Por Patricio Zulantay
Reestrenar Marat Sade, en el Chile actual, no es casualidad. Tras su estreno en la Alemania dividida de 1964, logró una repercusión a nivel mundial. En Chile, fue llevada a las tablas en 1966, años antes de la dictadura militar por el Instituto de Teatro de la Universidad de Chile, con dirección de William I. Oliver y asistencia de Víctor Jara. Luego regresó en 1990, como obra de egreso de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, bajo la dirección de Fernando González. Y de pronto, post Estallido Social, reapareció como el primer montaje de la Compañía de Teatro Escuela Popular de Recoleta, que este 2024 reestrenó con función única en el marco de su ciclo abierto.
Pareciera que la revolución no solo está presente en el contenido de esta obra, sino también en los contextos donde suele emerger. Marat Sade es un clásico del teatro del siglo XX que nos interpela a pesar de que los hechos ocurrieron hace más de 200 años. De ella afloran las voces de un pueblo cansado, la necesidad de una sociedad justa, el anhelo de una vida digna. A pesar de estar situada en medio de la Revolución Francesa, sus planteamientos, reflexiones y posibles salidas adquieren una semejanza profunda con el Estallido Social en Chile: el levantamiento de un pueblo frente a la injusticia, la vía constitucional como solución en medio del caos.
En escena, nos situamos en el manicomio y prisión de Charenton, Francia. El director original de esta producción, Peter Weiss, decide visibilizar a dos personajes que vivieron años de encierro en este hospital. Por un lado, al mártir de la Revolución Francesa, Jean-Paul Marat, quien fuera asesinado por Charlotte Corday, seguidora del partido de los girondinos, defensores de la alta burguesía. Y por otro, al Marqués de Sade, activista político y noble francés quien, enjuiciado por delitos sexuales, blasfemia y pornografía, fue encarcelado gran parte de su vida, viviendo los últimos años en este manicomio, creando obras de teatro interpretadas por los propios enfermos.
A partir de estos hechos, Weiss crea una obra imaginando un drama dirigido por el Marqués de Sade, en el que representa los últimos días de Marat. El público, entonces, se sumerge en una obra dentro de otra obra. En las butacas junto al público, parte del elenco se sienta a admirar el montaje, reacciona, interviene y opina sobre las decisiones que va tomando Sade en la construcción de esta trama. Los internos del hospital, por su parte, encarnan un doble papel: son enfermos psiquiátricos pero también actores. Se quebranta, de pronto, la frontera entre realidad y ficción.
La historia se estructura a partir de las visitas de Charlotte Corday, quien en tres oportunidades intenta interactuar con Marat, y de forma sangrienta, asesinarlo. Entre medio, se establecen diálogos entre Marat y Sade, quienes reflexionan y debaten en torno a la revolución, los ideales que la movilizan y las diferencias ideológicas que salen a flote en medio de la rebelión.
Mientras Marat, revolucionario líder de los jacobinos, encarna los valores del pueblo francés, el Marqués de Sade es partidario de la transformación individual por sobre lo colectivo. Esta diferencia permite que la obra proponga un debate filosófico, político y social profundamente complejo, instalando preguntas en torno a las revoluciones sociales y evidenciando cómo se van replicando las lógicas de poder cuando el pueblo exige justicia.
¿Reflexión o acción? ¿Reforma o revolución? Cuando se está gestando un levantamiento social, ¿debemos luchar por una simple reforma constitucional o por una radicalización como postulaba Marat? ¿Dónde se fija el límite de la violencia? Y si ya se desató el Estallido Social, ¿estamos luchando por una transformación colectiva o individual? ¿A quiénes estamos beneficiando realmente? ¿A las grandes masas o a la pequeña burguesía?
Marat Sade nos plantea esta y otras interrogantes. Te hace repensar la revolución. Por ello es vital su presencia durante o posterior a los levantamientos sociales. Como todos los clásicos, este montaje nos invita a analizar nuestro presente, a mirar con detención aquellas estructuras que han conformado nuestro sistema político. En Marat Sade hay cantos, o gritos que con el tiempo se transforman en melodías combativas. Hay locura, mucha locura. Porque pareciera que es ella el corazón de toda revolución.
Ficha Técnica
Título: Marat Sade
País: Chile
Dirección: Cristián Ruiz Gutiérrez
Adaptación dramatúrgica: Coca Duarte
Producción: Compañía Teatro Escuela Popular
Elenco: Alfredo Becerra, Felipe Lagos, Luis Chávez, Catalina Carvacho, Constanza Mora, Bastián Panadés Rojas, Natalia Barra, Oscar Quintana, Isidora Arenas, Diego Muñoz, Catalina Bravo, Jenaro Poblete, Elien Soto, Yessenia Droguett, Moisés Medina, Leslie Ceas, Jose Miranda, Gunther Reimberg, Scarlette Castañeda, Javiera Llorens, Barbara Muñoz.
Realizadores Escenográficos: Sebastián Flores y Jorge Flores
Compositor universo sonoro: Iván Aedo
Diseño integral: Mer García Navas
Coordenadas
Función única: Miércoles 09 de octubre 19:00 hrs.
Centro Cultural de Recoleta, Santiago.