Por Victoria Bustos Arancibia
Todo es gris en la vida de Ian Curtis. Control es una película biográfica que busca dilucidar la vida de quién fue el vocalista y líder de la banda inglesa Joy Division. Filmada completamente en blanco y negro, la historia transcurre entre el año 1973 y la muerte de su protagonista en mayo de 1980, contando incluso algunos eventos previos a la creación del grupo musical que llevó a su figura al estrellato internacional.
El largometraje es una melancólica exploración de la vida de Ian Curtis, especialmente en la intimidad, en los backstages, en conversaciones con sus cercanos y en el hogar. Estrenada originalmente en 2007, la película se basa en el libro Touching from a distance escrito por Deborah Curtis, la viuda de Ian. A través de una narrativa íntima y con nula exposición forzada de la trama, un error común de las biopics, se logra esclarecer la esencia de un hombre atrapado entre su genio creativo y sus demonios personales.
Uno de los mayores aciertos de Control es su capacidad para humanizar a Ian. Y no se detiene en los clichés de la vida de rockstar, en cambio, se adentra en la psicología de un joven que lidia con la epilepsia, las cargas de cumplir con ciertos estándares de la vida adulta, y las presiones de la fama. Desde el principio, la cinta establece un tono sombrío que refleja el carácter que todos asociaban con Curtis, interpretado por el actor Sam Riley con una sensibilidad única de los gestos y tonos de quien no se entiende a sí mismo pero espera ser entendido por los demás.
Control está dirigida por Anton Corbijn, conocido por su trabajo como fotógrafo musical y luego director de videos musicales, que además pudo captar en cámara a los Joy Division, entre otras bandas y artistas a través de los años. Su conocimiento personal y laboral con el grupo, sumado al icónico estilo artístico desarrollado por Corbijn, otorgan a la película una autenticidad especial, sumergiendo por completo al espectador en la atmósfera de los años 70 y 80 en la Inglaterra suburbana. La dirección de Corbijn es un fenómeno que no podía faltar, resultando en un homenaje intimista a la figura de su protagonista.
La banda sonora, que incluye las emblemáticas canciones de Joy Division y otras piezas musicales de la época que sirvieron de inspiración, se entrelaza con la narrativa de manera efectiva, ofreciendo mediante las letras un poco más de explicación emocional para comprender el actuar o estado mental de Ian Curtis. Escuchar Love Will Tear Us Apart, la canción y sencillo más exitoso del grupo, en el contexto de la película añade una capa de tragedia y cobra un sentido nuevo, se convierte en un emblema de las relaciones turbulentas que mantuvo Curtis con su esposa, quien provee la mayor parte de los recuentos históricos representados, y con su amante, Annik Honoré.
Sin embargo, Control no está exenta de crítica. Algunos podrían argumentar que, en su intento de retratar la vida de Ian Curtis con delicadeza, a veces cae en un ritmo demasiado lento, que arrastra algunas tomas más segundos de lo necesario para entregar el mensaje, su vida fue corta y agitada, y la película es todo lo contrario. La complejidad de su personaje y su legado podría haber sido explorado más a fondo, especialmente en lo que respecta a la influencia que tuvo en la música y la cultura de la escena.
De todas maneras, tan pioneros como lo fueron los mismos Joy Division, Control es una obra que trasciende la típica biografía musical. Es un retrato imperdible de un talento trágico que dejó una huella indeleble en la historia del rock, y que sus propios compañeros de banda reconocen como una guía para la exploración y creación con la que continuaron en New Order, el grupo que formaron después del suicidio de Ian Curtis.
Ficha técnica
Título original: “Control”
Duración: 121 min
Año: 2007
Género: Biopic
País de Origen: Reino Unido
Director: Anton Corbijn
Guion: Matt Greenhalgh
Reparto: Sam Riley, Samantha Morton, Toby Kebbell, Joe Anderson
Distribución: MUBI
Proyección en la Cineteca Nacional por Mubi Fest Santiago 2024