Crítica de Teatro “Romeo y Julieta”: Amor en tiempos de guerra

Por Patricio Zulantay

¿Por qué traer Romeo y Julieta a la escena actual? ¿Qué impacto puede tener esta obra en el complejo contexto que atraviesa nuestro país y el mundo entero? El Teatro Nacional Chileno apostó por un clásico global de la mano de un elenco universitario: un Romeo de aros, zapatillas y chaqueta de cuero y una Julieta que canta en inglés. El público se enfrenta a un Shakespeare chilenizado, de dobles sentidos, de movimientos pélvicos y ritmos latinos. Hay una clara intención de entrelazar la historia original con la vida cotidiana de los chilenos y volver a instalar el amor en un debate público que parece alimentarse de discursos de odio.

El montaje nos sitúa en una Verona violenta; familias rivales, hombres deseosos de encuentros sexuales, cuchillas ocultas en los pantalones y riñas que dan respuesta a las ansias infames de poder. En medio de ese caos, dos jóvenes se cruzan en un baile, naciendo entre ellos un amor profundo e inquebrantable. Sin embargo, esta pasión se ve frenada por la apatía entre sus propias familias, los Montesco y los Capuleto. Desafiando al destino, se juran amor eterno y en secreto se reúnen para mantener viva una relación destinada a un final fatal.

Es imposible que esta Verona no hable también de la ciudad que habitamos y de tantos territorios que continúan siendo amenazados por la violencia. Un Chile convulsionado por el miedo y la discriminación. Una Palestina que se desintegra en un genocidio que se comete en la absoluta impunidad. ¿Se puede hablar de amor en el 2025? Ese es el gran desafío de este montaje: volver al amor como un acto revolucionario y de completa resistencia.

Bajo la dirección del actor, director teatral y académico chileno, Cristian Keim, Romeo y Julieta se construye a partir de la traducción de Pablo Neruda, quien fuera desafiado a esta misión en 1964 por el Teatro de la Universidad de Chile. Ese mismo año, se monta la producción por primera vez a cargo de Eugenio Guzmán. 61 años más tarde, esta obra vuelve al Teatro Nacional Chileno con el dramaturgismo de Tomás Henríquez, quien decide tomar la mirada de Neruda y cruzarla con la sensibilidad que también plasmó en su momento la escritora y dramaturga Isidora Aguirre. Por ello, revisitar esta producción adquiere una relevancia histórica.

Al asistir a esta nueva versión de Romeo y Julieta, el público no solo está siendo parte de la historia de un Teatro que ha sobrevivido por décadas, sino que también puede presenciar la mirada profunda de grandes figuras de la cultura nacional como Neruda y Aguirre, y revisitar grandes clásicos mundiales sin perder la vinculación con nuestros propios desafíos locales.

El regreso de este montaje también es un hito para nuestro país al ser un proyecto financiado por la nueva Línea de Apoyo a Teatros Universitarios, iniciativa del Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio que permitió que el diverso equipo pudiera trabajar y procesar la creación artística desde marzo de este año. Sin duda, una posibilidad que amplía la generación de nuevos elencos y que retoma un legado que está íntimamente relacionado al Teatro Nacional Chileno, cuyo origen se remonta a 1941, cuando 28 estudiantes de la Universidad de Chile conforman el Teatro Experimental, iniciativa que es considerada como el punto de partida de la actividad teatral universitaria en nuestro país.

En Romeo y Julieta participaron cuatro universidades estatales y tres privadas, cuyo apoyo logró la creación de una obra que, a ratos, parece volcarnos en un barrio capitalino: conversaciones rápidas, violencias internalizadas, una lucha entre el adultocentrismo y la ansiosa necesidad de los jóvenes por un mundo distinto. Esta obra también puede ser un concierto en vivo, en momentos con ritmos latinos, y en otros en un idioma inglés que parece tan cercano y lejano a la vez. Una mezcla que retrata muy bien al joven chileno, en una búsqueda constante de identidad y sentido. Detrás de esta reinterpretación contemporánea de Shakespeare, hay una intención de retomar temas esenciales para el ser humano como el amor, el caos, la vida y la muerte.

Enfrentar la violencia en nuestro país y en el extranjero también depende del teatro. Amenazados por guerras y líderes políticos cuyo posicionamiento continúa basándose en segregaciones, discriminaciones y discursos de odio, hablar del amor parece ser la gran urgencia del mundo actual.

Ficha Técnica

Título: Romeo y Julieta

Elenco: Jacqueline Boudon, Carmen Diza, Konstanza Villalobos, Kai Berg, Marco Rebolledo, Fernanda Pérez, Gabriel Muñoz, Gabriel Bastías, Vicente Soto, Alejandro Miranda

Dramaturgia: William Shakespeare -Pablo Neruda

Dirección: Cristian Keim

Asistencia de dirección: Catalina Rozas

Dramaturgismo: Tomás Henríquez

Diseño integral: Isidora Páez, Kristian Orellana

Asistencia de Diseño: Florian Aguilar

Composición musical: Alejandro Miranda

Comunicaciones: Catarina Vásquez

Diseño Gráfico: Alonso Morales

Fotografía: Felipe Poga

Video: Sebastián Cárez-Lorca

Gestión: Ana Laura Racz

Equipo Técnico TNCH: Hugo Hernández, Guillermo Cerón, Joaquín Riquelme

Producción: Teatro Nacional Chileno.

Coordenadas

Del 25 de junio al 19 de julio
Miércoles a Sábado a las 19:30hrs
En Teatro Nacional Chileno (Morandé 25, Santiago)

 

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