténticas del siglo XXI, la que nos convoca es un lienzo blanquecino que se vale más de terceras interpretaciones que de su propia paleta de colores.

Al debe y todo, un filme del griego nunca deja de valer la pena, aunque, como en este caso, se aprecie como un ejercicio de originalidad, posibilidades y reacciones que el espectador no podrá augurar. Aquello, de por sí, es un valor que no cualquier autor puede proclamar aportar, y uno de los argumentos que soportan el prestigio que Lanthimos en este momento ostenta. En Alps, es ese híbrido desconcertante entre incomodidad y humor carbón; estamos viendo a gente obsesionada con reemplazar, frase a frase, a un muerto azaroso y ejecutar la acción con una falta de tino que, si bien no alcanza a arrancar una risilla, tampoco tiene la suficiente seriedad como para no preguntarse si acaso deberíamos reír un poquito.

Para un seguidor de cine, la oferta incomparable de Lanthimos probablemente sea obtusa y necesaria a la vez. En este marco, donde cohabitan palabras mayores como la mencionada Canino y la reciente Pobres criaturas (2023), su tercer largometraje cae como el eslabón irregular que, de no ser fanático del séptimo arte y/o del griego, podría calificarse como prescindible. Pero eso es discutible. Lo que no está en discusión es la virtuosidad del realizador para esquivar la indiferencia, cualidad de la que Alps no escapa.

Ficha Técnica

Título original: Alpeis

Año: 2011

País de origen: Grecia

Director: Yorgos Lanthimos

Reparto: Angeliki Papoulia, Ariane Labed, Johnny Vekris, Aris Servetalis

Duración: 93 min.

Plataforma: Mubi

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