Por Victoria Bustos Arancibia
Los Tortuga es el segundo film de la directora española Belén Funes, cinco años después de su debut con La hija de un ladrón, presenta una coproducción hispano-chilena que pone el foco en una relación madre-hija complicada. Filmada con sobriedad y cuidado, la película propone un retrato íntimo que no rehuye lo social, donde lo emocional no estalla, sino que se filtra.
La artista parece seguir con la exploración de mujeres que sobreviven en los márgenes, vidas minúsculas sacudidas por fuerzas estructurales. Aquí, la historia sigue a Delia (interpretada por una magnífica Antonia Zegers), chilena que se dedica a taxear en las noches de Barcelona donde vive hace dos décadas, y su hija Anabel (Elvira Lara, en un debut que atraviesa la pantalla), una joven de 18 años que acaba de iniciar sus estudios de comunicación audiovisual. Entre el duelo por la muerte del padre de Anabel, las tensiones propias del paso de la adolescencia a la temprana adultez, y la migración, el equilibrio precario en el que vivían se quiebra de forma irreversible cuando reciben una carta de desalojo.
Desde el inicio, nos encontramos con personajes que se sienten realistas, sin artificios, donde Delia y Anabel se muestran naturales y creíbles en los silencios, omisiones y mensajes cortados que comparten. Sumado a un estilo casi documental que envuelve varias escenas, como la introducción a la familia paterna cosechando olivas, entre otras, sumergiendo al espectador en la cotidianidad de sus vidas. Hay una voluntad observacional.
El desalojo no es tratado como una catástrofe súbita, sino como una marea que sube y amenaza con arrasar lo poco que queda de estabilidad. En ese proceso, la directora realiza una disección emocional en la que los personajes no necesitan explicarse: basta una mirada, una ausencia o un gesto malinterpretado para construir la distancia creciente entre madre e hija, quienes viven juntas y separadas al mismo tiempo, llevando rutinas entrelazadas pero distintas, a veces se ven apretadas y a veces no se ven nada.
El guion, coescrito con Marçal Cebrian, es orgánico, sin sentimentalismos ni drama innecesarios, y logra esbozar temáticas como el luto, el desplazamiento y la escasez económica junto a materias como los desahucios y la desigualdad social en un relato contenido. Lo íntimo y lo político están pero no caen en lo panfletario, ya que se ahorra discursos moralistas o demasiado explícitos, y a la vez evita simplificaciones. Funes no juzga: observa, escucha, deja muchísimo espacio para que el espectador complete e interprete.
El resultado técnico y artístico de la dirección logra que la audiencia se halle absorbiendo la historia de forma paradójica: el tiempo es lento, dilatado, pero también pasa demasiado rápido, como los días de la vida misma cuando se está preocupado de sobrevivir minuto a minuto. De pronto se detienen, se dan cuenta de lo que ocurre, y sólo queda aceptar y avanzar.
Sin embargo, en los últimos minutos ocurre que la película pierde algo de ritmo. Finalmente, queda la sensación de que no se cierra completamente el ciclo de la historia, como si ciertos conflictos menores se resolvieran fuera de campo. Aunque para algunos puede generar cierta insatisfacción esta conclusión, para otros es posible que signifique un desenlace adecuado, en la línea de la realidad incesante a la que se están enfrentando inmigrantes de todo el mundo, con cuestiones que no tienen mayores soluciones.
En definitiva, Los Tortuga es una obra que ayuda a consolidar la mirada de Belén Funes como la de una narradora sensible y comprometida, capaz de reflejar con maestría sutilezas y nimiedades de la lucha cotidiana. Una película que crece con el tiempo, y que demuestra potencial de parte de su autora para armar una filmografía con discursos políticos que puedan tocar fibras más íntimas. La cinta no se cierra en la tristeza, sino que deja espacio a la esperanza, culminando en una escena final que simboliza una lenta aceptación y la posibilidad de reconstrucción.
Ficha técnica
Título original: “Los Tortuga”
Director: Belén Funes
Guion: Belén Funes, Marçal Cebrian
Fotografía: Diego Cabezas
Música: Paloma Peñarrubia
Producción: Oberon Media, La Claqueta PC, Quijote Films, La Cruda Realidad
Reparto: Antonia Zegers, Elvira Lara, Mamen Camacho, Marcial Tagle
Duración: 109 min
Año: 2024
Género: Drama social
País de Origen: España (en coproducción con Chile)
Película inaugural del Festival de Cine Europeo año 2025