Por Coté Álvarez Franco
Jean (Rosy McEwen) ocupa gran parte de su tiempo libre en actividades diametralmente diferentes: saliendo con sus amigas lesbianas y viendo entretención familiar en la tele. La dualidad es representativa del mundo partido que ella habita; diversidad versus tradición, zona de riesgo versus zona segura. Mostrarse u ocultarse. Vivir su verdad o perpetuar una mentira.
Como profesora de educación física de enseñanza media que quiere conservar su puesto, no ser apuntada con el dedo por pervertida en la calle y mantener una relativa paz con su hermana y sobrino, Jean se ve obligada a tener esta doble vida que le impide sacar su relación en las sombras con Vivian (Kerrie Hayes) hacia la luz. La situación no mejora cuando, inevitablemente por su orientación sexual, termina involucrada en los problemas de convivencia de una alumna nueva.
Un detalle no menor es que la historia está inserta en la Inglaterra de 1988, cuando el gobierno conservador de Margaret Thatcher impulsa la Sección 28, enmienda legislativa que quiere prohibir la “promoción” de la homosexualidad en el país. En este panorama, la película posiciona la sensación de culpabilidad por ser gay, someramente o no, en todos lados: las noticias en la radio, los comentarios de la gente, las miradas de reojo, las juntas familiares, el ser una mujer supuestamente soltera y hasta en el comportamiento con los estudiantes.
La paranoia en la atmósfera es tal que Jane, cuyo profesionalismo nadie puede poner en duda, debe pensar dos veces cada cosa que hace y dice a las niñas durante sus clases, tensión y frustración que McEwen expresa con virtuosa sutileza, bajo una dirección igualmente sensible. En esta línea, Blue Jean tiene el mérito de tomar los factores homofóbicos externos y, en lugar de dramatizarlos, condensarlos en el miedo que acecha la mente de la protagonista día y noche (víctima de insomnio, la chica escucha casetes inductores de sueño).
Es, al fin y el cabo, la lesbofobia internalizada de Jean la principal antagonista de la historia. El contexto es el telón de fondo —que sí es determinante— pero la escritora y realizadora Georgia Oakley, cuando contrasta la represión de ella con la valentía de las otras lesbianas que frecuenta, propone que el enemigo más poderoso son las propias inseguridades. Es ahí, donde la hostilidad de la sociedad logra permear la piel de Jane, que la intolerancia triunfa.
Como lo haría Billy Elliot (2000) y Pride: orgullo y esperanza (2014), la ópera prima de Oakley escoge a la agitada Inglaterra de Thatcher como escenario para ilustrar las implicancias de una existencia no tradicional. Justamente nominado a los premios BAFTA, el filme, con su estilo sencillo e íntimo, conmueve porque sabe representar la influencia de la esfera pública en nuestro propio mundo privado. Ser uno mismo, a cabalidad, es un proceso difícil, gradual y fluctuante.
Ficha Técnica
Título original: Blue Jean
Año: 2022
País de origen: Reino Unido
Director: Georgia Oakley
Reparto: Rosy McEwen, Kerrie Hayes, Lucy Halliday, Lydia Page
Duración: 97 min.
Plataforma: Mubi