Por Romina Burbano Pabst
Un sueño dentro de un sueño
Que quizá no es un sueño
O talvez sí
¿Te acuerdas, Cassandra Soto? Éramos algo así como sombras en los Ghettos verticales, es una obra de teatro cargada de emocionalidad, que viene a conmover e incitar a la reflexión de los y las asistentes de Teatro del Puente. Ante una realidad cruda y cotidiana, la obra nos adentra al relato de Cassandra Soto, quien lucha por el futuro de su hermana menor en un entorno de hacinamiento y violencia, un mundo de ghettos verticales que limitan tanto la acción como la percepción de las personas. Minerva Avedaño, quien no es ni detective, ni policía, tampoco abogada, se presenta como una figura enigmática capaz de desentrañar el pasado oscuro y borroso de Cassandra Soto. Junto con las impactantes actuaciones de Macarena Fuentes y Magdalena Urarte, la obra se convierte en un poderoso relato sobre la supervivencia en la ciudad, donde no solo destaca las sombras físicas, sino también emocionales y psicológicas de los personajes.
Bajo la dirección y dramaturgia de Marcelo Leonart, el montaje explora las tensiones entre la visibilidad y la invisibilidad en la vida urbana, así también temas complejos como la fragilidad de la memoria humana, la des-personificación y el suicidio. Leonart, logra esto mediante un enfoque teatral meticuloso y consciente, que confronta al público con las sombras que habitan en los ghettos verticales de nuestra realidad contemporánea. Un punto importante a resaltar es que Leonart utiliza el espacio del Teatro del Puente de manera innovadora, al transformar el propio puente en una extensión del escenario, convirtiendo el entorno en un reflejo de las realidades que explora la obra, creando una experiencia teatral que invita a la reflexión y la inmersión.
Mientras Minerva contempla el río y la ciudad en toda su plenitud, con sus múltiples luces parpadeantes y el constante bullicio urbano; la escenografía se divide en dos partes complementarias. El interior, dentro del puente, se presenta un escenario que refleja el ambiente opresivo de los ghettos verticales, mientras que el exterior muestra la ciudad tal y como es con sus edificaciones imponentes. Estas estructuras, aunque cercanas, se difuminan en el paisaje lleno de ventanales que reflejan las luces de las casas, fragmentos de vidas aisladas. Cada hogar se convierte en una celda de confinamiento indistinguible, un hacinamiento palpable, pero invisible para quienes prefieren no ver. Como señala Minerva, desde lejos, las construcciones parecen enjambres donde las personas coexisten en un silencio compartido, en viviendas que, en esencia, son islas en un mar de indiferencia.
Esta dualidad en la escenografía no solo establece un entorno vívido, sino también, integra de manera singular los elementos urbanos externos con el escenario y la narrativa de la obra. El puente, al ser el elemento central de la escenografía, permite observar hacia el afuera sirviendo como un reflejo de la vida en los ghettos verticales, permitiendo al espectador ser parte de ese entorno urbano. Esta integración del mundo urbano crea una experiencia teatral que es casi imposible de replicar en otro lugar. Al transformar el propio puente en un espacio reflexivo, se invita a reconsiderar las nociones del uso del espacio en un mundo moderno que parece cada vez más alienante.
La escenografía también se compone de los reflejos de los personajes en el ventanal del escenario ponen en primera persona la dualidad de lo visible y lo oculto, lo que se dice y lo que se calla. Los reflejos en los vidrios son las sombras de quienes sus personajes hablan, su presencia es inescapable de la ciudad. La escenografía actúa como un espejo que refleja las inquietudes ocultas y los dilemas existenciales de los personajes, haciendo tangible lo que permanece oculto en su realidad.
Macarena Fuentes, quien interpreta a Minerva, encarna a su personaje con una presencia escénica misteriosa y singular, es un personaje complejo que actúa como una figura que interroga, tanto en sentido literal como metafórico, dentro de la obra. Su función es un enigma que otorga un enfoque más comprensivo y reflexivo en su intento de reconstruir el relato de Cassandra Soto, buscando entender las sombras de los ghettos verticales. Su interpretación se destaca por una firmeza innata, logrando un equilibrio preciso entre conocimiento y enigma. Con un magnífico manejo de la voz, Macarena alcanza un tono alto que, lejos de ser agotador, resuena e impacta al espectador. Muchas veces utilizó un micrófono lleno de luces para interpelar directamente al público, donde lo externo y lo interno se entrelazan para decir lo que se calla, soltar pensamientos y hacernos reflexionar sobre las escenas. Esta combinación de control vocal y presencia escénica, convierte su actuación en una experiencia envolvente.
Por otro lado, nos encontramos a Magdalena Urarte, quien interpreta a Cassandra Soto, un personaje en constante tensión, atrapada entre su deseo de ignorar el caos del mundo y la imposibilidad de escapar de él. La actriz es fiel a su personaje, con una representación corporal que refleja la confusión y carga emocional de Cassandra, sus manos temblorosas y sus gestos, oscilan entre la resistencia y la vulnerabilidad. Cada movimiento parece cargado de significado, dejando una imagen mental en el espectador. Si Macarena Fuentes se centra en una reflexión colectiva, Magdalena Urarte enfatiza en la lucha y reflexión interna. Esta actuación no solo cuenta una historia que divaga entre la realidad y lo onírico, sino que también, hace que el espectador sienta profundamente.
A partir de estas actuaciones que re-presentan el relato y la realidad de muchos, el elenco indaga en cómo el trauma afecta la memoria y la percepción de sí mismos. La obra ilustra la forma en que el trauma puede afectar en la memoria y esta, a su vez, en la vida de los personajes. Cassandra, por ejemplo, se esfuerza constantemente por reconstruir eventos pasados, pero se encuentra con recuerdos fragmentados y contradictorios, un reflejo de la teoría de trauma de Pierre Janet y la disociación. Magdalena Urarte, resalta a través del cuerpo y sus diálogos cómo las experiencias traumáticas dejan destellos en la mente que terminan por distorsionar la percepción de la realidad. Según Janet, los traumas no solo alteran la memoria, sino también, generan respuestas emocionales intensas; lo cual se ve reflejado en el miedo incontrolable de Cassandra de no poder luchar por el futuro de su hermana.
Mientras la trama continua, se puede notar una cierta despersonificación, donde los personajes parecen transitar en un vacío emocional y su sentido de identidad se desmorona. En el caso de Minerva, quien, aunque busca desentrañar el pasado de Cassandra, parece estar en un estado de aislamiento emocional donde se pierde a sí misma. Es por esto que muchas veces veremos a Minerva contemplando por el ventanal la ciudad, sola, simbolizando su desconexión tanto del mundo exterior como de su propia identidad. Sus reflexiones sobre las sombras que habitan los ghettos verticales representan la despersonificación, mostrando como el hacinamiento y las contingencias de la modernidad pueden llevar a una sensación de vacío y pérdida. En otras palabras, la obra profundiza en este estado, ilustrando cómo el hacinamiento y la desconexión con el otro puede despojar a los individuos de su humanidad y su capacidad de conectar genuinamente con el exterior y consigo mismos.
Los reflejos en los ventanales que se producen por el acercamiento de los personajes al vidrio, y las caídas suspendidas de los personajes no solo acentúan la separación entre lo visible y lo oculto, sino que también simbolizan el estado de vulnerabilidad y despersonificación que enfrentan los protagonistas. Se refleja en el escenario, una realidad moderna donde la deshumanización es una amenaza constante.
Por otro lado, el uso predominante de gritos y tonos elevados de voz son un potente recurso que resuena en el público. La voz se convierte en un instrumento para expresar la tensión y desesperación de los personajes, este recurso amplifica la sensación dramática y, además, simboliza la necesidad de los personajes por ser escuchados y entendidos en un mundo que parece sordo a sus angustias. Esto se destaca particularmente en las escenas donde Minerva intenta indagar con mayor intensidad en los recuerdos de Cassandra, simbolizando su deseo desesperado de reflexionar sobre un mundo que parece ignorar el sufrimiento del otro. Los tonos elevados de voz, actúan como una forma de expresión visceral que rompe el silencio y pone en relieve la ambigüedad y el dolor de los personajes, haciendo tangible la emoción que enfrentan.
A partir de las interpretaciones, la escenografía y la dirección, la obra se presenta como un conjunto de metáforas visuales de lo visible y lo que permanece oculto. Marcelo Leonart, Macarena Fuentes y Magdalena Urarte crean un relato conmovedor y reflexivo del trauma en el entorno urbano contemporáneo que está permeado por la violencia. El montaje logra una inmersión propia en la narrativa al transformar el escenario de Teatro del Puente en un reflejo de la realidad opresiva y fragmentada de los ghettos verticales. La intensidad emocional de las actuaciones de Macarena Fuentes y Magdalena Urarte, junto con el uso innovador del espacio y la iluminación, permite al espectador confrontar el dolor y la desesperación de los personajes, haciendo tangible lo que normalmente permanece en las sombras. Cada elemento escenográfico contribuye con una narrativa que representa, no solo la presencia constante e inescapable de la realidad urbana, sino también, los dilemas existenciales de las personas que viven esa realidad.
Esta obra, con su exploración sutil y gradual del suicidio y la supervivencia, ofrece una experiencia teatral que refleja la dureza de la vida urbana e invita a una profunda reflexión sobre la condición humana en un mundo cada vez más indiferente. ¿Te acuerdas, Cassandra Soto? Éramos algo así como sombras en los Ghettos verticales, es una obra impactante y memorable que deja resonando sus reflexiones en el espectador.
Ficha Técnica
Título: ¿Te acuerdas, Cassandra Soto? Éramos algo así como sombras en los Ghettos verticales
País: Chile
Dirección y Dramaturgia: Marcelo Leonart
Elenco: Macarena Fuentes y Magdalena Urarte
Vestuario: Macarena Fuentes y Magdalena Urarte
Iluminación: Marcelo Leonart
Coordenadas
Del 10 al 25 de Agosto 2024
Jueves a domingo a las 20:00hrs
Duración: 1h 20min
Edad recomendada: +14
En Teatro del Puente