Por Ignacio Fernández
Tron es una de las franquicias más importantes para los fanáticos de las películas CGI (Imágenes generadas por computador), pues la primera de estas, lanzada en 1982, marcó un antes y un después para la producción de largometrajes con ayuda de efectos realizados de manera digital, contrario a lo que se acostumbraba para ese entonces, que eran principalmente efectos prácticos. Con la salida de Tron: Ares, demuestran una vez más lo increíble que pueden llegar a ser los efectos, y cómo la banda sonora es la clave para tener una experiencia cinematográfica completa.
Dirigida por Joachim Rønning, conocido por su trabajo en películas de Disney como Piratas del Caribe: La venganza de Salazar (2017) y Maléfica: Dueña de mal (2019), Tron: Ares marca como su primera vez incursionando en un género de películas en donde los efectos visuales y sonoros pueden llegar a tener, para bien o para mal, más peso narrativo que la historia como tal.
La trama comienza con un pequeño resumen de lo sucedido en Tron (1982) y Tron: Legacy (2010), explicando la desaparición del hacker y programador de videojuegos Kevin Flynn (Jeff Bridges) y el futuro de la empresa de videojuegos ENCOM que en un principio fue liderada por su hijo, Sam Flynn (Garret Hedlund) pero que finalmente deja el cargo para darle paso a las hermanas Tess Kim (Selene Yun) y Eve Kim (Greta Lee), siendo esta última la que toma la posición de CEO de la empresa.
La competencia directa de ENCOM es Dillinger Systems, liderada por Julian Dillinger (Evan Peters), y aunque ambas empresas tienen un mismo fin (que es utilizar la tecnología de videojuegos en la vida real), Dillinger la quiere para fines armamentísticos, mientras que ENCOM quiere utilizarlo para mejorar la vida humana. Es aquí donde se genera un conflicto entre ambas empresas, especialmente liderado por Ares (Jared Leto), un programa de inteligencia artificial creado por Dillinger para poder infiltrarse en otros servidores y encontrar la solución al problema de raíz antes que ENCOM.
Es importante agregar que no es necesario ver las primeras entregas, puesto que esta funciona como un reboot de la saga con mínimas apariciones de personajes de las películas anteriores, lo que llama mucho la atención, puesto que una de las mayores incógnitas que dejó Tron: Legacy, fue qué pasó realmente con Sam Flynn, un tema que queda en el aire y que muchos (incluyéndome) quedamos con un gusto amargo luego de terminada la función, pues esperábamos una conclusión a la historia.
Lo más destacable son, sin duda, los efectos visuales. Estos no solo superan con creces a los de Tron: Legacy, que en su momento fueron una revolución para el cine, sino que también logran mantener la estética icónica de la saga, agregando nuevas texturas y un nivel de detalle que logra generar un límite difuso entre el mundo digital y el mundo real mucho más orgánico y convincente que las entregas anteriores.
La música es otro pilar fundamental de Tron. Daft Punk fueron los encargados de trabajar en la entrega anterior, por lo que la vara quedó altísima. En esta ocasión, Nine Inch Nails (NIN) no decepciona. Con una vasta trayectoria que incluye la banda sonora de películas como Soul y Challengers (con la cual ganaron un Globo de Oro por Mejor banda sonora original) lograron solidificar su versatilidad en crear sonidos para diferentes ocasiones, manteniendo la vibra futurista de Tron, junto con una sensación de suspenso y acción.
El reparto le hace justicia a sus personajes, pese a un guion un poco flojo y lleno de clichés típicos. Aunque algunos actores como Jared Leto se encuentran en una mala racha de apariciones (como su representación del Guasón en Escuadrón Suicida, o el Dr. Michael Morbius en Morbius), en esta ocasión logra salir invicto, incluso diría que es una de las mejores cartas del reparto junto a Greta Lee.
Si bien la opinión del público está dividida, es una ocurrencia común en Tron, tanto en el film de 1982 como el de 2010 recibieron críticas mixtas al momento de lanzamiento, pero que con el tiempo fueron revalorizadas y se convirtieron en películas con un seguimiento de culto. Estoy seguro que lo mismo ocurrirá con Tron: Ares, más aún considerando que no funciona como una secuela directa a Tron: Legacy, sino una película transitoria a lo que podría venir a futuro en una cuarta entrega.
En lo personal recomiendo ver esta película en IMAX 3D, puesto que es una de las experiencias audiovisuales más impactantes que he vivido en el cine. La combinación de la pantalla gigante, un 3D muy bien implementado y además, una calidad sonora increíble, generan una inmersión total. Es una experiencia única, y verla en casa o en una pantalla de cine convencional sería desaprovechar su esencia épica y su monumentalidad; es, sin duda, una de las mejores aplicaciones del formato IMAX de los últimos años.
En definitiva,Tron: Ares no es perfecta, su guion es demasiado simple y no aprovecha al máximo el potencial del legado de la saga, pero si comprende su verdadera esencia, que es ser un espectáculo sensorial en su máxima expresión, por lo que no es una película que se ve, sino una que se tiene que experimentar. No busca profundidad, pero si recordarnos que el cine, en su esencia más pura, siempre ha sido el espectáculo, y bajo esa idea es una excelente película; una experiencia imprescindible para los amantes de la ciencia ficción, y sin duda, para los fanáticos de NIN.
Ficha técnica
Título Original: Tron: Ares
Director: Joachim Rønning
Reparto: Jared Leto, Greta Lee, Evan Peters, Jodie Turner-Smith
Género: Ciencia Ficción, Aventura, Acción.
Año: 2025
País: Estados Unidos
Duración: 120 minutos
Distribuidora: Cinecolor
Estreno en cines: 9 de octubre