Por Victoria Bustos Arancibia
La nueva propuesta de terror Sting: la araña asesina, dirigida por Kiah Roache-Turner, un autoproclamado y comprobado fanático del género, se sumerge en el territorio de los seres monstruosos, pero lo hace mezclando una serie de recursos que refrescan el tratamiento del horror y de la idea que se podría tener de un largometraje de este tipo. Directamente desde la nación de los arácnidos enormes, llega esta película australiana que promete sorprender a todos apelando al miedo más común de la población mundial.
Ambientada en un día de tormenta de nieve en Brooklyn, la historia gira en torno a Charlotte, una niña de 12 años que está sintiendo el desplazamiento en la familia por la llegada de un hermano pequeño, mientras absorbe el estrés de los adultos de la casa por temas laborales, y vive sus propias angustias de preadolescente rebelde. En este contexto, adopta una araña que crece y come a un ritmo alarmante, desatando finalmente el caos en su pequeña comunidad de vecinos.
Desde el primer fotograma, la película logra establecer una atmósfera claustrofóbica. No nos movemos de los confines de un antiguo edificio residencial, excepto para establecer las duras condiciones climáticas que mantienen a sus habitantes medio aislados del mundo exterior. Sumándose además los apretados horarios de trabajo de los padres de Charlotte, la enfermedad de su abuela y las excéntricas vidas del resto de los inquilinos que nutren el sentido de estar atrapados en el lugar con la bestia. Así el filme no necesita de tropos típicos como la oscuridad de la noche para servirse de su pavoroso ambiente, hace uso de ingeniosos planos y un diseño de producción genuino de la ciudad donde transcurre, incluso si fue todo recreado en un estudio en Australia.
Uno de los puntos más destacados de Sting es su cuidadosa caracterización. Los efectos especiales son impresionantes, logrando que Sting, con su piel negra y peculiar franja roja en el lomo, no sólo sea amenazante sino también sorprendentemente realista, elevando la calidad de cada escena. La elección de una araña como antagonista no es casual tampoco, el miedo a las arañas, o aracnofobia, es uno de los temores más universales, y Kiah Roache-Turner lo utiliza para conectar con la audiencia desde un espacio personal y legítimo. Hay momentos que, sin duda, provocaron gritos o sonidos de profunda incomodidad con el monstruo, evidenciando el impacto que Roache-Turner busca generar.
La historia progresa rápidamente, delineando desde el inicio las características que harán de cada vecino un punto clave en el relato. La premisa está cargada de clichés pero avanza con un ritmo ágil que impide que la narrativa se estanque o que te aburras. La relación entre Charlotte y su padrastro Ethan, aunque un tanto predecible, añade una capa emotiva que enriquece la trama. Mientras que por otro lado, a pesar de ser bastante entretenidas, las aristas secundarias podrían haber tenido algo más de desarrollo y conexión con la figura de la araña. Toda la tensión emocional es agradecida, pero hay algunos instantes en que la tendencia del guion por caer en los giros ya esperados, puede restar impacto a la experiencia general.
La película, que rinde homenaje a clásicos del cine como Alien (1979), Poltergeist (1982) y Aracnofobia (1990), se suma al específico subgénero de las criaturas extraterrestres o de dudosa procedencia, como lo fueron Gremlins (1984) o Critters (1986), y consigue mezclar con acierto lo grotesco y lo cómico que atrajeron a toda una generación de culto hacia estos productos del terror. Lo mejor es que Sting: La araña asesina se diferencia por una subtrama familiar que incluye un arco de redención y reconciliación, y que se destaca como una adición interesante. Las actuaciones además son sólidas, no precisamente ganadoras de premios pero totalmente creíbles y sirven perfecto a los propósitos de la historia. En especial, cada segundo con Noni Hazlehurst en pantalla, quien interpreta a Helga, la abuela de la niña, y prometen ser los favoritos de la cinta.
Sting: La araña asesina combina horror, humor y una mirada hacia las dinámicas de las familias nucleares modernas. Si bien no reinventa el género, sí ofrece un buen entretenimiento con risas y escalofríos, convirtiéndose en una opción ideal para quienes buscan una experiencia ecléctica y divertida. Kiah Roache-Turner ha entregado una obra que, aunque puede no ser un clásico instantáneo, definitivamente será del gusto de varios.
Ficha técnica
Título original: “Sting”
Duración: 92 min
Año: 2024
Género: Terror; Ciencia ficción
País de Origen: Australia
Director: Kiah Roache-Turner
Guion: Kiah Roache-Turner
Reparto: Alyla Browne, Ryan Corr, Penelope Mitchell, Noni Hazlehurst
Distribución: Diamond Films
Estreno en salas: 9 de enero de 2025