Por Galia Bogolasky
Entrevistamos al director de la aclamada película Denominación de Origen, y producida por EQUECO, aterriza en las salas de cine luego de un exitoso recorrido en festivales y presentaciones especiales. La cinta nos sumerge en la lucha del Movimiento Social por la Longaniza de San Carlos, abordando con humor y autenticidad los conflictos sociales e identitarios de alcance global.
Inspirada en un hecho real, la película narra la indignación de los sancarlinos tras la celebración de la Fiesta de la Longaniza de Chillán en 2018, donde se les arrebató el reconocimiento a la «Mejor Longaniza». La controversia escaló aún más cuando el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) otorgó a Chillán la denominación de origen de este tradicional embutido, despertando un intenso debate sobre identidad y patrimonio.
Rodada completamente en San Carlos, región de Ñuble, y con un elenco compuesto exclusivamente por actores naturales de la zona, Denominación de Origen ofrece una mirada fresca y cercana a una historia local con resonancia universal. A través del retrato de esta pequeña localidad al sur de Chile, la película refleja las tensiones del individualismo y la fragmentación del tejido social en el mundo actual.
Tomás Alzamora Muñoz (San Carlos, 1989) es director, guionista, montajista y productor, además de fundador de la productora chilena EQUECO y director artístico del Festival de Cine Nacional de Ñuble. Su trabajo se distingue por mezclar temáticas sociales y rurales con un fuerte componente musical, influenciado por su carrera como rapero y DJ. Ha dirigido múltiples videoclips para artistas nacionales e internacionales, consolidando su estilo único en el ámbito audiovisual. En 2017, estrenó su ópera prima La Mentirita Blanca, obteniendo el premio a Mejor Guion en el Miami Film Festival. En 2019, su cortometraje documental Algo Está Pasando recibió el premio a Mejor Cortometraje Documental en el Festival In-Edit Chile. Luego, en 2022, estrenó su cortometraje de ficción Por Unos Caballos, galardonado con el premio Warner Media.
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¿Cómo surgió esta idea de hacer Denominación de origen?
Es un proceso bastante largo, porque esto de la longaniza como tema y contexto es algo que yo como Sancarlino lo cargo desde muy pequeño, siempre había choripán están los bautizos, primeras comuniones, cumpleaños, las carnicerías llenas de longaniza en San Carlos. Entonces siempre el tema estaba ahí y es una de las cosas más ricas y más patrimoniales y por las que se destaca nuestro pueblo. Pero al mismo tiempo, también desde muy pequeño he tenido esta sensación de estar a la sombra de Chillán, porque siempre me ha preguntado: ¿y de dónde eres tú? de San Carlos ¿y dónde queda San Carlos? al lado Chillán, ah ya Chillán sí, no Chillán y al final, como que todo San Carlos desapareció y todos hablan como de Chillán. Desde pequeño he tenido ese concepto, esa idea de identidad en la cabeza dando vueltas, pero ya la gota como que rebalsa el vaso, como lo dice en la película, es cuando nos quitan el premio a la mejor longaniza de Chile el año 2018, en la fiesta de la longaniza de Chillán. Nos entregan el premio a las dos de la tarde y luego a eso de las siete llama la organización y dicen: “tienen que devolver el premio” porque la fábrica de longaniza no está ubicada en Chillán. A partir de esto yo digo ya aquí hay una película, está entretenido. Estaban pasando cosas también en Chile, se estaba escribiendo la Constitución, estaban haciéndose los plebiscitos para poder escribir nuestra nueva Constitución y ahí se empieza a mezclar; longaniza, San Carlos, los robos de premios, organización social, proceso constituyente y así es como nace Denominación de origen.
La película es un híbrido entre ficción y documental ¿Cómo fue ese punto de partida? ¿Fue pensado como una especie de mocumentary?
No soy muy amigo de la palabra mocumentary o de falso documental, porque tiene más de documental que de un falso documental, es decir, cuando la gente vea la película, la primera parte es documental real. Cuando estamos ahí en la cárcel y todo eso y está el capitán de Gendarmería contando la historia, no es una persona disfrazada ni una puesta en escena, sino que es real. Así también, a ratos, la película está transitando entre la ficción y el documental. Más que un mocumentary, aunque la gente ya lo clasificó un poco así, yo le diría que efectivamente es un documental, con una estructura de ficción y que está transitando todo el rato en eso porque también en la ficción como tal, igual hay algo interesante que también está filmado de manera documental, porque los personajes no tienen acceso al guion, por lo tanto, es solamente improvisación y la cámara está documentando lo que sucede y lo que ellos transmiten y comunican. También, otro punto muy importante que también la acerca mucho al documental, es que son personajes reales. La dirigenta social es dirigenta social, el abogado es abogado, el campesino es campesino, Dj Fuego es Dj Fuego. Entonces es una mezcla que está ahí todo el rato transitando entre lo documental y la ficción, más allá de un falso documental. De falso documental no tiene mucho la verdad. Entonces yo creo que es una película no me gusta llamarle documental, es una película que tiene elementos de documental y una estructura de ficción más que un falso documental.
¿Cómo fue llegar a estos personajes? ¿Fue porque era parte de este esta organización social o fuiste a haciendo un casting?
Fue un proceso bien amplio porque efectivamente se van capturando personajes de distintos lugares. DJ Fuego por ejemplo, él era inicialmente el protagonista de la película. Esta película antes de ser una célula y un movimiento social era un candidato concejal que quería ir irse al municipio de San Carlos y su caballito de batalla era patentar la longaniza a nombre de San Carlos. A DJ Fuego lo conocí en La Mentirita Blanca que hizo de extra, hizo de carabinero y él me escribía todas las semanas por Facebook “estoy listo para la película, estoy listo” y después lo empecé a ver como personaje y dije, ya él es interesante. Luego, Tío Lelo efectivamente, el campesino que sale en la película, llegó por casting se hizo un casting de 3 días en San Carlos, donde llegaron más de 200 personas y él es uno de los que pasó al protagonismo de esta película y ahí luego el guion se adapta y se escribe un poquito para lo que él era porque nos voló la cabeza, se puso a tocar la armónica, cantar, a tirar pallas, etcétera, entonces era personaje, entonces lo adaptamos un poquito. El abogado es el abogado de San Carlos, es muy conocido allá, un amigo de la infancia y que él anteriormente en la película era como el asesor del candidato a concejal. Pero ya después, cuando se termina de armar estas células, es cuando conozco a Luisa, es la única persona natural importada a San Carlos porque ella es de Valparaíso. Ella es la presidenta de la junta de vecinos de la población Montedónico, que es como uno de los puntos rojos de Playa Ancha en Valparaíso, y tuve la oportunidad de conocerla haciendo un reportaje para TVN. Ella estaba a cargo de la junta de vecinos haciendo huertos comunitarios y haciendo ollas comunes para los vecinos. En eso la empiezo a entrevistar y empieza con sus chistes y su fuerza y yo dije: “wow”. Yo andaba con la idea de la película y pues ya un día tenía el guion escrito y todo y llamo inmediatamente a mi socio, a mi productor Pablo Calisto y le digo: “Creo que tengo la protagonista, esto va a ser una célula liderada por ella y vamos a darle un poquito más de volumen al abogado, a DJ Fuego y vemos si agarramos a otro”. Después vino el campesino y ahí a la Luisa la probé, le dije como ya vamos aquí para el pasaje, puedes hacer que estas saludando a unos vecinos como para tener un insert para la nota y tenía un desplante de actuación innato. Luisa había hecho circo y había trabajado en el circo cuando chica. Entonces había un antecedente enorme y así fue como se creó esta célula, el MSPLSC, que es el movimiento social por la longaniza de San Carlos.
Luisa es un gran personaje, ¿Cómo la preparaste pensando que es actriz natural que no tiene experiencia en cine, cómo fue trabajar con ella en ese proceso?
Fue maravilloso para mí como persona, me encanta trabajar con personas reales porque el guion que yo tengo escrito ellos me lo llevan a un 300%, 400%, 500% más de a lo que mis diálogos pueden llegar. Ni el mejor guionista podría haber escrito este guion porque está escrito por ellos mismos, por sus palabras, por sus expresiones. Entonces tienen tanta calle, tanto lenguaje que lleva el guion. Me estoy todo sorprendiendo mientras filmo. Ellos fueron muy generosos, no solamente Luisa, todos muy profesionales y serios, a pesar de no tener estudios formales. Yo me preocupé mucho de generar una relación de confianza y de amistad. Creo que ese es mi método como director. Yo no tengo muchas técnicas, no he estudiado técnicas de dirección ni nada, en la escuela un poco de actuación como tal, pero trabajo mucho en base a la confianza y tengo muy claro qué es lo que quiero ver y a dónde quiero llegar y eso lo voy haciendo a través del cariño y ella va escuchando y ella quiere actuar, pero yo le digo: “No, por aquí, bájate, vamos por acá” y ella va entendiendo perfecto, en ningún momento como no esto es así. Fue muy generosa, entendió todo y quedó maravilloso, entonces fue un proceso muy rico desde la creación y de la generosidad, con todo fue lo mismo. Creo que también todo esto de los premios de que la gente conecte tanto con la película, etcétera, responde también a estos procesos que han sido maravillosos, cálidos, de amor, de respeto, de confianza. Luisa genial, me sorprendía en cada escena y eso es lo rico de este formato también, que ellos, al no tener acceso al guion y estar improvisando, es muy rico y te está sorprendiendo todo el rato.
En la Avant Premier comentaste sobre el trabajo con Pablo Calisto, tu productor que ya llevan un buen tiempo trabajando juntos en La Mentirita Blanca ¿Cómo ha sido el proceso de trabajo con el equipo de producción? y ¿Cómo ha sido el proceso desde tu película anterior a llegar a esta?
Ha sido muy lindo. Con Pablo venimos trabajando desde la escuela juntos. Hicimos nuestro primer cortometraje juntos en tercer año, ya llevamos más de 10 años, 12 años trabajando juntos. Hicimos La mentirita blanca y ahí lo dimos todo y ha sido un compañero de batalla. Nos encanta lo que hacemos, nos metemos en todo, no porque seamos metidos, que nos encanta, diseñamos y le metemos los créditos, vamos a buscar la música. Producimos entre los dos, yo también voy a buscar, como la película también está en San Carlos, yo los ayudo mucho en la producción porque son parientes, familiares, etcétera. Pablo se integra muy bien a San Carlos, ya conoce a todo el mundo y empuja las ideas y mis sueños como si fueran de él, entonces eso está súper bueno. Porque esto también es súper difícil, uno es inseguro, se siente solo, es difícil levantar recursos y uno necesita partners emocionales y también creativos. Pablo, no solamente me ayuda en la producción, sino que está metido desde el desarrollo apoyándome en dirección: “Esto está bueno, esto no está tan bueno”. Yo siempre estoy preguntando todo: “¿Te gusta esto?” y él: “Sí está bueno, acá está fome, está bueno”. Entonces más allá de solamente levantar los recursos, somos una dupla de creadores, que nos hemos llevado muy bien y al mismo tiempo hemos ido sumando otras personas como lo fue Bernardo Quesney en la última película, Historia y geografía, que también ya es un amigo de la casa, casi socio, que también compartimos los mismos valores, nos reímos de lo mismo. Tenemos los mismos sueños y nos llevamos bien, al final nos encanta. Nosotros hacemos esto para pasarlo bien, para tener una vida relativamente feliz y ahí nos acompañamos, haciendo cine y contando historias y divirtiéndonos y el crecimiento ha sido mucho y también muy tranquilo. No desesperados, es decir, mi primera película la filme en 2016 pasaron 6 años para filmar la otra, el 2022. Entonces vamos con calma, disfrutando nuestros procesos y obviamente aquí teníamos un poquito más de recursos. La primera película la hicimos con un crowdfunding, La mentirita blanca, ésta ya la hicimos con un fondo del Estado, así que dé a poquito hemos ido dando paso y creciendo y dándole.
A propósito de ese proceso, acabas de recibir el premio al mejor director Bafici, en Argentina. ¿Cómo ha sido para ti recibir ese premio? ¿Cómo fue la experiencia de mostrar la película de Argentina?
Ser la única película seleccionada en la competencia internacional de Bafici para empezar era ya un premio, era un honor, son 22 películas de todo el mundo, no una selección tan pequeña y que sea la única película chilena nos llamó mucho la atención. Ahí entendimos un poco lo que propone el Bafici como festival, su línea programática, su curatoría es super arriesgada, super atrevida porque tú bien sabes la comedia en los festivales a veces no es tan bien vista. Buscan más dramas, películas más contemplativas. Ésta es una película que tiene como todos los elementos que de repente no le gustan a los festivales, que es pop, comedia, pero que apostaron por ella. Las funciones todas llenas, la primera agotada, la segunda, casi la tercera también mucha risa, un conversatorio también muy rico, salas increíbles. Fue una gran experiencia estar en el Bafici. Es un festival enorme, de vanguardia que propone las nuevas voces del cine internacional en Latinoamérica. Para rematar con el premio entre 22 películas, yo dije: “Esto es heavy”. Después estudiando el jurado que eran jurados de distintas partes del mundo; de Francia, de Singapur, de Bélgica, Argentina. Entonces un jurado tan diverso dije: “Maravilloso que noten que hay algo distinto, algo fresco”. Creo que es un premio a la honestidad. Esta es una película muy honesta. No solamente de mi parte, sino que de parte de todos los que están en el proceso; mía, de Pablo, de mi equipo, de mi director de foto, de mi director de arte, de todos mis técnicos, del elenco. Hicimos lo que quisimos, no le preguntamos nada, a nadie no teníamos idea que iba a salir, solamente filmamos, nos divertimos, creamos. “Sabes qué quiero poner esto, me gusta ponerlo, vamos, sabes que quiero hacer esto dale, Tío Lelo está bailando grábalo, Luisa está tirando este chiste grábalo”. Es una película tan orgánica, espontánea, que creo que es un premio a la honestidad, a la no pretensión, nunca pretendimos nada. La terminamos, dijimos, mandémosela a un par de festivales y ahí hemos estado dándonos cuenta a dónde la quieren y donde no. Así que este reconocimiento es maravilloso y un premio de todos los que estuvieron detrás de esta película.
¿Cómo has sentido esa reacción del público? ¿Cómo ha sido para ti escuchar los comentarios?
Ha sido muy lindo y tampoco nunca me lo esperaba. Creo que tampoco nunca lo esperamos mucho, pero ha sido maravilloso. Es la paga que uno tiene como cineasta porque no se hace plata con el cine, el cine es muy ingrato. Ha sido maravillosa la recepción, escuchar tanto cariño, estudiantes se me acercan, se me acercaron en Valdivia me decían: “Este es el cine que yo quiero hacer, esto es tan inspirador, nunca había visto algo que me identifique como esto, soy yo”, chicos dándome abrazos por el cine y gente llorando también. Me parece increíble porque creo mucho que el cine debe conectar, estoy convencido que ojalá que podamos conectar, no solamente en el cine, sino que en todas las formas conectar con la gente, creo que es maravilloso. Ésta es una película que no le tiene miedo a las emociones, es decir tiene música, tiene tristeza y todo porque creemos que hace bien emocionarse. Creemos que hace bien reír, creemos que hace bien llorar y estar cerca no hay porque alejarnos. Nos ha parecido muy rica esa recepción de los estudiantes, de la crítica y también de los vecinos. Creo que es una película que conecta en todo nivel. También la mostramos en Bahía Inglesa la otra vez y se me acercaron unos vecinos del norte que viven en el interior, en el desierto y me decía con sus ojitos con lágrimas, me decían, “esto somos nosotros”. Nosotros somos una organización que venimos hace años luchando por el Chañar, que es un fruto que se da del árbol del chañar, allá en la cuarta región y estamos tratando de organizarnos para poder tener la denominación de origen. Esas cosas me llenan el alma y me dan fuerza para poder seguir creando y decir sigamos haciendo películas por esta vereda, está bueno. Es muy emocionante y gratificante, creo que esos son los mejores premios, cuando la gente conecta y tú ves las almas, sus ojos conectados es mejor que, igual que un premio. Es lo que más te queda y lo que más marcó, así que agradecido total y creo que vuelvo a lo mismo, responde todo este cariño, todo este amor. Es una película hecha con demasiado amor, demasiada libertad, demasiada desnudez frente al cine y que está conectado con la gente, desde su filmación. Si la cámara llega tarde, si llega desenfocada, si la luz no está bien, si no está bien compuesto el plano, da lo mismo eso, no es lo importante acá, lo importante son ellos, lo que está sucediendo y eso la gente siento que lo agradeció y lo ayudó a conectarse más.
Esta película es de humor, del tono comedia, pero también aborda una problemática social súper potente, que es la lucha social ¿Cómo mezclas estos dos grandes temas que tienen que ver con hacer visible un hito importante para una región, una comuna en este caso San Carlos, pero al mismo tiempo en el marco del humor y hacerlo divertido?
El humor es como mi forma de hablar. En mi tono no hay una búsqueda en ese sentido, sino que es orgánico, a lo que yo soy, a lo que somos con Pablo, que estamos ante el drama más grande, siempre tratamos de reír y solucionarlo con una sonrisa. Entonces creo que el tono es como somos nosotros, esta es nuestra forma de habla, nuestro acento. Luego se mezcla con todas estas cosas sociales que también responde a nuestros intereses. Tratamos con Pablo y la productora y yo como persona, luchamos también por ser lo más justo posible siempre. Estamos convencidos que la unión hace la fuerza, creemos mucho en lo colaborativo, en la unión. También me ha tocado ver mucho en el campo, organizaciones de clubes deportivos de vecinos que también como ellos, logran levantar sus acuerdos a través de la organización de juntarse y de ponerse de acuerdo. Creo que también aquí se ocupa San Carlos, Chillán y la historia de la longaniza, pero es una reflexión a nivel país. Es decir, en el último proceso constituyente fracasamos porque no fuimos capaces de ponernos de acuerdo, porque cada uno tiró para el lado de sus intereses propios y personales y por eso seguimos donde estamos, porque nos da miedo dar un poco de nosotros al que está lado y tampoco los culpo porque el sistema también es tan agresivo. Este sistema donde está metido Chile, el sistema capitalista neoliberal, que tenemos que luchar, luchar, luchar y da lo mismo y tenemos que sobrevivir porque tenemos esta soga al cuello y que no nos queda ni tiempo para mirar al lado y preguntar cómo está mi compañero, mi compañera. No tengo tiempo para después de la pega, ir a juntarme con mis vecinos y tomarme un mate, tomarme un té, comerme una tortilla de rescoldo, pero sí en las provincias todavía se da. Hay algo muy lindo ahí que ojalá, y también en Santiago sí se da a veces en las poblaciones también, diera la impresión que cuando la gente tiene menos, está más preocupado del otro, no sé. Hay algo lindo ahí en las organizaciones sociales y yo creo que es el futuro para poder salir de este y darle un poco, no sé si salir porque ya no salimos, de darle un poco de cara y resistencia a este sistema que es tan macabro, que nos hace producir, producir, producir plata, plata, plata y al día siguiente te levantas y produces y te acuestas y produces y chao el resto. En ese sentido, también esto es una carta de amor a la gente que sigue luchando independientemente lo logre y no lo logren. Aquí son unos vecinos luchando en el contexto de la longaniza, que es algo que nos identifica a nosotros como identidad, pero pueden ser los vecinos que están luchando por hacer un pozo profundo para poder tener agua e hidratarse, un grupo de vecinos que está luchando para tener una calle pavimentada para que no se les llene de tierra la casa, un grupo de vecinos que está en contra de un embalse para que no le inunden sus campos, sus tierras o puede ser un grupo de vecinos parando una cancha para evitar que se la tomen los drogadictos. Es una historia que se puede replicar a cualquier nivel y eso también nos hemos dado cuenta que es universal. En Argentina nos dijeron: “Estos somos nosotros, luchando por de quién es el dulce de leche, estamos tratando de organizarnos para patentarlo etcétera” o los vecinos que están tratando de patentar el Chañar, para poder tener algo de identidad, que también harta identidad le falta a este país.
¿Qué le dirías a la gente para que vaya a ver la película a los cines que va a estar disponible desde el 24 de abril?
Que vayan a verla, lo van a pasar bien, no se van a arrepentir. Es una película muy chilena, algunos van a llorar, es rápida, es ágil, es entretenida, es fresca y muy chilena. Creo que tiene harta identidad, hay grandes personajes maravillosos y es simpática y lo más importante, es una película apta para todo público, para todo espectador, así que pueden ir desde los más pequeñitos, los adultos, todos pueden ir en familia y lleven su choripán al cine en un tupper porque les va les va a dar hambre.
Ficha Técnica
Título: Denominación de origen
Año: 2024
País: Chile
Duración: 86 minutos
Dirección: Tomás Alzamora Muñoz
Guion: Tomás Alzamora Muñoz, Javier Salinas
Casa productora: Equeco
Producción: Pablo Calisto
Dirección de fotografía: Sergio Armstrong
Montaje: Valeria Hernández, Nicolás Venegas, Tomás Alzamora Muñoz
Dirección de arte: Nicolás Oyarce
Sonido: Peter Rosenthal
Música: Martín Schlotfeldt
Elenco: Luisa Maraboli, Exequías Inostroza, Roberto Betancourt, Alexis Marín
Distribuidora: Storyboard Media