Crítica de cine “Henri: el último pirata”: Un acercamiento a un hombre perdido entre el tiempo y el paisaje

Por Victoria Bustos Arancibia

Este documental se presenta como un viaje nostálgico y visual a través de la vida de Henri García, un buzo y explorador francés que encontró en Rapa Nui su hogar y su propósito. La película no solo es un homenaje a Henri, sino que también pretende reflejar un tiempo y un espacio donde la aventura y el descubrimiento habrían sido más que un trabajo de investigación: eran una forma de entender el mundo.

Nos encontramos con un collage que nos lleva desde el Calypso de Jacques Cousteau hasta el árido desierto de Atacama, pasando principalmente por el entorno idílico y desolado de la polinesia chilena, donde García se habría asentado unos años formando alianzas, una empresa, y familia a quienes les dejó su legado. Es un recorrido geográfico que por suerte no cae en el error de parecer un comercial de turismo, sino que presenta un retrato con textura, donde se puede sentir que personas reales vivieron esos caminos.

Desde el primer fotograma, su realizador, Julián Fernández Prieto se sumerge en la particular isla, pero con una visión melancólica y casi etérea. La narrativa está construida sobre la base de imágenes de archivo que el padre del director habría tenido en su posesión gracias a los años de trabajo junto a Henri García, además de las fotografías y videos cedidos por sus familiares, quienes junto a colegas y amigos aportaron al relato con testimonios. La cita de Marcus Rediker, que abre el documental, establece el tono rebelde y soñador que llevó a Fernández Prieto a sacar adelante la obra, sugiriendo que los piratas, figuras a las que se le compara Henri, eran visionarios que desafiaron las normas.

Henri: el último pirata fue concebida desde la imagen que su director había creado en su cabeza, escuchando por décadas las historias que le contaron de este hombre. Mientras que se engloba la cinta en un título y un concepto que hace alusión a una figura mítica específica, el resto de la película falla en reforzar esta idea, la cual no se transmite de forma natural a la narración. En cambio, la belleza de los paisajes chilenos y latinoamericanos que García exploró con cámara en mano son los que se vuelven el verdadero protagonista del largometraje. Entre la yuxtaposición de las fotografías y videos antiguos con aquellos de la actualidad, el espectador se contagia de un estado de maravilla y la inquietud de conocer dichos parajes, de vivir la memoria propia situada y preservar las historias.

A pesar de que se reunió una buena cantidad de registro testimonial de quienes fueron cercanos a García y hay un repaso de sus aventuras, queda la sensación de que Henri no fue más que el personaje de leyendas que Julián Fernández Prieto quiso desentrañar. Que cual protagonista de epopeya, se habría enfrentado a los miedos del olvido, la indiferencia y una vida ordinaria estancada para salir de su zona de confort e ir en la búsqueda de tesoros materiales e inmateriales. Pero como audiencia, Henri García nos queda lejano y superficial, nada más que una silueta enigmática detrás del grano fílmico.

Desde su equipo creativo aseguraron que también buscaban manifestar cómo es que la exploración de territorios se ha ido perdiendo con los años, pero esta visión se contraría con las imágenes contemporáneas que el mismo filme revela del hijo de Henri García, quien junto a varias otras personas continúan con esta forma de vida adentrándose incluso en glaciares.

La estructura no se apega a una línea cronológica rígida, la experiencia visual se acompaña de un montaje lleno de giros, y son las grabaciones de las andanzas actuales de Loti García que se van mezclando con el archivo de Henri, las que terminan por desenfocar la narrativa. El documental se desplaza por distintas épocas, lugares, personajes y silencios, jugando con el ritmo frenético e inquieto de la vida de Henri García, pero al mismo tiempo cayendo en ese desorden, dejando a los espectadores con vacíos en la historia principal que no pueden ser rescatados por la hipnótica belleza de la naturaleza.

Henri: el último pirata trata de descubrir un hombre imposible, que concluye resonando con la esencia de la tierra que lo acogió: Rapa Nui se mantiene solitaria, medio misteriosa y llena de detalles escondidos. De todas maneras, no cabe duda del espíritu único y vibrante que convirtió al buzo en alguien digno de mostrar al mundo. Fuera de la ambigüedad que diluye su historia, se hace evidente que se trataba de una figura sumamente interesante con una carrera espectacular y una especial visión de vida.

Ficha técnica

Título original: “Henri: el último pirata”

Duración: 90 min

Año: 2024

Género: Documental

País de Origen: Chile

Director: Julián Fernández Prieto

Música: Loti García Haoa y Pablo Yovane

Fotografía: Tomás Yovane

Distribución: Market Chile

Estreno en salas: 20 de marzo de 2025

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