Crítica de Teatro “Correo”: La Intimidad Compartida

Por Romina Burbano Pabst

Querida lectora, querido lector,

Hoy, me he detenido… he pausado por un instante el ajetreo de la ciudad, caminé hacia la sala del teatro en la Fundación CorpArtes y me dirigí a ver la obra Correo. Por su nombre algo se me venía a la mente de lo que podría ser el montaje, sin embargo, terminó siendo algo completamente inesperado. Ha pasado mucho tiempo desde que escribí una carta, tanto que ya ni recuerdo a quién fue o si llegó. Hay algo en la escritura epistolar que la vuelve fascinante, se desprende de ella un acto íntimo, físico y mental que desborda sensibilidad. Su tono suave y delicado traza palabras cuidadosamente y el sonido único del lápiz en la superficie rugosa del papel es a penas perceptible, dejando tras de sí un pulso, un pensamiento que ha tomado forma.

Correo es un tributo a ese pequeño gesto tan íntimo y, a la vez, compartido: la escritura. Bajo la dirección de Paula Aros Gho, la obra se despliega poco a poco ante nosotros, envolviéndonos en el acto delicado y casi olvidado de la escritura epistolar. El elenco, compuesto por Carolina Diaz, Esteban Cerda, Sergio Gilabert y Valentina Parada, interpretan a un grupo de estudiosos del género, quienes nos invitan a redescubrir cartas de personajes históricos, transformando los textos en una metáfora de nuestra relación con la escritura. En conjunto, la composición actoral y dramatúrgica proponen una práctica artística que es capaz de generar vínculos con la audiencia, incluyéndola en el proceso creativo y desarrollo de la obra, creando una experiencia única del teatro.

Desde un comienzo, la escenografía nos prepara para este proceso: una mesa con varios cajones y algunos objetos cuidadosamente seleccionados – sellos, cartas, lámparas y relojes –, como si fuera un espacio que invita a la reflexión. A medida que la obra avanza, la transformación del espacio es constante y envolvente. Lo que comienza siendo un entorno organizado, se va desbordando progresivamente. Las cartas empiezan a multiplicarse y los papeles se despliegan por el aire cual hoja cayendo en otoño. Aquellos objetos escenográficos que al principio parecían cotidianos, comienzan a adquirir una presencia casi simbólica. Cada objeto trae consigo una reflexión, un pensamiento que llena el escenario; a partir de esto, el espacio se expande y la inmersión del público es inevitable y acogedora. Así, el espacio escénico se desborda, como si las palabras escritas se hubieran liberado por completo y llegaron por fin a sus remitentes.

A través de la interacción entre intérpretes y espectadores, y mediante ejercicios de escritura compartida, la obra nos invita a detenernos, escribir con calma, esperar y leer detenidamente dejándose impactar por la sensibilidad de las palabras. La participación activa del público se convierte en una parte esencial de la experiencia teatral, conectándonos con la sensación de pensar y sentir para uno mismo. En un mundo saturado de mensajes fugaces y digitales, este montaje nos devuelve al ritmo pausado del lápiz y el papel, recordándonos la paciencia, el silencio y el valor de las palabras que resuenan más allá de lo inmediato.

Las cartas, en Correo, no son solo mensajes escritos de una persona a otra, sino que se desarrollan como momentos que capturan diálogos, pensamientos y formas de resistencia ante el olvido. En esta obra, las cartas pasan a ser un personaje importante de transformación emocional y social, y lo más revelador es que no son exclusivas de los personajes. El hecho de que el público tenga la libertad de escribirlas en ciertos momentos amplía el significado del acto epistolar, nos acerca a un proceso colectivo que transita entre los afectos y convierte al espectador en un personaje activo del relato.

La obra transforma el significado de la carta, deja de percibirse solo como un registro estático de palabras y se convierte en un diálogo dinámico y de cambio, entre quien la escribe y quien la revive, recorriendo entre el pasado y el futuro. En este sentido, el montaje utiliza la escritura epistolar como un ejercicio de reflexión sobre nuestra capacidad de intervenir en la realidad y materializar a través de la palabra escrita. Los ejercicios en la obra develan una forma de comunicación tan íntima que transforma a quien lo escribe. El público, se ve inmerso en el acto mismo de escribir una carta, experimentando un momento escénico que va más allá del espectáculo: es partícipe, co-creador de un relato colectivo que se reinventa a medida que avanza la obra.

Es así que integrar los ejercicios de escritura en la obra invitan a una reflexión individual a partir de un proceso de creación compartida. Cada carta escrita por los espectadores, cada lectura, dialoga con la narrativa de la obra, la escritura toma un sentido teatral, y el teatro, a su vez, se vuelve un espacio de introspección. El teatro de Correo, por tanto, no es solo un lugar de contemplación a la virtud escénica e interpretación sino también de acción, otorgando al espectador una agencia teatral única.

Correo no es solo teatro, posee una capacidad propia para hacer que el público se sumerja de tal manera en la obra que, por momentos, uno se olvida que está en el teatro. Es un montaje que nos invita a pensar el poder de la palabra escrita, en la sensibilidad de la carta y en su capacidad para transformar la realidad. En un mundo de inmediatez, Correo aparece como un teatro epistolar que construye un espacio para la pausa, la reflexión y el encuentro con lo más íntimo y esencial de nuestra experiencia humana, plasmar nuestras ideas. La inmersión del público en la narrativa nos muestra que el teatro sigue siendo un lugar de intervención y sensibilidad, exponiendo el arte de comunicarse por medio de cartas.

Ahora me pregunto ¿hace cuánto tiempo que no escribes una carta?

Ficha Técnica

Título: Correo

País: Chile

Idea Original y Dirección: Paula Aros Gho

Dramaturgia: Tomás Espinosa y Paula Aros Gho

Elenco: Esteban Cerda, Carolina Diaz, Sergio Gilabert y Valentina Parada

Música y Sonido: Daniel Marabolí

Diseño Original: Claudia Yolin

Diseño Integral y Técnico: Gabriela Torrejón

Producción: Gabriel Valenzuela – Agencia Rizomas

Asistencia de Producción: Carolina Hurtado – Agencia Rizomas

Duración: 60min

Edad recomendada: +12

Coordenadas

Del Viernes 04 de Octubre al Sábado 12 de Octubre 20:00hrs

Domingo 06 de Octubre y Domingo 13 de Octubre 19:00hrs

En Fundación CorpArtes

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