Por Trinidad Quinzacara Torres
Una película de culto para cualquier fanático del cine. Dirigida por Chan-Wook Park, Oldboy no decepciona con su estética y su trama, que demuestra en un principio que nada es más fuerte que el deseo de venganza y lo hace a través de una tragedia griega moderna sacada de un manga, en la que el destino rige las normas.
La historia es creada por Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi, pero no es igual ya que Chan-Wook Park agrega muchos detalles al manga homónimo original. Se enfoca en Dae Su Oh, un hombre descuidado que un día es secuestrado y encerrado por años en una pequeña habitación con un televisor. Todo ese tiempo su motivación es descubrir a su captor y vengarse, por lo que se prepara para el día que pueda escapar. Pero esto es solo una parte, ya que Oldboy está lejos de ser una típica película de venganza.
Es una obra que tiene tantas referencias filosóficas y artísticas que la lleva inmediatamente a un lado pretencioso del cine -en el buen sentido-. Porque desde un inicio cuenta con guiños a la filosofía como es con el hombre encerrado en la habitación añorando el exterior y también con la constante del poema “Ríe y el mundo reirá contigo; llora y lloraras solo”, que es fundamental para marcar la estética de la película. Cada escena pasa a ser un cuadro, llegando a su máximo por la dirección de arte de Seong-hie Ryu, y gran parte de los diálogos llevan una frase icónica, resultado del trabajo de tres guionistas y un escritor.
El guion de este filme está perfectamente estructurado como una tragedia griega en la que el protagonista, no importa lo que intente hacer, cae en la trampa porque no puede escapar de su desgracia. La minuciosidad en los detalles lleva a que el resultado sea gratificante, a pesar de lo repulsivo. La violencia ni siquiera llega a ser cruda o tan explícita, pero la sensación de brutalidad sigue presente por el buen manejo de cámara, como se demuestra en la icónica escena de más de 2 minutos de pelea, todo golpes y nada de sangre, y gracias a las acciones trazadas de los personajes, todos hoscos y poco afables.
Un caso especial es el de Dae Su Oh -interpretado por Choi Min Sik- alguien que no genera empatía ni carisma en la película, por lo que da más la impresión de un antihéroe, al que quieres que le vaya bien en su búsqueda de venganza. Es una actuación un poco exagerada sobre la marcha por el desinterés que demuestra por todos y todo, pero Choi Min Sik lo sabe llevar y llega a ese punto en el que tiene lo justo de desagradable y de soportable.
Por otro lado, las mujeres de la película se convierten en una herramienta o una parte usada para la venganza del hombre, a pesar de tener todo que ver nunca pasan del segundo plano en la historia. Lo que funciona para la trama, lamentablemente.
Yoo Ji-tae que interpreta a Lee Woo Jin, merece su propio reconocimiento con una actuación pulcra e impecable que logra transmitir al personaje calculador, elegante y maquiavélico. Aunque es con ayuda de todo lo que lo rodea y lo representa, que exagera su personalidad. El desinterés por su entorno, la falta de vergüenza, demostrado desde el lugar minimalista en el que vive hasta la música que lo acompaña, todo son pistas de que parece tener un único objetivo en su vida.
Otro factor clave de la película, que ensalza más la idea de estar viendo una obra de culto, es su música, tan atractiva como sus referencias artísticas e intelectuales. Sonatas clásicas que incluyen parte de “Las cuatro estaciones” de Vivaldi y una banda sonora increíble de Cho Young-Wuk.
Los giros de trama lo son todo en esta película, sin ellos nadie se iría del cine tan perturbado. Pero por sobre ellos hay un mensaje constante de ser el que “ríe al último”. Y definitivamente Chan-Wook Park es quien ríe al último con esta historia cinematográfica digna de seguir analizándose.
Ficha técnica
Título original: Oldboy
Dirección: Chan-Wook Park
Guion: Chan-Wook Park, Hwang Jo-yoon, Im Joon-hyung
Música: Cho Young-Wuk
Año: 2003
Duración: 120 minutos
País: Corea del Sur
Distribución: MUBI
Parte de la cartelera de Mubi Fest