Crítica de cine “Amenaza en el aire”: Un thriller entretenido y sin pretensiones

Por Victoria Bustos Arancibia

La nueva película de Mel Gibson, Amenaza en el aire, se presenta como un thriller de acción que, a pesar de sus limitaciones, logra mantener la atención del espectador durante sus ajustados 91 minutos. Protagonizada por Mark Wahlberg, Michelle Dockery y Topher Grace, la cinta se desarrolla en un pequeño avión sobrevolando el gélido paisaje de Alaska, donde las tensiones y las traiciones se desatan entre un piloto, una policía detective y un testigo clave para poder llevar a cabo un juicio contra la mafia.

Desde el inicio, la historia escrita por el guionista novato Jared Rosenberg, establece una premisa sencilla pero efectiva de ejecutar: tenemos al aviador (Wahlberg) que no es quien dice ser, un contador (Grace) con un pasado laboral oscuro, y una U.S. Marshall que se encuentra en una carrera contra el tiempo y lleva sus propios trapitos sucios escondidos. La película transcurre casi de forma integral en tan sólo un set de filmación, la avioneta privada, donde se utilizaran una serie de clichés del género de la acción, la dinámica tensa entre los tres personajes, y la experiencia de su veterano director de cine para mantener a flote la formulaica trama.

El principal atractivo de Amenaza en el aire radica en su ejecución más que en su concepto. Mel Gibson, conocido por sus trabajos visualmente impactantes en el pasado, ahora opta por un proyecto más austero, que podría ser igualmente desafiante para un cineasta que ha demostrado tener talento para dramas de una escala muy diferente. Aquí se centra en la claustrofobia del espacio aéreo y el peligro inminente de caer. La dirección es competente, sin grandes pretensiones artísticas, lo que falta en innovación lo compensa con una atmósfera cargada de adrenalina. Usa a cabalidad los recursos que parecen entregarle el limitado presupuesto, lo que se traduce en un relleno moderado de imágenes de las montañas y un uso prudente de efectos especiales. Hay un cierto encanto en la simplicidad de las escenas, las cuales se concentran en sacarle el jugo a las aptitudes naturales de los actores.

La fórmula puesta en práctica consiste en personajes bien definidos, no exige facetas novedosas o demandantes y mantiene una absoluta confianza en sus intérpretes. Wahlberg, en el papel del antagonista, ofrece una visión algo caricaturesca del criminal a sangre fría que a veces roza lo absurdo, una responsabilidad que recae más en el guion que en su talento ya que el ex “Marky Mark” se entrega con una mezcla bastante convincente de siniestralidad y desconcierto. Dockery, por su parte, logra transmitir la desesperación de una mujer que debe lidiar con la tremenda misión en mano y las inseguridades pasadas, la actriz de Downtown Abbey (2010-2015) brilla en su capacidad de parecer realmente angustiada toda la película, pero con la determinación de una “badass woman” arquetipo. Mientras que Grace, aporta el toque cómico como el nervioso ex empleado de un jefe mafioso, una figura plana, predecible en su accionar, pero que sirve tanto de alivio como de catalizador para la mayoría del suspenso a bordo de la aeronave. Los tres presentan oportunidades perdidas para desarrollarlos más allá del mero estereotipo, aunque se entiende la decisión ejecutiva de enfocar los esfuerzos cinematográficos en otros aspectos.

Como se indicó, el largometraje tropieza más que nada en su libreto. Se exhiben algunos diálogos torpes, repetitivos y sin sentido, está plagado de chistes sobre sexo, ataques sexuales o humillación varonil, y además hay decisiones tácticas cuestionables por parte de la agente de la ley. Esto puede resultar frustrante para una porción de espectadores, mientras que otros lo dejarán pasar por alto gracias a la eficacia de la suspensión de la realidad en la que te posiciona el ritmo constante de la película. Nos encontramos también con que las motivaciones de los personajes dejan varias interrogantes, y un sabor agridulce con la construcción de la narrativa al componerse de varios eventos poco inspirados.

Pero aun así, el filme tiene sus momentos de diversión desinhibida. Evoca la nostalgia de los misterios policíacos de los años 80 y 90, justamente en los que Gibson se encontraba de frente a las cámaras, donde héroes imperfectos enfrentan conspiraciones y enemigos implacables. Amenaza en el aire puede no ser una obra maestra del cine contemporáneo, pero ofrece un entretenimiento ligero y sin aspiraciones a premios o de impresionar a la crítica intelectual, suficiente para justificar una tarde de cine como si de subirse a una montaña rusa se tratara.

La cinta no se destaca por su originalidad ni su profundidad emocional, pero consigue ofrecer un rato de diversión a través de un elenco carismático y una historia ligera. Las secuencias de acción, aunque no particularmente innovadoras, están bien ejecutadas, dispersas entre el suspenso para retomar la atención cuando debe. Con un compás adecuado y algunos giros de impacto, Amenaza en el aire puede ser disfrutada cómodamente, perfecto para quienes buscan un momento cinematográfico sin complicaciones. Sin duda, es un recordatorio de que, a veces para hacer películas, menos puede ser más.

Ficha técnica

Título original: “Flight risk”

Duración: 91 min

Año: 2025

Género: Acción; Thriller

País de Origen: Estados Unidos

Director: Mel Gibson

Guion: Jared Rosenberg

Reparto: Michelle Dockery, Topher Grace, Mark Wahlberg

Distribución: BF Distribution

Estreno en salas: 30 de enero de 2025

 

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