Crítica de teatro “El Nacimiento del Payaso”: Revalorización del imaginario popular

Por Carla Oriely

En el mundo existen muchas figuras que se asocian a conceptos, ideas, leyendas y creencias que, compartidas por un grupo social, influyen en la forma en que las personas entienden la vida, los valores y los comportamientos. Estas figuras funcionan como herramientas poderosas para moldear la identidad cultural, manifestándose en diversas expresiones a lo largo y ancho del planeta. Y una de ellas —por no decir una de las más icónicas y transversales— es la del payaso, ese artista representado que Andrés del Bosque nos trae en su obra El Nacimiento del Payaso.

Presentada en la micro sala del Centro Cultural Matucana 100 y a cargo de la compañía Teatro Clan, la puesta en escena nos ofrece una mirada única —y profundamente chilena— de este ícono tan popular e histórico. El montaje, de carácter unipersonal, relata la transformación del protagonista hasta convertirse en payaso, y cómo esta figura se ha encarnado en el territorio nacional.

Para comprender el misterio y el origen de su existencia en nuestro país, debemos remontarnos a lo general. Se cree que la palabra “payaso” proviene de pagliaccio, término italiano que hace referencia a la vestimenta de estos personajes, originalmente rellena de paja. Sin embargo, la verdadera configuración de este ser como figura arquetípica se remonta a civilizaciones mucho más antiguas, como la griega, la china o las orientales, donde personajes como los lubyet o los P’rang imitaban a la realeza utilizando máscaras extravagantes para cumplir funciones cómicas. Sus pares y sucesores no ejercían un rol muy distinto: los bufones de las cortes europeas adoptaron estos comportamientos representativos, muchas veces incluso arriesgando su vida si no lograban entretener o si sus chistes resultaban ofensivos. Pero si tenían éxito, gozaban del favor de la realeza y de un poder simbólico en el arte escénico.

Así se inicia, ya en el siglo XVI, la era de la Commedia dell’Arte italiana, introduciendo personajes como Arlequín (muy mencionado en la obra), Colombina y otros, dando paso a lo que hoy entendemos como el payaso moderno.

En tierras americanas, el payaso adquiere una configuración única: se transforma en símbolo del caos, la sátira y la marginalidad. Se convierte en el hombre “roto por el sistema”, una figura con suficiente fuerza expresiva como para perdurar hasta nuestros días. Su ambivalencia se manifiesta en las múltiples conjeturas que lo rodean: es la expresión de lo absurdo, el puente entre lo infantil e inocente —lo que provoca risa— y su contracara tétrica —lo que despierta desconfianza o incluso miedo—, marcada sobre todo por el cine y la literatura desde los años 80 en Estados Unidos.

En Chile, el payaso se explora desde una dimensión nacional: ligada al imaginario popular, al humor y a la crítica social. En los circos y en la televisión, esta figura actúa como nexo emocional entre el público y el acto, encontrando una expresión muy cercana y reconocible. Así, emergen personajes emblemáticos como El Tony Caluga, Pastelito, Tachuela Chico o incluso Ruperto, creación del artista chileno Christian Henríquez, recordado por su participación en el programa Morandé con Compañía.

Algunos de estos personajes poseen una picardía más marcada que otros. A diferencia de otras culturas, en Chile se mantiene la cercanía del payaso con el “pueblo”, asociándose a un humor sencillo, corporal, a veces infantil, otras irónico, pero siempre anclado a lo cotidiano. Sin perder su raíz tradicional, esta figura ha sido incorporada en las últimas décadas al teatro, gracias a artistas que la utilizan como herramienta para trabajar emociones complejas. El llamado clown es una relectura crítica, política y vulnerable. Un ejemplo claro de ello es lo ocurrido durante el estallido social de 2019, donde el payaso se transformó en resistencia creativa, utilizando lo absurdo para denunciar la desigualdad, canalizando el descontento popular desde lo carnavalesco y lo emotivo.

En el teatro contemporáneo, tanto chileno como internacional, se coincide en un eje común: la reapropiación teatral de esta figura como fenómeno de revalidación frente a los cambios históricos de perspectiva. Y fiel a esa línea es lo que se representa en El Nacimiento del Payaso, donde el protagonista —bellamente interpretado por Claudio Barbas— encarna a un payaso que evoca lo humano, lo conmovedor, el sinsentido, la poesía, la risa… pero también la tragedia. Un caleidoscopio emocional que llega incluso a lo incómodo por lo visceral y sincero de su propuesta.

El público de cámara presente es guiado por un leitmotiv constante, compuesto y cantado por el actor, a quien se le debe aplaudir por sus múltiples habilidades: toca diversos instrumentos —desde el acordeón hasta la trompeta—, entretejiendo melodía y relato, a veces narrando pasajes de su historia a través de canciones, otras veces incorporando al público en un coro colectivo mientras toma el objeto siguiente. Una forma lúdica y efectiva de mantener la atención puesta en su persona.

El relato envuelve en un aura de extraña melancolía y de heroísmo constante, remarcando que, a veces, el sufrimiento sólo puede ser mitigado a través de la risa. La historia, inspirada en la obra del fallecido escritor y actor italiano Darío Fo —Premio Nobel de Literatura—, logra articularse con la poética chilena. El trabajo de la compañía denota una investigación profunda y un esmerado cuidado en la transmisión de ideas, y con mayor precisión aún, del imaginario simbólico.

Altamente recomendada para quienes deseen ser testigos de cómo la resistencia creativa no sólo se da a través de personajes históricos ejemplares, sino también desde las obras mismas que, con valentía, enfrentan la precariedad que muchas compañías y artistas viven al no contar con el respaldo necesario del sistema. Y también, para quienes quieran emocionarse al encontrar un trozo valeroso de nuestro folclore nacional escénico.

Ficha técnica

Título: El Nacimiento del Payaso

Director: Andrés del Bosque

Producción: Compañía Teatro Clan 

Elenco y música: Claudio Barbas 

Duración: 50 minutos

Año de estreno: 2025

País: Chile

Clasificación: Todo espectador

Coordenadas

Lugar: Micro sala M100, Centro Cultural Matucana 100. 

Dirección: Av. Matucana 100, Santiago, Estación Central, Región Metropolitana.

Fechas: del 10 al 27 de julio,  jueves y viernes 19:45 hrs, sábado y domingo 18:45 hrs.

Entradas por Ticketplus

Link de entradas: https://ticketplus.cl/events/el-nacimiento-del-payaso

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