Por Gabriela Bravo desde San Sebastián
La película chilena, Cuerpo Celeste, celebró su première con una gran ovación en el Festival de San Sebastián en España, en donde compite en la sección Horizontes Latinos.
La directora, Nayra Ilic García nos trae la historia de Celeste, una adolescente que vive en el desierto de Atacama junto a su familia poco convencional: sus padres son personas que se dedican a buscar fósiles milenarios en el desierto. La joven pasará un verano lleno de alegrías y momentos entrañables junto a sus amigos y familia. Sin embargo, todo se verá ensombrecido tras la repentina muerte del padre, que provocará una ruptura emocional para Celeste.
La historia de Celeste tiene como telón de fondo la transición de Chile de la dictadura a la democracia. Ambas historias se entrelazarán en un coming of age tanto de una adolescente, como de un país.
Culturizarte pudo conversar en exclusiva con la directora, Nayra Ilic García.
¿Cómo nace esta idea de hacer Cuerpos Celestes?
Creo que es una historia que tenía escrita hace muchos años, sin saberlo. Yo soy del norte, crecí en el desierto de Atacama y mi infancia estuvo ahí. A mí me impactó mucho, cuando era niña, la aparición en los diarios de los hallazgos de Pisagua (1990). El desierto, que para mí fue un lugar de alegría, de niñez, de perderme en él y jugar con las piedras, ver si encontraba por ahí alguna figurita, de pronto se transformó en un horroroso campo santo. Era un espacio en donde encontraron cuerpos de detenidos desaparecidos, y para mí, con esa imagen me dije: “esto es terrible, este espacio de desierto es un espacio que ha atravesado hitos de la humanidad, hitos del planeta. Es un espacio de memoria que va recordando en la medida que va bajando el suelo, en la medida que vas entrando más profundo, vas encontrando capas, capas y capas de la historia de la humanidad. Y la más reciente son la de nuestros detenidos desaparecidos”. Yo, cuando crecí en el desierto, todavía era más niña que la protagonista, pero vi a mi hermana y sus amigas crecer y vivir la adolescencia. Me parecía que esa tensión, del desierto de Atacama, y este contraste, tenía directa relación con este momento de la adolescencia en donde hay una fuerza de Eros y Thanatos, de deseo y a la vez de muerte. Se va la niña y nace la mujer, como un espacio de transición. Y obviamente, un espacio de transición de un adolescente tenía una conexión profunda con nuestra transición como país. De la dictadura a la democracia, y como la muerte y fuerza vital. Y esa energía de fuerza vital y con esa pulsión de muerte, me parecía que era necesario que fuera narrada, que quería ser narrada. Y así es como empecé a trabajar en este concepto, a través de estas sensaciones, estas imágenes, estas pulsiones.
En ese sentido, el tiempo que tú usas es un tiempo muy contemplativo que se asemeja un poco al desierto. Todo es tranquilo, todo es calmo, las cosas se demoran. Y esto se ve reflejado también en tu película, que tiene un tiempo que es como el del desierto. ¿Qué nos puedes contar sobre eso?
El desierto tiene una cosa muy linda, y es que en el desierto, tú abres los ojos para poder escuchar. El desierto es distancia. El desierto es tiempo. El desierto avanza y tú crees que está detenido, pero no, está cambiando frente a tus ojos. En la mañana, esa misma vista es una luz, a medio día es otra, y en la tarde es otra. El desierto es puro movimiento, aunque aparenta estar detenido. Y esa tensión me parecía interesante también, porque yo me decía: “yo puedo ver en este desierto de Atacama, el más seco del mundo, hasta el final del horizonte, y puedo ver un objeto moverse a lo lejos como un auto. Y el sonido va a llegar después. Puedo ver la velocidad de la luz y puedo escuchar la demora del tiempo sonoro”. Y yo pensaba para mí misma: “este tiempo me está obligando a contar en su ritmo este desierto. Me está llevando a contar en su ritmo, porque si bien, nosotros creemos que las cosas están detenidas, están avanzando lentamente como una lava que se mueve, hasta que al final lo quema todo. Pero no te diste cuenta de que estaba moviéndose”.
Es difícil encontrar personajes como Celeste en el cine en general, en el cine latinoamericano. Tu película está llena de mujeres, desde la protagonista hasta las personas que la acompañan. Y los hombres son acompañantes de estas historias de mujeres. ¿Por qué es importante para ti que sea así?
¿Sabes lo que pasa? Más allá de hablar sobre los personajes femeninos, independientemente que hasta ahora se ha contado siempre nuestra historia desde personajes masculinos en su mayoría, salvo ciertas excepciones sobre todo de ese periodo, me parecía importante mirar a través de los ojos de una adolescente en esa época. Mirar a través de los ojos como ella mira a una mujer que, también, es su madre, o su tía y que son profesionales, y que no solo están en el espacio de lo doméstico, sino que están en el mundo profesional haciendo cosas importantes. Si no lo digo yo, que soy mujer y que me ha costado mucho ganar un espacio profesional en un mundo masculino como directora, quien sino. Y, sobre todo, porque al contar historias, como por ejemplo Cuerpo Celeste que habla desde una mujer que es esta protagonista y es una adolescente que está mirando el mundo desde su perspectiva. Estoy hablando de un eje de mirada que lo vuelve particular, y siento que es muy poco transitado en nuestra cinematografía. Me resulta realmente valiosísimo darle foco, porque no es solamente la historia de los varones protagonistas de una época, sino que las mujeres también lo somos. Y no solamente eso, sino que llevamos acciones hacia adelante y somos capaces de cambiar el destino de las cosas. Me parecía importante hacerlo.
Además, Cuerpo Celeste sale de todos los cuadros establecidos, ya que la acción no ocurre en Santiago y la cuestión social no es central. Es un personaje que no estamos acostumbrados a ver.
Sí, y efectivamente lo que importa es su historia y lo que a ella le sucede. Efectivamente, siempre iba a ser en Atacama y en la zona, porque el personaje es producto de ese entorno, es más parte que producto, es parte de ese territorio. Y no es una historia de ricos o pobres. Tampoco me interesa hablar de eso. No me parece que es justamente lo que yo quería hablar. Yo quería hablar de la memoria de cómo recordamos, cómo hacemos presente aquello que sucedió y hacemos el esfuerzo de no olvidar. Me parecía también muy importante que una adolescente de 16 años viva esa experiencia, porque necesitaba conectar de alguna manera con los adolescentes de hoy. Que vean lo que nos ha pasado, porque si nosotros sabemos lo que nos pasó, al menos podemos tratar de que no lo repitamos. Entonces, me importa mucho concentrarme en aquello que quería focalizar, más que enfocarme en clase alta o en clase baja, porque nunca fue ese el tema de la película. Si me importaba mucho hablar de cómo nos hacemos cargo de nuestra memoria, y cómo esa memoria se encuentra con la memoria personal, territorial, profesional, de gente de esfuerzo y, también, nacional.
Algo que me llama la atención es la forma en que tú muestras el duelo de estas dos mujeres. Está la madre, que tiene un duelo que es como uno espera que sea: con tristeza, alcohol, como perdida. Y está esta niña que, por fuera, parece que sigue igual, pero por dentro lleva un dolor que no sabe cómo sacar afuera.
Yo creo que las y los adolescentes tienen barreras de comunicación muy grandes con sus padres, producto de que la adolescencia es una época muy difícil de vivir. Es un espacio muy doloroso de adolecer, lo que significa la palabra. Entonces, esta contención es básicamente una barrera que yo veo, hasta el día de hoy, que tienen adolescentes con sus padres. Es sobre cómo me comunico o cómo me aislo, cómo me aparto. Hoy día, la tecnología ayuda mucho a los chicos y los jóvenes que están en la tablet o el teléfono, pero no es que hoy sea muy distinto de antes. Creo que la diferencia es que hoy los padres están tomando más conciencia de como intentar dialogar con sus hijos y buscar la manera. En aquella época el mundo era adulto centrista, y yo creo que la película también habla de aquello de una manera quizás en una última o lejana capa, pero también está hablando de como esta adolescente está sola en un mundo adulto centrista. Y pienso que, por suerte, como sociedad si hemos hecho algo bien, y es darnos cuenta de que las niñas, los niños y las juventudes si importan, y que tienen todo el derecho y más de ser escuchados y expresarse. En aquella época creo que era más complejo, y supongo que también está reflejanda esa distancia generacional.
El mundo ha cambiado, tú lo has dicho, y últimamente el mundo ha cambiado también en el mundo del cine, como consecuencia del movimiento Me Too. Me gustaría saber, ¿de qué manera te ha afectado a ti o cómo lo has vivido tú este cambio? ¿Realmente existe o no existe?
Sí existe, yo doy fe. Yo empecé hace 20 años y a mí no me dejaban entrar a las clases de fotografía por ser mujer. Porque no me podía los fierros y se burlaban de mí. Ha cambiado, han cambiado los tiempos, las maneras, las formas. Por ejemplo, nuestro equipo para el rodaje fue paritario y fue hermoso. Para mí es fundamental entender que hoy, por ejemplo, soy académica de la Universidad de Chile, y yo veo como las y los estudiantes están creciendo en igualdad de condiciones. Ha cambiado, en ese sentido hemos cambiado. Creo que también es interesante ver como las masculinidades están tratando de encontrar su nuevo acomodamiento en el mundo, y me encanta que así sea. Así también nosotras ya, por suerte, tras años de lucha, que no es solo la nuestra, sino que, hacia atrás, hemos conseguido encontrar un espacio que solo puede crecer, y eso me da mucha alegría. Pero sí, doy fe de que ha cambiado. Imagínate, la cantidad de mujeres que podemos dirigir hoy y antes no. Sin embargo, no puedo no hacer el punto que este avance civilizatorio no se puede nunca abandonar, porque la ultraderecha y las miradas fascistas del contexto están siempre buscando retroceder en términos civilizatorios. Entonces esto que hemos conseguido, no podemos poner ni un pie atrás. Por eso hay que estar alerta.
Este año se presentan tres películas chilenas en el Festival de San Sebastian en Horizontes Latinos, ¿Cómo ves este período del cine chileno y hacia el futuro?
Yo creo que estamos viviendo un momento muy valioso, que es herencia también de aquellas y aquellos cineastas que hicieron cine en la dictadura. No solamente puedo hablar de la alegría de esta selección, que tenemos de estas tres películas acá. Dos mujeres y disidencias, es un enorme orgullo, pero también quiero hablar de que, hace dos semanas, Cristián Sánchez estrenó Esperando a Godoy, una película que no pudo ser estrenada en 1973 y que quedó perdida en la mitad de la dictadura, llegando por fin a ver la luz. Entonces, quiero decir que estamos viviendo un momento maravilloso del cine donde distintas generaciones están encontrándose para sacar adelante películas que tienen sentido, y que están dando una visión sobre quienes somos hoy en Chile. Pero, también, sobre cuál es nuestra visión de a donde vamos como humanidad. Ser parte de esto, me llena de responsabilidad y orgullo.
¿Cómo viviste la première de Cuerpo Celeste en el Festival de San Sebastián?
La verdad es que fue muy emocionante. Realmente nunca imaginé todo ese tiempo de aplausos. Ahí me pongo tímida y la verdad no me lo esperaba. Ha sido realmente extraordinario. Creo que hay algo muy lindo que tiene la audiencia en San Sebastián, que ellos aman el cine, participan, su audiencia es activa, le interesa conocer otras vidas y otros mundos, otros países a través del cine. Y este espacio, Horizontes Latinos, es maravilloso porque nos permite dialogar con la audiencia de San Sebastián. Lo que pasó fue realmente una de las experiencias más lindas que me ha tocado vivir. Y estoy sumamente agradecida.
¿Qué es lo que se viene para Cuerpo Celeste en lo que queda del año?
Justo después de San Sebastián, mostraré la película en el Festival de cine de Zúrich, que es un festival muy grande. Y al mismo tiempo estará en Orense, un festival de acá en España. Después se va a la muestra en São Paulo. Toda una serie de festivales, con lo que estamos muy contentas y contentos de todas estas selecciones, porque creo que ha sido solo una curva de alegría, como hacia arriba e inesperada. Estamos muy felices de estar acá. La verdad es que esto lo añorábamos mucho, porque el año pasado, cuando ganamos el WIP Latam, nosotras dijimos: “queremos volver a este lugar que es tan maravilloso”. Entonces, sí, viene una curva muy linda de festivales, pero hoy estamos aquí disfrutando este festival que es muy magnífico.
¿Y un proyecto a futuro?
Estoy escribiendo tres películas de ficción en distintas etapas, y están avanzando, así que estoy muy contenta.
Ficha técnica
Título: Cuerpo Celeste
Género: Drama
País: Chile
Año: 2025
Duración: 97 minutos
Directora: Nayra Ilic García
Elenco: Helen Mrugalski, Daniela Ramírez, Mariana Loyola, Néstor Cantillana, Clemente Rodríguez, Nicolás Contreras, Sara Becker, Era Pantoja.