Por Gabriela Bravo desde Cannes
La directora franco-tunesina Erige Seheri inaugura la competencia del certamen Un Certain Regard del Festival de Cannes con la película Promised Sky, un relato sobre las dificultades que encuentran los migrantes de África Subsahariana en el territorio Tunesino.
En el imaginario colectivo el racismo que viven las personas africanas negras viene de ciudadanos blancos y/o de países desarrollados, que ven como una amenaza a la seguridad interna la llegada de inmigrantes ilegales que no tienen el “buen color” para integrarse. Sin embargo, el racismo y la discriminación puede venir de cualquier punto del planeta, incluso de otro país africano.
Promised Sky narra la historia de tres mujeres negras africanas que viven en una misma casa, pero que tienen diferentes historias de vida y aspiraciones. Como jefa de hogar está Marie -interpretada por Aïssa Maiga- una pastora evangélica que utiliza la casa como un centro de culto los domingos, pero que debe ser muy discreta ya que las autoridades Tunesinas han comenzado a cerrar los templos y a expulsar a los fieles. Naney es una migrante ilegal que sueña con llegar a Europa, ella vive haciendo negocios con otros migrantes, que no siempre se apegan a la ley. Finalmente, la más joven es Jolie, una estudiante de ingeniería que mira con cierto desdén a sus otras compañeras, es la única que tiene su documentación en regla y está bajo la tutela de Marie, quien administra su dinero. Sin embargo, la llegada de Kenza, una niña pequeña que han encontrado en la playa tras el naufragio de su embarcación, hará cambiar la dinámica de la casa.
Si bien la película es una ficción, la directora Erige Seheri investigó durante un largo tiempo la diáspora africana en Túnez para escribir su guion y mezcló actores profesionales con personas migrantes en ese país, lo que le da a la cinta un cierto aire documental. Lo que en un principio era un largometraje que se concentraría en la forma de vida que adoptan ciertos migrantes africanos en Túnez, la realidad llevó a la directora a poner énfasis en el racismo y la discriminación de la que son objeto, debido a las declaraciones del presidente Tunesino Kaïs Saïed, quien en 2023 afirmó que “hordas de inmigrantes clandestinos provenientes de África Subsahariana” serían los responsables de “violencias, crímenes y actos inaceptables”, lo que desató una ola de violencia en contra de ellos.
Uno de los aciertos de Promised Sky es que no entrega una visión binaria del problema: ni los dueños de casa ni los migrantes son descritos como buenos o malos, sino como seres humanos puestos en un tránsito difícil que se las arreglan para poder salir adelante día a día.
La cinta no se enfoca en un hecho extraordinario que les suceda a las protagonistas, sino que se centra en un cotidiano plagado de incertidumbres y dilemas pero también de momentos de risa, comunión y amistad.
El hecho que la narración pase de un personaje a otro, nos muestra la individualidad del camino que emprende cada migrante, las motivaciones, anhelos y sueños de cada uno y en el caso de Promised Sky, nos confronta a la especificidad que tiene el recorrido de las mujeres, que muchas veces se mezcla con un sentimiento de maternidad troncada.
El segundo largometraje de ficción de la directora Erige Seheri logra mostrar un instante de la vida de estas migrantes, otorgándoles la individualidad que no estamos acostumbrados a ver en las noticias o en ciertos discursos políticos.
Ficha técnica
Título: Promised Sky (Promis le ciel)
Género: Drama
País: Túnez/ Francia
Año: 2025
Duración: 92 minutos
Director: Erige Sehiri
Elenco: Aïssa Maïga, Debora Lobe Naney, Laetitia Ky.