Crítica de teatro “Razones para no morir”: Humor al servicio colectivo

Por Patricio Zulantay

Una podóloga se enamora del dedo gordo del pie de un hombre. Por primera vez, pasando a llevar la ética de su trabajo, se entrega con pasión y erotismo a un cliente. En ese momento, ni ella ni el público comprenden la magnitud de lo que generará este amor sobre la vida del Hijo del Camionero, el personaje principal de Razones para no morir, el nuevo estreno del Teatro Nacional Chileno, con dirección de Cristian Marambio y actuaciones de Néstor Cantillana y Carla Casali.

En esta producción, el humor se mezcla con el horror a partir del cruce de dos textos históricos del dramaturgo nacional Jorge Díaz (1930-2007). Marambio construye este montaje a partir de una versión libre de Razón de ser y Amanda, dos obras inéditas escritas por Díaz que, por un lado, nos presenta a un hombre nacido a partir de una violación, en un contexto de terroríficas palabras como tortura, desaparición y fosa común. Y por otro, en Amanda, a una podóloga metódica, curiosa, apasionada y tierna, cuyas características permiten abordar la dictadura desde una nueva perspectiva, rompiendo con una tradición que se había instalado con fuerza en el teatro de los últimos años. “Hay una manera de abordar el tema de la dictadura que a la gente la tiene chata… No es que se convierta en una comedia, pero sí que exista la posibilidad del humor”, comenta Marambio en una de sus entrevistas.

¿De qué nos habla esta incorporación del humor al abordar la dictadura?

En una de sus más recientes charlas, Judith Butler, una de las personas más influyentes del mundo, ha planteado que actualmente vivimos la restauración del patriarcado, del nacionalismo, del racismo y del individualismo capitalista. En Chile, la situación es similar. Por ello, no es sorpresivo que hayan proliferado los discursos negacionistas hacia la dictadura. En este sentido, es importante reflexionar qué estrategias se pueden implementar desde el teatro para enfrentar este auge de discursos que tienden a minimizar, justificar e incluso negar la existencia de violaciones a los derechos humanos en este periodo.

Aparece, entonces, el humor incisivo de Jorge Díaz. Considerado como uno de los grandes dramaturgos chilenos, dejó como legado más de 200 obras teatrales de diversas extensiones. Su mirada ha sido descrita desde distintas aristas, destacando la crítica social, la sátira de la realidad chilena y latinoamericana, y el teatro del absurdo.

Es justamente su humor el que posibilita nuevas formas de comprender un periodo tan oscuro para el país. En escena, cada intérprete instala sus experiencias, sus miradas, mientras el otro escucha con atención. Hay una decisión clara de separar a los actores. Son esos espacios vacíos los que traen de vuelta un tópico presente en la mirada de Jorge Díaz: la incomunicación como paradoja, la incomunicación como carencia. Porque si algo nos dejó la dictadura como legado fue justamente la pérdida de muchas cosas; del sentido, de entender quiénes somos realmente.

Por ello, no es casualidad que el amor de Amanda por un dedo gordo transforme a un hombre cuyos fantasmas del pasado lo persiguen hasta la locura. “El amor también puede ser resistencia, no es ingenuo, menos frágil, sino una fuerza vital frente al horror”, reflexiona Carla Casali sobre su rol en este montaje.

Estrenada en octubre, justo en el mes internacional de la Salud Mental, Razones para no morir también nos propone una forma de conectarnos con la resistencia; con aquellos motivos que le dan sentido a nuestro diario vivir. Sumergidos en un contexto donde proliferan los discursos de odio, donde la violencia se toma los titulares en medios de comunicación, donde el suicidio se escucha en estaciones de metro, se vuelve más relevante que nunca ofrecer, desde las artes, la posibilidad de reconstruir tejidos sociales amables, y como lo hace esta producción del Teatro Nacional Chileno, volver a hacer reír a las personas, sin olvidar la importancia de los temas que abordamos.

Al igual que en muchos otros personajes escritos por Jorge Díaz, el Hijo del Camionero se encuentra sumergido en un mundo destruído, donde la única solución parece ser la venganza. Pero de pronto aparece el amor, o como se da cuenta en otras obras de Díaz, la comunicación como posibilidad de cambio. Razones para no morir evidencia, a través de las actuaciones de Cantillana y Casali, que fortaleciendo nuestros lazos sociales, muchas vidas dañadas pueden volver a recobrar fuerza; que a través del humor y la ternura, los seres humanos podemos mantenernos firmes, en colectivo, frente a la adversidad.

Ficha Técnica

Título: Razones para no morir

Dirección y dramaturgismo: Cristián Marambio

Versión libre de los texto Amanda y Razón de ser de Jorge Díaz

Asistencia de dirección: Catalina Rozas

Elenco: Néstor Cantillana, Carla Casali

Música: Guillermo Eisner

Diseño de vestuario: Gabriela Torrejón

Peluca: Alejandra Rivas

Diseño escenográfico: Kristian Orellana

Asesoría dramatúrgica: Paulo Olivares

Gestión: Ana Laura Racz

Comunicaciones: Catarina Vásquez

Diseño gráfico: Alonso Morales y Kristian Orellana

Equipo Técnico TNCH: Joaquín Riquelme, Hugo Hernández, Guillermo Cerón, Sebastián Chávez

Producción: Teatro Nacional Chileno con el financiamiento de la Línea de Apoyo a Teatros Universitarios otorgado por el Ministerios de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

Coordenadas
Del 25 de octubre al 01 de noviembre
Miércoles a sábado a las 19:30 hrs.
Teatro Nacional Chileno (Sala Antonio Varas, Morandé 25, Santiago).

Loading

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *