FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN Entrevista a directora de “Los Domingos”, Alauda Ruiz de Azúa: “Me parece interesante preguntarse si hay que tolerarlo todo”

Por Gabriela Bravo desde el Festival de San Sebastián

La directora española Alauda Ruiz de Azúa se presenta por primera vez en competencia oficial del Festival de San Sebastián con la película Los Domingos, protagonizada por Blanca Soroa, Patricia López Arnaiz y Miguel Garcés.

Los Domingos cuenta la historia de Ainara, una joven de 17 años que vive junto a su padre y sus dos hermanas menores, ya que su madre ha fallecido. Ainara es una jovencita como cualquier otra, sale con sus amigos, escucha reggaetón y se siente atraída por los chicos de su edad, sin embargo, Ainara ha sentido el llamado de Dios y esta cotejando la idea de hacerse monja de claustro.

La película muestra cómo esta decisión afecta el equilibrio de toda su familia. Por un lado, esta su tía Maite, hermana de su padre, quien se opone ferozmente a su decisión, y buscará todos los subterfugios posibles para que su sobrina vaya a la universidad en lugar de encerrarse en un convento. Por otro lado, está el padre, quien tiene preocupaciones en su trabajo y pareciera aceptar más fácilmente la decisión que ha tomado su hija.

Con una increíble maestría Alauda Ruiz de Azúa, abre un debate sobre la tolerancia y el respeto que una familia debe o puede tener respecto a la dirección que uno de sus miembros desee darle a su vida. En esta discusión también se interroga hasta qué punto la familia es un lugar seguro para mostrar sus aspiraciones y sueños.

En exclusiva Culturizarte conversó con la directora española en el Festival de San Sebastián

Los Domingos no es la primera película en que abordas el tema de la familia ¿Por qué te resulta importante hablar de la familia?

Todo este aprendizaje para mí sobre la familia empieza de una manera más intuitiva con Cinco Lobitos, con la necesidad de expresar cosas que yo había sentido en mi primera maternidad. Pero es verdad que, de alguna manera, siempre encuentro que el ángulo que me interesa es el de la familia, el de la intimidad familiar, en la serie Querer ya fue mucho más evidente para mí. Ese aprendizaje me lo he llevado a Los Domingos. Creo que tiene que ver porque me gusta poner a los personajes en situaciones de dilemas éticos o emocionales o psicológicos complicados, que yo no tenga todas las respuestas, sino que a mí también me resulte interesante investigar eso, o pensar sobre eso. Al mismo tiempo también tengo la sensación de que cuando tienes un dilema muy complicado y luego lo pones en el ámbito familiar, es todavía más complejo y real, porque nos pasa como nos pasa en la vida, que esos dilemas no son etéreos, no son conceptuales, sino que están atravesados por afectos, por cosas que han pasado en el pasado, por cosas más inconscientes, más conscientes. Entonces al final siempre encuentro que el ámbito familiar es el ángulo que más me interesa de los dilemas.

Tú podrías ser la Kore-eda española

Ozu y Kore-eda son unos de mis referentes. Me encanta todo tipo de cine, pero es verdad que desde que tengo uso de razón como cinéfila, pues el cine de Yasujiro Ozu y Hirokazu Kore-eda siempre me ha atraído especialmente.

Me pareció muy inteligente la manera en que mostraste la radicalidad de esta niña que se quiere hacer monja, pero no cualquier monja, sino una monja de claustro.

Sí, es como la expresión más radical.

Exactamente. Y esta radicalidad tú la muestras pero de una manera conservadora, es decir no quiere hacerse un tatuaje o se mete en las drogas, no, ella quiero ser monja de clausura ¿Cómo imaginaste esto?

La inspiración viene de la realidad. Hace años pude ver una historia similar, una instancia en mi entorno, que me llamó mucho la atención porque viene de una educación laica donde es muy difícil entender por qué alguien puede llegar a tomar una decisión así. Luego empiezas a investigar y te das cuenta de que ellas lo viven como un llamado. En ese momento yo lo leí así, me fascinó, me daba muchísima curiosidad. Luego, cuando estuve en una posición de poder levantar un proyecto, de contar una historia, investigando me di cuenta de que solían ser como procesos de discernimiento, estos procesos en los que ellas deciden hacerse monjas, que generaban muchísimo revuelo en la familia, curiosamente, aunque fueran familias tradicionales y que vivían lo religioso en lo cotidiano. Y me parece que había ahí algo muy interesante sobre cuán libres somos para ejercer nuestra voluntad, y también cuánto respetamos la voluntad de los demás según nuestras convicciones, que en el fondo es como un dilema que se puede aplicar a muchísimas cosas de nuestra vida y nuestro momento actual.

Esta película habla sobre la tolerancia. Un claro ejemplo es el personaje de la tía que no puede entender la decisión de su sobrina y cree que está siendo manipulada ¿Cómo se construye esta relación entre estas dos mujeres?

Esa era una relación muy interesante de construir para mí porque tienes una tía muy amorosa con su sobrina. La mamá falleció, entonces es como que Maité, la tía, ocupa un poco ese lugar de cuidar a su sobrina y su sobrina se siente cuidada por ella, y ves que tienen ese tipo de complicidad, de amor y de repente, interrumpe lo religioso y se genera un abismo entre ellas dos. De repente ves que hay cosas que ya no se atreven a decir una a la otra. Una porque se sentiría juzgada, la otra porque no sabe cómo puede reaccionar su sobrina, entonces me parecía muy inquietante cómo una relación de amor genuino de repente se puede dinamitar por algo así. Pero se dinamita realmente y entonces era como gustosa para hablar en términos de cómo es difícil la tolerancia genuina y real. Esto nos pasa mucho hoy en día, que todos creemos ser muy tolerantes con lo que pasa fuera de nuestras casas, pero cuando ocurre dentro de tu casa te das cuenta lo difícil que es practicar esa tolerancia. Me parece interesante preguntarse si hay que tolerarlo todo, lo que ocurre es que, si no vas a tolerar algo, y realmente se va a generar ese abismo, creo que tienes que ser capaz de explicarlo muy bien, porque si no, es lo que se genera al final una ruptura muy dolorosa.

También hay algo allí en que la protagonista desee optar por una radicalidad católica, que es mucho mas aceptada que por ejemplo una radicalidad musulmana.

Era interesante que fuera una vocación católica precisamente porque también habla de alguna manera de cómo lo religioso está mezclado en nuestra vida, en nuestra sociedad, por tradición, por historia, y hasta qué punto creemos que somos una sociedad laica, pero de alguna manera  lo religioso está todavía presente. No quiero hacer spoiler, pero creo que cuando ves, por ejemplo, la vida en el convento que muestra la película, tiene algo de otro tiempo, pero está en nuestra época, al mismo tiempo, Karol G acaba de cantar en el Vaticano, o sea, que lo religioso sigue estando presente. Lo religioso siempre tiene el fantasma de la radicalidad. Esa es la sociedad de contrastes en la que estamos.

Me gustaría que me hablaras de la construcción del padre, porque es una figura que ama a su hija, pero pareciera que a él le da un poco lo mismo la decisión que ella tome. Él está preocupado de sus finanzas y tiene dos hijas más que criar.

El personaje del padre es uno de los más misteriosos seguramente. Es misterioso en el sentido de que es difícil de leer, sientes que conviven distintas motivaciones o pueden convivir distintas motivaciones en lo que hace, pero esto era para mí era clave, porque para mí una de las vulnerabilidades o de las fragilidades que atraviesa Ainara, la protagonista, es que tiene claro lo que piensa su tía, pero no sabe nunca qué realmente piensa su padre o qué relación tiene con ella. Se supone que es la figura que tiene que protegerte y cuidarte, puede ser muy bueno, muy inquietante, te puede hacer sentir muy frágil. Entonces es verdad que con Miguel (Garcés) trabajamos mucho las motivaciones del personaje, pero hasta cierto punto, con un poco de secreto, porque tenía que ser esa figura difícil de leer para Ainara. No todos conocemos realmente a nuestros padres o hay gente que puede tener dudas de qué clase de relación tiene con sus padres. Siempre nos han contado que la institución familiar es un lugar de amor, de cuidado, pero a veces hay padres o madres que no tenemos la certeza de si es un amor legítimo o no lo es. Entonces, él cumple esa función, es un personaje que vemos mucho a través de los ojos de Ainara y es ese misterio de “no sé qué relación realmente tengo con mi padre”, ¿esto viene desde el amor?, ¿viene desde algún tipo de egoísmo? Hay mucha soledad. Creo que las personas somos capaces de albergar varios sentimientos. Entonces sí que es verdad que con Miguel trabajamos una parte pragmática, que le puede venir bien, pero también hay una parte de autoconvencerse para sentirse bien, para no sentirse culpable, de decir: «Si te hace feliz, yo quiero que seas feliz”. Pueden convivir las dos cosas, yo creo, no tenemos que ser solo una.

¿Qué tan importante crees que es la religión católica en España hoy en día?

No tiene el peso que tenía hace años, pero sí, sigue estando, de alguna manera, presente, está imbricado en lo social, de una manera que a veces es difícil de separar, como que es algo que está asumido en los rituales sociales, pero quizás no con tanta profundidad. Yo creo que ahora mismo el sentimiento religioso en general tiene que ver con una verdad más íntima, más que con una verdad colectiva, o con una verdad impuesta como podía ser en una dictadura, donde se impone una religión. Dentro de esto hay distintas sensibilidades religiosas, o sea, hay gente muchísimo más tradicional, hay gente que es creyente, pero que, por ejemplo, cuando ha visto la película ha agradecido que se tratara con respeto el tema de la creencia, porque a veces se han sentido ridiculizados, aunque no sean practicantes, me ha parecido interesante descubrir esto, hay otra gente que bueno es más radical.

Es cierto que tu película no muestra un juicio de valor sobre la religión, no dice esto es bueno o esto es malo.

Yo intento ser respetuosa, en el sentido de que la protagonista siente realmente lo que dice que siente, entonces juzgar eso es muy difícil. También es verdad que yo, como cineasta, a nivel de lenguaje cuido tener la misma distancia con todos los personajes. Yo tampoco he hecho planos de vírgenes o de santos ni me he dedicado a decir que Dios existe en la película porque como cineasta no está en planteamiento decir esto. Pero si hay un personaje que es creyente y que siente cosas, yo lo he respetado igual que el sentimiento que pueda tener el personaje ateo, lo he tratado igual con la misma distancia, y con la misma voluntad de entender, no lo he subrayado en ningún sentido ni lo he denostado.

Personalmente, ¿tú has vivido algún tipo de estas experiencias que vive la protagonista? Esto es muy común en Latinoamérica, que la iglesia vaya a buscar a los jóvenes a través de retiros y grupos espirituales.

Aquí sí, lo que yo he retratado son cosas que sí que suceden, esos ejercicios o retiros espirituales, grupos de catequesis también de gente muy joven, el acompañamiento, la dirección espiritual personalizada, evidentemente en entornos con sensibilidad religiosa, Pero sí, eso ocurre, y era una de las cosas también que era interesante retratar en la película, cómo la religión se relaciona con los menores, cómo se acerca a ellos, a veces desde el colegio, a veces del grupo de catequesis.

Hay una cierta contradicción en esta familia que desea darle una buena educación a su hija y por ello la pone en un colegio de monjas, pero a la vez esta desconcertada cuando la protagonista desea integrar un convento.

Esa contradicción aparece en las historias reales que conocía, aparecía mucho esa contradicción, porque es verdad que es raro que tú sientas una vocación religiosa católica si no tienes un entorno católico, aunque sea un entorno ligero, no radical, pero es raro que si tú no tienes un entorno un poquito religioso, tradicional, eso pase. Era curioso porque luego cuando la chica decía, «Estoy en proceso de discernimiento, estoy planteando, siento cosas, tengo la vocación» ese entorno tradicional que la había llevado a un a un colegio, seguramente en parte por sus valores religiosos era como, «No, todo muy bien, las monjas muy bien, pero tú no.» Y entonces esa contradicción también era muy interesante. También mostrar hasta qué punto creen los que creen, porque algunos creen en Dios, pero si viene tu hija y te dice que le está llamando Dios y entonces de repente te vienen las dudas. Ahí ya no creo tanto, estamos llenos de contradicciones así.

¿Cómo encontraste a Ainara, la protagonista?

Vimos muchas chicas, ya intuíamos que iba a ser alguien que no hubiera hecho nada antes porque a los 17 años es muy difícil que ya hubiera hecho algo. Entonces, nos dedicamos a buscar chicas en ámbitos que podían tener este perfil social y cultural y apareció ella, Blanca Soroa, que desde las primeras pruebas tenía una luz muy especial y, sobre todo, creo que cuando la fui conociendo y fuimos trabajando, me di cuenta que sí, que tenía la sensibilidad para hacer un personaje como Ainara, que es una chica de 17 años, normal en apariencia, pero también es verdad que tiene como una vulnerabilidad un poquito especial, y entonces había que ser capaz de entender eso. No todo el mundo a los 17 años tiene esa sensibilidad.

Ficha técnica

Título: Los Domingos

Género: Drama

País: España

Año: 2025

Duración: 115 minutos

Director: Alauda Ruiz de Azùa

Elenco: Blanca Soroa, Patricia Lopez Arnaiz, Miguel Garcés, Nagore Aranburu, Juan Minujin

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