Por Victoria Bustos Arancibia
La más reciente obra de Robert Zemeckis, es una adaptación dramática de la innovadora novela gráfica de Richard McGuire, que se adentra en la complejidad del tiempo y la memoria, utilizando como telón de fondo un sólo lugar, donde en el siglo XX se construye una casa. Armada de tecnología de tipo AI, Aquí o Here es a la vez un producto intensamente Zemeckis, con todo los tropos narrativos que se esperarían de este autor de Hollywood, como también un punto controversial en la integración de la Inteligencia Artificial al mundo creativo y artístico, su construcción deja debates, sonrisas y lágrimas por igual.
Desde los dinosaurios, pasando por las tribus nativas americanas, hasta las familias de clase media que habitan el inmueble, el filme presenta un recorrido de cientos de miles de años, todo en un solo plano fijo. A través de una narrativa no lineal, la película ofrece un mosaico de historias que van y vienen, siempre con un denominador en común: un mismo sitio como testigo y contenedor de la historia de sus habitantes, cada uno con sus propias alegrías y penas.
Esa narración se ajusta perfectamente a los recursos cinematográficos para adaptar las viñetas originales a la gran pantalla. Uno de los grandes logros de Aquí es su capacidad de transmitir la idea de que todo cambia y, a la vez, todo permanece. La vida humana es sólo un suspiro en la vasta cadena de la historia. No obstante, la ambiciosa estructura temporal se queda apenas en la superficie de sus personajes secundarios, desdibujando su profundidad y relevancia.
Visualmente, el largometraje es un experimento fascinante. La nueva herramienta de Inteligencia Artificial generativa llamada Metaphysic Live permite el rejuvenecimiento en tiempo real de los actores, con resultados asombrosos aunque en ocasiones resulte desconcertante, sobre todo en el caso de Tom Hanks quien no logra acompañar el efecto visual con talento actoral, su interpretación se siente más como un eco de su propia persona que como un personaje verdaderamente desarrollado. Podrás observar en casi todo momento a un señor mayor aunque su ropa y piel joven te quiera convencer de lo contrario. Simplemente el galardonado intérprete no llega a la altura de las exigencias que el papel presenta, en contraste con Robin Wright, quien brilla con una interpretación más matizada a lo largo de las décadas y con una esencia bien demostrada.
Haciéndole justicia a la estética impuesta por el material de origen, Zemeckis opta por un plano fijo, casi teatral. La primera mitad de la película se siente algo desarticulada, con secuencias rápidas que se superponen sin un claro hilo conductor. A medida que avanza el metraje, la vida de Richard en este hogar emerge como el núcleo emocional. Las interacciones entre generaciones y los distintos tipos de familia son temas recurrentes, los cuales a ratos se ven eclipsados por la necesidad de pasar de un momento a otro de golpe, antes de que pudiéramos quizás ver otro aspecto de quien está en el cuadro.
El mayor problema cae justamente en la falta de tratamiento de muchas de las historias. Quizás como consecuencia de la abundancia de personajes que pasan por el sitio, no parece desarrollarse lo suficiente como para que el espectador se sienta emocionalmente involucrado. Los relatos secundarios son interesantes en su contexto histórico, pero parecen más bien decoraciones de la narrativa principal, sin un propósito claro. La película casi nunca logra explorar completamente las complejidades de sus vidas, y eso disminuye el impacto emocional general. A quienes sí logramos entender, convivir con ellos y hasta dejan deseando por más detalles son los Young, que ocupan la casa en la mayoría de las décadas contemporáneas retratadas en Aquí, y que reflejan todos los puntos que valen la pena de la cinta.
Diría que no es un viaje al pasado como el de Marty en Back to the Future (1985-1990), célebre trilogía del mismo director, porque a la audiencia no se le da el pase a estas diferentes épocas. No nos envuelve el mundo contado cuando nos encontramos con la pareja de la tribu lenni-lenape, ni con William Franklin, la familia de los Harper, el matrimonio de Stella y Leo Beekman o la familia afroamericana que es golpeada por el COVID-19.
El mensaje que se entrega sobre la fugacidad del tiempo y la importancia de la familia es esperanzador y transversal. Sin embargo, no es universal, porque quien no se deja emocionar con la faceta más familiar de la filmografía de Robert Zemeckis, podrá encontrar que el sentimentalismo de Aquí es forzado. La premisa es profundamente humana, pero no perfecta en ejecución, siendo una mezcla de momentos brillantes y otros que se sienten vacíos, y por lo mismo se entiende que produzca detractores.
A pesar de sus defectos, Aquí es un viaje atractivo, que plantea miles de reflexiones sobre cosas banales de la vida misma y las memorias que se impregnan en las paredes del hogar. No alcanza la grandiosidad que uno podría esperar de su equipo, pero tienen la suficiente originalidad y corazón como para ser apreciada por su público objetivo. Sin duda va a dividir a los espectadores, donde algunos se aburrirán esperando un filme de cine-arte o un Blockbuster, mientras que varios otros descubrirán la belleza en su enfoque singular y van a querer verla de nuevo, tal vez para encontrar “easter eggs”, reconectar con otros personajes o admirar los detalles en su exquisito diseño de producción.
Ficha técnica
Título original: “Here”
Duración: 104 min
Año: 2024
Género: Drama; Familiar
País de Origen: Estados Unidos
Director: Robert Zemeckis
Guion: Eric Roth, Robert Zemeckis. Novela gráfica: Richard McGuire
Reparto: Tom Hanks, Robin Wright, Paul Bettany, Kelly Reilly
Música: Alan Silvestri
Distribución: BF Distribution
Estreno en salas: 2 de enero de 2025