Por Isabel Agurto
Teatro Mori abrió sus puertas al público en el año 2005 y su primera coproducción fue la obra Cocinando con Elvis, una comedia negra del dramaturgo británico Lee Hall que, veinte años más tarde, regresa con un nuevo elenco, director y montaje, pero con la misma frescura y un sentido del humor que puede llegar a incomodar.
En el escenario, una cocina, una mesa y la iluminación lo hacen todo. Es la casa de Jill, una adolescente que vive con Mamá y Papá ―a quienes solo conoceremos con esos nombres―. El espectáculo es a ratos cómico y aterrador, con diálogos muy directos que generan tanta risa como espanto. Una trama que habla de pobreza, pérdida, abuso, sexo y cocina.
La palabra disfuncional queda corta para la familia de esta obra. Papá (Felipe Contreras) es un mediocre imitador ―según las palabras de su hija― del rey del rock and roll, Elvis Presley, que quedó cuadripléjico luego de sufrir un accidente automovilístico. Su esposa ―Mamá― (Alexandra Von Hummel) se refiere a él como un «repollo». Ella es una profesora bulímica de 45 años que, aunque sigue amando a Papá, es adicta al sexo y al alcohol, y sale con distintos hombres cada noche. Jill (Javiera Mendoza), es una adolescente obsesionada con la cocina y la comida, a quien Mamá critica constantemente por su peso. En esta atmósfera, aparece Stuart (Francisco Reyes Cristi), un treintañero no muy brillante que trabaja en una pastelería, a quien Mamá trae a casa para tener una noche de pasión y algo más.
En esta producción de MST Teatro, la dirección está a cargo de Alexis Moreno, y los cuatro actores están impecables en sus roles, sin embargo, merece especial elogio Javiera Mendoza como Jill, quien aporta frescura y naturalidad a su papel, al generar las mayores risas y también la mayor empatía. Se puede oler la angustia adolescente en las comidas que Jill cocina frenéticamente para lidiar con la tetraplejia de su padre. Así como se puede sentir el dolor que Mamá intenta ahogar con sexo y alcohol. Es imposible no reírse y detestar al mismo tiempo al insulso Stuart y sus encuentros físicos cada vez más inapropiados. Y, naturalmente, nos convertimos en fanáticos de Elvis, cada vez que Felipe Contreras entra en escena y se apodera del espacio de forma cautivadora, surrealista y graciosa.
Esta es una obra divertida y sombría, sobre la profunda desesperación y el dolor de intentar seguir adelante buscando consuelo donde sea: en la comida, el sexo o los delirios que vemos en las escenas de fantasía en las que entramos en la psiquis de Papá e irrumpen canciones populares de Elvis, como reminiscencias de su antiguo personaje, quien canta, baila y da discursos extraños sobre comida chatarra, drogas y sodomitas.
Cocinando con Elvis es conocida por su humor negro, sus matices trágicos y esos momentos inesperados de imitaciones de Elvis Presley. Esta versión logra no caer en el sentimentalismo extremo y alcanza un equilibrio entre humor y tragedia. A ello aporta también la sobriedad de su escenografía, lo que hace destacar aún más las sólidas interpretaciones de sus actores.
La única advertencia es que podría llegar a herir sensibilidades y dejar un mal sabor de boca en algunas personas, ya que la obra utiliza tragedias de la vida de sus personajes para provocar risas, lo que para algunos podrían resultar ofensivo o de mal gusto. Hay escenas no explícitas de masturbación y referencias a abusos sexuales.
Cocinando con Elvis es una de esas obras que o te gusta o la detestas. Es atrevida y arriesgada, ya que expone temas que en la vida cotidiana suelen callarse y, yendo un paso más allá, mejora la receta agregando una medida de humor y una buena porción de música.
Ficha artística
Título: Cocinando con Elvis
Autor: Lee Hall
Dirección: Alexis Moreno
Producción técnica: Gabriel Pozo
Compañía: MST
Elenco: Felipe Contreras, Alexandra Von Hummel, Francisco Reyes C., Javiera Mendoza
Prensa: Voodoo
Coordenadas
Lugar: Bellavista 77, Recoleta
Fechas: Del 13 de junio al 30 de agosto. Viernes y sábado, a las 20.00 horas
Entrada general: $18.000 por sistema Ticketmaster
Duración: 100 minutos
Edad recomendada: +14 años